MARCELITO NÚMERO 82. LOS NACIEMIENTOS DE TONALÁ

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DICIEMBRE / 2018

Año 5

PEIDA - UAZ

Los nacimientos de Tonalá


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Cuentos de Navidad ¡Llega papá Noel!

Las Navidades son la mejor época de todas. Unos días de felicidad y alegría en los que se dan regalos. Ahora es la fecha en la que mis padres muestran lo mejor de ellos.

Fiona, 13 años

Al llegar la Navidad comienzo a gastarme el dinero en regalos y adornos de papel y mis hermanas hacen lo mismo. Luego preparo el árbol y cuelgo de él los caramelos; y papá coloca las tarjetas y cocinamos el pavo y después abrimos los regalos. Después comemos con vino y damos de comer a los animales de la casa. Después juego con los autitos que me trajo Papá Noel y después todos nos divertimos muchísimo.

Un padre trata de imitar a Papá Noel con su larga barba de algodón y su túnica roja. Pero se sabe que es él porque le ves los zapatos que usa para cuidar el jardín y que ha olvidado cambiarse.

Julie, 12 años

El día de Navidad, mis dos hermanas y yo despertamos a eso de las cuatro. Mi hermanita menor, Sarah, dice: “¡Estuvo aquí, estuvo aquí!”. Quitamos todos los regalos de los calcetines. Seguimos buscando y buscando para recoger todo lo que nos han traído.

Christopher, 9 años

Guy, 8 años

Las Navidades de Penny Estas iban a ser unas Navidades muy especiales, porque venía mucha gente. El día antes nevó y así todo resultó más completo. La abuela llegó a la hora de comer en el camión del tío Leslie y el tío Raymond venía atrás con su fabulosa guitarra. Después, a la hora del té, vinieron los primos. Helen, Alice, Nicky y Chloe, acompañados por la tía Linda y el tío Michael. Todos los chicos nos abrigamos bien y corrimos fuera para divertirnos un ratito con la nieve. Tan espesa era que pudimos jugar a hacer moldes. Para eso te has de tirar al suelo con los brazos y las piernas extendidas y luego has de levantarte tratando de no borrar la huella. Julián fue el mejor porque a él no le importaba tirarse con todas sus fuerzas. Luego entramos y comimos pastel de carne y bollos con queso y bebimos té muy, muy caliente. Al llegar la hora de irnos a la cama estábamos demasiado divertidos como para dormir; pero si no lo hacíamos, Papa Noel no vendría. Colgamos pues nuestros calcetines junto a la chimenea y gritamos por el caño, que es viejo y grandísimo, a Papá Noel para que supiera qué regalos queríamos. Papá Noel siempre responde al llegar la Nochebuena (en realidad es el tío Ray, que se planta ante la chimenea

del estudio de papá; pero ni Helen ni yo dijimos nada a los pequeños). Luego subimos. Las chicas dormimos todas juntas, sobre un montón de colchones tirados por el suelo. Julián durmió en su propia cama, en la esquina. Mamá cerró las luces, pero de nada sirvió. Todas nos pusimos a reír bajito. Y como nadie venía, nos dedicamos a asustarnos. Helen me murmuró que tal vez nos raptaran. Yo le dije que no le creía, porque ninguno de los mayores tenía mucho dinero y no podría pagar el rescate; pero no conseguí tranquilizarla. Entonces Julián gritó: “¡Veo una mano en la ventana!”. Alice rompió a llorar y Chloe, que es la menor, se tiró de la cama y corrió al piso de abajo. Cuando la abuela vio, vino arriba y nos dijo que bajáramos. El tío Ray tocaría la guitarra hasta que tuviéramos mucho sueño. Es muy bajo y delgado, pero tiene la voz baja más maravillosa del mundo. Antes, por la tarde, nos había cantado melodías de Navidad, pero esta vez tocó canciones negras. Su voz retumbaba, tranquilizadora y deliciosa. Tocó: “Tírate, date la vuelta, carga una bolsa de algodón” y también: “Josué lucho en la batalla de Jericó”. Todos bailamos y cantamos también. Luego oímos: “Buenas noches, Irene”, “Elisa Jane” y muchas más. Al final subió con todos nosotros y cantó: “Kumbaya Nuestro Señor”, hasta que todos nos fuimos quedando dormidos. A la mañana siguiente había mucha agitación.

