SÁBADO 7 DE MAYO DE 2016
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Carta No. 1 de Viriato Fiallo a Trujillo Hago vida de trabajador incansable... NAYA DESPRADEL • nadespradel@elcaribe.com.do
En diciembre de 1951, Viriato Alberto Fiallo Rodríguez y un señor llamado Francisco Álvarez Álvarez fueron condenados por violación a la ley que prohibía las operaciones comunistas. Viriato fue recluido en la cárcel y desde allí, el 13 de marzo de 1952, dirigió una carta a Trujillo, presidente de la República, que fue publicada en El Caribe el 18 de marzo. En la carta, Viriato se refiere al hermano de Trujillo, quien había sido su discípulo, en ese momento era Secretario de Guerra Marina y Aviación y candidato a la presidencia, Héctor Trujillo, posición que alcanzó en las elecciones que se celebraron en mayo de ese año. La carta de Fiallo, por supuesto, engendró los más virulentos ataques provenientes del régimen en que se le indicaba que falseaba la verdad con una serie de inexactitudes deliberadas, graves por cierto, que constituían el rasgo característico de la misma. Para los que no tienen datos de Viriato, precisamos que era un médico, opositor a Trujillo, por lo cual sufrió cárcel y mientras el gobernante estuvo en el poder, se mantuvo al margen de toda actividad política. Luego del 30 de mayo de 1961, Fiallo cobró notoriedad como propulsor del Partido Unión Cívica Nacional, que disputó la primera magistratura del país en las elecciones de 1962 ganadas por el PRD, con Bosch a la cabeza. La reseña de El Caribe indicaba que “A continuación se publica una carta dirigida en fecha 13 del corriente al señor Presidente de la República, Generalísimo Trujillo Molina, por el doctor Viriato Fiallo, para explicar su actitud hacia la persona y la política del ilustre Jefe del Estado”:
Ciudad Trujillo, R. D. Marzo 13, 1952 Generalísimo Dr. Rafael L. Trujillo Molina Presidente de la República y Benefactor de la Patria, Su Despacho Exmo. Señor Presidente y amigo: Algunas personas que no me tienen afecto o que me conocen poco, han tratado de crearme un ambiente desfavorable entre los hombres del Gobierno, intentando hacerme considerar como no amigo del Ejecutivo Nacional.
Viriato A. Fiallo-1962.
18 de marzo de 1952. Página 12. El Caribe.
Y, sin otro motivo a que referirse y en qué fundar su absurda acusación, señalan mi alejamiento de las actividades públicas. Deseo declararle, señor Presidente, sin que esta declaración sea manchada por el más leve interés, que me considero su amigo desde el día en que fui pre-
sentado a Ud., hace más de veinticinco años, por su hermano, mi discípulo de antes y actualmente secretario de Estado de Guerra, Marina y Aviación y candidato a la Presidencia de la República. De entonces a hoy, mi conducta no ha variado. Hago vida de trabajador incansa-
ble y de hombre retraído. Cuando se tiene mi edad y se es abuelo, no se puede ni siquiera pensar en ser otra cosa que lo que se ha sido toda la vida. Nací para médico de familia y no podría dejar de serlo hasta mi hora final; como tal, he trabajado mucho y he sufrido mucho también, pero nada de eso ha hecho mella en mi espíritu y me sigo afanando por ser útil al mayor número y en la mejor forma. En cuanto a la amistad que le ofrecí aquel día ya lejano, cuando le conocí en la Fortaleza Ozama, esa, lejos de sufrir deterioro se ha afianzado a media que los años han ido pasando. Yo siento la necesidad de llevar, no tan solo a su conocimiento, sino también y de modo especial a su convicción, la seguridad absoluta, firme y perviviente de que en ningún instante he dejado de ser consecuente con esa amistad. Como tampoco podrá borrarse de mi memoria el agradecimiento que le guardo por muchos motivos anteriores, entre ellos el de su determinación del 14 de Marzo de 1949, en que quedó solucionada una aflictiva situación de la familia Fiallo. Sí, es cierto que no hago vida de político. Nunca antes la hice. El propio Señor Presidente sabe, que en varias ocasiones rehusé aceptar cargos públicos de los Ex Presidente Vicini y Vásquez. Contándose entre esos cargos el de Ministro en Argentina, Brasil y Chile que me fuera propuesto en 1929 por el último de ellos. Siempre he creído que debe interesar al Excmo. Presidente Trujillo, más que la adhesión política de quien no ha sido ni es político, la amistad personal de un hombre sincero y honesto. Con esa amistad, Señor Presidente y con mi inquebrantable agradecimiento, créame, que puede contar siempre. Soy su amigo, Viriato A. Fiallo. l