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Revista digital de Estudios del Patrimonio Cultural Edita SERCAM, Servicios Culturales y Ambientales, S.C. Acceso gratuito en: www.sercam.es Nº 04. Mayo de 2010 ISNN: 1988-8015 Consejo editorial: Alicia Gómez Pérez, Pedro Javier Cruz Sánchez y Roberto Losa Hernández Contacto: info@sercam.es

Foto portada: Centro de Interpretación del Folklore y la Cultura Popular. San Pedro de Gaíllos, Segovia. Foto: SERCAM, S.C. Foto contraportada: Vista del Fuerte Nuevo de Torregamones, Zamora. Foto: Pedro Javier Cruz Sánchez.

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ÍNDICE EDITORIAL

3

J. Álvaro Arranz Mínguez ETNOGRAFÍA Ensayo de tipología de las construcciones secundarias en piedra seca en las Arribes del Duero salmantinas.

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Pedro Javier Cruz Sánchez MUSEOGRAFÍA E INTERPRETACIÓN DEL PATRIMONIO Socialización, puesta en valor e interpretación para la gestión del patrimonio cultural y natural a escala local. Programación, ejecución y reflexiones en Cogeces del Monte, Valladolid.

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Consuelo Escribano Velasco Cómo se gestó el Museo Provincial del Vino de Peñafiel

50

Alicia Gómez Pérez y J. Álvaro Arranz Mínguez El Centro de Interpretación del Folklore y la Cultura Popular de San Pedro de Gaíllos, Segovia

65

Arantza Rodrigo Martín 81

Civitates, una exposición conmemorativa. Antonio Sánchez del Barrio FRAGMENTOS ESGOGIDOS Clunia

91

2


EDITORIAL J. Álvaro Arranz Mínguez

E

L TESORO DE MIGUEL DELIBES “A mi hijo Germán y a cuantos dedican su vida a investigar nuestras raíces”

Con esta sentida dedicatoria que encierra un profundo

reconocimiento y agradecimiento se inicia la novela ‘El Tesoro’. Las tardes de lectura y sueños, de tiempo libre y naturaleza, de recogimiento en la soledad de casa o de aislamiento entre los avatares de ese ir y venir tan de nuestros días. Donde sea, pero con un libro entre las manos, con la historia, la hábil ficción envolvente que emplaza a la realizad, o quizá no. Donde sea y cuando sea, pero acariciando el tesoro, ese tesoro que tiene la gracia de transportarnos a otros mundos, de mostrarnos otras realidades, de enseñarnos otras vidas y de permitirnos volar sobre ellos.

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Y en este caso el tesoro no está oculto en las entrañas de la tierra, esquivo a las miradas codiciosas, perdido. Lo encontramos a plena luz del día, o por la noche bajo la luz inquisitiva del flexo. Para verlo, para descubrirlo, sólo tenemos que volver sus pastas y ojear sus hojas, atrevernos a leer las palabras, a interpretar los raros caracteres que impregnan las páginas antaño de un blanco virginal y ahora manchadas con los pensamientos de los hombres. Y en este caso el tesoro estaba en la pluma de Miguel Delibes, en la serena conciencia de esta tierra, de la Tierra. Viejas historias contadas por hombres viejos, caminos que no siempre llevan a alguna parte, sueños de cazadores y emigrantes en busca de su peculiar fortuna, horas de soledad, inocentes en un mundo despiadado, héroes sobrepasados por la vida, fondos grises de existencias monótonas, disputados señores Cayos en geografías ya imposibles de recuperar, hojas rojas que marcan el final… De regreso a los orígenes, a nuestras raíces en este terruño ingrato, nos encontramos con el mismo acontecer de siempre, con las mismas penurias. Afortunadamente la mente ecuánime y, a la vez soñadora, de D. Miguel supo reconocer la labor de todos aquellos que de una u otra forma ayudamos a conocer, conservar y mostrar nuestro Patrimonio. Si él lo reconoció seguro es que comprendió nuestro mérito. Desde estas páginas todos los que hacemos y colaboramos en la Revista de Estudios del Patrimonio Cultural queremos reconocer a D. Miguel Delibes sus palabras de aliento, sus palabras mágicas, bellas, dolidas, únicas. Gracias.

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ENSAYO DE TIPOLOGÍA DE LAS CONSTRUCCIONES SECUNDARIAS EN PIEDRA SECA EN LAS ARRIBES DEL DUERO SALMANTINAS Pedro Javier Cruz Sánchez

RESUMEN: La realización en el invierno de 2008/2009 de un inventario de arquitectura de carácter agro-pastoril en el Parque Natural de las Arribes de Duero salmantinas, nos ha dado pie a establecer una suerte de tipología constructiva que caracteriza a aquel espacio del NO salmantino. Estos tipos cuentan con una serie de variantes que mostramos en las páginas que siguen a continuación. PALABRAS CLAVE: Arribes del Duero salmantinas; arquitectura subsidiaria. Tipología constructiva. Chozos, chiviteros, arrimachos.

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S

e concitan en Las Arribes del Duero salmantinas, una de las comarcas que mejor conserva su patrimonio arquitectónico tradicional1, una importante variedad de tipos constructivos relacionados con la actividad agro-pastoril, los cuales son además muy

numerosos. Aún cuando el grueso del catálogo que presentamos se centra en lo que hemos dado en llamar de una forma un poco genérica refugios de piedra (esto es, chozos, arrimaderos, pocilgas y chiviteros) no hemos olvidado, cuando nos han salido al paso, otros elementos que se encuentran indisolublemente asociados a aquellos como pueden ser pontones o pasiles, fuentes

y charcas, cortinas y cierros, tenadas o molinos de rodezno. Tampoco toda una serie de construcciones situadas dentro de los cascos urbanos o en sus inmediaciones como los pajeros de la comarca de La Ramajería o los boíles del Abadengo, que entran a formar parte del paisaje paleo-económico del Parque Natural. Chozos, arrimaderos y chiqueros son los actores principales de ese paisaje antiguo, a veces fosilizado en hojas que han sobrevivido a los avatares del tiempo, el cual con su presencia nos está indicando viejas formas de construir, viejas prácticas agrarias o inveteradas costumbres arraigadas en las gentes de la región. Son estos tipos constructivos el objeto principal del trabajo que hemos llevado a cabo; aún cuando muestran unas características similares en todos los casos, de su análisis pormenorizado podemos obtener importantes datos acerca de su tipología, forma, función y cronología, hasta ahora poco considerados en la bibliografía científica. Este conocimiento de primera mano nos habrá de servir además a la hora de proponer tanto posibles propuestas de protección y puesta en valor de un tipo de bien que sufre las amenazas de los nuevos usos del suelo y sobre todo, de su desaparición motivada por el abandono del campo. Conscientes de este patrimonio cultural, en grave peligro de extinción, el Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León de Salamanca2 en colaboración con el Servicio de Medio Ambiente de la misma administración, gestor además del Parque Natural de Las Arribes de Duero, nos encargó en otoño de 2008 un catálogo de este tipo de construcciones secundarias, con el fin de contar con un instrumento de primera mano a la hora de llevar a cabo cualquier tipo de actuación sobre un vasto territorio que se encuentra en el NO de la provincia de Salamanca, justo en la frontera con la provincia de Zamora, al norte, y Portugal, al oeste. El inventario se llevó a cabo entre los meses de octubre y noviembre de 2008 y enero de 2009 y gracias al mismo se han catalogado tres centenares largos de construcciones de las cuales damos sucinta cuenta en las páginas que sigue a continuación. 1

Benito Martín, F. La arquitectura tradicional en Castilla y León, vol. 2: 732. Junta de Castilla y León. Valladolid.

2

En este sentido hemos de agradecer a Consuelo Escribano Velasco, arqueóloga entonces de dicho Servicio y a Francisco Bolaños,

ingeniero del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León en Salamanca, todas las ayudas prestadas para la consecución de este trabajo.

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Forma y función de las construcciones en piedra seca del NO salmantino. El objeto principal del trabajo que hemos efectuado son los refugios de piedra de Las Arribes del Duero salmantinas; es en el cobijo de personas, animales o enseres donde encuentran estas construcciones toda su razón de ser. Aún con todo este uso como refugio, innegable en el caso de los arrimaderos o arrimachos como también se les conoce, cabe ser puntualizado. Así las cosas, la función de estas construcciones es sustancialmente diferente si nos encontramos ante chozas localizadas en tierras de labor, olivares, almendrales y viñedos, ante construcciones levantadas en las zonas de monte o en las barreras que dan acceso a los ríos o las que se encuentran en las zonas abiertas de pasto y en los encinares de los espacios adehesados. La misión principal de estos tipos es la de proteger de las inclemencias del tiempo, bien sea de la lluvia bien de los vientos de poniente que son los predominantes en la comarca. Este hecho marca una de las primeras características de estas construcciones cual es la de situar sus puertas o espacios de acceso al este o sureste, rara vez al norte, a salvo por tanto del ábrego, que es el que trae las lluvias en la región. Se trata por otro lado, de refugios temporales para las personas, de ahí que se localicen en los espacios de trabajo de aquellos; encerrados en cortinas, bien adosados a ellas o exentos, o dispuestos en baldíos o zonas de monte alto, son espacio al abrigo del viento pero también del agua, como lo prueba que la mayor parte de los mismos se levanten directamente sobre pequeños resaltes rocosos, a salvo de eventuales corrientes de agua, tan frecuentes en épocas de lluvia en todo el oeste salmantino. A la par que refugios ocasionales, algunas de las chozas arribeñas han servido, según los diversos testimonios recogidos en la zona, como habitaciones temporales. Si bien la mayor parte de estas construcciones tienen unos diámetros interiores que no superan los 3 metros y que en su mayor parte se corresponden con auténticos refugios, existen algunas que exceden estas dimensiones –la choza que hemos catalogado en San Martín, localidad pedánea de La Fregeneda, tiene un diámetro que supera con creces los 5 m-, correspondiéndose en este caso con auténticas viviendas, tal y como nos ha confirmado posteriormente la información oral. Incluso estas cabañas estacionales contaron en un momento dado con un sencillo mobiliario consistente en bancos y artesas de piedra. Tal y como podemos comprobar en el tomo correspondiente, algunas de las chozas documentadas sirvieron de puesto de guardia fronteriza –tal y como ocurre en Hinojosa de Duero-, para el control de los pasos de personas y mercancías, legales y de contrabando entre España y Portugal. Documentamos en Las Arribes del Duero salmantinas unas particulares construcciones, casi idénticos en lo formal a los chozos anteriormente referidos, destinadas al refugio de los

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animales; nos referimos concretamente a los chiviteros o chiqueros, destinados a las cabras, pocilgas, chozas de pequeño tamaño con corral delantero localizadas en la comarca de La Ramajería y gallineros, construcciones anejas a los chozos de las cortinas que se levantan en la orla periurbana de Vilvestre, en plena comarca de La Ribera. Cuentan estas chozas con una función a caballo entre el refugio y la caseta de era o guardaviñas, propias éstas de las tierras centrales de la Meseta. Son las construcciones situadas en las cortinas abiertas al cultivo las que fueron utilizadas, tal y confirma la información oral, para guardar los aperos de labranza, función que alguna conserva hoy en día. Es curioso como se suelen levantar –Trabanca, Lumbrales, La Fregeneda…-, de manera aislada en los sectores centrales de las tierras de cultivo, sobre apenas destacados altozanos, en los espacios de mayor altura de las mismas. Refugios para personas, para animales, eventuales viviendas o chozos destinados a guardar los aperos de labranza forman parte de un tipo constructivo muy común en toda la franja occidental de la provincia que muestra en prácticamente todos los casos, una serie de caracteres comunes a todos ellos. En primer lugar, hay que destacar el uso exclusivo de la piedra en seco en el levantamiento de la estructura; se localizan Las Arribes del Duero salmantinas en un terreno de penillanura, de perfil aparentemente plano pero que deja entrever los enormes contrastes existentes entre los profundos escobios que forman los ríos Tormes y Duero, en el extremo noroccidental de la comarca, y las venas secundarias que desaguan a aquellos y las extensas planicies de las tierras que se encuentran a naciente, alteradas por curiosas formas de relieve tales como los asomos duros –domos o inselbergs y berrocales– de granito o los crestones de pizarra y cuarcita, dispersos por los interfluvios los cuales aparecen delimitados por valles estrechos y riberas que discurren en sentido este-oeste a buscar aquellas arterias principales3. Nos encontramos en los dominios del granito y de la pizarra, materiales paleozoicos que encuentran el límite en la comarca del Abadengo, donde se disponen los últimos retazos pizarrosos hacia el sur y aparece en su lugar la penillanura granítica que se extiende hacia el norte hasta alcanzar las tierras del Sayago. Se trata de un terreno que cuenta con una altura media de 750 m tajados por las cortaduras del Duero, Tormes, Huebra, Uces o Águeda los cuales, sin embargo, ocupan una pequeña porción de la superficie. Esta relativa uniformidad de la llanura se encuentra matizada por la presencia de pequeños enclaves rocosos singulares, más resistentes que el granito, como los sierros, espinazos rectos afilados y alargados que destacan en el paisaje como el que se levanta en término de Cerezal de Peñahorcada4.

3

Cabero Diéguez, V.; Cascos Maraña, C. y Calonge Cano. G. (1987): Geografía de Castilla y León. Los espacios naturales: 11-12.

Ed. Ámbito. Valladolid. 4

Ibidem, 14.

8


Pizarra, granito y cuarcita son, por tanto, la materia prima que encontramos en la totalidad de los chozos y marcan perfectamente los límites de la penillanura pizarrosa, al mediodía, de la granítica, al norte. Se emplea un material constructivo cuyas fuentes de aprovisionamiento se encuentran en las inmediaciones del lugar donde se levanta el chozo. No se documentan materiales que no se encuentren en el entorno ni otros tipos como el ladrillo, el adobe o el tapial. Curiosamente el elemento vegetal, tan abundante en el entorno, apenas si entra a formar parte de estas construcciones. A veces lo encontramos en el interior de las chozas formando parte del interior de la cubierta o en la zona del acceso, pero poco más. Al contrario que lo que sucede con las chozas de algunos puntos del Sistema Central –Riofrío o Navalosa, ambas en Ávila, por citar dos de los municipios con las construcciones más representativas-, el sistema de cubrición de los chozos y chiqueros se realizó por medio de la aplicación al exterior de una fina capa de tierra (se emprada en terminología de la zona) que permite el nacimiento de una rala vegetación que semeja las auténticas cubiertas vegetales. Aquella solución aparece exclusivamente en las cubriciones de las tenadas, actualmente en peligro de extinción, como la que encontramos en Saldeana, realizadas con escobas, posiblemente uno de los últimos ejemplos de Las Arribes salmantinas. El uso de las cubiertas de tierra se ha de poner en relación con la propia técnica de construcción de aquella por aproximación de hiladas, formando así cerramientos de falsa cúpula. Los chozos de piedra se podrían caracterizar tal y como lo hace Mena Cabezas como “construcciones abovedadas, de planta circular, por lo general exentas”5, levantadas con piedras en seco sin evidencias de labra, a veces recibidas con barro, con escasos vanos o ninguno y de reducidas dimensiones. Aunque se han escrito numerosos trabajos acerca del origen y el desarrollo de las construcciones circulares en la Península Ibérica6, se viene aceptando que estas construcciones nacieron al hilo de los movimientos ganaderos trashumantes de la Mesta, si bien estos elementos se han perpetuado una vez que este sistema económico dejó de tener importancia económica, aunque se han conservado hasta nuestros días, esta vez insertos en una economía agro-pastoril de carácter casi autárquico. Las piedras más grandes y alargadas se suelen colocar en la base a modo de cimentación de la construcción y en las cubiertas abovedadas; así mismo, las jambas y dinteles se conformaban por medio de lajas de mayor o menor tamaño. El cuerpo circular del chozo suele

5

Mena Cabezas, I. R. (2003): “Humildes moradas. Recuperación de la arquitectura tradicional de chozos de piedra en Palomero”,

Revista Piedra con Raíces, nº 58: 50. Cáceres. 6

García Bellido, A. (1967): “Sobre la extensión actual de la casa redonda en la Península Ibérica”, Revista de Dialectología y

Tradiciones Populares, tomo XXIII: 41-54. Madrid.

9


seguir, tal y como apunta Bernabé Salgueiro7 una pauta de clara proporcionalidad esto es, a mayor altura y anchura de las cubiertas, mayor altura y anchura de las paredes. Por lo general, el grosor de las paredes de mampostería, las cuales en bastantes ocasiones utiliza la argamasa de barro, oscila en torno a los 60 y los 90 cm. Como ocurre en este tipo de construcciones de falsa cúpula, los paramentos internos y externos dejan de ser paralelos a partir de cierta altura, que gira en torno a un metro, momento en el que comienzan a ser convergentes, hecho que posibilita la construcción de esta falsa cúpula. Por lo común los chozos carecen de revestimiento externo; es frecuente que al interior, por otro lado, encontremos bancos o poyos de piedra elaborados con grandes lajas de pizarra, bancos que a veces también encontramos en el exterior de la construcción. Los chozos o muros utilizan un sistema de cierre, como apuntábamos más arriba, mediante aproximación de hiladas de grandes o medianas lajas de pizarra que da lugar a la falsa cúpula. Es común que las falsas cúpulas de los chozos del occidente salmantino y, más aún, de todo el poniente peninsular (desde Andalucía hasta Zamora), se cubran por medio de una capa de tierra a la que enseguida le crece la hierba y que sirve de inmejorable impermeabilizante contra la lluvia y el viento. Así mismo es frecuente encontrar, aunque este detalle lo encontremos más habitualmente en los chozos de Extremadura, en la zona de contacto entre el lienzo y la cúpula una especie de saledizo o voladizo formado por una línea de lajas que sobresale del cuerpo del chozo y que servía para proteger toda la construcción, formando una suerte de discreta cornisa. La presencia de falsas cúpulas en la mayor parte de los casos analizados da pie, por mera lógica constructiva, a cuerpos de forma circular o para-circular cumpliéndose en aproximadamente el 90% de los casos analizados. No obstante, encontramos construcciones de planta cuadrada, rectangular o irregular en las cuales la transición entre el cuerpo y la falsa cúpula se lleva a cabo por medio de grandes lanchas que actúan a modo de impostas sobre las que se arma la cúpula. No obstante, cuando las chozas son de planta cuadrada o rectangular se recurre a las cubiertas a dos aguas construidas por medio de grandes lanchas de pizarra o granito, raras veces de materia vegetal. La mayor parte de los tipos arquitectónicos de tipo secundario que se documentan en Las Arribes del Duero no dejan de ser un trasunto, más o menos simplificado, de los elementos presentes dentro de la arquitectura de los espacios urbanos. Ello es bien perceptible en los cuerpos de fábrica de las diferentes construcciones analizadas.

7

Bernabé Salgueiro, A. (1997): “Una arquitectura extremeño-andaluza singular: las torrucas”, Demófilo, nº 21: 210. Fundación

Machado. Sevilla.

