CanariasSocial_Boletin_14

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Canarias Social

Creciendo en comunidad

NO.14/NOVIEMBRE(/25

ENTREVISTA | Dra. Alejandra González

“Quería que mi padre mantuviera su vida: su café, su periódico, su paseo de siempre”

La tragedia invisible de la soledad

Quince años. Ese es el tiempo que pasó el cuerpo de un hombre en su casa de Valencia sin que nadie lo echara de menos, sin una llamada, sin una puerta que se abriera para preguntar si todo iba bien. Quince años de silencio que hoy nos golpean como un espejo incómodo, donde se refleja una sociedad cada vez más ensimismada, más fría, más desconectada del latido humano que le da sentido.

Lo sucedido no es una anécdota macabra ni una simple noticia de sucesos: es el retrato más descarnado de una deshumanización que avanza, silenciosa, entre nosotros. La Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA) ha puesto palabras a lo que muchos sentimos al conocer el caso: la urgencia de una reacción colectiva frente al aislamiento no deseado, frente a ese desvínculo social que mata en vida antes de hacerlo en cuerpo.

El presidente de CEOMA, José Luis Fernández Santillana, ha sido claro al afirmar que este tipo de tragedias deben asumirse como una responsabilidad colectiva. Porque cuando alguien puede desaparecer durante década y media sin que nadie lo note, no estamos ante un fallo individual: estamos ante una fractura social.

Durante años, hemos delegado el cuidado en sistemas saturados y hemos dejado que la prisa, la desconfianza o el miedo al otro erosionen la vida comunitaria. Hemos sustituido las conversaciones en la escalera por el silencio del ascensor; las visitas por videollamadas que rara vez se hacen; la atención por indiferencia. Y así, poco a

poco, vamos edificando muros de desconexión que nos separan.

El aislamiento humano no entiende de edad, pero golpea con especial crudeza a las personas mayores, a quienes construyeron la sociedad que ahora les da la espalda. CEOMA reclama políticas públicas integrales: reforzar los servicios de atención y proximidad, reabrir centros sociales y culturales, recuperar esos espacios donde el encuentro era cotidiano, donde nadie quedaba al margen. No se trata solo de programas ni presupuestos: se trata de reconstruir humanidad.

Hablar de desvinculación social es también hablar de cuidados. Porque cuidar no es solo asistir a quien lo necesita físicamente: es acompañar, mirar, escuchar, reconocer la presencia del otro. Y eso exige profesionales formados, recursos suficientes y una red pública sólida y bien coordinada.

La Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia nació con la vocación de garantizar derechos, pero aún hay demasiadas vidas invisibles que quedan fuera de su alcance. Es imprescindible ampliar su cobertura y agilizar los procedimientos para que llegue también a quienes, aun sin una gran dependencia física, viven en una situación de aislamiento continuado o de abandono emocional, donde la falta de vínculo y de apoyo cotidiano se convierte en una forma silenciosa de vulnerabilidad.

Reconocer el desamparo relacional como un factor de riesgo social y sanitario debería

traducirse en nuevas categorías de atención dentro del sistema de dependencia, que permitan acompañar, visitar y ofrecer soporte humano a quienes viven recluidos, sin red familiar ni comunitaria. Los servicios de ayuda a domicilio, teleasistencia y atención de proximidad pueden y deben evolucionar hacia un modelo más humano, centrado en el vínculo y no solo en la tarea.

El aislamiento social debe abordarse desde la salud pública, la política social y también desde la conciencia ciudadana. La detección temprana, como propone CEOMA, en la atención primaria de salud, puede ser una herramienta valiosa, pero no suficiente si no se articula con una respuesta integral y sostenida.

El hombre hallado en Valencia no murió solo un día: murió un poco cada día durante quince años, mientras su ausencia se confundía con el ruido del mundo. Su historia nos interpela, nos obliga a mirar hacia dentro y preguntarnos cuántas personas a nuestro alrededor están viviendo ese mismo vacío.

Ser humanos implica cuidar. Implica estar. No hay tecnología, política ni institución que sustituya el gesto simple de interesarse por el otro. Si queremos evitar que se repitan tragedias como esta, debemos volver a tejer comunidad, volver a reconocernos en los demás. Quizá el mejor homenaje que podemos ofrecer a quien murió en aislamiento sea no permitir que haya una próxima vez. Porque ninguna sociedad puede considerarse verdaderamente avanzada si no es capaz de proteger, acompañar y llorar a sus propios miembros.

Compartir piso ya no es solo cosa de estudiantes. El Gobierno de Canarias impulsa un modelo de convivencia que une a dos generaciones con necesidades diferentes pero complementarias: jóvenes con dificultades para acceder a una vivienda y mayores que buscan compañía frente a la soledad no deseada.

La iniciativa, inspirada en experiencias ya consolidadas en otras regiones de España y Europa, propone algo más que dividir gastos: crear hogares donde se compartan experiencias, apoyo mutuo y valores de solidaridad.

