EDUCAR EN FAMILIA
LA PACIENCIA:
¿Cómo encontrarla en vez de perderla? Muchos padres sienten que la paciencia es su gran asignatura pendiente; más ahora, cuando los desafíos de la pandemia siguen alterando la vida cotidiana. Por eso, al comenzar el año escolar, les ofrecemos una guía para entender en qué consiste la paciencia y las habilidades que debemos desarrollar para aumentar nuestros niveles de paciencia. POR M. ROBLERO
A
unque todos sabemos que la paciencia es un valor indispensable a la hora de educar, a veces cometemos el error de pensar que es una actitud pasiva y relacionada con “soportar en silencio situaciones desagradables”. Pero reducir la paciencia a un simple “resignarse” es lo que nos lleva a justificarnos cuando la perdemos y a decir: “Mi paciencia tiene un límite”. Pocas veces pensamos, en cambio, que la paciencia es un valor activo, un poderoso motor interno, que nos hace ser capaces de visualizar metas claras y objetivos importantes, perseverar hasta alcanzarlos, sabiendo ponernos de pie ante los problemas u obstáculos que se presenten. Un buen ejercicio para comprender mejor de qué se trata la paciencia es imaginar actividades que requieren intensamente de este valor: armar un puzle de mil piezas, practicar pesca deportiva, o aprender a tocar un instrumento. Las tres implican saber muy bien qué esperamos conseguir al final del proceso. Pero también nos enseñan que para conseguir lo que esperamos, debemos pasar por un proceso previo: clasificar piezas, contar con equipo, reservar tiempo para practicar… Del mismo modo, a la hora de educar, ¿qué anhelamos? Si deseamos que nuestros hijos y alumnos maduren, sean autónomos y reflexivos, por ejemplo, ¿cuál es el proceso previo? Lo más probable es que al responder esta pregunta, al menos coincidamos en la necesidad de crear un ambiente propicio, mantener un clima amable, acompañarlos, comunicarnos… y para todo esto debemos tener paciencia. EMPATÍA, OPTIMISMO Y AUTOCONTROL Para aquellas personas que no se
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