carta editorial
Bonitas leyes,
insuficientes S
Ángeles Arias-Balderas angelesa@ganarsalud.com
Ganar Salud
i bien en breve entrará en vigor una nueva y muy acertada ley sobre la venta de antibióticos en farmacias sólo con prescripción, aún hace falta que se incluyan dentro de esta regulación otro tipo de medicamentos, como los analgésicos y antiácidos, pues también representan, aunque de forma un poco más moderada, riesgos para la salud. Por ello, no estará de más que, en el corto plazo, la autoridad amplíe su propuesta. En el mismo sentido, no solamente debería limitar dicha norma a la venta en farmacias, sino considerar también los medicamentos que se comercializan en tiendas de autoservicio y otras. Desafortunadamente, los mexicanos tenemos una cultura muy arraigada de la automedicación y pese a que la mejor medida para modificarla está en la educación, las acciones para detener un poco esta epidemia definitivamente deben llevarse al cabo ahora, ya que la resistencia de ciertos virus ha aumentado considerablemente, lo que no solamente pone en riesgo nuestra salud, sino la de las próximas generaciones, donde seguramente estarán nuestros hijos, nietos, bisnietos, etcétera. Pero más allá de las nuevas leyes y de su alcance, lo que hará que mejore el panorama respecto de este tema, es que se hagan cumplir. Efectivamente, tenemos muchas leyes y reglamentos muy lindos que no se aplican al pie de la letra, ni se hacen cumplir. Por ejemplo, desde hace mucho tiempo existe la norma que indica que quienes despachan en las farmacias deben ser médicos o químicos-farmacobiólogos; pero la realidad es muy distinta; de hecho, los propios representantes del sector así lo reconocen. Y aunque en este caso, la solución se plantea en el gobierno, nosotros como sociedad debemos colaborar al preferir, ante todo, recibir atención de médicos especialistas, evitar los remedios caseros y las recomendaciones sociales; no hay que olvidar que la mejor arma para tener siempre salud, es y será la prevención, aquella que involucra precisamente y entre muchas cosas, la visita regular al doctor, independientemente de la existencia de algún dolor.