«No es una solución a los problemas estructurales de las Islas, pero sí una alternativa para afrontar la falta de vivienda

Podemos hacerlo

mejor… Si nos ayudas

ELa lucha en Canarias con la soledad no deseada comienza compartiendo piso

y la soledad creciente en las personas mayores», explica Itahisa Hernández, del equipo Agenda 2030 de IRLab, responsable del proyecto.

Según el Instituto Nacional de Estadística, el 17 por ciento de la población canaria tiene más de 65 años, una cifra que alcanzará el 20 % en la próxima década con la jubilación de la generación del baby boom.

El programa será ejecutado por Provivienda, ONG con experiencia en vivienda social y más de 10.000 alojamientos gestionados en España.

Su elección responde tanto a su capacidad técnica como a la ausencia de una

normativa específica sobre el alquiler de habitaciones en el país. Antes de comenzar, ambas partes participarán en talleres sobre convivencia, resolución de conflictos y tolerancia. Durante el proceso, un equipo especializado garantizará el acompañamiento y seguimiento del proyecto.

«Queremos que esta iniciativa tenga continuidad, que se evalúe su impacto y sirva para mejorar futuras ediciones», señala Hernández.

Si los resultados son positivos, el modelo se extenderá progresivamente al resto del archipiélago, consolidando una nueva forma de entender el hogar: más solidaria, más humana y abierta al diálogo entre generaciones.

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AGENDA 1

Festival Keroxen

HASTA 28.NOV.25

Espacio Cultural El Tanque

El inmenso tanque de petróleo, convertido en depósito de arte y cultura y símbolo de la capital como espacio abierto a las artes y músicas contemporáneas, es nuevamente la sede del Keroxen, que en su edición de 2025 promete nuevas experiencias sonoras y visuales. Más de 30 de propuestas y 15 países que incluyen músicas populares y nuevos géneros para descubrir. Una nueva entrega que se verá salpicada por performances, artes escénicas, videoarte, residencias artísticas, exposiciones e instalaciones. Iniciativas que complementan la actividad de un festival que se supera tanto en calidad como en diversidad de contenidos, conformando una nueva edición que continúa su ascendente trayectoria de superación, revelándose además como un referente en cuanto a seriedad en el circuito de festivales gracias a su compromiso constante con las artes y la cultura.

El 25 de octubre será la saxofonista grancanaria Alba Gil Aceytuno quien dé inicio a una jornada en la que también veremos dos propuestas estadounidenses, los glitches bailables de NAH y el proyecto Only Now de Kush Arora. Además del regreso de los colombianos Chúpame el Dedo a Tenerife y la samba histriónica de los italianos Ninos du Brasil. El 31 de octubre abrirán las puertas del Espacio Cultural el Tanque, Roberto Maqueda y Fabrizio di Salvo y continuarán GAF y la Estrella de la Muerte. La propuesta coreana TUHO con Kim Min Young y Dea Woon Kang y un espectáculo expansivo a cargo de Los Voluble, que regresan a Santa Cruz de Tenerife.

El 8 de noviembre será la folkadelia de Paul Pérrim la que dé el pistoletazo de salida en la cuarta jornada de Keroxen 2025. Una velada en la que se podrá disfrutar del espectáculo interdisciplinar Sombra Blanca creado para ser interpretado en El Tanque. El 15 de noviembre comenzará con la fusión de sonidos de oriente medio a cargo del dúo palestino formado por Maya Al Khaldi & Sarouna y Dina Mimi y continuará con la performance sonora de la artista peruana Ale Hop y la argentina Tatiana Heuman, acompañadas de la brasileña VAHN en los visuales.

Mark Padmore y Andrew West

28.NO.2025/ 19,30 HORAS.

Auditorio de Tenerife (Sala de Cámara)

Ópera de Tenerife presenta el recital de lied a cargo de Mark Padmore, tenor, y Andrew West, pianista. Ambos artistas británicos ofrecerán un programa con composiciones de Clara y Robert Schumann, Johannes Brahms y Franz Schubert.

El lied, esta manera de componer musicalizando poemas, habitualmente de poetas del Romanticismo alemán, es una de las formas más íntimas de la música vocal. Este programa que ofrecen Padmore y West recorre un siglo de poesía para voz y piano compuesta por autores alemanes y austriacos. El recital comenzará con los Schumann, con piezas como Yo estaba inmerso en sueños oscuros y El juglar, dando a paso Brahms, con lieder como Todas las flores miran. entre otros.

Los mayores de La Laguna celebran su papel activo en la sociedad con una jornada de encuentro y convivencia

Más de un millar de personas participan en el XXVII Encuentro Anual en Las Mantecas, impulsado por el Ayuntamiento y las asociaciones vecinales

Uln millar de personas mayores del municipio de La Laguna se han dado cita en el XXVII Encuentro Anual de Mayores, una jornada festiva que cada año gana en participación y arraigo en el Parque Tecnológico de Las Mantecas. promovido por la Concejalía de Bienestar Social del Ayuntamiento de La Laguna junto al Servicio de Dinamización Sociocultural y Envejecimiento Saludable de la empresa pública Muvisa, ha reunido a representantes de las 39 asociaciones de mayores del municipio, llegados de todos los barrios y pueblos laguneros.

