FZine V.1 Sobre Chantal Akerman

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Este foco a Chantal Akerman ha sido realizado con el apoyo de Filmoteca Española y Museo Reina Sofía, entidades organizadoras de la primera retrospectiva integral de Chantal Akerman en España, celebrada en otoño de 2019.

Edición: 8 marzo 2023

Índice: What the facts! 8 cosas que sabemos de Chantal Akerman (pg.3)****** Ailleurs, siempre. Elena López Riera escribe a Chantal Akerman (pg.8)************ Chantal Akerman por Beatriz Martínez (pg.12)** "Yo, tú, él, ella" por Mariona Borrull (pg.14)**** "Jeanne Dielman" por Javier Zurro (pg.16)***** Ciclo Chantal Akerman, solo en Filmin (pg.18)

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What The Facts! 8 cosas que sabemos de Chantal Akerman

#01 Creó un nuevo lenguaje cinematográfico al combinar cine narrativo con cine experimental.

#02 Su obra es fundamental para entender la historia del cine y del feminismo, con sus películas desafió la representación de la mujer en la gran pantalla.

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#03 Decidió que quería ser cineasta la misma noche que vio Pierrot el loco. Consideraba a Jean-Luc Godard uno de sus mentores.

#04 Sus películas nos fuerzan a sentir el paso del tiempo a través de planos dibujos, haciendo que sintamos la misma experiencia en tiempo real.

#05 Realizó su primera película con 18 años, “Saute ma vie”, un cortometraje considerado como ejemplo temprano del cine experimental. En esta película, Akerman interpretaba a una joven que se queda sola en su departamento y destruye todo a su alrededor.

#06 A los 25, realizó la que sería su obra maestra, “Jeanne Dielman, 23, quai du commerce, 1080 Bruxelles”. que ahora Sight and Sound ha elegido como la mejor película de la historia.

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“Jeanne Dielman desafió el status quo cuando se estrenó en 1975 y continúa haciéndolo hoy en día”, Mike Williams, editor de Sight & Sound desde 1952. En el ranking de este año, que ha sido participado por 1.639 críticos de cine internacionales, cuatro películas dirigidas por mujeres han entrado en el top 20 (Y “News From Home”, de Akerman, en el puesto 52). En la anterior encuesta, de 2012, solo fueron dos en el top 100: “Jeanne Dielman” de Akerman y “Beau Travail” de Claire Denis, en 35°y 78°posición respectivamente.

#07 “Yo, tú, él, ella” revolucionó la representación lésbica en el cine, mostrando un plano secuencia de 6 minutos de sexo lésbico explícito.

#08 La relación con su madre, superviviente del Holocausto, es central en toda su obra. Con ella se filmó en su última película antes de quitarse la vida, “No home movie” (2015).

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Ailleurs, siempre

Me han pedido que escriba a Chantal Akerman, una carta que ella nunca leerá, porque así es como creemos que las vivas tenemos que comunicarnos con las muertas. A través de un texto sin interlocutora.

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Dicen que lo primero que se olvida de un muerto es la voz. Y sin embargo cuando pienso en su cine, me cuesta pensar en imágenes fijadas en la pantalla, sólo puedo cerrar los ojos, y escuchar su voz fuerte, rugosa, caliente, y al mismo tiempo, tremendamente herida. Me gusta de su voz, la herida. Me gustan la voz y la herida, y la repetición de sus palabras, que resuenan en el espacio más allá de su significado, como una letanía.

La primera vez que la escuché fue en News From Home (1977) una película monumento, en la que la voz casi imperceptible de una jovencísima Chantal (tan sólo 26 años, aunque ya con una obra maestra a sus espaldas, Jeanne Dielman, 23 quai du Commerce, 1080 Bruxelles) lee las cartas que recibe de su madre sobre las imágenes de una Nueva York desgarradora. Ahí están: la ciudad vacía, el exilio, la desorientación, la soledad…pero sobre todas esas cosas, está su voz. Una voz que susurra, que repite, que se diluye en el ruido de la ciudad extranjera, y que quizá también calla una pregunta ¿Cómo despegar tu voz, madre, del atronador ruido del exilio?