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El tipo de paramento que encontramos, como corresponde a una construcción de carácter popular, es la mampostería de granito o de pizarra, materia prima que se emplea según nos encontremos en las penillanuras graníticas o pizarrosas. Se trata de gruesos paramentos levantados en seco que tienen un grosor medio entre 0,50 y 0,70 m; el empleo de la materia prima que se encuentra en las inmediaciones, a veces poco apropiada para levantar una estructura, provoca que se recurra constantemente al retacado o enripiado de las paredes por medio de guijarros de cuarcita o pequeños clastos de pizarra, hecho que a veces encontremos chozas en las que, tal vez de un modo fortuito, ofrece una suerte de bicromía de la que el constructor popular no es desconocedor. La propia naturaleza de la piedra empleada deja lugar al empleo de otras técnicas constructivas; así es como algunas de las chozas documentadas, en especial las que se encuentran dentro de la penillanura pizarrosa, presentan una técnica semejante a la soga y tizón en la que alternan lanchas en disposición horizontal con otras que aparecen a lo largo del muro, sobre todo en las zonas de acceso. Como ocurre en la arquitectura doméstica, solo ciertas partes de la construcción presentan un tratamiento diferencial en su fábrica. En el caso de las construcciones de tipo subsidiario de Las Arribes del Duero lo encontramos en la zona de los vanos y, eventualmente, en los remates de las cúpulas. La puerta de acceso es, por lo general, el espacio que recibe un tratamiento más esmerado. Aparecen éstas formadas por dos partes principales: por un lado la toza, palabra que en origen hacía referencia al tocón de madera labrado a esquina viva. Actúa a modo de dintel y para ello se suelen emplear grandes lanchas de pizarra o de granito que a veces muestran huellas de haber sido talladas. Se trata con una denominación empleada en todos los pueblos de las comarcas de Campo de Argañán, Abadengo, La Ribera o La Ramajería. En algunos municipios encontramos encima de la toza una pieza pétrea dispuesta de forma horizontal denominada sobre-toza (Ahigal de los Aceiteros; Hinojosa de Duero), a veces dejando un hueco entrambas; se trata de un recurso técnico que se emplea para descargar parte del peso de la cúpula, el cual también aparece en las construcciones de carácter doméstico. Del mismo material son también las jambas, las cuales cuentan con variopintas denominaciones en los diferentes pueblos arribeños. Así mientras que en Vilvestre, Aldeadávila o Cerezal de Peñahorcada se les llama miembro, en Sobradillo es conocido como lizar, palabra de origen árabe que significa cimiento y en San Felices de los Gallegos se le asigna el nombre de postigo. Si bien es generalizado el empleo de tozas y miembros en las puertas, encontramos un par de variantes más; aunque no es muy frecuente algunos chozos presentan entre la toza y el miembro una pieza dispuesta horizontalmente, colocado a modo de rústico capitel, que en Cerezal de Peñahorcada se denomina tijera y sirve como la sobre-toza para descargar las fuerzas de la cubierta al cuerpo de la choza.

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En Villarino de los Aires hemos documentado, por su parte, una variante de puerta que aparece bajo la forma de un arco de medio punto construido con sillares de granito someramente labrados, y que seguramente se corresponda con un unicum en Las Arribes ya que no hemos documentado más puertas de este tipo en nuestro territorio de estudio. La falsa cúpula presenta al exterior formas por lo común hemisféricas, ligeramente cónicas o rebajadas. Aparecen además recubiertas de tierra o empedradas por medio de morrillos de pequeñas dimensiones que cubren buena parte de la misma. Incluso en algunas ocasiones se colocaban trozos de grandes tinajas rotas, como ocurre en Ahigal de los Aceiteros, o los más variopintos materiales tales como tejas, plásticos, etc. Algunas chozas muestran en la cúspide de la cúpula sencillos remates que actúan a modo de adorno; si bien no son muy numerosos (no suponen más del 10 %), encontramos una serie de tipos que son los más recurrentes. Tipologías constructivas. A la hora de llevar a cabo la clasificación tipológica de las construcciones secundarias de naturaleza agro-pastoril de Las Arribes del Duero salmantinas nos topamos con varios problemas de partida. El principal de ellos se encuentra directamente relacionado con el objeto de la catalogación; bajo el epígrafe de arquitectura de tipo agro-pastoril podríamos englobar no solo los refugios de piedra de los que tanto hemos hablado, sino también todos aquellos elementos –zangüeños, norias, pilas, fuentes, pozos, etc.- situados en sus inmediaciones, así como las edificaciones localizadas en el ámbito urbano relacionadas con la economía agraria – tenadas, boiles, bodegas, molinos de aceite …- o las construcciones de campo dedicadas a la transformación de la materia prima como pueden ser los molinos de rodezno. Necesariamente hemos tenido que acotar el objeto de la catalogación sino queremos que el inventario se nos vaya de las manos. Atendida así a la problemática que contábamos de partida en el momento de realizar el presente inventario, vimos conveniente catalogar aquellos elementos arquitectónicos relacionados con el paisaje agrario tradicional, en concreto los que se asocian a un particular sistema de trabajo de la tierra en cercados o cotos cerrados; de un plumazo se caían de las lista algunos de los posibles objetos de catalogación presentes en el campo arribeño. El análisis de los elementos que conforman el cuerpo del presente inventario se puede efectuar desde diversos puntos de vista; frente a la simple catalogación de tipo arqueológica de las construcciones agropastoriles existentes en Las Arribes del Duero salmantinas, se nos abre un amplio abanico de posibilidades de análisis que debemos de poner en relación con una serie de niveles que trataremos de deslindar siquiera brevemente.

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Un primer nivel hace referencia al contexto geográfico en el que se encuentra el objeto de estudio; son numerosos los estudios que han tratado de deslindar cómo es el paisaje agrario tradicional de Las Arribes. Uno de los más recientes obra de Prada Llorente8, ofrece para el caso sayagués un modelo de organización de la propiedad de la tierra representado gráficamente por medio de trazas concéntricas en el que se expresa la dialéctica propiedad privada-propiedad pública de la tierra dentro de la cual entrarían a formar parte como elemento fundamental las construcciones objeto de nuestro trabajo. Otro nivel se ha de centrar en la propia complejidad estructural del elemento catalogado; así se puede hacer una distinción entre construcciones simples y construcciones complejas, atendiendo por tanto a cuestiones de carácter arquitectónico que no dejan de encubrir, sin embargo, connotaciones de tipo cronológico, económico y cultural. Son estas dos variables –contexto y complejidad estructural-, las que hemos atendido a la hora de llevar a cabo el inventario arribeño. Con todo, hemos establecido una suerte de triple división entre las construcciones de tipo subsidiario propiamente dichas, los elementos asociados a aquellas y algunos de los tipos de edificaciones agrarias más representativas de Las Arribes que se sitúan en el ámbito urbano o peri-urbano. Chozos, arrimaderos y chiqueros. Sin duda alguna son los tipos más numerosos y representativos de las Arribes del Duero salmantinas; aunque aparecen por lo común íntimamente asociados a los cortinales, estos tres tipos de construcciones se levantan tanto en espacios cercados como en espacios abiertos, aunque no en todos como posteriormente veremos. Forman el corpus de refugios de piedra de Las Arribes del Duero salmantino un total de 300 items a los cuales se han de añadir tres más recogidas en Navasfrías y Casillas de Flores, ambas en la comarca de El Rebollar. Estos refugios se han subdividido en tres tipos básicos que son los chozos, con su amplia variedad de denominaciones locales, los arrimaderos y los chiviteros. La representación en el catálogo de unos y otros muestra, tal y como podemos observar en la tabla que acompaña a estas líneas, una enorme desigualdad; así, mientras que los chozos vienen a copar el 87 % del total de los elementos estudiados, los arrimaderos suponen el 12 % y los chiviteros el 1% restante. Esta evidente desproporción entre unos y otros deriva directamente de la naturaleza selectiva del inventario que se ha realizado. La propia localización topográfica de algunas de las construcciones juega un papel muy importante; este hecho es especialmente significativo en el caso de los chiviteros, los cuales se localizan al pie de las

8

Prada Llorente, E. I. (2005): “Paisaje agrario: antropología de un territorio”, Estudios Territoriales, 144: 343-372. Madrid.

13


barreras de los ríos en los lugares más inaccesibles de las localidades. Este hecho unido al abandono del campo ha impedido que apenas hayamos investigado estas construcciones. A pesar de este hecho y una vez realizadas las acotaciones pertinentes, los números nos dan idea, bien que de forma muy aproximada, de la realidad de este tipo de arquitecturas de carácter agrario. Es claro el predominio de los chozos (en sus múltiples variantes) frente a los otros dos tipos, hecho que se encuentra directamente relacionado con los sistemas de propiedad de la tierra. Nº

chozas

arrimaderos

Lumbrales

29

Sobradillo

Municipio

Nº chiviteros

Total

9

--

38

8

4

--

12

La Redonda

5

--

--

5

Ahigal de los Aceiteros

19

2

--

20

Hinojosa de Duero

14

2

3

19

La Fregeneda

17

2

--

19

Vilvestre

22

5

--

27

San Felices de los Gallegos

9

--

--

9

Bermellar

2

--

--

2

Barruecopardo

1

--

--

1

Saldeana

4

--

--

4

Masueco

6

3

--

9

Aldeadávila de la Ribera

16

1

1

18

Pereña de la Ribera

5

1

--

6

Villarino de los Aires

29

1

--

30

Navasfrías

2

--

--

2

Casillas de Flores

1

--

--

1

Puerto Seguro

5

--

--

5

La Bouza

1

--

--

1

Almendra

7

--

1

8

La Zarza de Pumareda

11

--

--

11

Cerezal de Peñahorcada

4

1

--

5

Saucelle

15

2

--

17

Trabanca

15

1

--

16

Cabeza de Framontanos

7

--

--

7

14


Mieza

8

5

--

14

La Peña

5

--

--

5

TOTAL

267

39

5

311

Número y tipo de construcciones catalogadas en Las Arribes del Duero salmantinas

Presentan los chozos unas características arquitectónicas comunes a todos ellos, independientemente donde se levanten; son construcciones, como vimos, de planta circular o subcircular, levantadas con piedra en seco y rematadas con cierres de falsa cúpula, a veces recubiertos de tierra. Si bien la práctica mayoría de los mismos se amolda a esta descripción, encontramos en la realidad una serie de variantes que merece la pena ser descritas, siquiera brevemente. Nosotros mismos hemos llevado a cabo en fecha reciente un primer intento de clasificación de las construcciones de tipo agro-pastoril de Las Arribes del Duero salmantinas, basado principalmente en los caracteres morfológicos de las mismas y en la presencia o ausencia de cortinas adosadas9, tipología que se puede aquilatar con los resultados que hemos obtenido en la presente campaña. Atendiendo al amplio polimorfismo de los chozos, cada uno de ellos vendría a representar un subtipo por cuanto nos encontramos ante edificaciones realizadas por constructores no especialistas que ofrecen diversas soluciones a la materia prima que tienen a mano y a los problemas con que se topan a la hora de levantarlas. Aún así, proponemos realizar una subdivisión de los mismos, la cual se asienta tanto en la fisonomía y en las soluciones arquitectónicas otorgadas a cada una como en el propio uso que se les dio. 1. CHOZOS Chozo exento. Es, sin duda alguna, el modelo más difundido y mejor representado de Las Arribes del Duero. Tal y como hemos descrito en capítulos anteriores, nos encontramos ante construcciones de planta circular, cuadrada, rectangular o poligonal levantados con paramentos en seco y cerramientos con falsa cúpula por aproximación de hiladas. Su distribución geográfica en amplia, encontrándolos dentro de las cortinas, en los viñedos, olivares y almendrales, en 9

Cruz Sánchez, P. J. (2008): “Chozos, cabañas, casitas. Análisis preliminar de la arquitectura agro-pastoril del NO salmantino”,

Revista Piedra con Raíces, 23: 37. Cáceres. Cruz Sánchez, P. J. (en prensa): “Análisis etno-histórico de un paisaje tradicional en Las Arribes del Duero salmantinas”, Revista Piedra con Raíces. Cáceres.

15


espacios dedicados a pastizales así como en zonas de monte o baldío. Hasta tal punto menudean en las cortinas que se encuentran en las cortinas de propiedad privadas situadas en las hojas más cercanas a los cascos urbanos, que se puede apuntar un binomio cortina-choza en la mayor parte de las localidades arribeñas. No tratamos en este estudio los denominados chocetes que Lamano describe como “chozo pequeño de forma cónica fabricado con ramas”10, de los cuales sólo hemos encontrado un ejemplo aislado en un herrenal de San Felices de los Gallegos.

Ejemplos de chozo exento. Chozas de Mieza y Saucelle.

Chozo con corral adosado. Se trata de una variante que encontramos preferentemente en El Abadengo y en La Ramajería. En este caso al chozo se le adosa delante de la zona de acceso o en un lateral un pequeño recinto levantado con muros de mampostería en seco que no levanta más de un metro de altura y adopta planta en forma de arco de círculo. Siendo uno de los tipos menos frecuentes, aparece asociado a las pocilgas que luego veremos.

Choza con corral adosado de Trabanca.

10

Lamano Beneite, J. (2002): El dialecto vulgar salmantino. (Edición facsimil de la original de 1902): 375. Diputación Provincial de

Salamanca. Salamanca.

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Subtipo 1·c. Chozo adosado a una cortina. La única diferencia que existe entre esta variante y la siguiente -chozo integrado en cortina- estriba en la diacronía de una respecto de la otra (chozo y cortina). Mientras que el subtipo 1·c, el más común, se construye una vez levantada la cortina, esto es, una vez parcelada la hoja, el subtipo 1·d se levanta al tiempo que se construye el cortinal. Este detalle es de suma importancia por cuanto podemos encontrar en un espacio más o menos reducido cierto abanico cronológico.

Cortina con chozo adosado de Cerezal de Peñahorcada.

Chozo integrado en una cortina. Como arriba hemos dejado apuntado, choza y cortina se levantan al mismo tiempo; es lógico pensar que en este caso el constructor popular planifica desde un primer momento tanto el lugar de ubicación de la edificación como la técnica constructiva a seguir para levantar la misma. Suponen, por tanto, unos gestos técnicos diferentes a los que se siguen en el caso de que la cortina se encuentre ya levantada.

Esta curiosa choza de Mieza, de planta cuadrada y con dos zonas de acceso, se levantó al mismo tiempo que la cortina.

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Chozo adosado a viviendas. Nos encontramos ante una modalidad poco representativa en Las Arribes del Duero, siendo más común en la mitad salmantina de la Sierra de Gata, sin duda influenciada por las construcciones de la zona extremeña. Nos encontramos ante chozas, por lo común de planta circular, que aparece adosadas a una vivienda y a través de la cual se accede a aquella.

Choza situada en el confín meridional del término de Navasfrías adosada a una vivienda a la que se accede por la misma.

Chozos-gallineros. Una modalidad particular que hemos documentado en Vilvestre es la que hemos denominado, tal vez un poco arbitrariamente, chozo-gallinero el cual consta de dos estructuras adosadas una a otra formadas por un chozo, generalmente de planta circular, al que se le adosa un gallinero cuya puerta de acceso se encuentra dentro de la choza, rematado con cubierta de falsa cúpula. Se trata de un tipo que se dispone preferentemente en las cortinas del entorno del casco urbano, tanto en los herrenales del mismo, en espacios de prados o en las eras.

Algunos tipos de gallineros de Vilvestre.

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Pocilgas. Las denominadas pocilgas, construcciones de pequeñas dimensiones de planta circular rematadas cubierta de falsa cúpula, son características de la comarca de La Ramajería, donde aparecen distribuidas por los espacios dedicados a prados o en los espacios de montanera ocupada ésta por encinares y alguna mancha de alcornoque. Se trata de particular tipo formado por la pocilga propiamente dicha, con las características anteriormente referidas, a la que se le adosa en la parte delantera un pequeño corral de planta semicircular o en arco de círculo. Dentro de este particular tipo encontramos, a su vez, variantes en función de la división interna de la pocilga en un solo espacio (Trabanca, Almendra) o en dos (Trabanca). Otros. Encontramos en Las Arribes del Duero salmantinas una serie de construcciones que aún contando con similares soluciones técnicas a las de los tipos anteriormente descritos, no son pueden ser catalogados como chozos sensu stricto. Nos referimos a toda una serie de edificaciones, de las que aquí insertamos tan solo unos pocos ejemplos que eventualmente han contado con la misma función que aquellos pero que, sin embargo, presentan morfologías sustancialmente diferentes. Son edificaciones por lo común de planta ovalar o rectangular, de generosas dimensiones habitualmente, que se suelen levantar bien en espacios destinados a pastizales bien en las eras de las inmediaciones de los cascos urbanos. Cubiertas con falsas cúpulas o no, presentan en casi todos los casos dos puertas de acceso las cuales dan paso al ganado, bien lanar bien vacuno, hecho que certifica su uso eminentemente ganadero, si bien encontramos ciertas edificaciones que sirvieron claramente como casetas de era.

Pocilgas de Almendra. La imagen de la izquierda muestra división interna en dos espacios en tanto que la de la derecha cuanta con un solo espacio.

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Caseta de era de Trabanca.

Corral para ganado lanar de Almendra (mosquil).

2. ARRIMADEROS Un arrimacho es un “chozo pequeño que forman en el rincón de una tierra cercada, cubriéndole con una lancha. La utiliza el obrero del campo para, en él, resguardarse del viento y del agua”11. Arrimaderos o arrimachos son el ejemplo genuino de los refugios de piedra de Las Arribes del Duero salmantinas. Nos encontramos ante sencillas construcciones de planta semicircular, en arco de círculo o en forma de herradura, habitualmente asentadas sobre cortinas o sobre grandes afloramientos rocosos que aprovecha para levantar parte de su estructura. Ésta se realiza con muros de mampostería en seco y cubierta, en casquete esférico, que no llega a formar falsa cúpula, por medio de aproximación de hiladas. Su localización se encuentra generalizada en todos los ámbitos y así los encontramos tanto dentro de las cortinas con dedicación agraria como en los espacios de prados, en los baldíos o en el monte, a veces al pie de las chozas. En algunos espacios en los que el paisaje

11

Lamano, op. cit. 253.

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agrario tradicional aparece bien conservado los encontramos al pie de los viejos caminos empedrados, aprovechando parte de la estructuras de los cortinales.

Algunos modelos de arrimaderos de Mieza, La Fregeneda y Trabanca.