Todos los calcetines se veían abultados a reventar, llenos de regalos navideños como chocolate y pistolas de agua. Naturalmente, todos recibimos presentes fantásticos y ya no sé quién era el más feliz. Ya era hora de desayunar, de modo que nos sentamos

Textos tomados de Familias felices. Las penas y alegrías de las familias contadas por los niños. Ediciones 29/Celinter. Barcelona.

Carmen Lira Saade / Dir. General Raymundo Cárdenas Vargas / Dir. La Jornada Zacatecas

Coordinación del suplemento: Magda Collazo Fuentes / Marcelito “El niño preguntón” / Martín Letechipia Alvarado / José Antonio Sandoval Jasso /

Consejo Editorial: Jael Alvarado Jáquez / Arte, lecturas y otras aventuras Verónica Santoyo García / Buzón azul Mariana Saldivar Frausto / Nehua y la salud Saúl Antonio Villalpando Dávila / Cine

Iván Guardado / Teatro

a despachar la primera comida del día. Panqueques, tocino con mantequilla y miel. Las Navidades habían llegado y sabían tan bien como siempre.

Penny, 9 años


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LA NIEVE DE NAVIDAD ¡Cuánto frío! ¡Comienza la Navidad! En esta temporada es probable que en muchos países, y algunas veces en Zacatecas, caiga nieve. Todos sabemos que es muy divertido jugar con la nieve pero alguna vez te has preguntado qué es la nieve. Allá arriba, en las nubes, miles de partículas de polvo y gotas de vapor de agua se juntan; cuando hace frío se congelan y ¡magia! Se convierten en copos de nieve. Ahora te invitamos a que hagas tus copos de nieve con papel picado; aquí te dejamos un ejercicio para que lo intentes. Recuerda estar siempre en compañía de un adulto al usar tijeras.

Ejercicio tomado de la revista Algarabía Niños, número 7, diciembre 2014.

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4 TALLER DE PLÁSTICAS DE LA EPA-PEIDA

JOSUÉ PÉREZ ESCALANTE

TALLER DE PLÁSTICAS DE TACOALECHE

MANUEL DE JESÚS LUJÁN

LISSANDRA MAGDALENA GUTIÉRREZ DE LA O

DAIRON YOSUANI FERNÁNDEZ ÁVILA / 13 AÑOS

VALERIA VEGA Y LESLIE ALEXANDRA HERNÁNDEZ


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Los nacimientos de Tonalá Seguramente a ti también te gusta ayudar a poner el nacimiento. La Navidad es la temporada de mayor felicidad para los niños. El primer nacimiento se elaboró hace muchísimos, pero muchísimos años, en 1223 y lo realizó San Francisco de Asís, con pastores de carne y hueso.

Existe un pueblo llamado Tonalá, en el estado de Jalisco, en el que cientos de artesanos elaboran figuras de nacimiento de barro. ¿Sabías que Tonalá significa lugar donde sale el Sol? ¿Sabías, también, que muchas de las figurillas de nacimiento que ponemos en Zacatecas provienen de Tonalá? Poner un nacimiento es como jugar con personajes tan mexicanos como el chamuco, los inditos, pastores, ángeles, reyes y un sinfín de animalitos.

En México, desde la época de la colonia, se ponen nacimientos que se conocían también como belenes o misterios. Tonalá es un pueblo muy antiguo donde habitaban los tecuexes; era gobernado por una mujer llamada Cihualpilli. Así pues, te invito a que nunca pierdas esta hermosa tradición mexicana que además de ser hermosas es ¡divertidísima!