El evento, promovido por la Concejalía de Bienestar Social del Ayuntamiento de La Laguna junto al Servicio de Dinamización Sociocultural y Envejecimiento Saludable de la empresa pública Muvisa, ha reunido a representantes de las 39 asociaciones de mayores del municipio, llegados de todos los barrios y pueblos laguneros.

Este año, atendiendo a las sugerencias de los propios colectivos, el encuentro se ha trasladado al horario de mañana, permitiendo una mayor comodidad y participación.

Celebrar, compartir y visibilizar

La cita ha contado con un amplio programa de actividades, diseñado para ofrecer momentos de encuentro, convivencia y diversión, sin perder de vista la importancia de fomentar el envejecimiento activo y luchar contra la soledad no deseada.

Entre los momentos más destacados, se han realizado reconocimientos a las asociaciones participantes, se han distribuido picnics individuales adaptados a las necesidades de cada persona y se ha creado un espacio para compartir

experiencias, reforzar la red comunitaria y dar voz a las demandas del colectivo.

La música ha sido también protagonista con las actuaciones de Josefina Alemán, que emocionó al público con sus espectáculos Historias de un amor y México, amo tu nombre, y el grupo Los Cantadores, que ofreció un repertorio especialmente dedicado a los mayores.

Una cita para escuchar y valorar

El acto inaugural contó con la presencia del alcalde, Luis Yeray Gutiérrez, acompañado por la concejala de Bienestar Social, María Cruz, otros miembros del consistorio y la consejera del Cabildo de Tenerife, Blanca Pérez.

Durante su intervención, el alcalde recordó que este encuentro es “uno de los días más importantes del año para visibilizar el papel fundamental que nuestros mayores desempeñan en nuestra sociedad. Es una jornada de celebración, pero también de escucha activa, donde recogemos sus propuestas y necesidades”.

Mucho más que una fiesta

El Encuentro Anual de Mayores es más que un evento festivo: es un reflejo del compromiso de La Laguna con una sociedad inclusiva, intergeneracional y participativa. Espacios como este ayudan a construir comunidad, combatir el aislamiento y promover una visión positiva del envejecimiento.

Desde el Ayuntamiento se insiste en la importancia de seguir apostando por políticas públicas que fomenten la autonomía, la salud emocional y la participación de las personas mayores en todos los ámbitos de la vida social.

Canarias atiende a 20.000 personas más en situación de dependencia y reduce a la mitad el “limbo” administrativo en dos años

El Gobierno de Canarias ha dado un salto cualitativo en la atención a la dependencia durante los dos primeros años de legislatura. Con una apuesta decidida por la mejora de la gestión, el refuerzo de personal y la entrada en vigor del nuevo decreto de Dependencia, el Archipiélago ha duplicado el número de personas atendidas, reducido tiempos de tramitación y superado ampliamente los resultados obtenidos en la legislatura anterior.

La consejera de Bienestar Social, Igualdad, Juventud, Infancia y Familias, Candelaria Delgado, acompañada por la directora general de Dependencia, Concepción Ramírez, ofreció recientemente un balance del sistema y anunció nuevas medidas como la firma del contrato de teleasistencia avanzada, que beneficiará a más de 20.000 personas y supondrá un importante salto tecnológico en la atención a las personas en situación de dependencia.

El sistema de Dependencia en Canarias suma 20.000 personas más atendidas y reduce un 50 % los casos sin prestación asignada

Un sistema más justo, ágil y eficaz

“Los datos son claros: hemos superado en dos años todos los registros alcanzados en la legislatura anterior. Esto se traduce en casi 20.000 personas más con su derecho reconocido y atendido, y en miles de familias que hoy tienen una respuesta que antes no tenían”, subrayó Delgado.

El Gobierno ha reforzado el personal con casi 500 nuevos profesionales y ha reordenado la estructura administrativa para dar respuesta a una realidad compleja. “No se trata solo de números: hablamos de personas, de su dignidad y de su derecho a ser atendidas sin demoras injustificadas”, añadió la consejera.

Uno de los hitos de esta transformación ha sido la puesta en marcha de un servicio específico de información telefónica dirigido a las personas que, aun teniendo derecho reconocido, no han activado su prestación. Según datos del IMSERSO, 12.691 personas se encuentran en esa situación por causas no imputables a la administración.

Teleasistencia avanzada para más de 20.000 personas

mayores o con dependencia, facilitando un entorno más seguro y reduciendo el riesgo de situaciones de aislamiento o emergencia.

