Cultura elCaribe, SÁBADO 27 DE MARZO DE 2021
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Iglesia y árabes maronitas en el Caribe
Imbert líderó la batalla del 30 de Marzo
Pedro Carreras apuesta al ensayo
Wilson Enrique Genao describe el proceso migratorio en el Caribe de los árabes cristianos provenientes de Líbano, Siria y Palestina. P.6
El general José María Imbert, no sólo fue un hombre clave en la lucha por la Independencia.También dejó una descendencia revolucionaria. P.7
Valora el papel de la lectura para los jóvenes que tienen inclinaciones por la literatura y resalta las responsabilidades del escritor P.10
Fuñendas de Cestero en época de Lilís Asimiló sus ideas quijotescas del colegio San Luis Gonzaga, dirigido por Billini cónsul de alguna ínsula, fueron la dosis de locura que le llegó de los dos tomos de “El Consulado y el Imperio” de Adolph Thiers de antes de 1923, “Les Mystères de Paris” de Marie-Joseph“Eugène” Sue publicado en 90 capítulos y en dos tomos desde 1842 al 43 y “Les Trois Mousquetaires” de Alexander Dumas, quien cuenta la historia de un joven, D’Artagnan, y los tres mosqueteros Athos, Porthos y Aramis. Un quinto es Cestero que se une a ellos para servir al Rey Louis Xlll con el lema “uno para todos y todos para uno”. En otra le cogió con ser ingeniero agrónomo y un experto en comercio luego de leer un “Tratado de Agricultura” de 200 páginas. Su recorrido por La Vega con el general Francisco Gómez Moya, Ministro de Guerra y Marina a lomo de una vieja mula, como un Rocinante. Ese viaje lo hizo años después de que asesinaran a Lilís en Moca en el que participara el psicópata Jacobito de Lara junto a Mon Cáceres. Se sabe que Jacobito mató a su novia y luego se suicidó. El sicario perfecto para el magnicidio. La publicación de su libro “La Sangre” se hizo en el 1913, catorce años después del asesinato del Presidente Heureaux, “amigo” de Don Jacobo de Lara, padre del asesino y ubicado en la calle Colón esquina 26 de Julio de Moca donde el Ministerio de Cultura le erigió un museo a Jacobito para vergüenza de la Historia. Todavía hoy día hay sociólogos, historiadores y periodistas que siguen llamando “fundamental novela” a “La Sangre” cuando ya se sabe que Tulio escribió un panfleto largo para desquitársela de Lilís por haberle negado el consulado parisino y por el odio racista que sentía por el colaborador de los mambises cubanos de Antonio Maceo. Todos los historiadores anexionistas y adulones de España se ensañaron contra Lilís y ensalsaron al recuero de Mon que resultó ser un déspota cruel como lo demuestra la creación de su odiosa guardia. l
JOSÉ MERCADER 666mercader@gmail.com
C
uando Tulio gritó por primera vez, a los cinco segundos de nacer en 1877, Buenaventura Báez ejercía su tercer mandato como presidente de la República (primer mandato de 1865 al 66, segundo de 1868 a 1874 y tercero del 76 al 78) en momentos difíciles porque los restauradores no sabían ni podían retener el poder. Ni siquiera Gregorio Luperón (presidente de 1879 al 80) aguantaba el fuete de las guerrillas que tumbaban al más serio. Hasta que llegó Meriño y su general Heureaux y su “Ley San Fernando”, o lo que era igual, “a Dios rogando y con el mazo dando”. La ventaja que tiene el escritor sobre el resto de seres vivientes, incluyendo a los humanos y las jirafas, es que puede inventarse las vidas que quiera a su justo gusto y medida por aquello de que “el papel lo aguanta todo”. Y Tulio Manuel, escritor mediocre, se inventó su historia en los pantalones de Antonio Portocarrero porque él no tuvo los suyos bien puestos para enfrentar “la dictadura de Lilis”. Muy diferente a su padre Don Mariano, un seguidor de Báez, y a quien le costó el exilio luego de su apoyo a Casimiro de Moya y su derrota en 1886. Don Mariano fue el Ministro de Hacienda y Comercio de Ulises Francisco Espaillat y luego, siendo interventor de Aduanas del Gobierno de Meriño (188082) le renunció cuando este promulgó la Ley arriba mencionada en 1881. Aunque Tulio, sancristobalense, había crecido en ese ambiente, fue el Colegio San Luis Gonzaga, dirigido por el Padre Billini, el que le inculcó casi todas las ideas quijotescas. Ese Colegio San Luis Gonzaga es el viejo ubicado en donde está el Billini Hotel de la Padre Billini, no el que estuvo por los lados del Jaragua. Los libros de Antonio Portocarrero, en el sueño de Cestero que se veía como
Caricatura de Julio Cestero, de Mercader. MERCADER
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