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El municipio. Paseo por la historia
II Cuadros
El municipio Paseo por la historia
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La historia no sirve tanto para conocer el pasado cuanto para comprender el futuro.
(Moses Finley)
PASEO POR LA HISTORIA
La abundante documentación disponible obliga a ser muy selectivo en este paseo por la historia. Se trata de desbrozar un aluvión de informaciones diseminadas en todo tipo de publicaciones, de tal modo que los árboles no nos impidan ver el bosque.
La variedad de temas que abarca esta crónica implica una priorización de noticias, más que un acopio integral. No tendría sentido acometer aquí una historia al uso, con la secuencia temporal desde las primeras menciones de la prehistoria hasta la actualidad. Ese trabajo compete a los historiadores. Por el contrario, mi cometido es subrayar los más significativos hitos que atañen al territorio, en un esfuerzo de síntesis para el lector no especializado. En este viaje hay que deslindar noticias que se pretenden indiscutibles sin estar avaladas por una base documental de aquellas otras que superan este filtro, pues el problema de la historia es que se cuenta después de que ha pasado.
La leyenda e incluso la tradición oral tienen valor antropológico, pero no pueden ser consideradas como fuentes fiables. Incluso muchos documentos se han demostrado inexactos o radicalmente falsos, ya que escribir la historia no carece de tentaciones. Hay, incluso, quienes la reescriben, en función de sus ideologías o intereses.
Una de las dificultades para un ´paseo por la historia´ estriba en fijar, siquiera sea mentalmente, un “marco temporal”. En nuestro caso, la mayoría de las fuentes escritas corresponden cronológicamente a tres épocas diferenciadas:
• El entorno del cambio de milenio, con la formidable sacudida que supuso la caída de León, Santiago y otras ciudades cristianas en poder de Almanzor, cuando la reconquista ya se había asomado a las tierras del Duero. De estas fechas se conservan documentos en los archivos leoneses y asturianos, catedrales y monasterios, más las crónicas medievales, (Silense, Albeldense, Sampiro, Lucas de Tuy y otras) de desigual valor. Se acomete, además, la tarea repobladora, con el impulso de los reyes y monasterios, lo que da origen a muchos pueblos.
• La época de los Austrias, en cuyos reinados se reorganizan los archivos del Reino (Simancas, Archivo Histórico Nacional, Real Chancillería de Valladolid, etc.) y los Escribanos y Jueces dan fe de los más importantes acontecimientos de orden comarcal y local, a más de los Protocolos Notariales que multiplican la información.
• La etapa de la Ilustración, particularmente el Catastro del marqués de la Ensenada, en el siglo XVIII o el Diccionario de Pascual Madoz, en el XIX. Estos esfuerzos estadísticos ofrecen, sin duda, un gran caudal de información, aunque no puedan ser considerados como fuentes de absoluta fiabilidad, dado el empeño que pusieron los encuestados en falsear sus datos económicos, para mitigar la presión fiscal que iba a seguirse de ellos. Por otra parte, el retrato que ofrecen las encuestas es meramente estático y no evolutivo: como una placa de fotomatón, que no explica la vida y circunstancias de una persona. Recurriré a ellos, por lo tanto, con la prudencia que requieren.
Estos tres momentos históricos, solo escogidos entre otros posibles por contar con una mayor documentación escrita, pertenecen, por otra parte, a fechas “clave” de nuestra historia y por tanto son representativos. Un horizonte temporal que es múltiple y diverso, al cual resulta útil ceñirse, manteniendo en todo momento la perspectiva de que el viaje no será lineal, sino que dará “saltos” históricos de varios siglos. En estas tres etapas contamos, además, con diversos estudios modernos, que desbrozan el terreno bajo los criterios históricos más fiables. Para quienes deseen ampliar noticias sobre la organización territorial leonesa durante todo el periodo del medioevo recomiendo los volúmenes de “Fuentes y estudios de historia leonesa” y concretamente ´El Reino de León en la Edad Media´, vol. X, que el Dr. en Historia J. José Sánchez Badiola dedica a ´La Administración territorial durante la plena Edad Media (1037 – 1230)´
Con estas precisiones, el paseo al que invito a los lectores comenzará con las insignias propias del municipio, que lo individualizan.
Luego nos asomaremos a la antigüedad, donde se hará un inventario de pérdidas y pasaremos a analizar la configuración civil del territorio, desde la etapa medieval a la moderna.
Fue casi ayer, en términos históricos, cuando se constituyeron los modernos Ayuntamientos tal como ahora los conocemos y será en ese punto donde finalice nuestro recorrido.

