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Plásticos en el Río Rocha
LOS PLÁSTICOS:
Contaminantes del emblemático Río Rocha
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El Río Condorillo, actualmente conocido como Río Rocha, en homenaje al capitán Martín Rocha, es el afluente de agua dulce más representativo y extenso del departamento de Cochabamba. A lo largo de los años, fue perdiendo esa majestuosa belleza que lo caracterizaba por muchas décadas, a causa de la irresponsabilidad con la que lo hemos tratado durante todo este tiempo. El Río Rocha, atraviesa la ciudad de Cochabamba de Este a Oeste, tiene 70 kilómetros de recorrido aproximadamente y una superficie de unos 500 km2. Se origina en el Río Maylanco y atraviesa los municipios de Sacaba, Cochabamba, Colcapirhua, Quillacollo, Vinto y Sipe Sipe, formando en Capinota el Río Grande o Caine al unirse al Río Arque. La contaminación ha dañado este cuerpo de agua hasta convertirlo en un foco de infecciones de alto riesgo para la salud de todos aquellos que habitan las inmediaciones del mismo. La presión que se ejerce sobre el río ha causado que, con el paso del tiempo, sus aguas sirvan de depósito de residuos urbanos, sumado a la significativa reducción de su caudal a causa del cambio climático, han deteriorado la salud de este emblemático río. Uno de los principales factores contaminantes del Río Rocha son los desechos plásticos, que se han incrementado en perjuicio del mismo, de las personas y del ecosistema natural y no únicamente a nivel regional. En una jornada de limpieza que se realizó en el río, se recogieron 200 toneladas de basura. En su mayoría, los residuos fueron botellas y bolsas plásticas, además de neumáticos. Los plásticos que se abandonan en la naturaleza, en las calles y alcantarillas de la ciudad, acaban en el río. Cuando llueve, especialmente cuando hay grandes tormentas, el agua arrastra todo lo que encuentra a su paso y lo deposita en las cuencas fluviales. En general los sistemas acuáticos son los receptores de nuestros residuos. De una manera u otra la basura acaba en el Río Rocha. Esta situación se traduce en la pérdida de biodiversidad para el ecosistema acuático. Así, la pesca desciende y a la vez, la calidad del agua también disminuye, no siendo apta para el consumo humano e incluso, en ocasiones, tampoco apropiada para el cultivo ni la ganadería. Además, las personas que viven próximas a las aguas contaminadas del río, corren el riesgo de padecer enfermedades asociadas a este problema ambiental. En 2019, desde la Alcaldía de Cochabamba, se destinaron más de tres millones de bolivianos para mitigar los efectos de la contaminación del río Rocha, no obstante, no se obtuvieron resultados positivos, pues el cauce del mismo permanece contaminado. Por otra parte, en los últimos años, se han venido realizando un sinfín de estudios sobre el mismo, su calidad, los niveles y el origen de su contaminación. Sin embargo, estos fueron aislados, por lo tanto, no lograron generar una sinergia entre los diferentes grupos de investigación, no se tiene una metodología común y esto desencadena una situación complicada en la que no se cuenta con resultados que puedan ser comparados para sacar conclusiones y de esta forma, encontrar resultados efectivos que deban llevarse a cabo de inmediato. En la actualidad, existen políticas y normativas dirigidas a recuperar el rio, desde leyes de conciencia medioambiental o medidas para el correcto y adecuado manejo de la basura, hasta la implementación de plantas especial izadas en el tratamiento de aguas residuales por parte de Municipios y Gobernaciones. Sin embargo, la realidad demuestra que, por falta de conocimiento por parte de la población, estas normativas no son correctamente aplicadas. De hecho, solo dos de los municipios que son atravesados por el Rio Rocha tratan sus aguas servidas. Por esta razón, es importante conocer la manera en la que los ciudadanos cochabambinos, con esfuerzo y trabajo en equipo, podamos colaborar para recuperar la buena calidad y la belleza de este río, convirtiéndolo nuevamente en un espacio de recreación y esparcimiento social para todos los habitantes de la región, siempre y cuando sean responsables con la utilización y el manejo de las aguas del mismo. Teniendo en cuenta el gran impacto negativo de los residuos, no solamente plásticos, sino también todos aquellos que afectan el estado natural de los ecosistemas terrestres y acuáticos, poniendo en práctica la reducción del consumo y la utilización adecuada de los mismos; así los desechos disminuirán considerablemente, por ende, menos de ellos llegarían hasta el río. De esta manera, desde nuestra situación y contexto, podemos empezar el cambio para obtener resultados óptimos, partiendo de la concientización y reflexión de las personas con respecto al uso adecuado del agua y de su importancia, empezando a cuidarla y manteniéndola en buen estado para el beneficio de todos.
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La vegetación de las laderas por la avenida Costanera. Imagen cortesía de Daniel James
