

Dirofilariosis canina:
Aspectos clínicos, diagnósticos y terapéuticos
Sergio Villanueva-Saz
Maite Verde Arribas
Víctor Martín Santander
María Borobia Frías
Javier Asín Ros



Antonio Fernández Casasnovas



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Publicado y distribuido por:
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Constitución 1 PB 3 08960. Sant Just Desvern Barcelona (España) www.fatroiberica.es
Autores:
Dr. Sergio Villanueva-Saz
Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza (España)
Dra. Maite Verde Arribas
Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza (España)
Víctor Martín Santander
Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza (España)
Dr. Antonio Fernández Casasnovas
Facultad Veterinaria de la Universidad de Zaragoza (España)
María Borobia Frías
Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza (España)
Dr. Javier Asín Ros
California Animal Health & Food Safety Laboratory System. University of California, Davis (Estados Unidos).
Ilustrador, diseño y compaginación:
Fernando San Mateo Gil
ISBN 978-84-09-16735-7
Impreso en España
Prefacio
Dirofilaria immitis y Dirofilaria repens son los dos principales parásitos filaroides que afectan a los carnívoros domésticos y a los seres humanos en Europa. D. immitis provoca problemas en el sistema cardiovascular y D. repens prefiere el tejido subcutáneo y es endémica en el sur de Europa. Los mosquitos vectores están encontrando zonas geográficas con las condiciones climáticas adecuadas para expandirse y colonizarlas por lo que la dirofilariosis es una enfermedad vectorial que se está encontrando en muchas regiones en las que no se creía que pudiese llegar como los Pirineos, o los Alpes.
Los autores de esta monografía vivimos en zonas en las que las enfermedades vectoriales son muy comunes y nos suponen un reto diagnóstico constante. Por otra parte, se nos plantean repetidamente preguntas sobre los vectores, sobre cuál es la mejor forma de prevenir su acción, sobre el tipo de tratamiento que se aplica al perro ya enfermo, sobre los riesgos para los seres humanos que conviven en el entorno de los animales de compañía, entre otras. Por ello hemos considerado que debíamos aunar todas las dudas, escribir nuestra visión del problema de la dirofilariosis aportando respuestas, e ilustrar los conceptos con imágenes que ayuden a visualizar y entender el problema.
Este libro nace de la ilusión de sus autores por poner su conocimiento, sobre diversos aspectos de la dirofilariosis, a disposición de otros profesionales y de los estudiantes de veterinaria.
No hemos querido hacer un tratado sobre la dirofilariosis, sino una monografía en varios capítulos de lectura sencilla, cada uno de los cuales trata un aspecto diferente de la enfermedad: la etiología, la patogenia, los aspectos clínicos, el problema en los seres humanos, las dificultades diagnósticas y las técnicas más asequibles y precisas, el tratamiento, y las medidas preventivas en las zonas endémicas para controlar el vector.
En cada uno de estos apartados se aporta una información actualizada y seleccionada por su relevancia. Además, en cada capítulo, se incluyen imágenes impactantes que ayudan a comprender los conceptos analizados.
Para elaborar el trabajo que os presentamos, hemos contado con la desinteresada colaboración de diversos veterinarios y médicos que nos han aportado su punto de vista y sus fotografías. Muchísimas gracias a todos, esperamos que lo que ha quedado plasmado en estas páginas sea de vuestro agrado.
Esperamos que os ayude a los clínicos veterinarios en vuestra actividad diaria y que, por tanto, constituya una herramienta de consulta habitual en vuestro quehacer diario.
Nuestros saludos más cordiales para todos.
Los autores
En Zaragoza a 30 de Marzo de 2020
Dirofilariosis canina: aspectos clínicos, diagnósticos y terapéuticos
Etapa larvaria
Gota de hemolinfa conteniendo las larvas L3 (Formas infectantes)
10-30 días (dependiendo de la temperatura ambiental)

Ciclo biológico de Dirofilaria immitis ▲ Ciclo biológico de D. immitis
Etapa larvaria


Microfilaria en sangre (Etapa prelarvaria)
L3 L4
Etapa adulta 3 días
L5
45-65 días

4-5 meses
Adultos (6-7 meses post-infección)





Las personas y los gatos no son hospedadores vertebrados adecuados para el parásito. En personas el parásito no es capaz de convertirse en formas adultas sexualmente maduras capaces de producir microfilarias. En el gato, la microfilaremia es ocasional, lo normal es que no aparezca, y si lo hace, es de corta duración.