LAS ENSEÑAS MUNICIPALES ESCUDO, BANDERA Y PENDONES
Como propugnaba Ortega y Gasset, los municipios deben tener una entidad poblacional y económica que les haga capaces de “emprender algo”. La preocupante atomización municipal de España es, cuando menos, un problema de difícil encaje. Hay 8.109 municipios en todo el país y en la provincia de León hasta 211. Su precaria condición biológica por el fenómeno migratorio hacia las ciudades y la falta de tejido empresarial irá contrayendo la población cada vez más, dentro de su ya raquítica realidad.
Además de una población suficiente, cuya cuantificación resulta opinable, pero que debería situarse en un mínimo de 2.000 habitantes (hay quien los lleva a 5.000) deben concurrir unos valores básicos para que la unidad municipal sea eficaz o, como dicen ahora, ´sostenible´, anotando la inconcreción y falta de contenido de este vocablo:
- Una unidad física, geográfica, un paisaje o una continuidad de paisaje. - Una tradición y una historia común. - Un cierto ensamblaje étnico. - Un vigoroso y expresivo movimiento comarcal, social, moral, espiritual. - Una viabilidad económica y ocupacional.
Felizmente, el municipio de Cuadros cumple, en principio, estos condicionantes.
En definitiva, como dijo Unamuno, una simbiosis de tierra, clima, historia y cultura, que configuren un “marco familiar”. Según la expresión de Caro Baroja una “patria-cuna”, o “patria chica”, que apuntó Gerald Brenan en su ´Laberinto español´.

Como elemento simbólico y diferenciador de un municipio figuran en cabeza sus enseñas, aunque, al decir del investigador Sánchez Badiola, el 90 % de nuestros símbolos es pura mitología. Alfonso VII el Emperador fue el primer rey que empleó la efigie de un león como enseña del reino, en una acuñación de moneda alrededor del año 1150, de donde pasó a insignia de la provincia. La Cruz de D. Pelayo, usada inicialmente por todos los reinos cristianos, quedaría en Asturias para identificar ese territorio. La misma bandera actual de España fue objeto de un concurso público, a finales del s. XVIII, cuando Carlos III la eligió, porque sus colores eran muy visibles en alta mar.
Estos elementos representativos de países, ciudades y municipios no son eternos, ni siquiera inmutables. Deben ser respetados, pero también desmitificados.
ESCUDO Y BANDERA
Para presentar el escudo municipal de Cuadros adopto la descripción del experto heraldista Pío Cimadevilla, en su obra ´Repertorio heráldico leonés´, (Tomo II, 1998).
Campo: Rectangular, tradicional español. Primer cuartel: Un león de púrpura armado, lenguado y uñado de gules Segundo cuartel: Un jaquelado de quince piezas, de las que ocho son de gules y siete son veros. Este cuartel guarda señales del episodio de la cesión real de Felipe IV a la familia de los Quiñones, por la quiebra de la Hacienda Real. Esta rama familiar obtuvo así el marquesado de Lorenzana, un hecho puntual del que el sentir vecinal siempre se consideró ajeno. Timbre: Corona real, cerrada.

Escudo y bandera del municipio de Cuadros
El diseño de la bandera sigue, como se ve, idénticas pautas que el segundo cuartel del escudo, manteniendo el león púrpura en el centro.

