EDUCAR EN FAMILIA
PEDRO MORANDÉ:
¿Ecología humana o ecología profunda? Para este sociólogo y miembro de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales el desafío “es cuidar los recursos que se agotan, pero también pensar en el desarrollo social y humano con una perspectiva de tiempo más amplia que la reactividad”. POR M. ESTER ROBLERO
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“Ecología humana” o “ecología profunda”? Parece un juego de palabras, pero en la década de los noventa Pedro Morandé Court, profesor emérito de Sociología en la Pontificia Universidad Católica de Chile y recién confirmado (2020) como miembro de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales por el Papa Francisco, marcó la diferencia en publicaciones y conferencias. Hoy en entrevista con revista Educar explica: —Mi discurso de incorporación a la Academia en 1998 llevaba el título “¿Es posible la ecología humana?”. El concepto había sido acuñado por S.S. Juan Pablo II hacía muy poco tiempo. Quería prevenir sobre aquellos que pensaban que el ser humano era el causante de los desequilibrios ecológicos y que no se podían salvar simultáneamente la naturaleza y el ser humano. Algunos catalogaban esta ideología como “ecología profunda”. El Papa pensaba más bien que era un error
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antropológico de proporciones y no se podía dejar pasar. Los más extremistas de esta ideología pensaban que si no se controlaba el crecimiento humano, incluso con políticas antinatalistas agresivas como la esterilización y el aborto, la naturaleza tendría daños irreparables en su conservación. ECOLOGÍA HUMANA: UN CONCEPTO QUE SURGE EN LOS NOVENTA —¿Existen actualmente, también, diversos modos de entender el cuidado del medio ambiente? —Persiste por cierto esta misma ideología. Pero se suman ahora quienes ven el problema con criterios tecnocráticos, poniendo el acento en la emisión de CO2, en el calentamiento global producido por los gases de efecto invernadero, en el uso de combustibles no renovables, en la matriz energética de los países, en los desiguales niveles de educación, entre otros factores. Pero al prescindir de un enfoque antropológico integrado se pierde de vista
en qué consiste la responsabilidad social compartida, más allá de saber que todo ser humano es un agente de contaminación. —El Papa Francisco ha dicho que “un verdadero planteamiento ecológico se convierte siempre en un planteamiento social, para integrar la justicia en las dimensiones socioambientales”. ¿Está de acuerdo con esa afirmación? —La novedad precisamente de la propuesta del Papa Francisco ha sido la integración de la preocupación ecológica en la tradicional Doctrina Social de la Iglesia desarrollada desde la Rerum Novarum de León XIII. Siendo la causa principal del problema ecológico, a juicio del Pontífice, las insuficiencias antropológicas de la cultura actual, es lógico pensar que tanto la actitud frente a la naturaleza como frente al ser humano y a la sociedad que ha construido se fundan en idénticas razones y debe actuarse ante ellas de manera unificada.