En su texto más desgarrador, Ma mère rit (2013), dedicado a su madre (o más bien, a esa conversación imposible con la madre), Chantal escribe:

“Et moi qu’est-ce que je vais tenir ici 4 semaines. Je tiendrais que si j’écris. Et de toute façon ici ou ailleurs quelle différence. Ma vie, je n’ai pas de vie. Je n’ai pas su m’en faire une. Alors ici ou ailleurs. Mais ailleurs c’est toujours mieux. Alors je ne fais que partir et repartir et revenir depuis toujours”¹

Ailleurs es una palabra, difícilmente traducible al castellano, y que significa algo así como “en otro lado”, o también: “en un lugar lejano, apartado”. Seguramente sea esta la palabra que mejor defina la obra ingenete de Chantal Akerman, y que nos revela su más preciado legado. El de querer estar ailleurs siempre. Desplazadas, heridas, apasionadas, buscando siempre otro lugar, otra palabra, un amor mejor. Ver sus películas, sumergirse en su pensamiento infinito o en sus textos, es aventurarse a la fenomenal fractura de estar en otro lado.

Así nos queremos también, Chantal. Ailleurs, siempre.

Elena López Riera

¹“y yo , qué voy a hacer de aquí a 4 semanas. Sólo aguantaré si escribo. Y de todas formas, aquí o allí, qué diferencia hay. Mi vida, yo no tengo vida. No he sabido hacerme una. Así que aquí o allá. Pero allá es siempre mejor. Así que no he hecho más que irme, volver a irme y volver desde siempre”(Traducción de Elena López Riera)

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BÉNÉDICTE

Descubrir a Akerman supone una experiencia única, porque Akerman tenía una personalidad fílmica irreductible, iconoclasta, que vertía su propia experiencia para hablar de temas que resuenan en nuestro presente, como la represión cotidiana y la angustia existencial.

Su estilo se define por su precisión milimétrica, por crear una amarga poesía de la domesticidad, por la forma en la que coreografía los actos cotidianos, por la repetición de motivos, por el minimalismo gestual y por la forma en la que trata el espacio y el tiempo. A mí me fascina la fortaleza y al mismo tiempo vulnerabilidad con la que retrata a las mujeres; cómo va impregnando los relatos de una desesperación sutil, de una amargura congénita. Cómo plantea la soledad, la incomunicación y el aislamiento.

Ya en su corto iniciático, ‘Saute ma ville’, encontramos todos sus temas contenidos en pocos minutos. Me impresiona, de este cortometraje, que la protagonista, ella misma, termine suicidándose, como ocurrió en la realidad muchos años después. La vida y el cine otra vez unidos por un hilo invisible.

Los trabajos de Akerman parten de una exploración minuciosa de su entorno, por eso las acciones supuestamente menos relevantes, las que forman parte de nuestra vida diaria, adquieren una importancia fundamental. Lo prosaico nos define.

Por ejemplo, coger un ascensor se convierte en uno de los motivos que repite en todas sus obras. Sentirse encerrada en él y ver abrir las puertas para entrar en otro nivel de prisión. Y así sucesivamente. (¡Qué maravilla sus escenas de ascensor!) O la cocina, la cocina como lugar o

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Fotografía en el set de "Jeanne Dielman, 23 quai du Commerce, 1080 Bruxelles" DELESALLE (operadora de cámara) y NICOLE GEOFFREY (asistenta de cámara)

chantal akerman x beatriz martinez

como elemento metafórico en el que siempre se ha encerrado a las mujeres se convierte en otro rasgo fundamental para hablar de la alineación y el machismo congénito de ayer y de hoy. La cocina es cárcel y es lugar de destrucción.