Pendones leoneses, junto a San Marcos (Grupo escultórico de M. Iribertegui, O. P.)
LOS PENDONES
Mozos hay, mozos hay, mozos hay en la Ribera, cuando llevan el pendón no hay viento que se lo mueva.
(Del cancionero tradicional)
Los pendones están de actualidad y muchos pueblos se afanan en “replicar” el suyo, si estaba perdido o en malas condiciones. Precisan, por ello, de una atención particular. Son enseñas similares a las banderas, que constan de una o varias piezas de tela, con un número variable de franjas de uno o varios colores, sujetas a un mástil. Los Pendones son emblemas propios de los Concejos, aunque también estuvieron ligados a las parroquias. Parecen tener su origen en el siglo XIV, cuando las Ciudades y Concejos los alzaban en la proclamación de cada nuevo rey, acompañados de votos de lealtad. Esta práctica no se documenta con seguridad hasta principios del siglo XVI, con motivo de la proclamación de la reina Juana I. Acompañarían también a las mesnadas que acudían en auxilio de los reyes en las campañas guerreras o a los señores feudales, en ocasiones con el ´apoyo´ de un santo o la misma intervención divina. En Europa los pendones eran habituales. Los vemos, por ejemplo, en los cuadros de Pieter Brueghel el Viejo, el gran pintor holandés nacido en 1525. Según sus pinturas, tienen una disposición similar a nuestras enseñas actuales y son representativos del antiguo sistema de vida flamenco y aún europeo.
Durante siglos nuestros pendones solo asisten a ceremonias o actos en que el Concejo tiene algo que ver. Dice, al efecto, Alejandro Valderas, que a finales del s. XVI los Concejos de ´Bernesga de Arriba´ y ´Bernesga de Abajo´ llevaban a San Isidoro la imagen de la Virgen de Santa María de Carvajal, junto con sus pendones, en casos de sequía extrema. Por eso, en estricto sentido histórico, los pendones son insignias propias de los Concejos, aunque posteriormente se hayan refugiado en las iglesias, sobre todo porque era el único local del pueblo en que podía caber su mástil, de cinco metros o más. Esta ubicación durante siglos los identificó con una cierta función eclesiástica, de manera que los párrocos terminaron por reclamar su propiedad. Pasaron a presidir las procesiones religiosas y celebrar las fiestas patronales en dos ocasiones solemnes: el patrón del pueblo y el día del Corpus. Este proceso arranca en plena Edad Moderna, a partir de las Constituciones Sinodales de Astorga (año de 1553), cuando se institucionaliza la fiesta de los pueblos en el día del Santo titular de su parroquia. En la actualidad se han incorporado a todo tipo de celebraciones festivas y turísticas. Han perdido la función militar que tuvieron en las Edades Media y Moderna, tras la creación de los ejércitos regulares, en el siglo XVIII, que han asumido como insignias las banderas.

Vuelo de pendones contra el cielo de Vallecillo (Rosa Ana Cobos)
Originalmente todos los pendones leoneses eran de color púrpura, (propio del Concejo de la ciudad de León, que también es el fondo de la bandera de la Corona de Castilla), y su paso al rojo es moderno, datando, probablemente, del s. XVII. Más adelante se fueron añadiendo otros colores, como el verde (quizás por su relación con la reconquista, pues el verde es el color del Islán) y el oro, que representa el premio a la victoria militar, además del culto al Sacramento. En todo caso, los pueblos tienden a considerar su pendón como una enseña privativa de comunidad, que los individualiza; un símbolo remoto de identidad.
El rojo y el verde son, por tanto, los colores preponderantes en los pendones leoneses, diferenciándose por otros matices: número de franjas, situación de los colores en las franjas, añadido de otros colores ocasionales, entre los cuales el dorado, el blanco, el azul o el violeta, tipo y color de los cordones y de las borlas, escudos u otras características. La mayoría, sin embargo, mantienen el rojo carmesí, que dio origen a su bandera provincial) y el verde, como sus dos colores preponderantes. Las diferencias en los actuales pendones se deben a circunstancias muy variadas: escasez de medios, decoloración de las telas por el paso del tiempo, el afán diferenciador o el deseo expreso de los donantes.
Se conservan en la provincia de León más de novecientos pendones, cuyo inventario y catalogación no está realizado en su totalidad, por increíble que parezca. Su alzado y desfilar es un frenesí del colorido. Del primitivo carmesí evolucionaron con nuevas franjas y colores, hasta alcanzar las nueve, aunque los más abundantes tienen cinco o siete.
SU ESQUEMA SERÍA EL SIGUIENTE:
Abatir el pendón.- Acrobacia que consiste en hacer descender el pendón hasta que su vara “besa” la de otro pendón. Es como un saludo o señal de respeto.
Arbolar (o enarbolar).- Acción de izar o levantar el pendón.… La mayoría adopta un formato rectangular, que se abre en dos puntas a los extremos. Queda, por tanto, recortado en el centro y en general consta de varias franjas horizontales. Excepcionalmente los hay con las franjas en vertical.
… Es habitual que entre las diversas franjas esté cosida una cenefa separadora de color dorado.
… Los pendones llevan unos cordones laterales, para sujetar la tela y dirigirla en dirección al viento que se llaman remos. Son imprescindibles para que los pendoneros puedan ayudar al portador a sujetarlo. Los cordones suelen ser de color dorado o rojo.
… Su confección suele ser en tela de seda adamascada y los bordados tienen la característica de la ropa litúrgica de Iglesia.
OTROS ELEMENTOS DESCRIPTIVOS
Mástil.- (Vara o Palo). Es de madera y lleva acanaladuras, para facilitar la sujeción. Su longitud supera siempre los cinco metros. En la parte superior del mástil, o “cimera”, se suelen colocar cintas de colores, ramos verdes o flores. En muchos lugares los párrocos exigen una cruz para aceptarlos en las procesiones.
Bordones o Guías.- Son dos cuerdas de seda roja o dorada, que sirven para guiar la tela del pendón, cuando hay viento.
Escudos y bordados.- Es raro que lleven bordados los pendones, pero en algunos casos introducen un elemento civil (v.g., castillo) o religioso (v.g., imagen de la Virgen)
Borlas.- Medias bolas, hechas de hebras de cordón, atadas en un extremo. Se colocan en las cuerdas guías de los pendones.
Bandolera.- Correa o banda de tela que se coloca desde un hombro hasta la cadera opuesta, sobre la que se pone la base del mástil del pendón.
ACCIONES PROPIAS DEL MANEJO DE LOS PENDONES INVENTARIO Y DESCRIPCIÓN DE LOS PENDONES
Como ya he dicho, los Pendones pueden encuadrarse a medio camino entre lo religioso y lo civil. Su recuperación y valoración ha registrado un auge en los últimos tiempos, como reclamo de los pueblos hacia sus antiguas señales de identidad.
No existe un registro o inventario completo de los pendones existentes, que sobrepasan los novecientos. Sin embargo, personas y organismos privados están realizando un concienzudo trabajo de catalogación. Para la descripción de estas insignias locales he contado con la colaboración de Francisco Javier Lagartos y Lorena Rivas, quienes están realizando la base de datos más ambiciosa. Gracias a su trabajo, que alcanza ya cerca de quinientos ejemplares, se puede trazar un registro de los actuales pendones de los pueblos del municipio, cuyos originales casi siempre son de fechas desconocidas. Lo haré de forma abreviada, para no sobrecargar este capítulo.