Reducción drástica de los plazos

Gracias al nuevo decreto y a la simplificación de trámites, el tiempo medio de resolución del Programa Individual de Atención (PIA) ha bajado a 478 días, frente a plazos mucho más prolongados al inicio de la legislatura. En islas como Fuerteventura, El Hierro o La Gomera, ya se ha logrado el objetivo legal de los 180 días desde la solicitud hasta la resolución.

Asimismo, el llamado “limbo de la dependencia” —personas con grado reconocido pero sin PIA asignado— se ha reducido a 6.386 casos, menos de la mitad que al inicio de la legislatura. Esta mejora ha sido posible gracias al trabajo de regularización de más de 8.000 solicitudes antiguas y al incremento del personal técnico.

Un esfuerzo económico desigual

En la rueda de prensa, la consejera recordó que el Gobierno de España solo financia el 22% del sistema de dependencia en Canarias, cuando la Ley 39/2006 establece un principio de corresponsabilidad del 50%. El resto —un 78%— lo asumen el Gobierno autonómico y los cabildos insulares. “Esta falta de financiación estatal genera desigualdades entre comunidades y limita la capacidad de seguir reduciendo tiempos de espera”, explicó.

Compromiso con una atención digna

Casi 20.000 personas más reciben atención gracias a la reestructuración del sistema y al nuevo decreto

Entre las novedades más destacadas figura la implantación del nuevo sistema de teleasistencia avanzada, que permitirá un seguimiento más estrecho y personalizado a través de tecnologías como la inteligencia artificial, el Internet de las Cosas y plataformas de gestión de datos en tiempo real.

Este servicio contribuirá a mejorar la calidad de vida de miles de personas

El Ejecutivo autonómico reitera su compromiso con una dependencia digna, ágil y centrada en las personas. La mejora de los indicadores, la reducción de los plazos y la implantación de herramientas tecnológicas son muestras de una transformación estructural profunda. “Estamos demostrando que una administración eficaz y comprometida puede cambiar vidas. La dignidad y los derechos de las personas en situación de dependencia son una prioridad para este Gobierno”, concluyó Delgado.

“Trabajar con personas mayores es gratificante. Ayudas, acompañas y creces también como persona”

Carolina Rodríguez Abad, responsable de Recursos Humanos de Grupo M

Durante casi tres años, la responsable de Recursos Humanos de Grupo M ha sido testigo directo del crecimiento de esta entidad, que ha pasado de contar con poco más de sesenta trabajadores a más de doscientos en la actualidad. Con experiencia previa en la administración pública, asumió el reto de dirigir un departamento en expansión en un sector tan humano como exigente: la atención a personas mayores y dependientes. En esta entrevista con Canarias Social, repasa su trayectoria, los perfiles que más demanda el servicio, el proceso de selección y la filosofía que define el trabajo en Grupo M.

¿Dónde trabajabas antes de incorporarte a la empresa?

Justo antes estaba en el Ayuntamiento de La Guancha.

¿Cómo fue el cambio y por qué decidiste incorporarte al equipo?

Fue una sorpresa. Un compañero me comentó que estaban buscando personal para el departamento de Recursos

Humanos. Yo ya había trabajado en el área, pero nunca lo había llevado sola, así que lo vi como un reto. Cuando vine a la entrevista lo planteé abiertamente: no había dirigido un departamento por mi cuenta. No les importó y me contrataron. En aquel momento éramos apenas 62 personas; hoy somos 224.

¿Cómo es el proceso de selección para quienes trabajan directamente con personas? ¿Qué factores tienen en cuenta?

El proceso de selección, sobre todo para el personal de atención directa, lo hacemos junto con las coordinadoras. Antes yo entrevistaba a todos los candidatos buscando un perfil muy profesional, con currículum y formación. Sin embargo, no siempre funcionaba. Las coordinadoras, que son trabajadoras sociales, tienen mucho ojo.

Ellas son quienes tratan a diario con las auxiliares y saben si una persona tiene ganas, si encajará en el turno o si va a funcionar. Por eso acordamos que ellas hagan la primera entrevista y después yo

realizo la segunda, más técnica y profesional. Si la persona no tiene formación, le explico que debe completarla en un plazo de tres meses, y que la empresa puede financiarla. Es un trabajo en equipo entre coordinación y Recursos Humanos.

¿Cuál es el perfil de personas que suelen incorporarse al equipo?

El perfil principal suele ser el de personas migrantes, porque a menudo no tienen la formación homologada en España.

Muchas han trabajado de manera informal cuidando a personas mayores y cuentan con experiencia práctica. A veces sí tienen formación en su país, pero no la homologación.

También hay otro perfil creciente: personas que, tras años en otros sectores, deciden reorientar su vida. Hace poco contratamos a una mujer que había sido peluquera toda la vida; después de la pandemia se tituló en atención sociosanitaria y ahora está encantada. Lo mismo ocurre con personas que venían de la

hostelería o el comercio y buscan un cambio profesional estable y humano.

