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Un Mago de gran poder

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Acertijos

Acertijos

Alfonso Ruiz

Hay un mago portentoso de una imponente figura quien posado a gran altura nos observa sigiloso. Si está alegre, es generoso y regala sin control la luz y el calor del sol y al finalizar el día, nos muestra la fantasía de un colorido arrebol.

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Cuando el sol ya está durmiendo se torna de azul intenso y en su manto grande inmenso lamparillas va encendiendo. Con su luz van protegiendo a cada ser que a porfía, las tinieblas desafía y ese intenso laborar, solo lo han de abandonar al albor del nuevo día.

Con otro portento ahora tal ser nos va a deleitar porque nos va a presentar el esplendor de una aurora.

Su belleza encantadora de grandiosa jerarquía se incrementa en demasía cuando se suma a la escena, un rey que al instante ordena que se inicie un nuevo día.

Cuando siente un malestar en gris torna su color y es un intenso el dolor que no puede soportar. Con tan terrible pesar, se queja estruendosamente y con un rayo candente que a veces llega hasta el suelo, mitiga su desconsuelo y se calma nuevamente.

Mas no siempre es tan brutal aunque a veces su soplar pudo alguna causar un terrible vendaval.

Cuando está sentimental solo un suspiro improvisa y con fresca y suave brisa anuncia en forma certera, que la genial primavera en sus albores ya frisa.

Cuando es triste su pasar y la nostalgia lo embarga, se torna en pesada carga que a veces lo hace llorar. Y así suele derramar en el monte, en su ladera una blanca cabellera y en el valle tan sediento sus lágrimas son sustento que hacen verde la pradera.

Un mago tan poderoso que puede dominar todo, es cierto que de algún modo es amable y generoso. Pero el hombre tan monstruoso lo envenena y contamina con el humo de la usina que derrama hacia la altura, y vahos que son basura al mismo lugar destina.

Tal mago se llama CIELO y su imponente figura se encuentra a una enorme altura a muchas millas del suelo. Emprender un alto vuelo que al mago pueda alcanzar solo nos va a demostrar que no servirá de nada, puesto que hasta su morada nunca podremos llegar.

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