3. CHIVITEROS Los chiviteros o chiqueros se corresponden con unas complejas construcciones de tipo pastoril, destinadas al resguardo y cría del ganado cabrío, que se levantan en las zonas de monte bajo, en los espacios más inaccesibles del campo, casi siempre al pie de las barreras que dan acceso a las profundas quebradas de los ríos que surcan la región. Este hecho ha provocado que apenas si hemos podido acceder a las pocas construcciones que aún se conservan en pie, la mayor parte de ellas en ruinas y semi-cubiertas por la vegetación. Aún a pesar de lo reducido de la muestra, hemos podido definir dos tipos de chiqueros arribeños. Chivitero de planta circular con chozo. El tipo más característico de los chiqueros de Las Arribes del Duero es el que hemos documentado en el pago de La Peña de la Vela en término de Hinojosa de Duero. Este espacio, bastante alejado del núcleo urbano, tradicionalmente ha sido lugar de habitación

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temporal de pastores y cabreros; en el mismo se encuentran algunas tenadas así como una serie de chiviteros que siguen el modelo clásico de los existentes en El Abadengo y La Ribera. Nos encontramos ante una construcción compleja compuesta por un recinto o cortina de generosas dimensiones de planta ovalar al que se adosa una choza, tal cual la hemos descrito en páginas precedentes, así como una serie de pequeñas dependencias de planta para-circular adosadas a la cortina y dotadas de cubierta de falsa cúpula en las que se resguardaban los chivos, tapando la puerta de acceso con una lancha de piedra.

Detalle de la chivitera de la Peña de la Vela de Hinojosa de Duero

En su Dialecto vulgar salmantino Lamano describe estas construcciones como “corral redondo y cubierto donde tienen encerrados a los chivos saliendo solo a mamar, hasta que por sí puedan pacer”12. Chivitero de planta rectangular. El segundo de los tipos de chiqueros que hemos tenido oportunidad de documentar en Las Arribes del Duero salmantinas se encuentra en a localidad de Aldeadávila, en una hoja muy cercana al Salto de Aldeadávila, ocupada en la actualidad por prados y pastizales. En este espacio así descrito y adosada a una cortina se levanta una construcción de planta rectangular de mampostería en seco con la cubierta a dos aguas, en la que se abren tres pequeñas oquedades destinadas a recoger los chivos.

12

Ibidem, 375.

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Vista del chivitero documentado en tierras de Aldeadรกvila de la Ribera.

Mapa provincial en el que sombreado se muestra los municipios estudiados.

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TIPO

SUBTIPO

CROQUIS

1·a. Chozo exento

1·b. Chozo con corral adosado

1·c. Chozo adosado a cortina

CHOZO

1·d. Chozo integrado

1·e. Chozo adosado a una casa

1·f. Chozo-gallinero

1· g. Pocilga

1·h. Mosquil

ARRIMADERO

Arrimadero

1·a. Chivitero circular CHIVITERO 1·b. Chivitero rectangular

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SOCIALIZACIÓN, PUESTA EN VALOR E INTERPRETACIÓN PARA LA GESTIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL Y NATURAL A ESCALA LOCAL. PROGRAMACIÓN, EJECUCIÓN Y REFLEXIONES EN COGECES DEL MONTE, VALLADOLID Consuelo Escribano Velasco

RESUMEN: Las siguientes líneas vienen a presentar el trabajo de gestión del patrimonio cultural y natural en el ámbito de un pequeño territorio correspondiente al término municipal de Cogeces del Monte, en Valladolid. Esta ha sido planteada con actuaciones sucesivas y complementarias que parten de la necesidad de llevar a cabo una investigación de los bienes y su puesta en valor desde la perspectiva de la sostenibilidad y el desarrollo territorial y bajo el enfoque de la Interpretación del Patrimonio, de modo que todo ello llegue a revertir en una valoración completa de los aspectos materiales e inmateriales de dichos bienes, a favorecer un reencuentro del hombre con su medio ambiente y sus bienes culturales para su protección y puesta en valor, y a tener en cuenta que hemos de legarlo a las generaciones venideras. PALABRAS CLAVE: Gestión, Patrimonio Cultural y Natural, sostenibilidad, desarrollo territorial, Interpretación, protección y puesta en valor.

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H

asta hace unas décadas las cuestiones patrimoniales se hallaban exclusivamente en manos de las administraciones, poderes públicos e instituciones con competencias legales en la materia o en aquellas otras que tenían una vinculación académica con

materias relacionadas con los estudios medioambientales y culturales. Dependiendo de cuáles fueran las características de esos órganos o de algunos de los individuos que las integraban se llevaba a cabo una valoración de los bienes integrantes del Patrimonio Natural (entendida de forma exclusiva como la fauna y la flora) y del Cultural (arte, arquitectura, arqueología, etnografía, documentos, etc.) parcial o profesional. De esa primera forma de acercarse a la realidad patrimonial, del análisis de las prácticas históricas y legislativas y de la introducción de nuevos conceptos en la comprensión y gestión de los bienes culturales y naturales han ido derivando fórmulas más complejas, conceptos más globales y acercamientos más sociabilizadores. Sin embargo, estas nuevas líneas puestas en práctica en nuestra Comunidad desde hace apenas dos décadas desde las instituciones administrativas regionales, no han tenido un reflejo directo mas que parcial en el conjunto del territorio, no habiendo trascendido conceptos como Patrimonio Cultural y Natural, Sostenibilidad, Socialización, Puesta en valor, Desarrollo Territorial e Interpretación, salvo en unos lugares muy concretos asociados a bienes muy singulares en el contexto general. Por ello la mayor parte de los pobladores del medio rural, precisamente muchos de los que aún tienen un conocimiento tradicional de los territorios y son depositarios de un bagaje cultural imprescindible para su estudio y comprensión, han permanecido ajenos a estas nuevas propuestas y lo más importante, al valor de los bienes con los que se relacionan. Además, en la última mitad del siglo XX los intensos cambios producidos en las formas y modos de vida en el medio rural, entre los que cabría mencionar una intensa pérdida de la identidad de los pobladores y de su vinculación al territorio, ha llegando a provocar, fundamentalmente aquellas personas de las generaciones mas recientes, un desconocimiento total o casi total de los elementos naturales y culturales que son parte consustancial de aquel. Este olvido o ignorancia, provocada por la valoración de nuevas fórmulas de desarrollo socioeconómico y la infravaloración de lo propio, introduce al habitante del medio rural, en un círculo continuo en el que al fin y al cabo existe un desprecio por lo propio y consustancial, de modo que buena parte de los pobladores han acabado viviendo de espaldas a una realidad que aún permanece en un estado de conservación razonable e incluso excepcionalmente bueno. El imparable proceso de transformación de los núcleos rurales que viene determinado por condicionantes como el envejecimiento poblacional, la emigración a las ciudades,

las

transformaciones del sector primario, etc. está ocasionando una irreparable desaparición de

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conocimientos tradicionales interesantísimos desde el punto de vista económico, social y territorial, entre los que cabe lamentar, entre otros muchos, el desuso reiterado de las referencias toponímicas, conservadas prácticamente en exclusiva por los escasos pastores que se mantienen en los pueblos o por los agricultores de cierta edad. Sin embargo y a pesar de ello, aún son muchos los hitos y realidades conservados en estos ámbitos rurales, eso sí de modo parcial, tanto de carácter tangible como intangible, por lo que todavía es posible, con una cierta premura, realizar un buen estudio, catalogación, protección efectiva y programación para la puesta en valor de algunos de estos elementos culturales y naturales. Con el convencimiento de que todos los bienes son importantes y partiendo de la base de que sólo puede valorarse aquello que se conoce, en la segunda mitad de los años 80 del siglo XX me propuse trabajar para la consecución de estos objetivos en el ámbito local; un trabajo que prosigue a día de hoy y que se ha ido trasformando y consolidando con el tiempo. Para poder llevar a cabo un trabajo ordenado de gestión sobre el Patrimonio Cultural (el natural entró enseguida pero lo hizo en el segundo lugar de nuestras prioridades de entonces) era consciente de que se hacía preciso valorar la accesibilidad de los bienes existentes al intelecto y las emociones, una cuestión que exigía una específica formación que iba más allá de mi preparación académica como arqueóloga e historiadora. Así las cosas lo sensato era hacer una serie de reflexiones que debían partir necesariamente de un conocimiento exhaustivo de la legislación vigente en materia de Patrimonio Cultural y Natural, de la recopilación bibliográfica específica y de las experiencias realizadas en otros lugares, de modo que con todo ello se pudiera poner en marcha una serie de actividades en las que la pretensión era acertar lo mas posible en lo que se refiere a una buena gestión: máximo estudio, divulgación y disfrute público se nos antojaron esenciales para ello. Con este punto de partida y aplicando todos los principios básicos de lo que se había dado en llamar Interpretación del Patrimonio, se fueron dando unos primeros pasos que poco a poco se han llegado a consolidar sin que por ello nos resistamos a hacer una mejora y una evaluación continua. En aquellos primeros momentos contábamos con un buen punto de apoyo, un patrimonio bien conservado y una población que podía involucrarse en un proyecto propio, al que se unían unos objetivos claros: el conocimiento y salvaguarda de los bienes patrimoniales, que a través de unas estrategias de sostenibilidad, socialización, puesta en valor y utilizando unos recursos interpretativos pudieran ser una alternativa y complemento para el desarrollo del territorio.

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Iglesia Parroquial de Nuestra Sra. de la Asunciテウn. Cogeces del Monte (Valladolid)

Valle de Vadillana o Valdecas

Casa de labranza abandonada

テ[bito de trabajo Cogeces del Monte se halla al sureste de la provincia de Valladolid, a medio camino entre las villas de Peテアafiel y Cuellar. Es una poblaciテウn bien comunicada por carretera con una distancia de 40 km. de la capital provincial.

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Se trata de un espacio social y territorial de carácter rural, dedicado a la agricultura y la ganadería, en el que se han producido cambios muy paulatinos, con una población en constante reducción y un número de personas mayores de 70 años muy elevado, depositarios todos ellos de un conocimiento excepcional de su medio en el sentido más amplio. A ello se unen unas características naturales igualmente sobresalientes. Su paisaje es considerado como uno de los mejor conservados de la provincia con un soporte geomorfológico conformado por los cuatro valles de los arroyos Valcorba, Cogeces, Valdecas o Vadillana y Valimón, y, entre ellos, elevadas amplias parameras. En territorio cogezano se ubica la única cueva con desarrollo horizontal de la provincia de Valladolid, en Valdelaperra, donde se conserva una interesantísima y excepcional colonia de murciélagos, amén de otros abrigos rupestres como el que originó la instalación del monasterio de la Armedilla. Singular es aún la arquitectura pastoril de esta zona en la que abundan chozos y corralizas que retrotraen sus orígenes documentales a la Edad Media y que en 1904 eran más de un centenar. Fruto de una intensa preocupación por la conservación de algunos de estos conjuntos, que se iban a ver afectados por el proyecto de concentración parcelaria llevado a cabo a mediados de los años 80, el entonces alcalde del Ayuntamiento de Cogeces del Monte, D. Julio Andrés Arranz, consiguió que algunas de las construcciones pastoriles más significativas del término municipal fueran conservadas tanto en parcelas de titularidad pública como privada, una gestión cultural espontánea y ejemplar. A esta cuestión hay que añadir un elemento de enorme interés para la comprensión del dominio territorial sobre las cañadas ganaderas de las trasterminancia hacia el abrevadero natural del Duero, que unido a los valores simbólicos y monumentales, hacen de las ruinas del Convento Jerónimo de la Armedilla, uno de los bienes culturales más singulares del territorio. Este establecimiento es, en su parte construida, mayoritariamente de propiedad municipal, habiendo conservado en manos de particulares, la huerta y la traza completa y la estructura casi intacta de la cerca monacal. La imponente ruina no es sino el resultado y amalgama de los efectos de los procesos desamortizadores, la explotación como cantera de piedra y la incuria del tiempo. Desde un punto de vista histórico, el panorama se completa con mas de 16 enclaves arqueológicos conocidos, entre los que cabe destacar, por su notoriedad, el Castro de la Plaza, un excepcional lugar ocupado durante la Edad del Bronce, hacia la mitad del II Milenio a C., un momento de explotación intensiva de los valles y laderas del territorio, sin parangón hasta la ruralización hispanovisigoda.

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Para ir encuadrando mejor la situación patrimonial cogezana, es necesario apuntar la situación de la localidad sobre la una lengua de páramo colgada del valle del arroyo Cogeces, caracterizado por abundantes surgencias de fuentes y que era atravesado, precisamente en esta zona, por una de las principales cañadas de comunicación con el río Duero. La población conserva retazos de un urbanismo antiguo en el que se advierten modificaciones a lo largo del tiempo tanto en la parcelación, como en los espacios públicos y estructuras singulares, como las casonas y el templo parroquial, el trazado de los viarios y la inserción de construcciones secundarias. Igualmente, se conservan manifestaciones inmateriales de hondo calado, permaneciendo vigentes algunas de sus costumbres ancestrales como la Misa Pastorela de Nochebuena o Misa de Gallo. El templo parroquial, reedificado en el siglo XVI y bajo la advocación de la Virgen de la Asunción, es otro de los bienes culturales, en este caso sí, siempre estimado, importantes para la población. Conserva un magnífico retablo en el altar mayor, así como otros dos retablos de buena calidad en las naves laterales y alberga la imagen románica de la Virgen de la Armedilla. Además de un edificio relevante por sus características constructivas, ha sido el centro de la cotidianeidad y sociabilidad de los habitantes del pueblo; en ella se han llevado a cabo las ceremonias más importantes en la vida de sus pobladores y desde ella se ha arbitrado el tiempo diario, se ha convocado a la oración y se han dado los avisos a la comunidad. Debilidades y fortalezas del patrimonio cultural y natural en su contexto. Queda demostrado, con todo lo anterior, que el medio cogezano se enmarca en una situación natural y cultural ciertamente privilegiada. Este es un dato nada baladí, por el atractivo que supone en un contexto de aprecio de la naturaleza en su estado mas esencial que sirve para potenciar el turismo de interior y dentro de aquel, la demanda turística de naturaleza y patrimonio cultural. En el caso concreto que nos ocupa, hay que unir a ello un buen estado de conservación que permite garantizar la investigación a corto, medio y largo plazo y la documentación para su conocimiento y puesta en valor. Frente a ello, hemos de insistir igualmente, en que esas mismas características locacionales suponen en cierto sentido un handicap para el desarrollo de estos territorios. El hecho de que se encuentre apartado de las redes de comunicación principales, o que sea uno de los mas de 2000 municipios con menos de 1000 habitantes de Castilla y León, imbuido en un proceso constante y paulatino de despoblación, con un porcentaje elevado de personas mayores, no hace precisamente fáciles las cosas.

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En este marco, la pérdida de servicios es importante y la intervención institucional no es posible a la escala deseable, necesaria y precisa. Reseñable es también el hecho de que la cultura y la gestión de la naturaleza suelen ir a la cola de las inversiones públicas, un hecho que no es precisamente diferente en el ámbito local, en el que generalizando las cuestiones culturales van muchas veces vinculadas en exclusiva con el turismo o las fiestas patronales o con unas actividades ceñidas a un ciclo semanal especial. Programación. Características generales. Las premisas no ponen nada fácil, en principio, la cuestión de proponer ideas de desarrollo sostenible para la valoración del territorio. Hacen falta enormes dosis de imaginación y pragmatismo que permitan llevar a cabo con éxito los programas de trabajo, unos proyectos originales, bien reflexionados, poco costosos en inversiones y mantenimiento, eficaces y efectivos a corto, medio y largo plazo. Para impulsar este concepto de tratamiento de los bienes del territorio han debido darse además otras condiciones, como la existencia del apoyo de los representantes municipales y de la administración local, del movimiento asociativo local, el acceso a los recursos institucionales comarcales,

provinciales y regionales y la constante comunicación con la población local,

responsable en primera y última instancia de la existencia y conservación de todo este sistema humano, a la que se ha intentado implicar en el programa paulatinamente. La preparación del trabajo es en cierto modo paralela y subsidiaria, a la vez, de lo que se está ejecutando en el ámbito castellano y leonés, una cuestión fundamental si hemos de valorar los aciertos y originalidad de la programación que hemos de promover. En este planteamiento subyace una base fundamental en la que confluyen varias cuestiones relacionadas con la socialización de los bienes patrimoniales, la sostenibilidad de las propuestas de desarrollo, la puesta en valor de los bienes culturales y naturales y la interpretación como disciplina de comunicación esencial de todas y cada una de las actuaciones. Desde mi punto de vista la socialización es absolutamente necesaria como premisa de actuación consistiendo esta básicamente en que la

población (habitantes, veraneantes y

visitantes) recupere y valore positivamente sus bienes culturales y naturales. Estos bienes deben revertir, para su apreciación y disfrute, en los ciudadanos que, a su vez, han de involucrarse necesariamente en la gestión de los mismos. Se intenta romper así una dinámica tradicional que entendía que el aprecio y la comprensión de estos bienes sólo se hallaba en manos de unos pocos científicos e investigadores, o aquel otro por el que la población se dedicada a contemplar

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sus bienes como algo hermoso e interesante pero sin descender a protagonizar un papel en la gestión de aquellos. Además, el ciudadano, con sus impuestos, garantiza que los procesos de estudio y recuperación de algunos bienes así como la consecución de una protección efectiva de los bienes objeto de socialización cuenten con fuentes de financiación pública, entre otras cuestiones, por lo que parece lógico y necesario que desde los círculos académicos y de la Administración se haga un esfuerzo para acercar los valores del patrimonio a la población local y a los posibles futuros visitantes de estos lugares. Así pues, la socialización tiene dos vertientes. Una, la divulgación del contenido y el significado de los bienes es importante, pero lo es tanto o mas, la responsabilidad en la protección y conservación de los mismos. En conclusión, que la sociedad sea responsable de sus bienes y tenga derecho a su disfrute, pasando por una implicación como grupo humano en la propia gestión de los bienes y recursos. La puesta en valor de los bienes patrimoniales tiene por objeto favorecer precisamente la comprensión de su significado a través de la ejecución de trabajos específicos y actuaciones que permitan decodificar los valores que le son propios y que en no pocas ocasiones, como ocurre con los yacimientos arqueológicos, son aparentemente invisibles. Para llevar a cabo una buena propuesta de valoración de los bienes patrimoniales existe una estrategia de comunicación específica, la interpretación del patrimonio, definida como “el arte de revelar in situ los bienes al público en su tiempo libre” (Freeman Tilden) y que debe poner en contacto el bien con el intelecto, las emociones y sensaciones del visitante haciendo que este piense, provocándole, para que lo conozca, aprecie y disfrute. Esta estrategia interpretativa como elemento gestor del Patrimonio Cultural ha sido recientemente objeto de tratamiento específico por parte de la Asamblea General de Icomos Internacional (Québec 2008). Fruto de la reunión, en la que se han valorado todas las experiencias interpretativas en su globalidad, ha sido la elaboración de un documento en el que se detallan los objetivos y principios de la Interpretación. Resulta curioso observar como a una escala local, con el sentido común y la preparación suficiente, pueden llegarse a las mismas conclusiones y proponerse en el marco de proyectos que comenzaron a gestarse a inicios de 2000. Para ello es importante tener en cuenta el papel fundamental que en el inicio de nuestros trabajos tuvieron la influencia de Jorge Morales, introductor de la disciplina en España, la divulgación de la misma por la Asociación de Interpretación del Patrimonio, mi formación académica y postuniversitaria en Arqueología, así como mi profesionalización personal en operaciones de gestión para la puesta en valor de los

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yacimientos arqueológicos en la Comunidad de Castilla y León y mi interés por la antropología social, la etnografía y el arte de contar historias. Programación. Criterios de selección y bienes. Es obvio que para programar unas actuaciones de este calado hemos de ser conscientes de que no todos los bienes son susceptibles de ser tratados, para su gestión, de la misma forma. Unos serán susceptibles de investigación, otros además de ser estudiados podrán ser divulgados y más allá, habrá un número de estos últimos, que puedan ser objeto de puesta en valor e interpretación. Llevar a cabo el procedimiento completo supone tener que realizar una selección en la que han de valorarse aspectos y cuestiones muy diferentes entre los que cabe incluir la necesidad de protección integral del bien, la constitución de reservas de estudio futuro, el conocimiento de los diferentes ecosistemas y etapas de ocupación y uso del territorio, etc. De modo que la representación en esta selección de bienes de diferente naturaleza, cronología y características ha de estar garantizada. Una vez determinado qué bien o bienes representativos de tal o cual ecosistema, de tal o cual etapa, de tales o cuales características, hemos valorado como prioritaria la intervención en aquellos lugares que gozan de una situación jurídica de protección máxima o de aquellos que sin tenerla aún deberían contar con ella y son susceptibles de, tras un trabajo previo de propuesta, conseguirla en un tiempo breve. La monumentalidad y excepcionalidad de los bienes es un atractivo añadido que favorece sin duda su comprensión visual y por lo tanto hace más fácil la abstracción de su significado y el aprecio inmediato del conciudadano o del visitante. Pero es que fundamentalmente ha de garantizarse la accesibilidad analizando las posibilidades reales de acceso físico al lugar para poder garantizar la seguridad de los futuros visitantes. Se desechan, por lo tanto, de esta programación aquellos bienes que pueden suponer un problema para la integridad física de las personas o cuyo acceso tenga un grado de dificultad añadido o simplemente sea de muy difícil acceso a una buena parte del público, entendiendo dentro del concepto general del visitante no sólo la posibilidad de llegada de personas discapacitadas que necesitan medios específicos como sillas de ruedas, sino también aquellas con movilidad reducida en razón de su edad (ya sea un bebé o un anciano), o por su condición circunstancial (una mujer en avanzado estado de gestación), una persona con minusvalía (visión reducida, etc.) Se ha tenido en cuenta igualmente el carácter público de los bienes, considerando estos como prioritarios a la hora de intervenir precisamente por tener que acudir, en los casos de recuperación y puesta en valor, a fuentes de financiación casi exclusivamente públicas.