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EL SECRETO DE LOS REYES MAGOS Carlos Bautista Rojas Hasta los años 70 del siglo XX, en muchas casas mexicanas no llegaba “ese gordo horrible extranjero de Santa Claus” —como lo describían los papás para desafanarse de los gastos que podía representar si “se creía en él”— sino el niño Dios, y como éste era pequeño y delicado, su regalo navideño era simbólico, muy modesto. En cambio, los Reyes Magos, al ser tres y venir cada uno en un animal de carga, debían ser más generosos... en teoría. Pero, ¿cómo y cuándo surgió esta costumbre?

Noche del 5 de enero, México MILLONES DE NIÑOS AGUARDAN NERVIOSOS LA LLEGADA DE LOS “OMNIPRESENTES” REYES DE ORIENTE Y, POR LO MISMO, NO PUEDEN CONCILIAR EL SUEÑO. AL FINAL ACEPTAN ACOSTARSE BAJO LA PERPETUA AMENAZA DE “NO TE VAN A DEJAR NADA SI NO TE DUERMES”; PERO AÚN BAJO LAS COBIJAS SIGUEN “CON EL OJO PELÓN”, INQUIETOS, IMPACIENTES DE SABER SI SU CARTA FUE RECIBIDA A TIEMPO O SI SU COMPORTAMIENTO REPERCUTIRÁ EN SUS REGALOS COMO TAMBIÉN ADVIERTEN LOS MAYORES: “TE VAN A TRAER UNPEDAZO DE CARBÓN PO LO MAL QUE TE HAS PORTADO”.

Zapatos limpios La “tradición” de recibir regalos de los Reyes es reciente, pues no se registran evidencias de esta costumbre antes del siglo XIX y se limita a países de ascendencia latina. En origen, cada personaje entregaba regalos muy simples: Gaspar era el encargado de repartir golosinas, miel y frutas; Melchor dejaba zapatos o ropa; y a Baltasar le tocaba la peor parte, pues él debía “castigar” a los niños malcriados dejándoles carbón o leña. Para sustentar esto, se decía que los Magos se valían de duendes que estaban al tanto del comportamiento de los niños todo el tiempo. En aquel entonces, para recibir los regalos, era requisito que los niños dejaran los zapatos a la intemperie, muy limpios y junto a ellos colocaran agua y alimento para los animales: cacahuates para el elefante, hierba y paja fresca para el caballo y el camello. La carta Con el tiempo y la comercialización de las fechas navideñas, se agregó la opción de que los niños enviaran una carta y este “pequeño detalle” ha sido el responsable de la felicidad y desgracia de millones de infantes que se la pasan “con el 6 de enero en el boca”.

Fragmento tomado de la revista; Algarabía, número 123. Año 2007.

Antaño, los niños empezaron a poner su carta dentro de un zapato y éste se dejaba en una ventana o en el Nacimiento. Si los Reyes traían justo lo que se había pedido, se confirmaba su cualidad de magos, pues uno como niño pensaba: “¿Cómo hicieron para adivinar justo lo que quería?”. Si no, se hacía un fugaz examen de conciencia: “Claro, se enteraron de todo lo que hice. Antes me trajeron algo”. Uno, como niño, no entendía por qué, si el regalo era algo “elaborado por seres mágicos”, traía una etiqueta de una tienda departamental donde, incluso, podías cambiarlo si salía defectuoso o “no te quedaba”. Aquí entra uno de los episodios más deplorables de cualquier infancia, ¿quién no se sintió desolado al recibir chalecos, suéteres, chamarras y calcetines en lugar de los flamantes juguetes que ya se habían “paladeado” durante todo el año? No contentos con esa tragedia, los padres ahí mismo ordenaban: “Pruébatelo, para tomarte fotografías con cada una de las prendas”. Además, la mayoría era ropa tejida con unos colores y diseños deprimentes. Triste, pero ¿cuál frío? Cuando los papás no podían acceder a la carta —cuántos no colgamos “nuestros más profundos deseos” a un globo que perdió en la estratósfera—, intentaban desentrañar qué deseaban sus hijos por medio de tíos, primos y demás familiares que tuvieran a la mano. Y si esto no era posible —o la realidad económica no ayudaba—, recurrían al ingenioso recurso de dejar un papelito con la leyenda “vale por...”, para que el niño eligiera el regalo de su preferencia que luego era canjeado en alguna tienda o juguetería: “¡Sí que son mágicos estos Reyes! ¡Su sola firma vale igual que el dinero!”.


