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La historia de mi baile, la cuento con mis pies.

La historia de mi baile la cuento con los pies

Lina Hueso - @teta_tuo/ Erika Fuentes - @fue. gx/ Laura Rodríguez - @laura85rodriguezs/ Colectivo Ceiba

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Una y otra vez con la misma pregunta, con la misma molestia, con el vacío que nos habita. Otra vez intentando comprender la cara de los años que nos anteceden, otra cara de lo que somos, otras voces, otras formas de meter las manos, el cuerpo, meternos en nosotros, pero esta vez diferente, esta vez en otro lugar, otro momento y, lo más importante, junto a otros, que también se sienten convocados a prestar atención a una y mil voces que narran lo que fuimos y, en cierta medida, nos muestran los rasgos de lo que ahora somos como sujetos o como colectividad. Esta vez sucedió al interior del taller Cuente cuentos con los pies en el marco de la Semana de las memorias del 2019 en la IED Gonzalo Arango. Cuando hablamos de procesos comunitarios solemos escuchar la frase tejido social, en ocasiones no entendemos a que se refiere esto, sin embargo, no se trata solo del interés por entender, es indispensable vivirlo con todos los sentidos. El tejido nos remite a las manos y el tacto; la concentración y la vista, el orden y el desorden; las texturas y el cuerpo. Desde la cabeza hasta los pies, y asi, empezamos a tejer con los pies de otros. Esos pies que sostienen carne, espíritus, historias, narraciones; pies que sostienen, pero no son inamovibles, su dinamismo construye junto a otros y en ese hacer podemos encontrarnos y entrelazarnos armoniosamente o podemos, simplemente, enredarnos en el tejido. El taller realizado hizo énfasis en los pies y en las múltiples metáforas que, a partir de allí, pueden dinamizar la creación de historias. Así,

frases como: de dónde salir corriendo, dónde se levantan los pies del suelo, a dónde ir de puntitas, cuándo hay que pararse duro, se convirtieron en ejes desde los cuales los estudiantes escribieron y compartieron historias sobre sus memorias barriales, siendo así, tejido colectivo.

Es importante resaltar que el taller propició inicialmente un ejercicio personal, al permitir a cada estudiante recordar una historia asociada a su barrio, y luego, un ejercicio grupal, al compartir con otros y reconocer historias colectivas. Las historias se transformaron en apuestas gráficas que se ubicaron en diversos lugares del colegio, siendo así ejercicios cartográficos que relacionaron lugares del barrio con la institución que habitan cotidianamente.

Reconocer los pies como portadores de historias nos llevó a reconocer el cuerpo y el territorio como constructores de memoria, reconocemos nuestros pasos y así proyectamos el camino. Además, logramos pensar en el colegio como un territorio lleno de territorios, un espacio en el que caben muchos mundos con sus historias a cuestas. El taller y la Semana de las Memorias son escenarios para reconocer que en la escuela habitan seres llenos de cuentos que podemos tejer y re-tejer.

*Ceiba es una semilla en germinación que se nutre de los cuestionamientos que nos generan el cuerpo, la memoria y el territorio. Se fortalece gracias al encuentro, el arte, la cultura y el reconocimiento de los otros.

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