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Melocactus matanzanus Melocactus matanzanus

anaranjado. En cuanto a las espinas, cuenta con una central, ascendente y curvada, que es de un tono marronoso y que blanquea a medida que pasa el tiempo. También dispone de entre 5 y 9 espinas radiales. Requieren de cuidados específicos, atención y vigilancia, para que no les falte de nada. De hecho, son extremadamente sensibles a la putrefacción de las raíces. La razón es su sistema radicular, que es muy débil. De hecho, si se trasplanta debe hacerse con mucho cuidado.

Melocactus matanzanus: flor

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Es una planta originaria de zonas secas y áridas de la isla de Cuba y en concreto de la zona de “Matanzanus” origen de su nombre. Hay que destacar que está en peligro de extinción, por lo que, si tienes la suerte de tener algún ejemplar, te recomendamos que lo cuides mucho. Se trata de una planta suculenta perenne con un único tallo, cuyo crecimiento está determinado por el cefalio. Es de color verde pálido y llega a unos 9 centímetros de alto y a unos 8 centímetros de diámetro. Puede tener 13 costillas.

El cefalio es la característica más importante de esta planta. Aparece cuando ya está madura la planta, en la punta de crecimiento. Tiene forma entre cilíndrica y globular. Por eso, se le conoce como “Gorro de turco”. Está recubierto de areolas puntiagudas, con una densa capa de lana y cerdas. Es de color rojizo

Las flores de este cactus son pequeñas, solo miden unos 2 centímetros. Podrás comprobar cómo se parecen a las del cactus Mammillaria. Se abren durante unas horas a media mañana. La época de floración es en verano, cuando el ejemplar ya tiene 4 o 5 años.

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