Ciclo biológico de Dirofilaria immitis
La dirofilariosis cardiopulmonar es una enfermedad de transmisión vectorial causada por el nemátodo Dirofilaria immitis, que se engloba dentro de la superfamilia Filaroidea, denominándose comúnmente los parásitos de esta superfamilia como filarias, debido a la apariencia filiforme de las formas adultas (Figura 1.1). Desde un punto de vista histórico, la primera observación de D. immitis en un perro la realizó un noble italiano llamado Francesco Birago en 1626, en su obra Tratado Cinegético. Este autor describe los siguientes hallazgos en la necropsia de un perro de caza: “Dos gusanos que son largos como medio brazo y más gruesos que un dedo y rojos como el fuego”. Birago identificó erróneamente a los gusanos como las fases larvarias de Dioctophyma renale. Años más tarde, en 1679, el médico francés Panthot describió la presencia de gusanos en el corazón de un perro, realizando además el primer dibujo del parásito. Pero la denominación de Filaria fue propuesta por el parasitólogo americano Josep Laidy en 1856. Posteriormente, en 1911, el género fue renombrado Dirofilaria por los parasitólogos franceses Railliet y Henry.
La historia del origen de la palabra Dirofilaria proviene del latín: dîrus + fîlum. El término dîrus, es un adjetivo que hace mención a siniestro, terrible, cruel. Por el contrario, el término fîlum, es un sustantivo y hace referencia a hilo, cuerda, trama.
El parásito para completar su ciclo de vida requiere de un hospedador vertebrado y un hospedador invertebrado (Figura 1.2). Entre los hospedadores vertebrados, el perro ocupa un lugar preponderante, dado que el parásito le produce importantes lesiones y además es considerado el principal reservorio de la infección. No hay que olvidar que también otros mamíferos pueden verse afectados, incluyendo animales de compañía como el gato (Figura 1.3) y el hurón (Figura 1.4); y a nivel de fauna salvaje, distintos cánidos y félidos. Desde un punto de vista zoonótico, el ser humano puede verse afectado por esta enfermedad, sin embargo, el parásito no es capaz de desarrollarse hasta la forma de parásito adulto actuando el hombre como hospedador aberrante.


tamaño y presentan una cola en espiral, mientras que las hembras más grandes y la cola no se dispone en espiral. Desde un punto de vista de longevidad, los adultos pueden llegar a vivir entre 5 y 7 años.


por el
▲ Figura 1.4 Los hurones pueden verse afectados
parásito, sin embargo, la información disponible de la enfermedad en el hurón es muy limitada. Hurón macho de 2 años de edad que acude para realizarse un chequeo general anual. Cortesía de Jacobo Giner.
▲ Figura 1.3 D. immitis en el corazón de un gato. Cortesía de la American Heartworm Society.
▲ Figura 1.2. Adulto y formas inmaduras de mosquitos del género Aedes. Cortesia de la Dra. Analía Gabriel.
Ciclo biológico
HUEVOS


Huevos:

Localización con respecto a la superficie de agua:
Entre los hospedadores invertebrados implicados en el ciclo de D. immitis se hallan diferentes especies de mosquitos culícidos de géneros tan diversos como Culex, Aedes, Ochlerotatus, Anopheles, Coquillettidia, Armigeres y Psorophora (Figura 1.5).
Subfamilia Anophelinae

Presencia de una especie de flotadores laterales.


Subfamilia Culicinae



En paralelo.
Respiración a través de un par espiráculos al final del abdomen.

ADULTO (4 fases)


Respiración a través de sifón respiratorio:



Palpos hembras:
▲ Figura 1.5. Ciclo biológico de los mosquitos transmisores del parásito.