Extracto de las fichas de catalogación de los pendones del municipio de Cuadros

Pendón nuevo de Cascantes, junto a la iglesia (réplica de 2014)
Pueblo: CASCANTES DE ALBA
Tipo de tela: Seda adamascada. Dimensiones: 5,58 m. largo superior / 4,07 largo inferior / 2,35 vértice / 3,92 alto. Franjas: Siete: Rojo / Verde / Rojo / Dorado / Rojo / Verde / Rojo Vara: 6,60 m. largo / 8,5 kgs. peso / 8 acanaladuras policromadas, en marrón. Remos: De algodón, rojo, verde, amarillo y azul / 367 gms. peso / 5,40 m. largo Otros: Cruz cuadrangular sobre esfera, en bronce dorado Estado: Bastante deteriorado, pero se ha realizado una réplica exacta en el año 2014, que es la que se exhibe en las procesiones. El original se conserva en la iglesia. Pendoneros: Sudaderas de color granate, similar al de la bandera de León.

Pendón de La Seca, en casa portalada (E. Fierro)
Pueblo: LA SECA DE ALBA
Tipo de tela: Seda adamascada. Dimensiones: 3,35 m. largo superior / 3,17 largo inferior / 1,98 vértice / 4,30 alto Franjas: Siete: Morado / Verde / Rojo Carmesi / Verde / Rojo Carmesi / Verde / Morado Vara: 8,70 m. largo / 11,20 kgs. peso / Ocho acanaladuras Remos: De algodón, granate / 1,14 kgs. peso / 14,20 m. largo Otros: Capelina de seda adamascada y cruz circular de acero inox. Estado: Bueno. Pendoneros: Camiseta azul oscuro y pañuelo de cuello granate.

Atuendo de los pendoneros de La Seca (E. Fierro)

Pendón de Valsemana, en la feria de Lorenzana (E. Fierro)
Pueblo: VALSEMANA DE ALBA
Tipo de tela: Seda adamascada, con flecos exteriores de hilo rojo y blanco. Dimensiones: 4,73 m. largo superior / 3,94 largo inferior / 1,75 vértice / 3,51 alto Franjas: Cinco (Todas rojas) Vara: 6,41 m. largo. / 12,4 kgs. peso / 4 acanaladuras policromadas Remos: De algodón, rojos y blancos / 779 gms. peso / 6,20 m. largo Otros: Cruz cuadrangular sobre semiesfera, de bronce dorado. Pendoneros: Camiseta color butano
El pendón de Cabanillas ha sido reconstruido sobre el original, que se encuentra en la iglesia.
Posee una franja dorada, de la que los vecinos están muy orgullosos, por atribuirla a una victoria obtenida por los Segundones, o “Caballeros de la banda” fundados por Alfonso XI de León, que se interpreta como una concesión real. Este hecho no parece estar documentado y La Asociación de Pendones de León no tiene constancia del mismo.
La franja central dorada (o amarilla), que también tiene el pendón de Cascantes, existe en ocho pendones de León.