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Finalmente y no por ello menos importante, en la relación de bienes susceptibles de intervención no se incluyan aquellos que, por sus especiales características, deben ser preservados de la visita pública porque esta afluencia no permita garantizar su conservación, ya sea por el tipo de soporte en el que se hallan, por sus características físicas, por su contenido o por cualquier otra circunstancia sobrevenida. De la combinación de todas estas premisas ha resultado finalmente la relación de los lugares seleccionados para llevar a cabo actuaciones de puesta en valor, que en este caso vienen a ser los siguientes: Monasterio de la Virgen de la Armedilla. Situado sobre la ladera norte que cae hacia el Valdecas, se halla un conjunto de ruinas de la que fuera una de las primeras fundaciones jerónimas de esta zona del centro de la Cuenca del Duero. A comienzos del siglo XV D. Fernando de Antequera formaliza documento de cesión a los monjes de La Mejorada, en Olmedo, que ya se habían aposentado allí años antes.

Refectorio de monjes jerónimos situado sobre la antigua cueva convertida en iglesia semirupestre

El origen de la devoción mariana se retrotrae a la leyenda del hallazgo de una imagen de la virgen por unos pastores en una cueva que había sido escondida de los moros. Desde entonces fue conocida como Ermitiella y se gestionó por el Consejo de Cuellar. Existe un documento de donación al Abad de Sacramenia, lo que le ha valido la etiqueta de monasterio del cister en la historiografía tradicional.

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Conserva en la actualidad las trazas del conjunto monacal, la iglesia, la huerta, la cueva y la cerca que las engloba, así como otras evidencias estructurales situadas al exterior en diferentes momentos de su devenir histórico. Su importancia y la singularidad de su estado avalaron una propuesta para su declaración como Bien de Interés Cultural que se produjo en el año 2007.

Vista de la iglesia del siglo XVI del Monasterio de la Armedilla

Chozo y Corrales de los Hilos. De los ejemplos conservados en el término municipal sobre estructuras pastoriles, este conjunto de los Hilos, es uno de los que se hallaban más reconocibles manteniéndose el chozo levantado y dos corrales en una finca de titularidad municipal. Su conservación pone de manifiesto las técnicas constructivas, los emplazamientos originales, su vinculación a los caminos ganaderos y la trasterminancia de pastores y ganados desde, al menos, la Edad Media.

Chozo y corrales de Los Hilos. Estado de conservación en 2005

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Choza de los Pelechines. Con una planta ovalada y en el pago conocido como El Monte, se hallaban los restos de una construcción pastoril muy singular, de tipología diferente a la de los chozos troncocónicos de los páramos calizos, ya que a un alzado mucho menos esbelto, se añadía una cubierta plana de madera sobre la que se asentaban pequeñas lajas de piedra cubiertas de tierra y césped natural que impermeabilizaban la techumbre. Este choza se halla situado junto a los restos de al menos otras cuatro construcciones aparentemente similares pero prácticamente desaparecidas, en un sector agrícola y de pinar degradado por la colocación en las inmediaciones del vertedero municipal. Castro de la Plaza (desde la Pared del Castro al Pico de la Frente). Este lugar arqueológico es, sin duda, excepcional en el contexto de las ocupaciones de la Edad del Bronce en el territorio, hasta el punto de constituir un referente en la bibliografía arqueológica por varias razones entre las que es necesario mencionar la existencia de una gran muralla que colocada en la zona en la que el páramo se estrecha, cierra un espacio de 17 ha. que fue ocupado hace aproximadamente 3.500 años por pueblos portadores de una cultura conocida como Protocogotas. Este espigón fluvial, situado en la confluencia de los arroyos Valcorba y Cogeces, es un hito territorial, un mirador excepcional sobre el paisaje próximo y sobre el propio valle del Duero. El abandono de unas tierras pedregosas por la agricultura extensiva ha ocasionado la recuperación de sistemas forestales del pasado y de especies vegetales y animales variadas que le otorgan una especial consideración. Iglesia Parroquial de Nuestra Sra. de la Asunción. Es el único templo parroquial conocido en esta localidad. A día de hoy suponemos que retrotrayendo sus orígenes la aldea de Cogeces a la instalación de la Comunidad de Villa y Tierra de Cuellar, a comienzos del siglo XII, debió erigirse una iglesia más antigua que la que hoy se conserva. El templo fue levantado a expensas de los señores de Cuellar, de la casa de Alburquerque, en el siglo XVI, aunque sufrió reformas constantes a lo largo de los siglos XVII y XVIII. Retablo renacentista de la iglesia parroquial

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Urbanismo tradicional. Tal vez sea esta una de las pocas localidades en las que no sólo es posible reconocer un parcelario y una tipología de construcciones tradicionales, sino también de espacios públicos, privados y subsidiarios que se mantienen sin modificaciones sustanciales. Contamos, además, con trabajos de documentación que permiten valorar las modificaciones urbanísticas acaecidas a lo largo de 8 siglos sobre una aldea castellana. Todo ello hizo posible el planteamiento de trabajos para su puesta en valor. Pico de la Mesilla. Se halla configurado como una plataforma elevada sobre los valles de los arroyos Cogeces y Valimón que lo han convertido en un mirador natural desde el que es posible admirar los fondos de los valles y las masas arbóreas de los montes. Igualmente constituye un soporte para observar el paisaje agrícola que se extiende hasta el curso del Duero. Fuentecita. Con este nombre es conocida la zona en la que se ubicaba la fuente que proporcionaba agua al lavadero que se encuentra en el fondo del valle Cogeces, al lado de las laderas del cerral que limita por el norte la localidad. Formaba parte, junto con un buen número de surgencias, ya muy modificadas, de un sistema hídrico que seguramente propició la instalación y supervivencia de la población humana en este lugar. Programación y ejecución. Fases de trabajo o trabajos por fases. Desde un principio, he de decir, en honor a la verdad, que no ha existido una programación única ejecutada en fases, sino muchas actividades incardinadas en una planificación amplia que perseguía unos fines concretos. Tampoco el trabajo se ha desarrollado en un protocolo fijo en el que tales o cuales fases anteceden a la vez a todas las demás; más bien se ha tratado de que cada una de las actividades fuera lo más rigurosa, seria y completa posible y que a la vez pudiera formar parte de un programa conjunto. No obstante lo anterior y en la medida que las posibilidades financieras y de los apoyos institucionales lo han permitido, se ha intentado y, a veces, conseguido, que existiera un orden lógico en los trabajos previstos para la puesta en valor siguiendo las premisas mas actuales: máximo conocimiento e intervención ajustada a las necesidades de dichos bienes. 1.- Conocimiento a través de la recopilación de los datos existentes de carácter bibliográfico y gráfico: libros, monografías, revistas, artículos, tesis doctorales inéditas, fotografía antigua, fotografía aérea (vuelo IRYDA), así como de la promoción de nuevos trabajos como el estudio del urbanismo, la realización de un estudio archivístico y levantamiento fotogramétrico en el Monasterio de la Armedilla, la realización de un inventario de construcciones pastoriles,

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ampliado después a la artesanía y otros aspectos relacionados con el pastoreo de ganado ovino, catalogación de romances, cantos, costumbres, creencias populares, cuentos y costumbres, realización de un archivo fotográfico. A este primer bloque correspondería igualmente la elaboración de dos estudios relacionados con el medio natural del valle del Valcorba y del Medio Natural en el T.M. de Cogeces del Monte, así como la programación y ejecución de campañas de prospección arqueológica en el término municipal y de excavaciones arqueológicas y documentación de archivo del Monasterio de la Armedilla.

Vista general del recorte del Pico de la Frente sobre el que se localiza el Castro de la Plaza, en la confluencia de los arroyos Valcorba y Cogeces.

2.- Intervenciones para la recuperación- rehabilitación de los bienes: Se ha tratado de llevar a cabo

unas

actuaciones

muy

adecuadas

a

los

objetivos

perseguidos,

consistentes

fundamentalmente en la recreación volumétrica a través de la consolidación de los restos deteriorados y una reconstrucción de algunos de los paramentos derrumbados. Es el caso de la realizada en el conjunto pastoril de los Hilos, donde el chozo permanecía aún en pie, con algunas faltas de piezas del cimiento y grietas, pero donde los corrales habían sufrido un colapso por el abandono funcional y la falta de mantenimiento. Algo más compleja fue la rehabilitación de la choza de los Pelechines, prácticamente destruida en 2005, pero que había sido documentada mediante croquis, ficha y fotografía hacia 1985. En este caso fue necesario levantar los muros, configurar puerta y ventana y realizar una techumbre plana con troncos de madera, lajas de piedra caliza y tepe.

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Su ubicación se complica con la existencia en las inmediaciones del vertedero municipal, una cuestión que exigió la realización de trabajos de limpieza de los taludes del basurero de modo que el espacio intervenido, que se haría posteriormente visitable, fuera lo mas digno posible. De una limpieza de lodos y una reposición de piedras del estanque trató fundamentalmente el trabajo de recuperación del lugar de la Fuentecita junto al que se instaló un área de esparcimiento y descanso con árboles y un merendero. Cuestión bien distinta es la que atañe a la intervención de recuperación de las ruinas del Monasterio de la Armedilla. Si bien ya hace mas de una década se llevaron a cabo unos trabajos que permitieron consolidar los paramentos de la iglesia jerónima del siglo XVI, la situación general del resto de las ruinas, de varios metros de altura, es cuando menos urgente. La detección de grietas y pandeos en los paramentos, la reutilización de materiales, el expolio de los forros murarios, el colapso de las estructuras de cubierta y la acción de la vegetación y de los agentes atmosféricos, nos han legado unas ruinas que indefectiblemente seguirán ampliando su destrucción fundamentalmente en el sector de la cabecera de la iglesia jerónima, el claustro mayor y la iglesia semirupestre levantada en la cueva de la aparición de la Virgen. Estas cuestiones hicieron que yo misma propusiera con absoluta emergencia, la redacción de una memoria de intervenciones en La Armedilla, que fue encargada en 2007 a D. Jesús Alba, arquitecto, desde el Servicio de Restauración del Patrimonio de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León, sin que por el momento, se haya puesto en marcha su ejecución. 3.- Señalización. Con el fin de convertir estos bienes en recursos atractivos y comprensibles, se han programado y ejecutado cuatro actuaciones de señalización con una filosofía única y varios tipos

de

soportes

divulgativos

que

han

intentando no provocar un impacto negativo sobre el medio en el que se localizan. En el conjunto urbano de la población, tras la selección de aquellos ejemplos mas significativos desde el punto de vista de la arquitectura popular, religiosa o los espacios comunes y técnicas constructivas, se plantearon carteles sobre soporte metálico, colocados

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inmediatamente al lado de los inmuebles y espacios de modo que se facilitara su observación y comprensión. Estos paneles tienen una numeración, un título, un contenido escrito breve y sencillo y una recreación gráfica aproximada, más o menos realista, así como un plano del conjunto del itinerario señalizado para que el visitante sepa el lugar en el que se encuentra y los puntos que le faltan para completar su visita. Dicho itinerario guiado mediante paneles comienza junto a la Plaza Mayor y recorriendo calles con casas de piedra, unas solariegas y antiguas y otras populares tradicionales, llega hasta la Plazuela de la iglesia para descender al valle hasta Fuentecita y el cerral de las bodegas. Otra de las actuaciones de señalización divulgativa se acometió en las ruinas de la Armedilla. En este caso el objetivo fue el establecimiento de un itinerario perimetral que permitiera visitar y observar las partes esenciales del monasterio y comprender su origen, evolución y abandono: la portada de la iglesia jerónima, la zona exterior al claustro y la huerta, son tres de los puntos esenciales de la visita. El soporte, con una estructura similar en cuanto a numeración, planos, aparato textual y gráfico, se ve ampliado con la aportación de las fotografías de algunos de los bienes muebles desamortizados, todo ello sobre una estructura de madera tratada en autoclave con planchas metálicas para la base divulgativa. Idéntico tratamiento se ha llevado a cabo en el Parque Etnográfico de los pastores localizado junto al chozo y los corrales de los Hilos. El último de los hasta ahora ejecutados y de características idénticas, es el proyecto de señalización llevado a cabo en el término municipal, concretamente en los miradores del pico de la Frente y de la Mesilla. En ambas ubicaciones se han dispuesto paneles apaisados desde los que es posible identificar los hitos del paisaje y las especies del ecosistema. La vista sobre el medio se protege mediante la colocación de unos quitamiedos a modo de antepechos de madera tratada que se han dispuesto en las zonas en las que son más abruptas las pendientes del monte. Toda la cartelería a que hemos hecho referencia se ha maquetado y ejecutado en virtud de una tratamiento interpretativo de la información. La ubicación del visitante es permanente, la accesibilidad intelectual queda garantizada con la utilización de un lenguaje directo y sencillo, prescindiendo de tecnicismos innecesarios, las frases son cortas y los contenidos breves y contrastados. Igualmente las reconstrucciones gráficas son sencillas y permiten observar directamente las características más señeras de los bienes.

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4.- Divulgación.

4.1. Creación de anagrama del Monasterio de la Armedilla como imagen general que presidiera las actuaciones de conocimiento, recuperación, puesta en valor y difusión. Fue elaborado por la empresa Sercam S.C. 4.2.- En 2004, surgen como una necesidad de conectar a la población con las ruinas del convento de la Armedilla desde un punto de vista Patrimonial las I Jornadas Culturales y de la Naturaleza de la Armedilla, Este enclave, que era visitado una vez al año desde 1988, mantenía una cierta funcionalidad religiosa de devoción mariana con la celebración de una romería con traslado de la imagen de la Virgen desde la parroquial hasta el convento, en el mes de agosto. No obstante, el convento seguía siendo una ruina incomprensible para los pobladores actuales, a los que prácticamente sólo les vinculaban bien el culto, bien historias de tipo legendario. En este marco se generó una nueva iniciativa a lo largo de tres jornadas consecutivas en las que “in situ” se aunaran exposiciones y charlas de temas relacionados con la investigación y el conocimiento del lugar, música, teatro y ambientaciones históricas, visitas interpretativas, talleres y un mercado del Convento, donde se pusieran de manifiesto oficios tradicionales, labores perdidas y artesanías conservadas. Todas estas actuaciones se completaban con una merienda popular y los actos institucionales precisos. Las Jornadas, vamos por la VII edición, se han mantenido y consolidado con los años consiguiendo la participación directa de más de setenta vecinos de la localidad (guías, puestos del mercado, teatro, música coral e instrumental e infraestructura general). Cada una de las ediciones se ha dedicado a un tema concreto sobre el que gira la temática a desarrollar: Piedra y arte, Un pasado, un futuro, Territorio en transformación, Monjes, señores y pastores, El agua de la Vida, Diez siglos cantando, son algunos de estos lemas.

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Desde la segunda convocatoria la generación del proyecto, los lemas, contenidos, textos y formación los guías intérpretes así como La coordinación corrió a cargo de la que suscribe estas líneas junto con Gustavo Herguedas Villar, animador sociocultural del Ayuntamiento de Cogeces del Monte en aquellos momentos, excepción hecha de las VI Jornadas que se realizaron con otra filosofía de trabajo y coordinación de un grupo de personas responsables de las diferentes actividades de cada una de las entidades participantes. Las visitas interpretativas se han realizado sobre las ruinas del convento, el chozo de los Hilos, la choza de los Pelechines, el Castro de la Plaza, el núcleo urbano y la iglesia parroquial por un grupo de personas voluntarias (unas 8 cada año) que preparan los guiones y recursos en virtud de los temas seleccionados en cada edición . Todos los guías que acompañan la visita se han formado en cursos específicos de Interpretación y son perfectamente identificables por las personas de los grupos de visita ya que se presentan “uniformados” con camisetas que presentan el anagrama del Monasterio de la Armedilla o de la Asociación Cultural Arcamadre, según años. Los talleres desarrollados son de muy diversa índole y están dirigidos específicamente a niños o público general respectivamente. Para niños se han realizado talleres de ganchillo, de lavado de ropa, de fabricación tradicional de jabón, de dibujo sobre la Armedilla, de trenzado y de música popular. Para adultos y público general se han llevado a cabo talleres de reciclaje, farmacopea tradicional, hilado de lana y fabricación de miel.

Taller infantil de dibujo en la Armedilla.

Ciego y Lazarillo recorren la Armedilla para congregar al público

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Taller de lavado tradicional en Fuentecita

Taller de hilado de lana en el Mercado del Convento

Guías-intérpretes de la visita.

La Bazanca. V Jornadas. 2008.

I Jornadas Culturales y de la Naturalezade la Armedilla, 2004.