▲ Figura 1.6 Esquema de la etapa prelarvaria (Mf: microfilaria) y de los diferentes estadios larvarios (L: estadio larvario) de D. immitis cuando se encuentra en el hospedador invertebrado.


Es capaz de moverse sobre todo en situaciones de peligro.

Largos y rectos como la probóscide. Posición de los adultos en reposo diferente.

Algunos géneros ponen los huevos de forma individual, mientras que otros géneros los agrupan en forma de balsas.




Suspendida a través del sifón respiratorio. Respiración a través de un sifón respiratorio con espiráculos al final del abdomen.


Es capaz de moverse sobre todo en situaciones de peligro.

Más cortos que la probóscide. Diferencias en la posición en reposo de los adultos.
En el interior de los mosquitos, D. immitis solamente experimentará una serie de mudas para transformarse finalmente en larva infectante, sin que se produzca multiplicación alguna de las larvas en los mosquitos (Figura 1.6).
En el perro, los parásitos adultos se localizan principalmente en arterias pulmonares. Pero en las fases avanzadas de la enfermedad se instalan en el corazón derecho, de ahí que la enfermedad reciba la denominación de cardiopulmonar.
Las formas adultas tienen aspecto blanquecino con sexos diferenciados: los machos adultos son de una menor longitud (12-18 cm) que las hembras adultas
(25-30 cm). Además los machos tienen una cola en espiral, mientras que la de las hembras es redondeada (Figura 1.7).
En condiciones naturales, para que se inicie el ciclo de transmisión en el hospedador vertebrado, es condición necesaria que una hembra de mosquito que contenga larvas en estadio L3 infectante (etapa larvaria) se alimente de la sangre del hospedador (Figura 1.8). El mosquito presenta unas estructuras bucales llamadas estiletes que cortan la piel y una de las partes de la boca (el labio inferior) se dobla hacia atrás, de tal forma que la punta del labio se rompe expulsando una gotita de hemolinfa conteniendo larvas en estadio L3 sexualmente diferenciadas, las cuales se introducirán a través de la herida generada por el mosquito.


Una vez que la larva en estadio L3 se encuentra dentro del hospedador vertebrado, comienza su fase tisular, migrando al tejido subcutáneo donde muda en 3-4 días a larva en estadio L4. La larva en estadio L4 migrará a través de fibras de la musculatura y mudará a larva en estadio L5 (adultos en desarrollo sexualmente inmaduros) entre los días 45 y 65. A con tinuación, estas larvas en estadio L5, localizadas en la musculatura, penetran venas y pasan a circulación sistémica hasta alcanzar los vasos pulmonares, con la llegada de to dos los adultos inmaduros entre los 90 y 120 días. A partir de este momento, los adultos tardan 3 meses en madu rar y en convertirse en adultos sexual mente maduros (Figura 1.9) con un importante incremento de su tamaño. Tras la reproducción de los adultos, las hembras sueltan las microfilarias a partir de los 6-7 meses después de la in fección (Figura 1.10), momento en el que es posible detectarlas en sangre periférica

Músculos celomiarios/polimiarios
Cordones laterales
Útero
Cutícula lisa
Músculos celomiarios/polimiarios

▲ Figura 1.8 Hembra de Aedes albopictus alimentándose de sangre. Cortesía de James Gathany.
▲ Figura 1.7 Parásitos adultos de D. immitis: el gusano de la izquierda es un macho (terminación de la cola en espiral) y el gusano de la derecha es una hembra.
Cordones laterales

▲ Figura 1.11 Microfilarias en el interior de una hembra adulta de D. immitis. Las hembras son vivíparas y después del apareamiento liberan las microfilarias a circulación sanguínea.

▲ Figura 1.12 Microfilaria de D. immitis en movimiento. Examen al microscopio de una gota de sangre fresca. 40x. Hay que recordar que las microfilarias pueden llegar a vivir en torno a 1-2 años en el interior del perro.