¿Qué le dirías a alguien que no conoce el Servicio de Atención a Domicilio (SAT) para animarle a trabajar en él?

Que si le gusta trabajar con personas mayores, este es un empleo muy gratificante. No solo haces tu trabajo y cobras por ello: ayudas a los demás y acompañas a quienes más lo necesitan, muchas veces en su soledad. Es un trabajo que te aporta mucho a nivel humano.

En tu caso, ¿también has trabajado en atención directa?

Sí, cuando era más joven trabajé en el Ayuntamiento de Icod. Después hice

el curso sociosanitario y colaboré en la atención a personas mayores. Lo peor para mí era ver la soledad de muchos ancianos. Duele ver a personas que tienen familia pero siguen solas. Esa experiencia me ayudó a comprender mejor a las auxiliares y a detectar quién realmente tiene vocación para este trabajo.

Has visto crecer a Grupo M de 60 a más de 200 trabajadores. ¿Cómo ha sido asumir esa responsabilidad y vivir ese crecimiento?

Cuando me entrevistaron, me dijeron que la empresa iba a crecer, pero no imaginé que tanto y tan rápido. Ha sido un proceso muy bonito. No solo ha crecido la empresa, también yo a nivel profesio-

nal. De no haber llevado nunca un departamento, pasé a gestionarlo con cientos de empleados. He aprendido muchísimo, siempre con apoyo de asesorías y, desde abril, con un compañero que me ayuda. Ha sido un crecimiento constante, tanto personal como colectivo.

La demanda de atención a mayores sigue aumentando. ¿Cómo valoras el papel de Grupo M en este contexto?

Grupo M realiza una labor que va más allá de lo que le corresponde legalmente. Siempre ha estado apoyando, buscando el bien de las personas mayores y de las familias. Es una empresa que se implica más de lo que le exige la norma, y eso la distingue.

ENTREVISTA | Dra. Alejandra González

“Quería que mi padre mantuviera su vida: su café, su periódico, su paseo de siempre”

La doctora Alejandra González es ginecóloga en el HUC. Hija de Faustino González Gómez, diagnosticado de Alzheimer en 2015 y usuario del Servicio de Ayuda a Domicilio de Grupo M en Tenerife, ha compatibilizado su carrera con los cuidados de sus padres. En esta conversación repasa su trayectoria profesional, la decisión de regresar a la isla tras trabajar en Madrid y el proceso —duro y lleno de aprendizajes— de organizar apoyos para que su padre pudiera seguir viviendo en casa.

¿Cómo ha influido su vida personal y profesional en el cuidado de sus padres?

Sí, nací aquí y me formé en el Hospital Universitario de Canarias, donde trabajo desde hace más de dos décadas. Mi carrera ha sido estable, pero mi vida personal cambió por completo con la enfermedad de mi padre.

Alrededor de 2015 empezamos a notar que algo no iba bien. Mi madre fue la primera en advertirlo: me decía que mi padre estaba diferente, más despistado,

menos organizado. Al principio pensé que era el cansancio o la edad. Como médica, cuesta aceptar que algo grave puede estar ocurriendo en tu propia familia. Cuando el neurólogo confirmó el diagnóstico de Alzheimer, sentí que el suelo se movía. No era una enfermedad más; era un proceso largo, cruel y lleno de incertidumbre.

¿Cómo reaccionaron como familia?

Mi madre y yo lo asumimos juntas. Ella era una mujer fuerte, pero muy

sensible, y al principio intentó ocultarlo para protegernos. Cuando aceptamos la realidad, supimos que había que tomar decisiones. La primera fue mantenerlo en casa. Nunca contemplamos llevarlo a una residencia. Mi padre siempre fue un hombre activo, sociable, de rutinas fijas: su paseo, su café, su periódico. Desarraigarlo habría sido devastador.

¿Cómo fue ese proceso de organizar los cuidados?

Al principio pensábamos que podríamos con todo, pero enseguida nos dimos cuenta de que no. Yo trabajaba con guardias, operaciones, horarios irregulares; mi madre tenía ya problemas de salud. Lo primero fue buscar apoyo nocturno, alguien que durmiera en casa para estar pendiente si se levantaba. Después contratamos ayuda durante el día. Queríamos a alguien que no solo limpiara o cocinara, sino que acompañara: que lo sacara a la calle, que mantuviera su vida cotidiana.

¿Cómo evolucionó la enfermedad?

Fue un proceso lento, con altibajos. Mi padre conservó la movilidad y el habla durante muchos años. Podía caminar, conversar, reír. Después, poco a poco, fue perdiendo la orientación y el lenguaje. Tras la muerte de mi madre, en 2024, su deterioro se aceleró. Hoy ya no habla, pero se comunica con gestos y sonidos. Lo más importante es que aún siente, reconoce la cercanía, responde al afecto. Has mencionado la importancia de mantener rutinas. ¿Por qué son tan decisivas?