Teatro en La Armedilla: Ambientación teatralizada de la fundación jerónima de la Armedilla (2008) y Las Troyanas (basadas en textos de Sartre, 2006)

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Carátula del folleto-programa de las V Jornadas. 2008

La convocatoria de la celebración de este evento se ha acompañado en todos los casos, de una cartelería específica cuyo objetivo ha sido atraer la atención de la población local, en primera instancia, y de los visitantes circunstanciales o potenciales, mediante la utilización de imágenes sugerentes. La edición de folletos con los programas y su difusión en los medios radiofónicos, los diarios y los medios digitales, apoyan esta labor de difusión en el ámbito externo de carácter comarcal y provincial. En la celebración de estas Jornadas se implican, además de los redactores y coordinadores de los proyectos, el Ayuntamiento de Cogeces del Monte, la Asociación Cultural Arcamadre, el Grupo de Teatro La Solana, la Asociación de Mujeres La Hantanilla, la Asociación de Jubilados El Chorrillo, la Asociación Juvenil de Peñas y muchos vecinos y vecinas a título particular. 4.2. Creación del Parque Etnográfico de los Pastores. Fruto de la iniciativa municipal y redactado y ejecutado por la empresa SERCAM S.C., junto al conjunto de arquitectura pastoril de los Hilos, en una parcela de titularidad pública, se encuentra el único parque etnográfico de la provincia de Valladolid. Bajo este título se encuentra un espacio dedicado al descubrimiento de un mundo ya desaparecido en el que ganados y pastores se movían por el territorio practicando la transterminancia. Se completa el contenido divulgativo con aspectos históricos, constructivos, artesanales, de transmisión oral, etc. y con una recreación en acero corten con lámina de vinilo, de un pequeño rebaño dirigido por el pastor y sus perros, así como el lobo al acecho. Junto con el itinerario guiado por paneles, se halla un espacio dedicado a la recuperación de juegos tradicionales.

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4.3. Monografía sobre los pastores en Cogeces del Monte. El exhaustivo trabajo de catalogación de las construcciones pastoriles, abierto con posterioridad a la documentación de artesanías, tradiciones y escritura cotidiana, forma el cuerpo de un libro recientemente editado por la Junta de Castilla y León bajo el título “Pastores de la comarca de la Churrería. Construcciones, formas de vida y artesanía en Cogeces del Monte (Valladolid)”.

4.4. Revista Arcamadre. Editada con carácter semestral por la Asociación Cultural Arcamadre, cuenta con 11 números en los que se da cuenta de las actividades programadas en el ámbito local junto con estudios históricos, urbanísticos, de archivo, arqueológicos, artísticos, de naturaleza llevados a cabo en el territorio junto a, creencias populares, cuentos, romances y tradiciones recuperadas en el ámbito local, así como noticias bibliográficas de actualidad, artículos de opinión, etc.

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5.- Ejecución interpretativa: formación y agentes. 5.1. Formación. Introducir la Interpretación en la puesta en valor del Patrimonio no es una tarea fácil. Hay que conocer los principios básicos, tomar conciencia de su significado, haber tenido experiencias interpretativas, conocer los recursos interpretativos y valorar los resultados que se han obtenido con su aplicación. Si tenemos en cuenta que en el ámbito local no es habitual que se conozca y que hay que introducirla contando no con profesionales, sino con personas que voluntariamente deciden conocerla y aplicarla en las experiencias antes citadas, el valor de su aplicación es importantísimo. Pero llevar a cabo la formación en Interpretación en estas condiciones y, una vez mas, sin medios económicos, ha exigido la programación de unos cursos de iniciación que han ido celebrándose desde 2005 con carácter anual, hallándonos ya en la VI edición. A estos cursos, celebrados por iniciativa de Arcamadre y coordinados por CEV, asiste una media de 10 alumnos que colaboran en las iniciativas interpretativas de visitas guiadas, ambientaciones históricas, etc., y repiten el curso año tras año manteniéndose en permanente actualización. La formación impartida proporciona una base teórica que es complementada con la programación práctica de proyectos o propuestas interpretativas, talleres de comunicación y las visitas a lugares en los que se llevan a cabo experiencias interpretativas. El profesorado está compuesto por técnicos de empresas que trabajan en proyectos interpretativos (Sercam S.C., Unoveinte S.L.) e instituciones (Junta de Castilla y León, Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León, Universidad de Valladolid, Centro Etnográfico de Urueña).

Alfonso García y Raquel Molpeceres. Guías-intérpretes

Alejandra del Valle. Guía de la visita al chozo de Los Hilos.

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5.2. Agentes. La socialización, puesta en valor e interpretación del Patrimonio Cultural y Natural realizado hasta ahora en el ámbito de Cogeces del Monte, ha sido posible gracias al empeño de algunas personas que han conseguido que las actuaciones propuestas y ejecutadas fueran acogidas y mantenidas por la población local. Un papel fundamental en este proceso lo constituye la formación y puesta en marcha de la Asociación Cultural Arcamadre, que cuenta en la actualidad con unos 90 socios y una actividad cultural de enorme calado. Ambos agentes no podrían haber impulsado en ningún caso todas las actividades sin el apoyo decidido del Ayuntamiento de la localidad, que en diferentes fases correspondientes a distintas legislaturas, ha tenido un papel desigual pero en cualquier caso importante y decisivo. Actividades concretas, como el Parque Etnográfico y la señalización de algunos elementos del territorio han sido posibles gracias al apoyo económico del Proder de Peñafiel. A la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural, le ha correspondido la promoción y financiación para la realización de las excavaciones arqueológicas en el claustro de la Armedilla, así como la del trabajo documental realizado sobre el Monasterio y el levantamiento fotogramétrico con escáner digital de los restos conventuales, mientras que, a través del Servicio Territorial de Cultura de Valladolid, se ha hecho cargo de la realización de conciertos de música folk en las ruinas del convento. La Diputación Provincial de Valladolid ha apoyado algunas de las actividades programadas en el marco de las Jornadas Culturales y de la Naturaleza de la Armedilla a través de su política de subvenciones de actividades turísticas y culturales para administraciones locales y para asociaciones sin ánimo de lucro. En este mismo sentido ha sido fundamental la colaboración desinteresada, la integración paulatina en las actividades y hoy bien consolidada, de las asociaciones locales como la Asociación Cultural Arcamadre, la asociación de Jubilados “El Chorrillo”, la asociación de Amas de Casa “La Hantanilla”, La Asociación Juvenil de Peñas y la Asociación de Padres y Madres de Alumnos. No es posible finalizar este apartado sin mencionar el decidido apoyo, muchas veces sin ánimo de lucro y casi nunca valorado en su justa medida, de la empresa Sercam, Servicios Culturales y Ambientales, responsable de la redacción de los proyectos de señalización y del Parque Etnográfico, así como de algunos de los trabajos de investigación y colaboradora habitual en los cursos de Interpretación.

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Resultados y reflexiones Entendemos que este ingente trabajo desarrollado en poco mas de ocho años, aunque su gestación comenzó hace dos décadas, no estaría completo sin la realización de un seguimiento y una evaluación de los trabajos realizados, su permanencia, mantenimiento, gestión, etc., es decir sin la valoración de los resultados. Como comentábamos unas líneas más arriba la paulatina participación de la población local en las iniciativas de puesta en valor de su patrimonio es uno de los logros mas significativos ya que permite el conocimiento, la estimación favorable, la comprensión de sus valores, favorece la protección de los mismos y permite la cohesión social en proyectos comunes y la colaboración permanente. Esta recuperación de la identidad local con algunos de sus bienes ha supuesto la rehabilitación efectiva mediante la realización de pequeñas obras y ejecución de proyectos de señalización de algunos de los espacios abandonados, degradados o simplemente infravalorados y que hoy es posible visitar y disfrutar. Componente fundamental del trabajo y un acierto mas ha sido la realización de trabajos de investigación que han permitido mejorar el conocimiento de

los bienes objeto de

tratamiento e incluso cambiar las tesis tradicionales de interpretación histórica sobre algunos de ellos. No obstante lo anterior, también es preciso indicar que las actuaciones no cuentan con una uniformidad en el apoyo institucional. Para empezar esta gestión de los trabajos de puesta en valor no debería estar al pairo de los vaivenes de los grupos políticos de gobierno municipal, provincial y regional y las urgencias en las actuaciones sobre bienes degradados deberían contar con un decidido apoyo, fundamentalmente en los casos en que se trata de bienes de primera línea con la protección jurídica máxima. Tampoco se ha conseguido aún delimitar el alcance de algunas de las cuestiones relativas a las actuaciones de socialización, puesta en valor, dinamización e interpretación. Existen en el mismo ámbito iniciativas no interpretativas de gran significación y atractivo. La implantación de una serie de rutas turísticas en el término municipal, la existencia de un Museo etnográfico privado “Aperos del Ayer” y del Museo de Ciencias Naturales, sobre la base de una colección privada, pero con carácter público, son ejemplo de ello. No todo lo que se hace para dinamizar el territorio y sus bienes culturales y naturales es considerado interpretativo, aunque sería bueno que siempre lo fuera. Una originalidad del programa y una cuestión excepcional en el ámbito territorial es la iniciativa anual de formación de guías-intérpretes a través de un curso de Interpretación del

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patrimonio que se gestiona desde la asociación Cultural Arcamadre con la coordinación y bajo la responsabilidad de la que suscribe estas líneas. En el año 2010 este curso ha conseguido trascender definitivamente las barreras locales para contar con un número mayoritario de alumnos no locales que nos permiten no sólo formar en interpretación desde Cogeces del Monte, sino también dar a conocer nuestro Patrimonio Cultural y Natural ante agentes de Desarrollo Local, guías de turismo, técnicos municipales, etc. de otros territorios de nuestro ámbito provincial. De los aciertos de la propuesta, de sus defectos, del análisis de los guías respecto de los contenidos teóricos y prácticos y de la ejecución práctica de las visitas guiadas, van tomándose notas para modificar las propuestas de los futuros cursos. La valoración general de los trabajos de gestión realizados, es ciertamente buena, tanto por parte de la población local como de la foránea. En su conjunto, estos bienes y las actuaciones realizadas sobre aquellos están mantenidos en un grado de presentación aceptable, aunque siempre mejorable. Tanto por sus objetivos, como por sus características, diversidad, calidad y la consecución de la implicación social en la salvaguarda y gestión del patrimonio propio, considero que lo realizado hasta ahora constituye uno de los mejores y mas originales ejemplos de buenas prácticas en el ámbito local de nuestro país.

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CÓMO SE GESTÓ EL MUSEO PROVINCIAL DEL VINO DE PEÑAFIEL, VALLADOLID Alicia Gómez Pérez J. Álvaro Arranz Mínguez

RESUMEN: El Museo Provincial del Vino de Peñafiel ha cumplido 10 años el diciembre pasado. Se trata de uno de los primeros grandes proyectos territoriales llevados a cabo por la Diputación Provincial de Valladolid1 y el primer proyecto museológico de envergadura afrontado por la empresa SERCAM, S. C., quien ya en 1993 había sacado a la luz su iniciativa de crear un Museo del Vino como una de las actividades turístico culturales esbozadas para potenciar el sector oriental de la ribera del Duero vallisoletana2 y en 1995 la había concretado en la redacción de un anteproyecto para el Ayuntamiento de Pesquera de Duero3. Dado que, al fin y al cabo, la idea inicial de SERCAM, S. C. de crear un Museo del Vino se hizo realidad en 1999, en Peñafiel, aprovechamos el acontecimiento del décimo aniversario para hacer un repaso desde el momento de su gestación, del cual nos consideramos artífices, hasta el de su inauguración bajo la promoción y tutela de la Diputación Provincial de Valladolid y la colaboración del Ayuntamiento de Peñafiel. PALABRAS CLAVE: Museo del Vino, Peñafiel, Diputación de Valladolid.

1

En 1985 se había creado en Urueña el Centro Etnográfico “Joaquín Díaz” y tiempo después el Centro de Interpretación de

Matallana. Al Museo Provincial del Vino siguieron el Museo de las Villas Romanas de Almenara-Puras, El Centro de Recepción de Viajeros del Canal de Castilla en Medina de Rioseco, el Centro de Interpretación del Valle Esgueva y el Parque de los 6 Sentidos en Renedo, la Villa del Libro en Urueña y el Museo del Pan de Mayorga. 2

Esta iniciativa fue presentada en dicho año de 1993 en el Patronato de Turismo a D. José García, entonces Diputado de Turismo.

3

El anteproyecto de creación de un Museo del Vino en Pesquera de Duero fue presentado por D. Félix Muñoz, alcalde de dicha

localidad, al Presidente de la Diputación Provincial, D. Ramiro Ruiz Medrano.

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E

n el año 1993 la empresa SERCAM, S. C., prácticamente durante su primer año de existencia, irrumpía en el campo del turismo cultural con una propuesta muy novedosa de actuación en el área occidental de la Ribera del Duero.

En este primer guión4 se planteaba una intervención conjunta en los lugares de San Bernardo, Pesquera de Duero, Roturas, Curiel, Peñafiel y Padilla de Duero. Los incentivos que se destacaban de esta zona: 9 Presencia de importantes conjuntos monumentales en Peñafiel y Curiel, además del complejo monacal de Santa María de Valbuena. 9 Existencia de un complejo arqueológico de amplia extensión espacial y cronológica entre Padilla y Pesquera, hoy conocido como Zona Arqueológica de Pintia.

4

Bajo el título de “Proyecto de Turismo Rural: Ribera del Duero en la Provincia de Valladolid” se recogían 9 páginas de ideas y

propuestas, ilustradas con fotografías de paisajes, monumentos y testimonios etnográficas, lo cual fue presentado a finales de 1993 en el Patronato de Turismo de la Diputación Provincial de Valladolid.

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9 Posibilidad de recuperar casas abandonadas o deshabitadas, aún en relativo buen estado, cuya restauración y rehabilitación acordes con los estilos y técnicas de la comarca podrían hacerlas susceptibles de aprovechamiento como centros de albergue. 9 Recogida del rico patrimonio mueble cuya recuperación permitiría la creación de museos locales, monográficos, comarcal… 9 Existencia de oficios y artesanías en desuso, con posibilidad de rehabilitación y recuperación de sus técnicas, así como la pervivencia de una valiosa tradición oral y de celebraciones festivas cuyo conocimiento nos acercaría al sentir popular. 9 Posibilidad de degustar los vinos (Ribera del Duero) y la gastronomía de la tierra.

Fotografías que ilustraban la propuesta de 1993

Junto a la zona de actuación señalada se contemplaba, además, otro área de incidencia indirecta conformado por lugares del entorno, como Piñel de Arriba, Piñel de Abajo, Valbuena de Duero o el Valle del Cuco (Bocos de Duero, Valdearcos de la Vega, Corrales de Duero y San Llorente).

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Entre los objetivos, el proyecto incidía en la conservación, protección y desarrollo del rico Patrimonio Histórico destacado. En cuanto al visitante, se trataba de adecuarle con el entorno “y no viceversa; la intención es evitar cualquier impacto negativo sobre el medio, natural o humano”5. Se pretendía fomentar, sin olvidar el esparcimiento y diversión que toda oferta turística debe contemplar, “el conocimiento ‘desde dentro’ de los pueblos visitados, un marco nuevo y diferente al cotidiano para los habitantes de la ciudad y otras regiones; más aún, se busca que el turista no sólo no degrade la zona, sino que llegue a sentirse copartícipe de su proceso de desarrollo”. Se apuntaban igualmente actividades de diversos tipos, como excursiones o ejercicios deportivos, pero principalmente talleres, que aparecían desglosados según su temática: 9 Histórico-artísticos. Con “visitas con instrucción sobre el terreno y posibilidad de intervenir en trabajos arqueológicos o de restauración”. 9 Tradiciones y costumbres. Pretendiendo la “participación en fiestas populares, matanzas, vendimia, juegos autóctonos, conocimiento de la tradición oral”. 9 Trabajos populares, como “artesanía de la madera, cerámica, telar, cestería, forja, molienda, panificación, elaboración del vino”. 9 Arquitectura popular. Con la participación en “equipos de colaboración en los trabajos de rehabilitación de casas y construcciones populares”. 9 Granja piloto. Contemplando participar “en las labores del campo, con cultivos de la zona y diversos tipos de ganadería (…), fomentar la repoblación forestal con especies autóctonas, analizar y conocer las hierbas medicinales y, finalmente, abordar el estudio de la fauna”. Tomando como sede o centro de operaciones el Monasterio de Santa María de Valbuena en San Bernardo, la propuesta quedó esbozada con el siguiente esquema:

5

SERCAM, S. C., 1993: “Proyecto de Turismo Rural: Ribera del Duero en la Provincia de Valladolid”. Las citas en cursiva de esta

página y las dos siguientes son fragmentos textuales tomados del proyecto citado.

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Se destacó como primera fase de actuación la creación de un Museo Etnográfico del Vino en la localidad de Pesquera. La elección de esta población como punto de partida para poner en marcha este proyecto se justificaba por: 9 Las óptimas condiciones de comunicación existentes entre Pesquera y las demás poblaciones implicadas. 9 Adecuado contexto social, con una corporación municipal y población sensibilizadas, junto a la iniciativa privada local –principalmente vinatera6- dispuesta a colaborar en nuevos proyectos, sobre todo a partir de la importancia adquirida por los vinos de este municipio con la creación de la Denominación de Origen Ribera del Duero en 1982. 9 La disponibilidad de infraestructuras inmuebles susceptibles de ser adquiridas, rehabilitadas y acondicionadas para los diferentes usos apuntados en la propuesta museística. En este caso se destacaba expresamente la colaboración del bodeguero D.

6

Más que famosos había hecho por estos años el bodeguero D. Alejandro Fernández su marca de vino “Tinto Pesquera” y el slogan:

“Tinto Pesquera hasta que me muera”.

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Alejandro Fernández, quien ponía a disposición un lagar y una bodega tradicional, elementos que serían acondicionados propiamente como “salas de exposición” de la historia y el laboreo vitivinícola. Se contemplaba también la adquisición de otros dos lagares que, a pesar de su pésimo estado de conservación, serían sometidos a un proceso

de

rehabilitación

tendente

a

albergar

el

resto

de

dependencias

complementarias: biblioteca-centro de investigación y departamento didáctico en uno, taller de conservación y restauración, almacén y dependencias administrativas en el otro. Se señalaba finalmente la necesidad de crear un mesón “como medio para allegar recursos para el mantenimiento y funcionamiento” de las instalaciones anteriormente enunciadas, espacio en el que se ofrecerían “recetas tradicionales y productos de la tierra, siendo utilizado ocasionalmente como escenario de actuaciones musicales”. Esta propuesta presentada en 1993 al Patronato de Turismo no fue apoyada por la Diputación Provincial pero sí por el Ayuntamiento de Pesquera de Duero, que siguió adelante con la idea instándonos a redactar un anteproyecto para la creación de un Museo Etnográfico del Vino en la localidad7. El nuevo impulso municipal contaba también con la colaboración de los principales bodegueros locales y, con ello, se mantenía el ofrecimiento de las dos construcciones tradicionales –lagar y bodega- como base o complemento expositivo. Con todo, la nueva iniciativa abogaba por la creación del Museo en un edificio de nueva planta localizado en el extrarradio junto a la zona vinatera tradicional de Pesquera, de modo que se tuviera acceso fácil y próximo al lagar y la bodega comprometidos, así como a una amplia área de aparcamientos. Respecto al argumento museístico básico de exposición del patrimonio cultural asociado al vino en sus diferentes ámbitos, se mantenía la idea inicial de combinar estrategias de ocio y educativas con las potencialidades gastronómicas del lugar y el entorno.

