Prosa y Rima Por: Rocio Sierra Fotografía: Oskar Ruizesparza
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Conversación con Dios. Morante lo sabía. Caído el sexto de la tarde tenía una cita importante. No era como las que solía tener con empresarios o firmas para reportajes. Mucho menos con amigos; era la cita de su vida... -¿Que tal, Señor, quería verme?- dijo Morante con voz queda al llegar a la intimidad de la Capilla. -Si, José Antonio- contestó - pero quiero hablarte de tú a tú, de Maestro a Maestro. Quiero charlar contigo con respecto a las reflexiones que hago cada tarde en la que te presentas en las plazas; porque sí, me gustan los toros, me gusta sentarme en domingo a ver las corridas... Morante, fijo y serio, con puro en boca y el entrecejo levantado, asomando
admiración, lo miraba y escuchaba, atento, cual niño enterándose de las historias familiares. Dadas las circunstancias actuales -prosiguió El - cada vez más hombres están en contra de lo que tú haces. Esto de matar animales a muchos no les parece, y lo sabes, no te digo ninguna novedad. Las discusiones entre ustedes los humanos... los pro y los anti, los viejos y sus nietos, lo tales y los cuales... Hacen que se olviden que también esto pertenece a la Creación. ¿De eso quería hablarme? -interrumpió el torero- por que... No quiero que hablemos de esto; iré más directo - le contestó firme al torero. Cada