Porque la rutina es lo último que se pierde. Las personas con Alzheimer necesitan anclas: los gestos, los horarios, los objetos que les dan seguridad. Mi padre tenía su ritual diario: cepillarse los dientes, vestirse, tomar su café en el mismo bar, comprar el periódico. Si lo manteníamos, su ansiedad disminuía. Pequeños detalles que sostienen el vínculo con la realidad.

¿Cómo encontraste el apoyo profesional adecuado?

Al principio, como muchas familias, tiramos de conocidos. Pero pronto entendí que hacía falta profesionalización. La empleada doméstica tradicional no está preparada para manejar conductas

derivadas de la demencia: la confusión, los miedos, la desorientación, incluso episodios de agresividad. Fue entonces cuando descubrimos el Servicio de Ayuda a Domicilio de Grupo M, y ahí todo cambió.

¿En qué sentido?

En que el SAD nos dio estructura. No solo cuidaban de mi padre: nos cuidaban a todos. Las profesionales sabían cómo actuar ante cada situación, cómo tranquilizarlo, cómo prevenir fugas o caídas, cómo mantener la higiene sin invadir su dignidad. También nos enseñaron a nosotras a convivir con la enfermedad. Esa formación y acompañamiento marcan la diferencia.

¿Qué valoras más del Servicio de Ayuda a Domicilio?

La humanidad. Son personas con vocación, preparadas y empáticas. Mi padre necesitaba alguien que lo tratara como

Los profesionales del SAD son personas con vocación, preparadas y empáticas. Mi padre necesitaba alguien que lo tratara como lo que es: una persona que aún siente, que aún quiere participar de la vida.

lo que es: una persona que aún siente, que aún quiere participar de la vida. El SAD permitió que siguiera siendo él, con su paseo, su café, su sonrisa. Además, la coordinación con el equipo médico y con la familia fue excelente.

Cada visita era también una dosis de tranquilidad para mí.

¿Cómo fue el equilibrio entre tu rol profesional y tu papel de hija cuidadora?

Difícil. Ser profesional médico te da herramientas para entender, pero también te hace más exigente contigo misma.

Intentas anticiparte a todo, controlar lo incontrolable. Pero el Alzheimer no se combate con ciencia, sino con paciencia. Aprendí a separar roles: como profesional, podía analizar; como hija, solo acompañar. Y entendí que no se trata de curar, sino de estar presente.

¿Qué papel jugó tu madre en esa etapa?

Mi madre fue el pilar. Durante años se volcó por completo, incluso cuando su salud empezó a resentirse. Fue ella quien organizó, quien sostuvo emocionalmente a la familia. Pero el Alzheimer de mi padre la desgastó mucho. Vivió con miedo: miedo a que él se escapara, a que se hiciera daño, a no poder más. Cuando murió, él aún entendía que faltaba algo. Creo que parte de su luz se apagó entonces.

¿Qué aprendiste de esa experiencia?

Que cuidar a alguien con Alzheimer es un acto de amor, pero también una prueba de resistencia. Nadie debería afrontarlo solo. Necesitamos redes de apoyo, formación y reconocimiento para las familias cuidadoras. También aprendí que la dignidad no está en las grandes decisiones, sino en los pequeños gestos: en mantener la rutina, en respetar sus tiempos, en no infantilizarlos.

¿Qué mensaje enviarías a otras familias que inician este camino?

Que pidan ayuda desde el principio. Que no esperen a colapsar. Que confíen en los profesionales y que entiendan que aceptar apoyos no es rendirse, es cuidar mejor. Que la rutina, la seguridad y el acompañamiento profesional son las tres claves para conservar la calidad de vida. Y que, pese al dolor, hay espacio para la ternura, para las risas, para seguir encontrando sentido.

Después de todo lo vivido, ¿qué te queda?

Me queda la serenidad de saber que hicimos lo mejor que pudimos. Que mi padre ha vivido rodeado de cariño y respeto. Y que, gracias al Servicio de Ayuda a Domicilio, ha podido permanecer en casa, con su historia, su entorno y su memoria, aunque la suya ya no esté completa. Lo esencial es eso: seguir siendo, seguir estando, seguir acompañado.

La microbiota es una gran aliada para tu salud y la Dieta Mediterránea puede ayudarte a cuidarla

La pérdida de diversidad microbiana en el intestino, asociada a enfermedades como la obesidad y la diabetes, puede revertirse mediante intervenciones dietéticas específicas. Investigadores y clínicos destacan el papel de la Dieta Mediterránea como estrategia eficaz para modular la microbiota y prevenir patologías vinculadas al estilo de vida.

La microbiota intestinal, ese vasto ecosistema microscópico que habita en el tubo digestivo humano, desempeña un papel determinante en la homeostasis del organismo. Su influencia se extiende mucho más allá del aparato digestivo: regula la actividad del sistema inmunitario, interviene en el metabolismo energético, modula la respuesta inflamatoria y participa activamente en la comunicación bidireccional entre el intestino y el cerebro.