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Reciban un gran saludo y sean bienvenidos a este paseo por la cinematografía y el maravilloso mundo que nos regala. En la edición pasada les platiqué de una peli, Coraline; haciendo memoria, recordé que la productora que hizo Coraline ha hecho otras tres muy buenas películas. La más reciente es de lo más lindo que he visto últimamente; les hablaré de ella, sin hacerles spoilers: Kubo. Kubo, y la búsqueda del samurái (2016), de Travis Knight, es la cuarta de las películas producidas por Laika, una productora estadounidense especializada en animaciones ‘stop motion’ y 3D. Trata de las aventuras de Kubo, un niño tuerto que toca una shamisen mágico, que es un instrumento japonés, semejante a una guitarra de tres cuerdas: al tocarla da vida a figuras de origami

(esas figuras que se hacen con el papel doblado) con las que cuenta historias a los habitantes de un pueblo. Durante su travesía tendrá que enfrentar distintos peligros; en el camino se le unirán un mono de nieve y un samurái amnésico con forma de escarabajo. La producción tuvo varias innovaciones importantes y un sinfín de trabajo que dio como fruto una hermosa historia que habla del valor de la familia y lo importante de recordar a los seres queridos. Como era de esperar en una producción ‘stop motion’, fue muy larga y minuciosa: 94 semanas de grabación y más de 1300 tomas, más de 20 muñecos del personaje principal, de unos 23 cm de alto, y nada más y nada menos que ¡11 007 expresiones de la boca y 4 429 expresiones de las cejas! La mayoría de las piezas fueron

hechas en impresoras 3D y después retocadas, cada una a mano; entre estas piezas hay varios rostros, más grandes, que se usaban para hacer primeros planos. En promedio, un animador hacía unos 15 o 16 fotogramas por día: en una semana de trabajo se lograban grabar unos 3.3 segundos Hay que apuntar que en este tipo de producciones se deben grabar primero las voces, a fin de que las animaciones coincidan con los movimientos de las bocas; en el caso de Kubo, también se grabaron previamente el soundtrack y la música original. Solo para realizar un barco se llevaron más de 100 horas de trabajo, unas 230 000 pequeñas hojas recortadas a láser, y participaron tres carpinteros, cuatro jardineros, cuatro miniaturistas, dos decoradores, un ex-

Las Pastorelas Por Iván Guardado, director de La Ciénega Teatro Montar una pastorela es muy divertido La historia tiene una trama básica que permite jugar con los personajes: El Ángel o Angelita, los pastores y las pastoras, que deben enfrentar al diablo o diabla, y pasar por diferentes travesías hasta llegar a Belén, para conocer a Jesús recién nacido. Aunque las pastorelas fueron creadas como un medio evangelizador, que hablaba de la lucha del bien contra el mal desde el punto de vista religioso, con el paso de los años autores laicos fueron modificándolas y las popularizaron como un medio de sátira política y social. Las pastorelas se han vuelto parte de nuestra cultura; por eso, cada diciembre se montan miles de pastorelas en nuestro país (dile a tu mamá y papá que te enseñen el álbum de fotos; seguramente habrá una en la que salgas vestido de pastor, angelito o diablillo). Su escaleta ha tomado diferentes formas de abordar la historia del camino hacia Belén, y sus puestas en escena las realizan tanto grupos profesionales, amateurs y escolares. ¿Sabías que una de las primeras pastorelas fue escrita en náhuatl por Fray Andrés de Olmos, titulada: La adoración de los Reyes Magos? Montar una pastorela es divertido, aunque más divertido es ser espectador.