7

El anteproyecto fue redactado en 1995 por Alicia Gómez Pérez, Henar Gallegos García y Pilar Craqui Izquierdo en el marco del

programa NOW en un curso de formación de emprendedoras llevado a cabo en Valladolid por la Escuela de Organización Industrial (EOI) del Ministerio de industria y Energía.

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A comienzos de 1995 el alcalde, D. Félix Muñoz, presentaba el anteproyecto esta vez al Presidente de la Diputación Provincial, D. Ramiro Ruiz Medrano, quien sí lo valoró de forma muy positiva, haciéndose eco de ello la prensa por boca del periodista D. Javier Pérez Andrés:

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Hecha pública la intención de la Diputación de Valladolid de crear un Museo del Vino en Pesquera de Duero, la situación cambió radicalmente en el municipio: cuando un mes después el Diputado de Turismo, D. José García, comunicaba a la corporación municipal en pleno la decisión de apoyar y subvencionar de forma prácticamente íntegra el proyecto8 dicho Ayuntamiento lo rechazaba unánimemente. A partir de estos momentos comenzó una “guerra” en la provincia con un enfrentamiento manifiesto y palpable de diferentes municipios por ver cuál de ellos conseguía llevar a su término el Museo del Vino, algunos con ofertas asombrosas9. En esta competición entró también Pesquera de Duero con una nueva corporación al frente de su Ayuntamiento, totalmente renovada tras las elecciones municipales de 28 de mayo10.

8

El acuerdo planteado por D. José García suponía la asunción por parte de la Diputación Provincial de todos los costes de obra y

equipamiento de la propuesta presentada (valorada inicialmente sobre unos 50 millones de pesetas) a condición de que el Ayuntamiento se hiciese cargo del terreno señalado en la misma (con un coste aproximado de unos 3 millones de pesetas). 9

Tan sólo mencionamos la propuesta de Cabezón de Pisuerga al brindar como sede la iglesia de Palazuelos, monumento que es

parroquia y propiedad del Arzobispado de Valladolid. 10

En julio de 1995 se remitía desde el Ayuntamiento de Pesquera a la Diputación Provincial una Memoria justificativa para la

instalación del Museo del Vino en la localidad, destacando “la aportación material y la intelectual” que asumía unánimemente dicho Ayuntamiento al ceder “los terrenos básicos” para su construcción y hacerse cargo de la redacción del proyecto museístico, señalando finalmente la trayectoria y empeño de este pequeño municipio por sacar adelante una idea y un proyecto comprometidos con la cultura y la población rural.

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En 1996 la Diputación Provincial decidió instalar en el castillo de Peñafiel el Museo Provincial del Vino, contando también con la empresa SERCAM, S. C. para que realizara una propuesta museológica para dicho emplazamiento. Por nuestra parte, y tras las expectativas levantadas entre diferentes pueblos de la provincia por conseguir la adjudicación de semejante proyecto, se formuló un planteamiento, más que de museo inmovilista, de centro o dinamizador cultural entre las diversas Denominaciones de Origen que se extendían por el territorio provincial11. En ese contexto conciliador, se sugirió, asimismo, la mediación de la Universidad de Valladolid como instrumento de coordinación y garante científico. Así, a comienzos de 1997 la Diputación Provincial de Valladolid firmó un convenio con la Universidad de Valladolid para la redacción del proyecto museológico del Museo Provincial del Vino. Bajo la dirección de D. José Luis Alonso Ponga –profesor titular de Museografía Etnográfica del Área de Antropología Social de la Universidad de Valladolid- SERCAM, S. C. entró a formar parte del equipo creado para tal fin. El guión de contenidos lo estableció D. Roberto Valle, arquitecto de la Diputación Provincial responsable de la obra. La trayectoria que SERCAM, S. C. había impulsado sobre el proyecto inicialmente concebido en 1993 fue determinante a la hora de afrontar la nueva propuesta y abordar el castillo de Peñafiel: se mantenía como foco catalizador y dinamizador la Ribera del Duero y nos enfrentábamos al equipamiento cultural y material de un monumento histórico. El Museo seguía planteándose como un producto cultural y comercial que debía acercar el patrimonio históriconatural al ciudadano haciéndole sentir agradablemente acogido, entretenido, respetado e instruido.

Castillo de Peñafiel. 2006

11

En 1996 las Denominaciones de Origen establecidas en la provincia de Valladolid era: Rueda, Toro Cigales y Ribera del Duero. Ya

en 2007 se sumó la nominada Tierra de León.

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Portada del proyecto museológico elaborado en 1997

Con estas premisas, se ideó un museo singular que, aunque no exclusivo por la temática abordada –el vino-, podría presumir de único al presentar en un contenedor excepcional –el castillo de Peñafiel- dicho “objeto museable” analizado en su extensión temporal, espacial, económica y social: “el vino manifestándose a través de su milenario bagaje cultural, impulsando importantes economías comarcales y familiares y consolidando nuevos estilos de vida que marcan moda y cambian hábitos en un amplio sector social”12. El Museo Provincial del Vino se cimentaría, pues, en dos fuertes pilares: el estatus cultural del vino y el estatus económico del vino. Aunque, básicamente, sería definido como el Museo de la Cultura del Vino: “un centro cultural abierto, arraigado a la tierra, las gentes, sus costumbres y tendencias socioeconómicas y culturales; impulsor de la investigación, la educación y el turismo y conservador de unas manifestaciones histórico culturales hasta no hace muchos años vitales”. E, igualmente, podría haberse calificado como el Museo de la Cultura del Vino Vallisoletana, por cuanto el usufructuario directo sería la provincia: “que verá 12

1997. Proyecto museológico del Museo Provincial del Vino. Convenio de colaboración entre Diputación de Valladolid y

Universidad de Valladolid. Tomo I, Proyecto Museológico, elaborado por SERCAM, S. C. con la dirección de D. José Luis Alonso Ponga. Las citas en cursiva de esta página y las siguientes son fragmentos textuales de este proyecto del que no hemos podido resistir sacar del olvido o desatención institucional.

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potenciado su desarrollo cultural, la creación de iniciativas turísticas y la promoción de sus vinos (…) cuya variedad y alto nivel de calidad son la revelación última del discurrir histórico de esta geografía castellana que dista mucho de ser uniforme” En el contexto legal, marcado en 1985 por la Ley de Patrimonio Histórico-Artístico Español13, el Museo Provincial del Vino también debía constituir, custodiar y exhibir una colección o conjunto patrimonial formado por bienes muebles, documentales y manifestaciones que de alguna u otra forma guardasen relación con la temática enunciada en el propio título: el vino. Por ello se planteó inicialmente: 9 La creación de una colección distintiva de carácter etnográfico. Esta tarea fue iniciada con el registro y definición de objetos muebles a través de un trabajo de campo marcado por la apremiante localización de determinadas piezas durante un período de tiempo limitado a los escasos 3 meses de redacción del proyecto. No obstante, fue establecido un referente inicial sobre el que se insistía que debía ser “continuado y ampliado antes de que el museo abra sus puertas”. 9 La creación de una colección documental y bibliográfica en la que también tuvieran cabida testimonios poéticos, míticos y legendarios, canciones populares y danzas. 9 El aprovechamiento del castillo de Peñafiel, que en sí mismo constituía un bien cultural inmueble y, sin perder ese referente histórico que debía seguir mostrándose al público, adquiriría a partir de esos momentos un nuevo significado como contenedor de un equipamiento patrimonial y expositivo. El planteamiento del Museo Provincial del Vino se impregnó de una perspectiva de futuro, dinámico y creativo, proyectándose más allá de unos muros contenedores en un ámbito geográfico intercomarcal. Este novedoso museo espacial se caracterizaría por: 9 Su misión de conservar, investigar y exponer la cultura del vino vallisoletana, así como comunicar y difundir con carácter educativo y sentido lúdico dicha cultura a un público mayoritario. 9 Su organización sobre una estructura centralizada en el Castillo de Peñafiel -sede y centro primario que acogería todas las funciones básicas de un museo- desde donde se coordinarían varios puntos expositivos repartidos por la provincia de Valladolid denominados Aulas del Vino. La existencia de estas Aulas se justificaba por la necesidad de presentar un espacio de acogida para el visitante que, desde el Castillo de Peñafiel, se dirigiera a recorrer y conocer otras áreas de la geografía vinatera vallisoletana: 13

Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español. Título preliminar: artículos 1.1 y 1.2; Capítulo II, artículo 59.3

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Este planteamiento territorial o espacial del Museo Provincial del Vino se basaba en la concepción de ecomuseo definido en Francia por G. H. Rivière y H. de Varine-Bohan14: aludiendo a un entorno natural y social se creaba un museo del espacio, un laboratorio in situ y pequeños grupos de base o comunidades que participarían en su planificación y desarrollo. Las Aulas del Vino, cuya realización material debería llevarse a la práctica con la colaboración y compromiso de Ayuntamientos, Bodegas y Consejos Reguladores de cada una de las sedes seleccionadas, se organizarían en dos categorías: 9 Por un lado las que actuarían como complemento expositivo del discurso presentado en el Castillo de Peñafiel y estarían ubicadas en la misma Denominación de Origen Ribera del Duero. En este sentido se proponían 3 puntos de interés: 1.- Presentación de la vid en un Aula creada en Quintanilla de Onésimo. Debía incluir una plantación con distintas variedades de cepa. 2.- Visita a varias construcciones tradicionales de Pesquera de Duero: un lagar, una cocedera y una bodega. 3.- Visita a una bodega actual en la propia localidad de Peñafiel, concretamente Protos, lugar que brindaba la posibilidad de visitar junto a las modernas instalaciones sus antiguas bodegas excavadas en el cerro del castillo. El circuito que se establecía de este modo potenciaba una ruta turística comarcal bien definida que podía servir de escaparate y modelo para sugerir en el visitante otros 14

Rivière, G. H. (1985): “Definición evolutiva del ecomuseo”. Museum, 148: 182-183. París.

Varine-Bohan de H. (1985): “El ecomuseo más allá de la palabra”. Museum, 148: 185. París

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itinerarios igualmente atractivos que, como centro en Peñafiel, le proporcionaría una visión más completa del sector oriental de la provincia vallisoletana. 9 Otras dos Aulas se crearía en Cigales y Rueda que actuarían como expositores propios de cada una de sus respectivas comarcas y Denominaciones de Origen. Al mismo tiempo ejercerían su proyección dentro de un ámbito geográfico determinado con el fin de proteger, conservar y difundir el particular patrimonio cultural.

Bajo esta estructura centralizada en el Castillo de Peñafiel, el Museo Provincial del Vino supondría una mayor rentabilidad y eficacia social, cultural y económica. No obstante, la gran y directa responsabilidad que adquiría este novedoso y ambicioso Museo era presentar a la sociedad un primer compendio de la Cultura del Vino referido a los límites geográficos de la provincia vallisoletana. Volviendo a las citas textuales del proyecto que estamos comentando, el Museo Provincial del Vino de Valladolid se erigiría en: 9 Investigador de un amplio campo de conocimiento de difícil definición en el que interfieren disciplinas como la Historia, Etnografía, Antropología, Sociología,

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Enología, Geología, Biología… y todas aquellas que de un modo u otro se ven relacionadas con el vino como un artículo que no es un simple objeto de consumo sino que constituye una pieza cultural del engranaje evolutivo de la Humanidad. Adquiriría sobre esta actuación una función coordinadora de un criterio científico interdisciplinar aplicado al estudio del Vino, mostrándose pionero y sentando una base consistente y sólida para una nueva perspectiva de análisis en el estudio del conocimiento humano. De este modo se crea un corpus teórico interdisciplinar sobre el que cimentarán, además de la investigación, el resto de funciones y servicios del museo: conservación, educación y difusión cultural. 9 Guardián y conservador de los elementos materiales y manifestaciones inmateriales asociados al Vino y relacionados con: la materia prima y su cultivo, elaboración y producción, almacenamiento, comercialización y consumo, apartado éste último que en muchas ocasiones reviste un componente ritual en función del cual el vino ha ido manteniendo y acrecentando una secular valoración social. Esta función proporciona las bases para la recogida y creación de una amplia colección de objetos, instrumentos y testimonios documentales y orales que de alguna manera han sido creados con un mismo referente: el vino. 9

Escaparate educativo y lúdico para la sociedad, en el cual se muestren para deleite de ésta y con un montaje pedagógico las diversas parcelas de la Cultura del Vino.

El proyecto museológico para la creación del Museo Provincial del Vino en el Castillo de Peñafiel se terminó de imprimir el 30 de junio de 1997, día de San Marcial (a quien se atribuye haber servido el vino, el cordero y el pan en la Última Cena). Iba acompañado de cuatro tomos que componían el corpus teórico solicitado en el documento-guión elaborado por D. Roberto Valle y D. Andrés Muñoz a instancias del Área de Acción Territorial de la Diputación Provincial: el primero de ellos, dedicado a la Enología, fue elaborado por Pascual Herrera García (Director de la Estación Enológica de Castilla y León en Rueda, Valladolid) e Isabel Sánchez Ramos (Analista de Laboratorio de dicha Estación Enológica); los tomos dedicados a la Historia, la Etnografía, más un voluminoso apéndice con “Tratados sobre Agricultura” (que incluía fragmentos de obras de autores tan reconocidos como Columela, Paladio o Alonso de Herrera), fueron ejecutados por parte de SERCAM, S. C., interviniendo en su redacción Jesús Álvaro Arranz Mínguez, Alicia Gómez Pérez, Antonio Bellido Blanco y Henar Gallegos García. Todo ello bajo la directa supervisión de D. José Luis Alonso Ponga (Profesor Titular de Museografía Etnográfica del Área de Antropología Social de la Universidad de Valladolid).

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El Museo Provincial del Vino abrió sus puertas en el Castillo de Peñafiel en diciembre de 1999. Acaba de cumplir 10 años y ha clausurado dicha efeméride con un acto en el que además se hizo un reconocimiento expreso del visitante un millón en la persona del turista chileno Felipe Crignola.

Diez años después de su creación se reencuentran en el Museo Provincial del Vino los artífices del mismo: Félix Ángel Martín (alcalde de Peñafiel, entonces y en la actualidad), Alicia Gómez (en representación de SERCAM, S. C.) y Ramiro Ruiz Medrano (Presidente de la Diputación Provincial de Valladolid).

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EL CENTRO DE INTERPRETACIÓN DEL FOLKLORE Y LA CULTURA POPULAR DE SAN PEDRO DE GAÍLLOS, SEGOVIA Arantza Rodrigo Martín

RESUMEN: El Ayuntamiento de San Pedro de Gaíllos (Segovia) puso en funcionamiento el año 2003 el proyecto denominado Centro de Interpretación del Folklore y la Cultura Popular, cuyo objetivo principal es el desarrollo de programas culturales a través de los que recoger, difundir y poner en valor nuestro rico patrimonio de cultura tradicional. Desde entonces se desarrolla una actividad constante: la Escuela de Música Tradicional, la revista etnográfica “Lazos” y un programa anual de acciones formativas y lúdicas. En marzo de 2009 se abre la exposición de carácter permanente dedicada a las Danzas de Palos, El Museo del Paloteo, uno de los tesoros patrimoniales que se conservan en San Pedro de Gaíllos. PALABRAS CLAVE: Centro de Interpretación del Folklore y la Cultura Popular, Museo del Paloteo

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Los orígenes

H

ay que remontarse tiempo atrás para entender por qué surge un proyecto de estas características en una población de poco más de 350 habitantes, que lucha, como tantos otros, denodadamente por perdurar como pueblo en un medio rural

malherido.

San Pedro de Gaíllos es un municipio segoviano en el que perviven algunas tradiciones gracias a sus vecinos, siempre demostrando un gran apego a su patrimonio y aferrándose fuertemente a aquello que les identifica. Así lo demuestra el hecho de que año tras año, podamos asistir a celebraciones y manifestaciones de cuyo origen apenas se sabe, o como algunos mayores nos dicen “lo hemos conocido de siempre”. Una de estas tradiciones que en San Pedro de Gaíllos tienen más arraigo son sus danzas.

Danzantes de San Pedro de Gaíllos años 50 del siglo XX. Foto cedida por Lauro Rodríguez Merino

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Son estas danzas, en las que destacan por su brillante ejecución los paloteos,1 germen de este proyecto, en el que hay que reconocer el peso específico del actual grupo de danzas, que surge en los años ochenta del siglo XX, coincidiendo con un movimiento muy generalizado en el medio rural, por el cual asociaciones y diferentes colectivos inician un trabajo de recuperación de antiguas tradiciones que estaban casi olvidadas, pero también descubriendo, en esta tarea, que otras muchas se habían perdido definitivamente. Fue un grupo de jóvenes de San Pedro de Gaíllos el que, en aquel momento, decide emprender la recuperación de ancestrales danzas de la mano de las personas que aún podían transmitirlas, los antiguos danzantes y músicos que danzaron hasta finales de la década de los años sesenta. En poco tiempo aprendieron un repertorio que había sido transmitido de generación en generación, comenzando así una andadura, al igual que sus predecesores, que les ha llevado a actuar por gran parte de la provincia de Segovia y fuera de ella, participando en numerosos festivales y fiestas patronales.

Procesión en la Fiesta de San Pedro de 2008. Foto: SERCAM

1

PALOTEOS: “Danza rústica que se hace entre muchos con unos palos en las manos como baquetas, con los cuales bailando dan

contra otros, haciendo ruido concertado al compás del instrumento” Vicente Salvá y Pérez (1846). Diccionario de la Lengua Castellana.

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Este resurgir del folklore produce en el pueblo un gran entusiasmo y una década después, en los años noventa, empieza a apuntarse la idea de crear un centro o museo etnográfico. Es en este momento cuando el Ayuntamiento toma las riendas del proyecto y se comienzan a buscar los apoyos necesarios, que en una primera fase van a permitir la construcción, en el año 2002, de un edificio que hasta siete años después, por diversos motivos, no se convertirá en la sede del Centro de Interpretación del Folklore que actualmente alberga el Museo del Paloteo, auditorio, biblioteca y aulas. Estas primeras ayudas económicas llegaron a través de los fondos europeos Leader, Junta de Castilla y León y numerosas colaboraciones de vecinos y personas vinculadas familiar o afectivamente al municipio.