Esta visión integral fue desarrollada por el Dr. Francisco Tinahones, catedrático de Medicina en la Universidad de Málaga y jefe del grupo CIBEROBN en el Hospital Virgen

de la Victoria, durante el taller “Prevenir enfermedades con sabor: el poder de la Dieta Mediterránea”, celebrado en el marco del 47º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), en Granada.

La pérdida de biodiversidad microbiana

Según explicó el Dr. Tinahones, la diversidad microbiana del intestino humano —considerada un marcador fundamental de salud metabólica— se ha reducido drásticamente en las últimas décadas. Entre las principales causas señaló

la excesiva asepsia en los entornos urbanos, el uso indiscriminado de antibióticos, la reducción del contacto con la naturaleza y la uniformización de la dieta occidental, cada vez más pobre en fibra y compuestos bioactivos.

“Vivimos en una sociedad en la que hemos eliminado buena parte del contacto con los microorganismos ambientales con los que coevolucionamos durante milenios. Esa pérdida de biodiversidad, tanto externa como interna, está modificando profundamente nuestra fisiología”, advirtió el especialista.

Esta disminución de la riqueza microbiana intestinal — proceso conocido como disbiosis— se ha vinculado con un mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas no transmisibles, entre ellas la obesidad, la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares, e incluso determinados trastornos autoinmunes y neurodegenerativos.

Nutrir el microbioma

La composición y funcionalidad de la microbiota intestinal son modulables. El Dr. Tinahones subrayó que la alimentación representa la vía más eficaz y sostenible para favorecer su equilibrio. En este contexto, destacó el papel de los prebióticos, componentes no digeribles de los alimentos —principalmente fibras y oligosacáridos— que sirven de sustrato a las bacterias beneficiosas del colon.

“En la actualidad, los efectos clínicos de los prebióticos son más consistentes y reproducibles que los observados con algunos probióticos comerciales. Favorecen el crecimiento selectivo de cepas bacterianas productoras de ácidos grasos de cadena corta, como el butirato, que ejerce potentes efectos antiinflamatorios y metabólicos”, explicó el investigador.

El butirato, junto con el propionato y el acetato, es uno de los principales metabolitos derivados de la fermentación bacteriana de la fibra dietética. Estas moléculas actúan como mensajeros bioquímicos que refuerzan la integridad de la barrera intestinal, modulan la expresión génica en el epitelio y regulan la sensibilidad a la insulina.

Entre los patrones alimentarios analizados, la Dieta Mediterránea fue presentada como paradigma nutricional para mantener un microbioma diverso y resiliente. Basada en el consumo habitual de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos, aceite de oliva virgen extra y pescado azul, esta dieta combina una elevada densidad nutricional con una riqueza extraordinaria en polifenoles y fibra fermentable.

Los polifenoles —abundantes en alimentos como el aceite de oliva, el vino tinto, las nueces o los cítricos— poseen una doble función: actúan como antioxidantes naturales y como moduladores selectivos del ecosistema intestinal, estimulando el crecimiento de especies beneficiosas como Faecalibacterium prausnitzii o Bifidobacterium adolescentis.

El Dr. Vicente Martín, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad de León y miembro de la Junta Directiva de SEMERGEN, señaló que “la combinación sinérgica de distintos nutrientes con capacidad prebiótica presentes en la Dieta Mediterránea podría explicar buena parte de sus efectos protectores frente a enfermedades crónicas metabólicas e inflamatorias”.

Más allá de la dieta

Ambos expertos coincidieron en que el mantenimiento de un microbioma saludable exige una visión holística del estilo de vida. La práctica regular de actividad física moderada, la ingesta adecuada de agua, el descanso reparador, la reducción del estrés y la limitación del consumo de ultraprocesados y azúcares refinados son factores esenciales para preservar la estabilidad del ecosistema intestinal.

“La microbiota responde a patrones globales, no a intervenciones aisladas. No basta con tomar un suplemento o consumir un alimento funcional; se trata de sostener hábitos coherentes con nuestra biología”, recalcó el Dr. Tinahones.

Un órgano invisible con múltiples funciones

Las investigaciones más recientes confirman que la microbiota intestinal constituye un auténtico órgano metabólico. Se estima que alberga más de 100 billones de microorganismos pertenecientes a unas 1.000 especies bacterianas distintas, cuyo material genético —el microbioma— supera en más de 100 veces al del genoma humano.

Además de su papel en la digestión de nutrientes complejos, la microbiota participa en la síntesis de vitaminas esenciales (como la K o las del grupo B), la producción de neurotransmisores (entre ellos serotonina, dopamina y GABA) y la regulación de los ejes intestino-cerebro y intestino-hígado. Este conjunto de funciones convierte al microbioma en un actor decisivo en el equilibrio emocional, la inmunidad y la salud metabólica.