Otro elemento fundamental en la obra de Akerman, por supuesto es la figura de la madre, superviviente del Holocausto. A ella le dedica “News from Home” a través de su relación epistolar componiendo un documental confesional a modo de videodiario experimental. En su última película, “No Home Movie”, recupera a su madre antes de morir para hablar de la memoria tanto íntima como histórica, así como de los vínculos materno filiales de una forma tan delicada como profunda. No solo en sus películas encontramos elementos rimados, también en la esencia de su obra.

Esa forma de ver el mundo tan única, también se trasladó a su literatura, en la que la manera de medir el tiempo se adecua a la cadencia de las voces interiores. En “Una familia en Bruselas”, pone en práctica esta técnica sin signos de puntuación.

Teniendo todo esto en cuenta, que #JeanneDielman haya convulsionado y renovado el canon contemporáneo me parece un acto de justicia poética. Porque es una película incuestionable en la forma y en el fondo y crucial para entender a las nuevas generaciones de directoras.

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Ver un ciclo de Akerman es un lujo porque sus películas siempre han tenido una disponibilidad limitada, una invisibilidad que entronca con el corpus temático de la propia cineasta en torno a la mujer. Aquí algunas reflexiones.

Las imágenes de Akerman hablan de nuestros paisajes emocionales: el cuerpo de Chantal se desmonta y se reconstruye desde la noche, despojado de civilidad. Se vuelve absurdo y esencial.

Las primeras escenas de “Yo, tú, él, ella” tienen un carácter de depuración voraz. Se nos ahueca el estómago cuando nos acercamos al vacío. Mientras, desde fuera de plano su voz la explica o la anticipa, como si manejara a un títere inerte. El murmullo la zarandea y nos dicta, como un mal profe a una criatura que no entiende nada. ¡Aunque nunca es fiable! La voz de Chantal llega siempre a destiempo, demasiado pronto o incluso tarde, y en tantas ocasiones describe una imagen que no corresponde. Realidad y relato van por caminos diferentes, por mucho que uno intente controlar a la otra.

Akerman saluda y abraza la neurosis. Reconoce la emoción que burbujea por debajo de su complicadísimo entramado de pensamientos, pero le quita carga. Cuando las palabras nos desbordan, acaban valiendo lo que el papel mojado. Chantal abandona sus paranoias, ya purgadas, y juega con su cuerpo. El cuerpo es lo único que ha seguido ahí, a pesar de todo.

Y luego se marcha. Fuera, la voz narradora remite: nos deja a solas con ella, en el mundo. Es un mundo marginal y empobrecido, que la relega por defecto a un segundo plano (obvio: es mujer, va sin guita). El alma que la recoge en la carretera, el camionero guapo, levanta todas nuestras red flags. Y afuera todo resulta ruidoso y problemático. Todo suena demasiado, pero el murmullo suena muy diferente a la voz del enanito caótico que ordenaba el relato interior.

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“yo, tu, el, ella” x mariona borrull

Allí, Chantal vuelve a ser (ella misma, sujeto). En Senses of Cinema leía una intrincada teoría sobre el viaje simbólico de la película, del embrión a un mundo adulto sucio y acomplejado. A mí me sobra tanta letra. Lo único que sé es que ahora ella come y bebe, que se cuida. Akerman da a Chantal una mochila que acarrear, pero también le da piernas. La deja sola, al tiempo que introduce el deseo, una argamasa primaria y libre de juicio.