La actividad del Centro de Interpretación del Folklore En 2003, sin tener aún una sede terminada, se inicia el Plan de funcionamiento del Centro de Interpretación del Folklore que permanece hasta el día de hoy, con firme voluntad política, la participación y el apoyo de la población y con el reconocimiento y distinción por parte de algunas instituciones2. La intención es convertirse en motor dinamizador del desarrollo cultural en la comarca, trabajando en programas relacionados con la cultura en general, pero especialmente de Cultura Tradicional. Para su puesta en marcha el Ayuntamiento solicita en 2002 la Subvención para Entidades Locales en el ámbito de los Nuevos Yacimientos de Empleo del Servicio Público de Empleo de Castilla y León. Concedida la ayuda, se contrata a una persona que se encargará de la Gestión y Dinamización Cultural del Centro. Una vez cumplido el periodo máximo subvencionado para el proyecto, tres años, el Ayuntamiento mantiene el puesto con cargo a sus propios fondos. Actualmente el Centro de Interpretación del Folklore y Museo del Paloteo han generado de modo directo los siguientes empleos: 1 Director, 1 Monitor/ Informador y 1 persona para limpieza y mantenimiento. Después de siete años se ha consolidado en el municipio y la comarca una programación diversa que abarca prácticamente a todos sectores de la población:

2

2007 Premio al Desarrollo Rural, categoría Comarcal, otorgado por Fundación “Macario Asenjo Ponce”. 2008 Premio Manuel González Herrero “a la fidelidad a la Tierra”, otorgado por el Centro Segoviano de Madrid.

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• Lazos es la revista etnográfica que se edita trimestralmente desde el verano de 2003. Es una modesta publicación que en pequeñas dosis, 12 páginas, y sin más pretensiones, trata de ofrecer un soporte para la recuperación, el recuerdo, el homenaje y también para la actualidad del nuestro folklore. Nuestros colaboradores escriben desinteresadamente para lazos y son su principal valor. Son más de 80 municipios en nuestra provincia los que reciben la revista, a través de

Ayuntamientos,

Asociaciones,

Centros

Centros de

Escolares,

Jubilados

y

diversos establecimientos turísticos. Desde el año 2008 también está disponible en formato digital3. • La Escuela de Música Tradicional comenzó su actividad el noviembre de 2003 con una veintena de alumnos matriculados en clases de Dulzaina, Percusión y Lenguaje Musical. Después de seis años ha aumentado considerablemente el número de alumnos interesados en el aprendizaje de estos instrumentos tradicionales del folklore segoviano. También se desarrollan algunos fines de semana talleres intensivos dedicados a la música o la danza tradicional: Percusión de cocina en la Tradición Castellana, Instrumentos de Percusión para la Fiesta y el Trabajo, Taller de Pandereta, Taller de Bailes Tradicionales, Sonidos de la Navidad, Percusión Corporal, etc. • El Club Infantil “El Sobrao” está dirigido a la población más joven y ofrece actividades que permiten a los niños/as interrelacionar los diversos aspectos de su realidad más cercana, planteando temas de multiculturalidad y atendiendo a las diferentes franjas de edad. Desde que comenzara en febrero de 2004 se han ofrecido actividades diversas: ⎯ El Planeta de las mil danzas (para niños y niñas de 4 a 6 años). Taller multicultural de acercamiento a diferentes manifestaciones culturales desde el aprendizaje de las danzas. ⎯ Talleres de Danza y Paloteo (para niños/as mayores de 7 años). Taller de iniciación a las danzas, que se realiza en colaboración con miembros del grupo de Danzas. 3

www.sanpedrodegaillos.com

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⎯ Montamos el Belén (para niños/as de 7 a 12 años). De octubre a diciembre los niños participan en el montaje del Tradicional Belén. Actividad que desarrolla su creatividad y habilidad al tiempo que se acercan a otras manifestaciones culturales. ⎯ Festival de Títeres (para niños/as de 7 a 12 años). En febrero se empieza a preparar la obra de títeres con la que participarán en el Festival Internacional de Títeres de Segovia TITIRIMUNDI en su apartado de TITIRICOLE. Los títeres son un atractivo vehículo con el cual transmitir determinados valores como respetar lo diferente, sensibilizar hacia el medio ambiente, etc.

Máscaras de Carnaval. Club Infantil el Sobrao, año 2004

• Tardes para la Tradición, es un programa que venimos desarrollando desde el invierno de 2006 en la Residencia de Ancianos “Los San Pedros”, con una frecuencia mensual. Las sesiones están dedicadas a las tradiciones, siempre vividas en primera persona, como costumbres de la navidad, el carnaval, los oficios y los juegos tradicionales, entre otras. Utilizamos una metodología dinámica y participativa. Este programa se ha convertido en fundamental, ya que el saber de nuestros mayores nos nutre de nuevos contenidos e ideas para la actividad del centro.

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Tardes para la Tradición, año 2009.

• Otras actividades para la Interpretación del Folklore. En estos años se han programado exposiciones temporales y talleres intensivos: ⎯ Trabajos con paja de centeno: (de octubre a diciembre de 2008) Taller de artesanía impartido por mujeres de San Pedro de Gaíllos, expertas conocedoras de esta antigua tradición, la elaboración artesanal con paja de centeno de cestas y sombreras.

Sombrea elaborada artesanalmente con paja de centeno

⎯ Taller de Tintes Naturales: (abril de 2007) dirigido por Mª Ángeles Barriuso, para la iniciación al mundo de los tintes naturales, aprendiendo las principales técnicas de tinte vegetal y animal sobre fibras naturales. Muchas de estas plantas que perviven aún en nuestros pueblos como restos de antiguos cultivos se están perdiendo y, sobre todo, casi se ha olvidado para qué y cómo se utilizaban. ⎯ Las exposiciones han constituido una parte importante dentro de la programación del Centro. En 2003 fue la primera, Juegos de Ayer y de Siempre, muestra

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recuperada por Victoriano Yagüe Sanz. Después se han ido sucediendo otras como las dedicadas a los instrumentos de la música tradicional: Instrumentos Musicales de Castilla y León (2004), Instrumentos musicales de América Latina (2007) e Instrumentos musicales de Aragón (2009). También las colecciones fotográficas: Tras las Danzas (2005) y El Latir del Sahara (2006). ⎯ Más allá del ámbito municipal. Desde 2006 impartimos por los pueblos de nuestra provincia, talleres de Juegos Tradicionales y de Paloteo.

Taller de Juegos Tradicionales. Aldealcorvo (Segovia) año 2007.

• El Certamen de Danza y Paloteo se celebra desde 1990 organizado por el grupo de Danzas de San Pedro de Gaíllos en colaboración con el Ayuntamiento, respondiendo al entusiasmo despertado entre la gente por la recuperación de esta tradición y considerando la importancia de la promoción del folklore de otras regiones. • Festival multicultural “Planeta Folk”. En 2006 se celebró con gran éxito la primera edición de este festival, el objetivo era servir de instrumento para el enriquecimiento y comprensión cultural, dedicando para ello un espacio destacado al folklore de otros lugares. Durante una jornada se suceden actividades muy diversas, como el mercado de artesanía, talleres de música y danza, exposiciones, exhibiciones, conferencias y sobre todo música tradicional. Es una fiesta que atrae a vecinos y gentes de nuestra comarca, y que supone una interesante experiencia en la que participa todo el pueblo tanto en su desarrollo como en su preparación, y con especial dedicación desde la Asociación de la Mujer Rural “Alameda”.

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Planeta Folk 2007. Foto: Carmen Fombellida Torre

• Desde el Centro se ha colaborado con otras entidades en diferentes proyectos, como el Proyecto de Cooperación Transnacional: Juegos Tradicionales y Patrimonio Cultural Europeo (euroBol), concretamente en la organización del “Festival de Bolos Eurobol” celebrado del 1 al 3 de junio de 2007, en Riaza, y colaborando en las “Jornadas de Patrimonio Cultural: los Juegos Tradicionales”, celebradas el 20, 21 y 22 de junio de 2008 en San Pedro de Gaíllos. • El Centro de Interpretación del Folklore ha sido incluido en el Sistema de colaboración de los Circuitos Escénicos de Castilla y León a través de las redes provinciales para el 2010, el objetivo de este programa es impulsar el desarrollo de políticas culturales que fomenten el acceso de los ciudadanos a las artes escénicas. Este primer año se ofrecerá de agosto a diciembre una programación variada que incluye espectáculos de música, teatro, danza y magia. Será el 5 de agosto, en las vísperas del V Festival Planeta Folk cuando contaremos con la actuación de MAYALDE que nos ofrecerán entre otros los temas de su último trabajo Al buen tun, tun.

PROGRAMACIÓN CIRCUITOS ESCÉNICOS 2010 EN SAN PEDRO DE GAILLOS FECHA

HORA

5/08/2010

22:00

ARTISTA / GRUPO MAYALDE

O B R A AL BUEN TUN TUN

5/09/2010 20:00 VALIA PERCIK

HECHIZOS Y ESCOBAS… QUE LOS HAY LOS HAY ¡AYAYAY!

9/10/2010

20:00 JORGE PRIETO

VIVA LA MAGIA

6/11/2010

20:00 ALTO TEATRO

CUENTOS ALGO ASQUEROSOS PARA NIÑOS POCO ESCRUPULOSOS

5/12/2010

20:00

NATALIA DIEZ WIRTON

LA CAMA VOLADORA

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El Museo del Paloteo En febrero de 2009, finalizadas las obras de adecuación y dotación en el edificio del Centro de Interpretación del Folklore, culmina una de las máximas aspiraciones desde que comenzara a fraguarse este proyecto; contar con una exposición de carácter permanente dedicada a las Danzas de Palos, EL MUSEO DEL PALOTEO, como complemento esencial a la programación que se venía desarrollando y como alternativa innovadora en el ámbito del Turismo Cultural y Patrimonial, con la cual contribuir a generar nuevas expectativas económicas y culturales. Este museo es el resultado de años de esfuerzo en los que se ha recorrido un difícil camino, pero finalmente con la satisfacción del resultado, fruto de la ilusión y el buen hacer de la gente que generosamente ha “arrimado el hombro”. Son muchas las personas e instituciones que han sumado esfuerzo para construir este proyecto de futuro. En esta segunda fase de ejecución se ha contado con subvención del Programa Leader+, y ayudas económicas de la Junta de Castilla y León y de la Obra Social de Caja Segovia. El equipo técnico que ha desarrollado el proyecto ha estado formado por:

Coordinación de proyecto: Arantza Rodrigo Martín

Proyecto Museográfico: SERCAM. Servicios Culturales y Ambientales, S.C.

Documentación: Gema Rizo Estrada

Dirección facultativa: Antonio Mata Mesa (Arquitecto) y Francisco Javier Corral Polo (Arquitecto Técnico)

Estructura interna del área expositiva, envolvente escénica, redistribución de espacios complementarios y ampliación: Freyssinet, S.A.

El proyecto museográfico está basado en cinco puntos temáticos: ⎯ Historia y Tradición en San Pedro de Gaíllos. ⎯ Bailes y Danzas Rituales en la Historia, la Tradición y en San Pedro de Gaíllos. ⎯ Grupo de Danzas de San Pedro de Gaíllos. ⎯ Danzas de Palos en España y en el Mundo. ⎯ La Música y los Músicos en la Tradición y en San Pedro de Gaíllos.

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Espacio dedicado al Grupo de Danzas de San Pedro de Gaíllos. Fotos: SERCAM

El resultado final es un espacio expositivo en el que el visitante descubrirá un interesante contenido, configurado a base de paneles informativos, una cuidada selección fotográfica, una variada colección de piezas y bienes culturales, proyecciones audiovisuales, módulos de sonido e instrumentos tradicionales que acompañaban a las danzas.

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“Las cuatro características principales del Museo del Paloteo son la rigurosa documentación utilizada para la elaboración de los textos, el empleo de medios técnicos actuales para conseguir que los mensajes sean comprensibles, el cuidado en la ejecución de la obra —Sercam S.C. ha sido la empresa encargada— y, por último, el apoyo incondicional de los vecinos de San Pedro de Gaíllos, que han donado o cedido infinidad de piezas para su exposición. A diferencia de los pequeños museos etnográficos que se convierten en almacenes de útiles antiguos, el Museo del Paloteo de San Pedro de Gaíllos destaca por el orden y buen gusto con el que se han colocado los objetos que guarda, una labor que denota la sensibilidad y el conocimiento de la cultura popular que tienen las manos a las que se encomendó el proyecto.” (Herrero Gómez, G. Adelantado de Segovia 1 de marzo de 2009)

La evolución de las visitas al Museo del Paloteo en los 14 primeros meses de funcionamiento (con un total de 138 días abierto) ha experimentado un incremento, sobre todo en grupos organizados, que constituyen el 54% de las visitas recibidas hasta el momento, frente al 46% de particulares. Pero consideramos necesario un año completo de funcionamiento normalizado para analizar detenidamente los datos de afluencia, ya que muchas de las labores de promoción se han realizado a lo largo de 2009 y podemos esperar que comiencen a dar resultados a partir del segundo trimestre de 2010. 350

300

250

200

150

100

50

Particulares

Grupos

Evolución de los visitantes al Museo entre marzo y diciembre de 2009

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Programa de Interpretación de la Cultura Tradicional: Danzas, Palos y otras Artes Una vez inaugurado el Museo, desde el Centro de Interpretación del Folklore se comienza a trabajar en el Programa de Interpretación del folklore denominado “Danzas, palos y otras artes” dirigido a Centros Educativos y Asociaciones que visiten el Museo. Se diseña a partir de la experiencia acumulada hasta el momento, elaborando nuevos materiales y reutilizando otros. “Danzas, palos y otras artes” comienza con un breve recorrido por el pueblo en el que se llama la atención sobre la arquitectura tradicional de la que aún se mantienen interesantes elementos, destacando la Iglesia Románica del siglo XIII. Este itinerario nos llevará hasta el Museo, en el que se realiza una visita interpretativa adecuada a cada nivel educativo y características del grupo, para lo cual utilizamos diferentes juegos y dinámicas, por ejemplo, en el primer espacio dedicado a la vida tradicional en San Pedro de Gaíllos: “Un día en la vida de Damián” donde se narra un día en la vida de un chaval de San Pedro de Gaíllos en los años 60, reforzada con diferentes imágenes, para que los niños vayan descubriendo por ellos mismos algunos de los objetos expuestos, relacionados con oficios tradicionales, la indumentaria y los juegos. Para completar la visita, se ofrece la posibilidad de realizar alguno de los talleres adaptados para los grupos que visitan el Museo:

Taller 1. Para niños de 4 a 6 años. El Planeta de las mil Danzas. Acercamiento a la

diversidad a través de las danzas. De la mano de un interesante personaje realizarán un viaje “virtual” por el Planeta Tierra descubriendo la riqueza cultural que atesora.

Januk visitando el Planeta de las Mil Danzas

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Taller 2. A partir de 6 años. Juegos Tradicionales. Conocimiento de diversas formas de divertimento a través del juego tradicional. Taller 3. A partir de 8 años. Paloteos Conocimiento y práctica de estas danzas rituales.

Taller de Paloteo

¿Por qué un Programa de Interpretación de la Cultura Tradicional? Actualmente algunas tradiciones han pasado, en el mejor de los casos, a ser elementos de museo o meros espectáculos. Pero desde algunos ámbitos profesionales y educativos las tradiciones se han convertido en una importante herramienta. La música tradicional, junto a otras tradiciones trasmitidas a lo largo de los años, suelen ser tema recurrente en los primeros niveles educativos en los que el conocimiento del entorno y el patrimonio son esenciales para la formación de la propia identidad. Por otro lado, los problemas de integración de inmigrantes que surgen en la actualidad en los centros educativos encuentran en la música y los juegos tradicionales un instrumento al que los alumnos responden de manera muy positiva. El material que ofrece la cultura tradicional resulta muy valioso pedagógicamente. Así, cumplido el primer año de apertura del Museo, vamos consiguiendo, poco a poco, captar el interés de centros educativos, asociaciones y otros colectivos que consideran la posibilidad de programar una visita al Centro de Interpretación del Folklore y Museo del Paloteo. Algunos de los grupos que nos han visitado han supuesto, por otro lado, un verdadero estímulo para nosotros a la hora de evaluar y mejorar el programa de interpretación, ya que nos ha exigido reprogramar y adaptar la visita a sus especiales características. Así ocurrió, por

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ejemplo, el pasado mes de noviembre con uno de los grupos que recibimos, marcando un nuevo reto en nuestro recién estrenado trabajo en el Museo: se trataba de la Asociación “Club Amigos”, dedicada a ofrecer un servicio de ocio para personas con discapacidad intelectual. Días antes de la cita estuvimos adaptando algunos de los materiales y juegos que utilizábamos. Teníamos, por qué no decirlo, cierta preocupación por conseguir que la visita fuera interesante y atractiva para ellos: 35 jóvenes con un grado de discapacidad medio. El planteamiento se hizo en coordinación con los responsables del grupo (voluntarios) y, ahora, podemos decir que realmente hemos disfrutado y aprendido con ellos, ya que mostraron en todo momento un gran entusiasmo por todo lo que iban descubriendo. Fue, sin duda, una experiencia de aprendizaje positiva y gratificante para todos. La dinamización turística San Pedro de Gaíllos es un hermoso pueblo en el Nordeste de la provincia de Segovia, distante de la capital 50 Km. Se localiza en el centro de un entorno privilegiado, separado unos 10 Km. del Parque Natural de las Hoces del Río Duratón y 14 Km. de las villas históricas de Sepúlveda y Pedraza, zonas donde el turismo está ya muy consolidado. Esta circunstancia, que a priori puede parecer beneficiosa, resulta en ocasiones un obstáculo a la hora de captar la atención del visitante que se mueve por inercia en nuestra comarca. Por otro lado, en este tipo de proyectos, no productivos, las cantidades recaudadas por la venta de entradas contribuyen mínimamente al pago de los gastos de funcionamiento, por lo que los trabajos de promoción se realizan con gran esfuerzo cuando se carece de otros apoyos económicos. Ante esta situación desde el Centro estamos llevando a cabo algunas acciones encaminadas a la promoción del Museo:

Participación en ferias (Feria de Muestras Comarcal del Nordeste de Segovia,

INTUR.)

Invitación a empresarios dedicados al turismo rural y activo en la comarca.

Proyecto de promoción e interpretación del patrimonio en colaboración con otras

iniciativas municipales surgidas en la comarca (Museo de los Fueros de Sepúlveda y el Centro de Interpretación de la Peña de Estebanvela).

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El futuro: seguir creciendo El Centro de Interpretación del Folklore de San Pedro de Gaíllos tiene un carácter aperturista, su ámbito de actuación no se reduce a lo estrictamente local ni su aspiración es convertirse en una muestra más de las tradiciones locales. La intención es seguir creciendo, haciendo llegar cada vez a un territorio más extenso los diferentes programas de cultura tradicional y establecer convenios de colaboración con otras entidades / instituciones que también trabajen en el campo de las tradiciones. La temática que se aborda en los diferentes programas pertenece tanto a las tradiciones locales, como al folklore de otras comunidades, favoreciendo de este modo el enriquecimiento y valorización de la cultura tradicional y popular en su sentido más amplio.