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perto en metales y dos maquinistas, que requirieron de unos cuatro meses. También se tiene el récord del muñeco más grande usado en una animación ‘stop motion’: un esqueleto gigante de 180 kg, más de cinco metros de alto; el primero en usarse con una tecnología llamada “hexapod”. Podría seguir habladores de los números que involucran esta genial película, pero mejor los invito a que ustedes la vean y me digan qué les pareció. Por el momento me despido, esperando que nos lean después. Les envío un gran saludo y les recuerdo que no vean tanta tele, mejor disfruten del cine. ¡Hasta la próxima!


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Queridos lectores: En esta época, les agradecemos y les desaemos felicidad. Esperamos seguir recibiendo y exhibiendo sus historias y pinturas. A continuación les dejamos la historia y la acuarela de Diana Martínez, una talentosa chica y lectora del suplemento. ¡Buzón Azul les desea felices fiestas! En un tinte más enfocado hacia la responsabilidad social, en esta obra recuerdo mis días de infancia en la Plaza de Armas de Zacatecas. En la plaza, grande y siempre con las puertas abierta, se alza lo que en ese entonces era el Palacio de Gobierno. Cuando entrabamos ahí, siempre había alguna persona dispuesta a mostrarnos las habitaciones y murales y a explicarnos que las personas que ahí trabajaban, trabajaban por el bien de todos. En estos tiempos se tiene muy en duda la figura del gobierno, e imperan en la mente de los ciudadanos los temas de la corrupción y la inseguridad. Creo que llegamos a olvidar que la confianza de un pueblo o un país se contruye entre todos poco a poco y que, sobre todo, se construye tendiendo la mano a los niños y jóvenes, pues son ellos quienes aprenden de los más grandes y ven en los más grandes una guía y un apoyo ante las cosas que aún desconocen. No se trata solo de formar valores en la familia o de suponer que la dirección de los “temas serios” corresponden solo a algunos, sino de invitarnos y alentarnos unos a otros a la participación, considerando lo que todos tenemos para aportar, sin limitarnos por edad ni procedencia. Vamos juntos Acuarela sobre papel fabriano. 20x40 cm aprox

Arte, lecturas y otras aventuras Capullo Rojo por Jael Alvarado Jáquez En la más reciente edición de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ), que se celebró en 2018, el Fondo de Cultura Económica (FCE) presentó el libro Capullo rojo (la primera edición del libro fue en 1951), del escritor japonés Kobo Abe e ilustrado por el artista mexicano Mauricio Gómez Morin. Se trata de un cuento desconcertante en la que un hombre va caminando por las calles de una ciudad buscando su casa, sin entender por qué no tiene casa. La historia va avanzando entre el desasosiego y la incertidumbre hasta desembocar en lo indescifrable. “Las potentes ilustraciones de Mauricio Gómez Morin, con los juegos de las perspectivas que dan el dinamismo en el curso de la lectura, recreando el espíritu operativo del cuento y los elementos simbólicos de la estética japonesa que tienen la responsabilidad de ser revelados por los lectores”. Kobo Abe nació en Kita, Tokio, en 1924. Después de concluir sus estudios en medicina se dedicó a la escritura, aunque también fue dramaturgo, guionista de cine y fotógrafo. En el campo literario, obtuvo muchos reconocimientos; el más importante: el Premio Tanizaki, en 1967, por su texto dramático Los amigos (Tomodachi). Mauricio Gómez Morin nació en 1959. Es uno de los más prestigiados ilustradores mexicanos contemporáneos por la calidad de su estilo y técnica particular, basada en la gráfica popular y el arte urbano. En 2007 fue nominado, por su trayectoria profesional, a los premios Christian Andersen y Astrid Lindgren. Actualmente colabora para diferentes editoriales, revistas y periódicos; fue nombrado FILIJ 2016.


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