▲ Figura 1.13 Distribución de Wolbachia en Brugia malayi Corte transversal de una hembra adulta, Wolbachia se detecta porque se han marcado específicamente las proteínas de la superficie de Wolbachia con un anticuerpo. La bacteria (en rojo) está presente en los cordones laterales (CL) y los ovarios (O). La distribución de Wolbachia en D. immitis y D. repens es muy similar. Cortesía del Dr. Barton E. Slatko.
(Figura 1.11). En comparación con las formas adultas, las microfilarias presentan tamaño mucho menor, concretamente, una longitud que oscila entre los 218-273 µm (Figura 1.12).
Para que el ciclo de transmisión continúe, una hembra de mosquito se alimentará nuevamente de sangre de un hospedador infectado ingiriendo sangre con microfilarias (etapa prelarvaria). En el mosquito, las microfilarias se transforman en larvas en estadio L1 (etapa larvaria) y estas larvas viajan desde el intestino hasta llegar a los túbulos de Malpighi donde se desarrolla la larva en estadio L1, luego muda a larva en estadio L2, y posteriormente a larva en estadio L3, que es la forma infectante. Es esta larva la que migrará por el interior del cuerpo del mosquito hasta alcanzar las piezas bucales (labio), donde permanecerá hasta que el mosquito se alimente nuevamente. El desarrollo de la etapa larvaria en el mosquito se suele completar en 10 a 14 días a temperaturas ambientes de unos 21°C, llegando a durar 30 días a temperaturas de unos 10°C. En cuanto a los hábitos de alimentación de los mosquitos, tanto las hembras como los machos se nutren a base de hidratos de carbonos (néctar y azúcares) de vegetales. Sin embargo, los machos no transmiten la infección y no tendrán la misma importancia epidemiológica que las hembras, las cuales necesitan ingerir sangre para el desarrollo de los ovarios y la producción de los huevos (Tabla 1.1).
Papel de la bacteria Wolbachia
La presencia de la bacteria del género Wolbachia (Wolbachia pipientis) en nemátodos de tipo filaria se describió por primera vez en 1975 en el Reino Unido. Se observaron mediante microscopía electrónica unas estructuras intracelulares ocupando el citoplasma de las células de tejidos hipodérmicos de larvas de D. immitis y de Brugia pahangi, una filaria que se localiza en vasos linfáticos de perros y gatos, encontrándose presente en el sudeste de Asia. Estos cuerpos inusuales se asemejaban a bacterias Gram negativas, muy similares a bacterias rickettsiales o de tipo clamidia. En la década de los años 90 del siglo XX, la disponibilidad de técnicas moleculares permitió identificar taxonómicamente la bacteria Wolbachia en parásitos adultos de D. immitis sin ningún tipo de duda. La presencia de esta bacteria se ha descrito en otras filarias que afectan al ser humano como Onchocerca volvulus, Wuchereria bancrofti y Brugia malayi (Figura 1.13). Además, en el caso de Dirofilaria repens, esta bacteria igualmente ha sido identificada en su interior.
La asociación y relación que existe entre Wolbachia y las filarias en las que se ha detectado su presencia se podría definir como una forma de mutualismo. Los estudios filogenéticos muestran una co-evolución estable implicando una dependencia mutua. Por otro lado, en todas las especies de filarias en las que se ha detectado Wolbachia, se ha comprobado que cuando la bacteria es atacada con antibióticos efectivos, se producen una serie de efectos perjudiciales que afectan a la fertilidad, desarrollo y viabilidad de las propias filarias. Todo ello, en definitiva, demostraría la relación simbiótica obligatoria entre ambos organismos.
En el interior de D. immitis, Wolbachia se encuentra presente en todas las etapas del ciclo biológico del parásito (procesos de muda), tanto en machos como hembras adultas, concretamente en los cordones laterales, formando pequeñas agrupaciones o de forma aislada. Además, en las hembras también se localizan en los órganos
genitales (ovarios, oocitos y en los embriones en desarrollo), mientras que en el caso de los machos adultos, parece que Wolbachia no se encuentra en su aparato reproductor. La transmisión de la bacteria se produce verticalmente, de la filaria madre adulta a la descendencia. Wolbachia está presente en los oocitos antes de la fertilización.