Juego de Bolos de San Pedro de Gaíllos. Foto: Fernando Maestro

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CIVITATES UNA EXPOSICIÓN CONMEMORATIVA Antonio Sánchez del Barrio

RESUMEN: Coincidiendo con el décimo aniversario de la inauguración en Medina del Campo del Museo de las Ferias, la Fundación de este nombre y la Diputación de Valladolid han organizando una exposición titulada “Civitates. Ciudades y comercio en la Europa de los siglos XVI y XVII”, que será inaugurada a finales del próximo mes de junio en el Palacio de Pimentel, en Valladolid, manteniéndose abierta durante el tiempo de verano. En ella se quiere reunir junto a las vistas panorámicas de una treintena de ciudades españolas y europeas procedentes de la célebre obra cartográfica Civitates Orbis Terrarum (Colonia, 1572-1617), medio centenar de obras histórico artísticas, artesanales, bibliográficas y documentales, de una cronología comprendida entre los siglos XVI y XVII, todas ellas ligadas respectivamente a cada uno de los principales centros comerciales del momento, con las grandes ferias mercantiles y financieras de Medina del Campo de aquella época como telón de fondo. PALABRAS CLAVE: Museo de las Ferias, Exposición, Edad Moderna, Comercio en Europa.

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E

s bien conocido que los encuentros feriales de la localidad vallisoletana de Medina del

Campo habían alcanzado una proyección internacional muchas décadas antes de que el canónigo alemán Georg Braun impulsara la edición del Civitates en su Colonia

natal. Prueba de que dicha repercusión era ya notoria en el segundo cuarto del siglo XV es el modo en que el viajero cordobés Pero Tafur se refiere a dichas ferias en su obra Andanças é Viaje... por diversas partes del mundo (1436-1439) cuando las compara con las de Amberes, Génova o Frankfurt: "Non sé como podiese escrevir un fecho tan grande como éste desta feria desta çibdad (se refiere a Amberes); e bien que yo e visto otras, ansí como la de Genova, que es en el ducado de Saboya, é la de Francafordia, que es en Alemania, ó la de Medina, que es en Castilla, más á mi paresce que todas éstas non son tanto como aquella una". La extraordinaria pujanza que habían alcanzado estos encuentros mercantiles se basaba, de una parte, en su consideración como “Ferias Generales del Reyno” y su conversión en ferias de pagos a finales del siglo XV por deseo expreso de los Reyes Católicos; de otra, en el incondicional apoyo mostrado por los grandes comerciantes internacionales, cuya participación efectiva se hacía a través de los hombres de negocios burgaleses, los más poderosos de la Castilla de entonces. La influencia de estos últimos va a generar la activa intervención de los agentes y consignatarios más importantes del momento -fundamentalmente los procedentes de los focos flamenco e italiano-, y con ellos van a llegar las novedosas prácticas financieras que posibilitarán el comercio a gran escala. Se tenía, de este modo, garantizada la llegada de mercaderías, capitales e instrumentos cambiarios, todos ellos elementos imprescindibles en cualquier actividad comercial de cierta entidad desde zonas muy alejadas. En este mismo sentido, cabe recordar también que gracias a la concatenación temporal de las ferias castellanas de Medina con las flamencas de Brabante y luego con las francesas de Lyon, podían realizarse sin excesivas demoras, ágiles transacciones mercantiles y dinerarias con las más importantes ciudades mercantiles de la época: Lisboa en Portugal, Londres en Inglaterra, Nuremberg en Alemania; Brujas, Malinas y Amberes en Flandes; Florencia, Génova, Venecia y Milán en Italia; Lyon, Nantes y Besançon en Francia; o Madrid, Burgos, Toledo, Sevilla, Barcelona y Valladolid en España.

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Vista panorámica de Medina del Campo (fragmento). Anton Van den Wyngaerde, 1565

En definitiva, estamos nombrando una serie de grandes ciudades españolas y europeas que, en muchos casos, tienen su primera imagen urbana general recogida en el álbum de vistas de ciudades objeto de la presente exposición: el Civitates Orbis Terrarum. Esta ingente obra, comúnmente conocida como el Civitates, es sin duda el más completo elenco de vistas panorámicas, planos y comentarios textuales de ciudades de todo el mundo, publicado durante la Edad Moderna. Fue realizado por un amplísimo plantel de informantes, dibujantes y colaboradores que formaron un equipo de trabajo encabezado por el canónigo de la catedral de Colonia Georg Braun (1541-1622), principal impulsor y coordinador general del proyecto. Los dibujos originales fueron realizados por varios autores entre los que cabe destacar a Joris Hoefnagel, artista que recorrió numerosos países para componer sus vistas; el grabador Franz Hogenberg fue el encargado de realizar la mayoría de las planchas para la estampación. Los textos latinos que acompañan a las imágenes, en buena parte redactados por el propio Braun, son de carácter descriptivo y aluden a la historia, la geografía y los aspectos sociales y económicos de cada ciudad. La obra se publicó en seis volúmenes, aparecidos sucesivamente en los años 1572, 1575, 1581, 1588, 1598 y 1617, siendo reimpresa y reeditada en numerosas ocasiones en varios países, circunstancia que originó la formación de

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arquetipos iconográficos de las más de quinientas ciudades representadas. Estas aparecen generalmente en el entorno que las rodea, ya sea en plano, alzado o con perspectiva de vista de pájaro; en primer término suelen mostrarse escenas cotidianas y personajes que ilustran motivos muy diversos de la vida cotidiana y económica de la población representada.

Vista de la ciudad de Nuremberg (fragmento). Civitates Orbis Terrarum, 1575

Refiriéndonos ahora a los contenidos de la exposición, podemos asegurar que Medina del Campo está representada por la obra artística más estrechamente ligada a sus grandes ferias: el retablo de la Virgen del Pópulo, obra anónima fechada hacia 1520, que durante siglos ha presidido la plaza mayor medinense desde su capilla exterior en la fachada principal de la Colegiata de San Antolín; desde este balconcillo abierto –el más antiguo de su tipología de cuantos quedan en pie- se oficiaba la “misa de los mercaderes” los días de feria. Asimismo se recoge un “cuento” o recuento de cambios de valores monetarios referidos a las plazas

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comerciales de Besançon, Lisboa, Amberes, Valencia, Florencia, Zaragoza, Barcelona y Lyon, en la feria de 1605, año en que ya es más que evidente la caída generalizada de las ferias medinenses.

Retablo de la Virgen del Pópulo. Anónimo castellano, hacia 1520

En torno al retablo de la Virgen del Pópulo se dispone una veintena de obras históricoartísticas y documentales que muestran el variado comercio peninsular y de ultramar que estaba establecido en la “Villa de las Ferias”. Como queda dicho anteriormente, las ciudades aparecen en cada caso representadas por su respectiva vista panorámica del Civitates y, junto a ellas, obras representativas de alguno de sus principales comercios. Así, de Valladolid se destaca su condición de importantísimo foco de platería con dos custodias ostensorios que muestran la maestría de los artífices que trabajaban en la ciudad. Junto a ellas, la imagen de Nuestra Señora del Val, escultura gótica del siglo XIII que, junto con San Eloy, ha sido la patrona del gremio de los plateros de la ciudad del Pisuerga desde los tiempos medievales. La ciudad imperial de Toledo destacó, entre otras muchas facetas, por su activo mercado textil de manufacturas en damasco, seda o raso; encajes, bordados, pasamanerías, etc. que queda representado en esta ocasión con un collarino de bordados y sobrepuestos de terciopelo con entorchados de oro, junto a otras piezas de raso y seda. Asimismo, se muestra un

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ejemplar manuscrito de las Ordenanzas de la ciudad, fechado en 1505, en el que se recoge la normativa oficial por la que se regían todos los gremios establecidos en la misma. El grabado que recoge las ciudades de Burgos y San Sebastián nos evoca una de las principales rutas comerciales que unía los puertos del Cantábrico –Bilbao, Laredo, Santander y la propia San Sebastián , con las ciudades y villas mercantiles castellanas. Burgos, además de ser la sede del Consulado del Mar y residencia de grandes mercaderes y cambistas, era famosa al igual que Toledo por sus manufacturas textiles. En alusión a ello se muestra una vara castellana y un documento de 1567 en el que el propio Felipe II insta al uso de “la vara de Burgos para vender y comprar las cosas”. De otra parte, se hace un obligado recuerdo al más conocido de los mercaderes de las ferias de Medina: Simón Ruiz Envito, burgalés de nacimiento (era natural de Belorado) y medinense de adopción, mostrando su testamento original en su versión impresa de 1597, año de su muerte. Respecto a la ciudad donostiarra, una escultura de San Sebastián (cuyo martirio vemos en la propia panorámica a mano izquierda) fechable hacia los años cuarenta del siglo XVI, hace de embajadora de la entonces pequeña villa vasca, cuyo cercano puerto de Pasajes era uno de los más importantes muelles de carga de lana hacia la Europa atlántica y de material de hierro para el comercio interior peninsular; por esto último, se muestra una bombarda de hierro forjado procedente del medinense Castillo de la Mota –de la que tenemos constancia que se elaboró con hierro de Mondragón-, fortaleza del mismo título que el bastión amurallado que en San Sebastián corona el Monte Igueldo (en el grabado vemos que ya entonces estaba dotada con piezas artilleras, probablemente similares a ésta). Santander, la antigua Portus Victoriae, era otro de los puertos de salida o llegada de cargazones destinadas o procedentes del Mar del Norte. Este comercio marítimo lo hemos querido recordar con reproducciones fidedignas de navíos del momento; esto es, con navetas elaboradas en plata para la administración de incienso en las ceremonias de la Iglesia, y con una de las estampas que muestran diferentes tipos de barcos, incluidas en el Arte de Navegar,… de Pedro de Medina, en su primera edición de Valladolid de 1545. La siguiente lámina seleccionada del Civitates recoge conjuntamente las vistas panorámicas de Barcelona y Écija. La capital catalana era, junto con Valencia, uno de los principales puertos comerciales de la costa española mediterránea. Dos preciosas arquetas amatorias de origen catalán, elaboradas en estuco dorado y policromado, nos acercan a una exquisita producción de objetos suntuarios realizados en los talleres de la Barcelona del primer cuarto del siglo XV que, por azares del destino, se conservan actualmente en nuestra provincia. Esta primera parte de la exposición culmina con obras procedentes del comercio de ultramar, que generalmente llegaban a las ferias de Medina del Campo a través de dos importantes puertos fluviales: el de Sevilla sobre el Guadalquivir y el de Lisboa sobre el Tajo.

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Estamos en ambos casos ante dos puntos culminantes de rutas comerciales transoceánicas conocidas como la Carrera de Indias, el Galeón de Manila o la Nao de la China. Los grabados del Civitates que recogen las vistas generales de ambas ciudades también muestran otras como Cádiz y Málaga (en el caso de Sevilla) y Cascais (con Lisboa) que, en nuestro caso, pasamos por alto. De la citada ruta del Galeón de Manila se exponen dos obras de delicada factura: un Cristo hispano filipino de marfil y una arqueta japonesa de arte nambán, ambas piezas ligadas a la presencia de misioneros jesuitas en las décadas finales del siglo XVI en el lejano Oriente. Procedentes de las rutas gobernadas por los portugueses llegarían con destino a Lisboa un singular Crucificado indo-portugués, también de marfil, y una refinada arqueta elaborada con láminas de nácar originaria de los talleres artesanales del enclave indio de Gujarat. Uno de los principales focos mercantiles de la Europa central fue la ciudad alemana de Nuremberg. En ella se producían innumerables manufacturas elaboradas en bronce, hierro, latón y otros metales, que posteriormente se exportaban a todo el Continente. Una caja de caudales, dos ponderales de vasos anidados y varios platos litúrgicos elaborados en latón, son muestra más que suficiente de las cotizadas piezas artesanales fabricadas en la ciudad bávara.

Plato litúrgico de Adán y Eva. Talleres de Nuremberg, hacia 1510

La exposición continua con los espacios dedicados a las principales ciudades comerciales flamencas: Amberes, s’Hertogenbosch, Lovaina, Malinas, Bruselas y Brujas. En recuerdo del intenso comercio artístico procedente de ciudades como Amberes o Bruselas se exponen, respectivamente, un excelente tríptico atribuido a Marcellus Coffermans, que

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representa a La Sagrada Familia, y un lienzo de Jan Brueghel de Velours que muestra una exuberante versión de Las Tentaciones de San Antonio, colmada de seres monstruosos, animales fantásticos y elementos simbólicos. Las ciudades de s’Hertogenbosch, Lovaina y Malinas aparecen unidas en una misma lámina del Civitates, y en relación a ellas se muestran en la exposición, respectivamente: una escultura de San Juan Bautista, obra de Pedro de Bolduque (recuérdese que Bolduque –“Bosque del Duque”- es la traducción española de Bois-leDuc, versión francesa de la neerlandesa s’Hertogenbosch), artista de origen flamenco cuya familia se instaló en la ferial Medina de Rioseco; dos libros impresos en Lovaina, cuya célebre Universidad católica tanta influencia tuvo en el pensamiento y la cultura de la época; y varias piezas de pequeño formato originarias de Malinas –dos relieves en alabastro policromado, dos esculturas del Niño Jesús y de la Virgen con el Niño, y dos campanillas con la representación del Mito de Orfeo-, todas ellas representativas del difundidísimo arte flamenco. Las obras de esta procedencia se cierran con una selección de los delicados encajes y dentelles de Brujas.

Tabla central del tríptico de la Sagrada Familia. Marcellus Coffermans, hacia 1570

Por su parte, de Italia se recogen cuatro vistas panorámicas de otras tantas ciudades con las que hubo una notable relación comercial a través de las grandes ferias. De procedencia milanesa se expone un escritorio elaborado en metales cincelados y damasquinados que ha

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llegado a la actualidad transformado en sagrario. En recuerdo de las activas compañías comerciales de Génova se muestran dos letras de cambio fechadas en Medina del Campo en 1495, giradas a mercaderes genoveses establecidos en Sevilla. De Florencia, dos lienzos del siglo XVII que copian los personajes de la difundida escena de Anunciación de la pintura al fresco de la basílica de la Stma. Annunziata de la bella capital toscana. De Roma, una cruz relicario de los primeros años del siglo XVI que evoca el importante comercio de reliquias procedente de la Ciudad Eterna, y un tablero de piedras duras de hacia 1600 que muestra el refinamiento de las ornamentaciones romanas en unos tiempos en los que está en plena vigencia el gusto por lo antiguo, merced a las excavaciones que se hacen de las ruinas de la Antigüedad.

Vistas de las ciudades de Génova y Florencia. Civitates Orbis Terrarum, 1572

Por último, se recogen varias ediciones de libros impresos en el siglo XVI en la ciudad francesa de Lyon, uno de los principales centros tipográficos de la época y de notable relación comercial con las imprentas y librerías enclavadas en Medina del Campo, cuyas ferias comerciales, como queda dicho, son el hilo conductor de esta exposición conmemorativa del X aniversario del Museo de las Ferias.

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El Museo de las Ferias El Museo de las Ferias fue inaugurado en abril del año 2000 y en él se pretende reflejar la importancia que las actividades comerciales tuvieron y aún tienen para la economía, la cultura y el arte en la sociedad, tomando como guión expositivo el mundo de las ferias de alcance internacional celebradas en Medina del Campo durante los siglos XV y XVI. Para ello, se expone una extraordinaria colección de piezas artísticas, históricas y documentales, originales de aquellos tiempos, relacionadas con los mercados feriales. Dichas obras se muestran en seis espacios temáticos que están dedicados, sucesivamente, a la historia de los mercados y su escenario urbano, el mercado de la lana y el comercio textil, el comercio del arte, la imprenta y el comercio del libro, la "diversidad de oficios y mercaderías", y, por último, a los cambios dinerarios y las finanzas. Por convenio suscrito en 2005 con la Junta de Castilla y León, el Museo de las Ferias está integrado en el Sistema de Museos de Castilla y León. La Fundación Museo de las Ferias fue constituida en marzo del año 2001 y en su Patronato están representados el Ayuntamiento de Medina del Campo, la Diputación de Valladolid, la Junta de Castilla y León y la Universidad de Valladolid. Sus principales objetivos son la conservación, estudio y difusión de los fondos histórico-artísticos, antropológicos, documentales y culturales en general, relacionados con el mundo de las ferias, el comercio y los mercados, con atención expresa al patrimonio cultural de Medina del Campo, ciudad especialmente vinculada a lo largo de su historia a la actividad ferial. Su sede es la antigua iglesia de San Martín, edificio fundado en 1512 por los cortesanos de los Reyes Católicos, Pedro de Ribera y María de Medina. Entre sus actividades cabe destacar la realización de exposiciones temporales, publicaciones divulgativas, científicas y facsimilares, así como un amplio programa de difusión de carácter didáctico, en especial, con los centros de enseñanza en el ámbito de Castilla y León. De otra parte, desde su creación, asumió la gestión del Archivo Municipal de Medina del Campo, por encargo expreso de su Ayuntamiento, y, gracias a ello, pone a disposición de investigadores y estudiosos un fondo documental de extraordinaria importancia para el conocimiento del pasado de una de las más importantes ciudades de la España del siglo XVI. Con este legado, así como con los fondos que componen el Archivo Simón Ruiz (el más importante del mundo de un mercader banquero español del siglo XVI) o el recientemente adquirido Archivo del Mayorazgo de Alonso de Quintanilla, la Fundación organiza proyectos de investigación histórica o difusión didáctica. Entre los galardones recibidos por la Fundación y su Museo, destaca el premio nacional de la Asociación Profesional de Museólogos de España, institución que, en su edición del año 2000, valoró y premió los aspectos museográficos y el trabajo modélico de atención al visitante.

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CLUNIA

C

ontrariamente a la filosofía de esta sección, que también nos permitimos vulnerar en el número anterior cuando celebrábamos el 50 aniversario de la publicación de La Región Vaccea de D. Federico Wattenberg, en esta ocasión traemos aquí una

imagen en color (¡que sacrilegio para estas páginas!). Una postal impresa por Ediciones Sicilia de Zaragoza donde puede apreciarse un veraniego y casi desconocido teatro romano de Clunia

(Peñalba de Castro, Burgos). Esta imagen bien podría corresponder a la década de los 70 u 80 del pasado siglo e, incluso, a la segunda mitad de los 60 cuando D. Pedro de Palol inició sus campañas de excavación. Pero el colorido de la misma parece no sostener esa última cronología y acercarnos más a las primeras, posiblemente hacia mediados de los 80. Este casi inútil baile de fechas, al que podemos unir la comparativa de las imágenes reproducidas en las guías editadas de la ciudad, en concreto la 5ª edición de 1982 y la última hasta el momento fechada en 1994 (que son las que obran en nuestro poder) y cuyas imágenes son prácticamente idénticas (lo que ocurría desde mediados de los 70), nos sirve para recapacitar sobre el paso del tiempo y la aparente inmutabilidad de ciertos yacimientos arqueológicos. El cambio producido en tan pocos años fruto de la investigación, reinterpretación y restauración del teatro nos ofrece una visión totalmente contraria a la de hace veinticinco años. Lo que no ha variado es el perenne paisaje cerealista de la cuenca del Duero. Para que esto ocurra también hace falta progreso (además de educación, voluntad, etc.).

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Excma. Diputación Provincial – Burgos Ciudad romana de Clunia nº 2 Teatro romano. Ediciones Sicilia – Zaragoza.

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