Medicina preventiva y salud pública: proteger lo invisible

Comprender y proteger la microbiota intestinal constituye hoy una de las líneas estratégicas más prometedoras en el ámbito de la medicina preventiva y la salud pública. Los patrones dietéticos de base vegetal y alto contenido en fibra —como la Dieta Mediterránea— ofrecen una herramienta terapéutica eficaz, accesible y sostenible, capaz de reducir la incidencia de patologías asociadas al estilo de vida moderno.

En palabras del Dr. Martín, “la microbiota representa un nuevo paradigma en la comprensión de la salud humana. Cuidarla no es una moda, sino una necesidad biológica y un compromiso con las generaciones futuras”.

La prevención de la Dependencia y evitar deterioro físico y cognitivo puede ser parte de la elección de la persona usuaria

El ecosistema invisible que protege nuestra salud desde dentro

EEl cuerpo humano no está compuesto solo por células humanas. De hecho, alberga una comunidad inmensa y compleja de microorganismos —principalmente bacterias, pero también virus, hongos y arqueas— que viven en simbiosis con nosotros. A este conjunto se le denomina microbiota, y cada vez está más claro que su papel es mucho más relevante de lo que se pensaba hace apenas unas décadas.

La microbiota intestinal, situada principalmente en el colon, es

la más abundante y activa del cuerpo. Se estima que está formada por más de 1.000 especies diferentes y que puede pesar entre 1 y 2 kilos. Esta “población microbiana” realiza funciones imprescindibles para el organismo: ayuda a digerir alimentos que no podríamos descomponer por nosotros mismos, produce vitaminas del grupo B y vitamina K, participa en el desarrollo del sistema inmunitario y actúa como una barrera frente a microorganismos patógenos.

Un órgano olvidado que ahora está en el centro

Aunque la microbiota no es un órgano en el sentido clásico, muchos científicos ya la consideran como tal debido a su actividad metabólica y su influencia en otros sistemas del cuerpo. “El microbioma humano —es decir, el conjunto del material genético de todos estos microorganismos— es 150 veces más amplio que el genoma humano”, explican desde el ámbito científico.

Este ecosistema invisible también mantiene una comunicación constante con el cerebro a través del llamado eje intestino-cerebro.

Existen evidencias de que un desequilibrio en la microbiota podría estar relacionado con trastornos como la depresión, la ansiedad o incluso enfermedades neurodegenerativas.

La microbiota ya no es una simple curiosidad científica: es un factor determinante en nuestra salud global. Cuidarla desde la alimentación y el estilo de vida no es solo una tendencia, sino una estrategia basada en evidencia para prevenir enfermedades y mejorar la calidad de vida. Como dice el refrán, “somos lo que comemos”, pero también somos lo que nuestras bacterias comen.

¿Qué altera

la microbiota?

El equilibrio de la microbiota —denominado eubiosis— puede verse alterado por diversos factores:

Uso excesivo de antibióticos, que elimina no solo bacterias patógenas, sino también las beneficiosas.

Dietas pobres en fibra y ricas en ultraprocesados, que favorecen el crecimiento de bacterias perjudiciales.

Estrés crónico, que influye negativamente en la permeabilidad intestinal.

Cómo cuidar la microbiota

Falta de contacto con la naturaleza, lo que reduce la exposición a microorganismos ambientales beneficiosos.

Contaminación ambiental y sedentarismo, que también han mostrado impactos negativos.

Cuando ocurre un desequilibrio, se produce lo que se conoce como disbiosis, y con ella pueden surgir síntomas como hinchazón, digestiones pesadas, infecciones frecuentes o intolerancias alimentarias. A medio y largo plazo, la disbiosis se ha vinculado con enfermedades inflamatorias intestinales, obesidad, síndrome metabólico, enfermedades autoinmunes e incluso ciertas alergias.

Aunque cada microbiota es única —como una huella dactilar—, existen recomendaciones generales para mantenerla en buen estado:

Seguir una dieta rica en alimentos frescos y naturales: frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos y aceite de oliva virgen extra.

Evitar los productos ultraprocesados, el exceso de azúcar, grasas trans y aditivos artificiales.

Consumir alimentos con fibra (como avena, lentejas, alcachofas o plátano verde) que actúan como prebióticos, alimentando las bacterias beneficiosas.

Incluir alimentos fermentados naturales (como el yogur sin azúcar, el kéfir o el chucrut), que aportan microorganismos vivos o probióticos.

Hacer ejercicio físico de forma regular, ya que la actividad favorece la diversidad microbiana.

Dormir bien y reducir el estrés, factores que también afectan al equilibrio intestinal.

En los últimos años, la microbiota se ha convertido en un campo emergente dentro de la medicina personalizada. Algunos estudios ya exploran el uso de trasplantes fecales, moduladores de microbiota y dietas específicas para tratar enfermedades intestinales, metabólicas o incluso mentales. La medicina del futuro podría contemplar intervenciones dirigidas a reprogramar el microbioma de cada paciente para mejorar su estado de salud, su respuesta a fármacos o su predisposición genética a ciertas enfermedades.

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