Desde un punto de vista de la fisiopatología de la enfermedad en el perro, se ha visto que Wolbachia juega un papel en la inmunomodulación y la respuesta pro inflamatoria frente al nematodo por parte del hospedador vertebrado, contribuyendo de forma importante a la supervivencia del parásito.
Características morfológicas
• Pequeño tamaño con una longitud corporal de 2-10 mm.
• Su cuerpo está dividido en cabeza, tórax y abdomen.
• Todo su cuerpo (tórax y abdomen) y las alas están recubiertas de escamas.
• En la cabeza tiene una probóscide formada por un haz de estiletes para alimentarse.
• Alas: ◌ Son largas y estrechas, contando con dos alas (díptero).
◌ Recorridas con una franja de escamas estrechas a lo largo de su borde posterior.
◌ En reposo, sus alas están plegadas.
• Existen diferencias morfológicas entre mosquitos de la subfamilia Culicinae (Culex, Aedes) y de la subfamilia Anophelinae (Anopheles) para su identificación entomológica.
Comportamiento
Longevidad
Alimentación
• Presentan diferente comportamiento dependiendo de si se trata de subfamilia Culicinae o subfamilia Anophelinae
• Variable en función de la especie.
• Hembras: 2-4 semanas.
• Machos: longevidad inferior a las hembras.
• A base de hidratos de carbonos (néctar y azúcares vegetales) tanto machos como hembras.
• Solamente las hembras son hematófagas, ingiriendo sangre para el desarrollo de los ovarios y la producción de huevos.
• Patrones de alimentación: dependiendo de la especie de mosquito, las hembras para alimentarse pueden tener diferentes preferencias del hospedador vertebrado.
Estímulos que guían a las hembras en busca del hospedador vertebrado
Época del año que se encuentran activos los adultos
Periodo de actividad durante el día de las formas adultas
Lugar de actividad de las hembras adultas
Ambientes de desarrollo
Vuelo
Características de la picadura
• Señales olfativas.
• Señales visuales.
• Orientación a la dirección del viento.
• Calor corporal desprendido por el hospedador vertebrado.
• Producción de CO2
• Están activos a temperaturas suaves (de primavera a otoño).
• A bajas temperaturas entran en letargo.
• Actividad crepuscular y nocturna.
• Algunas especies pueden tener actividad diurna.
• Hay especies que prefieren alimentarse dentro de las viviendas (endofagia), mientras que otros prefieren alimentarse fuera de ellas (exofagia), y tras la ingesta de sangre, algunos mosquitos prefieren reposar dentro de la vivienda (endofilia) y otros en el exterior (exofilia).
• En ocasiones, la búsqueda de un hospedador para alimentarse de su sangre implica el recorrido de una larga distancia, posándose sobre la piel, evalúan al hospedador y finalmente ingieren sangre si el hospedador es el adecuado.
• Lugares de desarrollo de las formas inmaduras: ambientes acuáticos.
• Lugares de refugio de las formas adultas: cualquier lugar que sirva de resguardo (temperatura y humedad adecuadas) y que en el caso de las hembras, sirva de descanso para digerir la sangre y producir los huevos.
• Buenos voladores, pudiendo desplazarse varios kilómetros si las condiciones ambientales son favorables.
• La picadura es rápida y de muy corta duración. Una hembra tarda en alimentarse unos pocos minutos.
• Lugar de la picadura: zonas desprovistas de pelo o con menor densidad de pelo.
• Los mosquitos presentan unas estructuras bucales llamadas estiletes los cuales cortan la piel del hospedador realizando una serie de movimiento en forma de sierra.
• En ocasiones fenómenos alérgicos locales (eritema y prurito) en el lugar de la picadura como consecuencia de la reacción a los componentes de la saliva.
▲ Tabla 1.1 Características principales de los mosquitos transmisores.
Dirofilariosis canina: aspectos clínicos, diagnósticos y terapéuticos
Epidemiología
Dirofilaria immitis
Países endémicos
Países con casos esporádicos
▲ Figura 2.1 Distribución de la dirofilariosis cardiopulmonar en Europa.