
2 minute read
A PURO PULSO Haciendo Empresa con la Pasión de un Ciclista
Al rescate del jefe
ǭCVmo ser n jefe efeCio Caaliar la energAa de ss empleadosǫ
Advertisement
El rol del jefe, tiene una importancia fundamental en cualquier organización. En opinión de Agustín Jiménez Sánchez, gerente de CAUAC empresa dedicada a potenciar el Desarrollo Humano y Organizacional, “entre mejor actúan las personas como jefes en todos los niveles, desde el gerente general hasta el supervisor de primera línea, mejor es el desempeño de sus colaboradores y, por ende, mejores los resultados que la organización alcanza”.
Hasta hace unos años ser jefe significaba dar órdenes e instrucciones y estar encima de la gente para que las cumpliera. Esta forma de actuar era propia de la era industrial, donde las personas se consideraban como un recurso más y eran tratadas como tal. El poder se ejercía a través de la jerarquía, el temor, el comando y el control, lo cual hacía que el jefe no fuera una figura muy apreciada, pero así era y la gente se ajustaba a eso. Realmente esto no tenía que ver con que los jefes fueran malas personas, sino que eso era lo que se esperaba de ellos. Además, salirse del molde tenía consecuencias negativas para quien lo hiciera, porque era visto como un individuo blandengue y sin autoridad. Un buen jefe era quien se comportaba como un capataz y punto. ¡Los resultados ante todo y la gente de malas!
Pero esta manera de actuar, dejó de funcionar bien de unos 20 años para acá, con el advenimiento de la era del conocimiento. A partir de ese momento las máquinas, la tecnología, las edificaciones, etc. dejaron de ser los activos productivos por excelencia, para dar paso al ser humano como principal factor de competitividad. Este cambio de perspectiva dejó sin piso el modelo de jefatura tradicional y quienes han tenido que asumir la posición de jefe desde ese momento, se han encontrado sin una guía precisa de cómo actuar con efectividad en adelante. En este sentido a los jefes les pasó lo mismo que les sucede a los padres, tienen que asumir su rol sin manual de instrucciones.
Esto hizo que el ensayo y el error se apoderaran de este papel sin llegar a una sistematización, de lo que un jefe efectivo debe hacer en esta época. Los jefes en su confusión, al no estar preparados para ejercer su rol en este nuevo entorno, cayeron en desgracia, lo cual volvió la situación tan crítica que hasta la misma palabra jefe fue desterrada del vocabulario formal de varias organizaciones. Esto tendría sentido si hubiera sido acompañado con un cambio en las estructuras organizacionales, para eliminar las jerarquías, porque mientras éstas se mantengan, los jefes seguirán necesitándose, sin importar el nombre que se les de.