Año Calasancio

Religiosas Calasancias Hijas de la Divina Pastora

Madrid, 21 de diciembre de 2012

"Llamados a ser testigos de la fe desde el carisma Calasancio"

J.R.E.N.C.

A todas las hermanas y comunidades A todos los que comparten la Misión Educativa Calasancia A todos los que se sienten atraídos por el Carisma Calasancio legado por el Beato Faustino Míguez.

Queridas hermanas y queridos todos: Un saludo para cada uno en el Niño Dios que nace en Belén y se hace Luz y Guía en nuestras vidas de creyentes.

Como ya sabéis, por la comunicación hecha en los diferentes encuentros y reuniones que hemos mantenido últimamente, vamos a celebrar este año 2013, como Año Calasancio, bajo el lema “Testigos de la fe desde el carisma calasancio”.

Tiempo de gracia Esta celebración hemos de enmarcarla dentro del Año de la Fe, convocado por SS. el Papa Benedicto XVI y de la próxima beatificación de nuestra querida hermana, M. Victoria Valverde González, que tendrá lugar en Tarragona el 27 de Octubre de 2013.

Desde la Conferencia Episcopal Española se nos ha comunicado que “la Beatificación de mártires del siglo XX en España está prevista en el Plan de Pastoral de la Conferencia Episcopal Española al terminar el Año de la Fe”. Asimismo recoge en su Plan de Pastoral que “el testimonio e intercesión de tantos mártires son de gran valor para el crecimiento en la certeza y en la alegría de la fe de todo el Pueblo de Dios”.

"Testigos de la fe desde el carisma calasancio"

El Año Calasancio dará comienzo el día 2 de enero, fecha en que conmemoramos el 128 aniversario de la fundación de nuestro Instituto. Quiere ser un tiempo de gracia en el que cada uno podamos sentir fortalecida nuestra fe como don que hemos recibido de Dios y que hemos de vivir y comunicar al mundo.

Llamados a volver a las fuentes de la fe Todos estamos llamados a hacer de este Año, una ocasión propicia para una auténtica y renovada conversión al Señor. (Porta Fide, nº 6). Hemos de hacer de este tiempo una vuelta a beber en las fuentes de la fe, en las fuentes de la identidad carismática calasancia, y recuperar así esa pasión apostólica, ese nuevo ardor al que alude el Papa Benedicto XVI, que nos convierta en testigos claros y firmes de la llegada del Reino, testigos de la fe de Jesús en el Padre.

A lo largo de este Año será importante recorrer personalmente la historia de nuestra fe; de esa fe que acogemos gozosos y agradecidos; de esa fe que expresamos, compartimos y vivimos como miembros de esta Familia Calasancia. Que en este recorrido, cada uno pueda redescubrir la alegría de creer y encontrar el entusiasmo de comunicar su fe (Porta Fide, nº 7).

Para ser testigos de la fe desde el carisma calasancio Todos nosotros, atraídos por la identidad carismática que nos legó el Beato Faustino Míguez, hemos de sentirnos en este Año especialmente agradecidos por haber sido llamados a ser testigos de la fe, respondiendo a la llamada que personalmente hemos recibido de Dios, desde el lugar en el que cada uno colaboramos en la construcción del Reino, con la entrega a la misión educativa calasancia.

Se nos invita en este Año a redescubrir y gozarnos con el carisma recibido, desde el que somos llamados a acompañar, como testigos, en el camino de la fe a los niños y jóvenes para que puedan ser felices viviendo al estilo de Jesús de Nazaret. Todos sabemos que la revitalización de nuestra identidad carismática pasa por el testimonio de vida ofrecido por aquellos que nos sentimos identificados con el espíritu calasancio.

Ser testigos de esta fe recibida gratuitamente es hoy un reto para cada uno de nosotros, como lo fue para M. Victoria, a lo largo de su existencia. Ella supo ser testigo de Aquel que cautivó su vida; y lo fue desde la sencillez con la que afrontó la realidad de cada día, entre los pequeños, en el aula. M. Victoria fue un verdadero testigo de la fe, porque su testimonio brota de su experiencia, de “aquello que ha visto y oído”.

Su valor y decisión, apoyada en la fuerza de Dios, para dar testimonio de su fe, en una situación difícil y de mucho riesgo hasta el extremo de dar su vida por el evangelio, sufriendo el martirio por ser creyente y religiosa, es su mejor carta de presentación para los hombres y mujeres de hoy. Y especialmente para cada uno de nosotros, miembros de la Familia Calasancia.

"Testigos de la fe desde el carisma calasancio"

Por ello, como parte de esta Familia, dirigimos con agradecimiento nuestra mirada a M. Victoria. Ella es un signo de que somos parte de una tradición viva que quiere seguir colaborando en la transformación del presente, a través del ministerio educativo, en el que proclama con pasión y riesgo su fe en Cristo Jesús.

Que este Año Calasancio nos ayude a redescubrir la figura de M. Victoria, como educadora y testigo de la fe hasta el final, hasta sus últimas consecuencias. Os convoco a todos a acoger el regalo del Señor que nos llega por su persona, testigo fiel en la dificultad.

El Papa Benedicto XVI nos invita en este año a entrar por la puerta de la fe. Puerta siempre abierta para aquellos que con sincero corazón y desde su identidad carismática quieren cruzarla, para que sea el Señor quien nos haga “testigos de la fe, desde el carisma calasancio”.

Un abrazo fraterno en el Señor,

M. Sacramento Calderón Superiora General

"Testigos de la fe desde el carisma calasancio"