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Huachicol costará 3 mil 500 mdd al cierre del sexenio
by Energy21mx
Por Adrián Arias @Adri_Telecom
La guerra que emprendió el Presidente Andrés Manuel López Obrador contra el robo de combustible en este sexenio no ha logrado los resultados esperados, pues las pérdidas económicas se mantienen en aumento y se prevé que alcancen los tres mil 500 millones de dólares al cierre del sexenio, un monto muy similar al que se observaba hasta antes de este Gobierno, destaca Luis Chavarría, director y fundador de Kepler Oil and Gas.
En entrevista, el directivo explica que este monto incluye los cuatro tipos de huachicol que se han identificado hasta ahora: el robo a los ductos de Pemex y a las unidades de transporte; el huachicol fiscal; el desvió de subsidios y la alteración de controles volumétricos en las estaciones de servicio.
Y es que el asunto de las tomas clandestinas ha sido el foco principal de la estrategia gubernamental por ser el aspecto más visible, sin embargo, los demás tipos son igual de dañinos para la economía del sector, señala el experto.
Las cifras más recientes obtenidas a través de la Ley de Transparencia señalan que hasta el mes de marzo en el país se contabilizaron tres mil 90 tomas clandestinas de combustibles y mil 94 de gas LP.
Tan sólo en marzo, el estado de Hidalgo fue el que registró más perforaciones ilegales de combustibles al sumar 382; le siguen el Estado de México con 165 y Jalisco con 143.
El especialista explica que, con la llegada del nuevo Gobierno en 2019, el volumen de combustible robado se redujo hasta en 90 por ciento, pero las tomas clandestinas se mantuvieron en ascenso, debido a que las bandas criminales continuaban perforando los ductos para ver en dónde podían encontrar la gasolina y el diésel.
No obstante, a lo largo del sexenio la estrategia ha decaído y las pérdidas por este crimen han ido en aumento.
Solamente en el primer trimestre de este año, las pérdidas para Petróleos Mexicanos (Pemex) se dispararon 90 por ciento, un equivalente de 5.7 mil millones de pesos, mientras que el volumen robado de combustible promedió 5.2 mil barriles por día.
De esta forma las bandas del crimen organizado robaron lo semejante a 63 millones de pesos por día, señala la empresa en su informe financiero.
Cambio de modus operandi
Tras la intervención en los ductos de Pemex ordenada a inicios de 2019 por López Obrador, la empresa optó por un sistema de transporte híbrido en donde parte del movimiento de combustibles se realizó mediante pipas.
En el primer trimestre de este año, las pérdidas para Pemex se dispararon 90 por ciento, un equivalente de 5.7 mil millones de pesos.
Esto provocó que las bandas criminales se enfocaran en asaltar al autotransporte.
“La estadística de crecimiento en robo a autotransporte fue del 220 por ciento en pipas, 140 por ciento en trenes y 50 por ciento en buque tanques. Es decir, en el ducto se redujo el robo, pero ahora se roban el combustible en otros sistemas de transporte”, afirma Chavarría.
“Se combatió el huachicol en ductos, pero en general no hubo una mejora, porque el robo siguió en otras modalidades y e n las estadísticas que se presumen en ‘La Mañanera’ no se habla de este otro esquema”, resalta.
Huachicol de cuello blanco Como se señaló anteriormente, otra forma de robo de combustible es el denominado como “cuello blanco” o huachicol fiscal, en donde se evita el pago de impuestos por la gasolina o el diésel al momento de introducirlo en las aduanas.
“Este mecanismo es muy grave, los sitios donde más se observa es en Reynosa, Matamoros y Laredo. Consiste en registrar el combustible como aceite ve - getal al momento de atravesar la aduana”, indica el experto.

Una investigación del Oil Price Information Service (Opis) de la consultoría IHS Markit, revela que este tipo de evasión representa un costo para el erario público de al menos 12 mil millones de pesos en lo que va de esta administración.
Mediante este mecanismo los importadores evitan pagar un impuesto de 7.15 pesos por litro, obteniendo una ventaja de entre 60 y 40 por ciento en precio, respecto a las compañías que sí pagan impuestos.
En ese sentido, Luis Chavarría expone que en toda la zona fronteriza hay muchas minas en las que se consume demasiado diésel, lo que provoca que los comercializadores compitan ofreciendo los precios más bajos, lo cual sólo es posible mediante el famoso huachicol fiscal.
“El Gobierno federal ha hecho poco para contrarrestarlo. Se han publicado los Anexos 30, 31 y 32 del SAT para tener un mayor control, pero no se aplica como debería”, resalta.
Las sanciones por no acatar estas medidas van de tres millones hasta 300 millones de pesos, además de penas de cárcel, advierte.
“El Gobierno lo puede contrarrestar, se puede reducir hasta en 40 por ciento el huachicol fiscal si se aplica bien la regulación”, subraya Chavarría.
Otro tipo de robo es el desvío de subsidios en los combustibles. Hay comercializadores que compran a Pemex el diésel automotriz, industrial, agropecuario o marino y algunos de éstos tienen subsidio, como el caso del agropecuario.
Dicha situación es aprovechada por ciertos comercializadores, quienes no reportan las cantidades reales que consumen sus clientes para favorecerse del menor precio.
“Reportan que sus consumidores sólo compran el 30 por ciento y el restante 70 por ciento lo colocan en gasolineras y otros establecimientos con lo cual obtienen un beneficio de hasta dos pesos por litro”, revela el directivo.
Mano negra
Adulterar o modificar los controles volumétricos es finalmente el último estilo de huachicol. Aquí las estaciones gasolineras modifican las mangueras despachadoras para ofrecer menos combustible, lo cual genera un impacto directo en el consumidor que no recibe litros completos.

“En 2018 las pérdidas fueron de cuatro mil 500 millones de dólares considerando todos los tipos de huachicol; al cierre de este sexenio podrían ser de entre tres mil y tres mil 500 millones de dólares, lo que demuestra que no ha funcionado la estrategia”, concluye Chavarría.
Robo a los ductos de Pemex y a las unidades de transporte, evasión fiscal, desvió de subsidios y la alteración de controles volumétricos en las estaciones de servicio, son los cuatro tipos de huachicol que se tienen identificados.