A pesar de los pesares, nos regala una escena cercana y altamente erótica. Generosa, "Yo, tú, él, ella" nos permite desear sin complejos, vivir bien. Mis alumnes están hartes de que les repita que queer es mucho más que unas siglas... El ejemplo que uso viene de Akerman, de la escena de sexo de esta película. El encuentro supera el realismo de manual, capa la convención y el simulacro, y nos deja con lo que hay. Lo que hay son sábanas, cuerpos, un silencio apenas perturbado. Es puro cine háptico, que concentra en

el tacto las funciones de la vista. Es el abrazarse a la otra, luchando para que no quede ningún espacio entre las dos. Es negar el fantasma del señor Zizek, aquel que nos obliga a la fantasía, para volcarse en el aquí y el ahora.

Solo oímos el fregar de los cuerpos contra las sábanas y un tarareo que suena a canción de cuna. Si cerramos los ojos, la película nos acaricia el pelo mientras nos quedamos dormides. Chantal Akerman no ensucia el encuentro con cortes. Así su intimidad nos empapa, nos obliga a quedarnos quietes (como si cualquier gesto pudiera romper el momento). Inmóvil, también nuestro cuerpo empieza a pesar, a sentirse. Nos hacemos cargo.

Estamos aquí para verlo y para contarlo. Con la mochila bien llena, sí, pero ya trabajaremos en ello.

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Filmin ha estrenado Yo, tú, él, ella de Chantal Akerman, una película para reconciliarse con las contradicciones que nos han levantado. Una vez más, el cine puede arroparnos como nosotres no hemos sido capaces de hacerlo.

De izquierda a derecha: DELPHINE SEYRIG (actriz), ELIANE MARCUS (maquillaje), BÉNÉDICTE DELESALLE (operadora de cámara), BÉNIE DESWARTE (sonidista), BABETTE MANGOLTE (cinematográfa), DANAE

MAROULACOU (guionista), CHANTAL AKERMAN (directora), MARILYN WATELET (asistenta de dirección)

Fotografía en el set de "Jeanne Dielman, 23 quai du Commerce, 1080 Bruxelles"

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dielman” x javier zurro

La votación que cada década realiza el British Film Institute eligió a “Jeanne Dielman, 23, quai du Commerce, 1080 Bruxelles AKA como “La mejor película de la historia”, por encima de “Vértigo” y “Ciudadano Kane” y… os podéis imaginar lo que ocurrió: Por supuesto, salieron todos los señoros que ni habían visto la película a decir que ¡cómo se les ocurría votar a una mujer que no conocían por encima de sus clásicos!

Pero desde hace décadas, la película de Chantal Akerman se había reivindicado como punto de inflexión en la historia del cine. El New York Times, de hecho, la eligió como la primera obra maestra feminista de la historia. Su proyección de Cannes no estuvo exenta de crítica, y Akerman recordaba el momento traumático en el que comenzó a oír el sonido de las butacas de la gente que se levantaba y se iba de la proyección

Por suerte la película se reivindicó, especialmente por las mujeres directoras. Isabel Coixet contaba parte de la importancia del filme: por primera vez colocaba en escena el espacio doméstico, reservado para las mujeres. Y es que hasta entonces el cine no había mostrado a mujeres

realizando las labores a las que los hombres las habían confinado. Por eso es tan importante ver a Jeanne Dielman haciendo la tortilla de patata, y haciéndolo en los tiempos en los que se hace. Los señoros de Cannes no aguantaron porque nunca habían hecho una tortilla ni sabían lo que es la vida doméstica.

Pero en Akerman y en Jeanne Dielman hay mucho más que una representación de lo doméstico. En Jeanne Dielman está otra de las claves del cine de Akerman… La repetición. Tres días de rutina que poco a poco se van rompiendo. Los actos que se repiten hasta que dejan de hacerlo, y cuando se rompen… todo estalla.

Así, el final del filme, es una explosión feminista. Un acto de rebelión, porque como decía Paquita Salas, no estoy loca, estoy hasta el coño. Y Jeanne Dielman, y Chantal Akerman, estaban hasta el mismísimo coño del machismo.

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“jeanne
Chantal Akerman es una de las directoras más importantes y, sobre todo, un radar para detectar señoros…
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