Pendón de Cabanillas, en Carvajal, con su franja dorada central (Rosa Ana Cobos)
Pueblo: CABANILLAS DE LA JURISDICCIÓN
Tipo de tela: Seda adamascada, con flecos exteriores de hilo rojo y verde Dimensiones: 3,48 m. largo superior / 2,14 largo inferior / 1,60 vértice / 3,26 alto Franjas: Cinco: Rojo / Verde / Dorado / Verde / Rojo Vara: 4,48 m. largo / 9,20 kgs. peso / Barnizado, no acanalado Remos: De algodón, granate / 1,10 kgs. peso / 10,40 m. largo Otros: Capelina de seda adamascada, amarilla / Cruz sobre esfera Pendoneros: Camiseta color amarillo


Pendón antiguo y moderno de Cuadros (E. Fierro)
Pueblo: CUADROS (Pendón antiguo)
Tipo de tela: Seda adamascada, con flecos exteriores de color rojo y verde Dimensiones: 3,3 m. largo superior / 3,1 largo inferior / 2,34 vértice / 1,66 alto Franjas: Tres: Verde / Rojo / Verde Vara: No posee Remos: De algodón, rojo y amarillo / 400 gms. peso / 6,5 m. largo Estado: Restaurado y ligeramente decolorado. Ubicación: Iglesia parroquial
El pendón antiguo está calificado por el Instituto Leonés de Cultura como de alto valor etnográfico, por estar realizado con trozos de otro más antiguo y de mayor tamaño. Su fecha original se remonta al s. XVIII, y fue restaurado en el año 2006, por subscripción popular. Está en su iglesia parroquial.
Cuadros conserva además una pendoneta, con los mismos colores del pendón, pero de la mitad de su tamaño, aproximadamente.
Pendón de Cuadros en la Puerta del Sol de Madrid (Díaz Polier)

Pueblo: CUADROS (Pendón nuevo)
Tipo de tela: Seda adamascada, con flecos exteriores de color granate y ocre. Dimensiones: 4,0 m. largo superior / 3,82 largo inferior / 2,80 vértice / 4,0 alto Franjas: Tres: Verde / Rojo / Verde Vara: 7,03 m. largo / 13,7 kgs. peso / 8 acanaladuras, policromadas en rojo Remos: De algodón, rojo, verde y ocre / 1,40 kgs. peso / 8,40 m. largo Otros: Capelina de seda adamascada, azul y ocre / Cruz sobre base circular Estado: Muy bueno. Restaurado en el año 2005. Pendoneros: Camisetas blancas

Pendón de Campo y Santibañez (Rosa Ana Cobos) Pendones municipales en la chopera de Camposagrado (Rosa Ana Cobos)

Pueblo: CAMPO y SANTIBÁÑEZ
Tipo de tela: Seda adamascada, con flecos exteriores de hilo rojo y verde Dimensiones: 4,84 m. largo superior / 2,74 largo inferior / 1,98 vértice / 2,36 alto Franjas: Cinco: Todas rojas, con cenefa de hilo dorado de 3,0 cms. ancho Vara: 8,13 m. largo / 17,80 kms. peso / 6 acanaladuras, policrom. naranja Remos: De algodón, granate / 756 gms. peso / 8,85 m. largo Otros: Capelina de seda adamascada roja, con flecos de hilo metálico dorado. Cruz cuadrangular sobre esfera, 487 gms. de bronce dorado Estado: Bueno, necesitado de pequeñas restauraciones Pendoneros: Camisetas rojas

Pendón de Lorenzana. Abajo, escudo del pendón original. (E. Fierro)
Pueblo: LORENZANA
Tipo de tela: Sada adamascada, con flecos exteriores de hilo rojo y verde Dimensiones: 4,14 m. largo superior / 3,40 largo inferior / 2,15 vértice / 3,47 alto Franjas: Cinco: Todas rojas, con cenefa de hilo dorado de 5,0 cms. ancho (1) Vara: 8,90 largo / 17,60 kms. Peso / 8 acanaladuras, barnizado Remos: De algodón, granate y varias tonalidades / 549 gms. peso / 8,40 largo Otros: Capelina de seda adamascada roja. Cruz circular sobre esfera Estado: Muy buena; recientemente restaurado en 2008. (2) Pendoneros: Camisetas amarillo claro
Notas
(1) El pendón original de Lorenzana tenía cinco franjas verticales de colores rojo y verde, con un escudo central, probablemente del marquesado. Puede verse estudio de Sánchez Badiola y fotografías en blanco y negro, en la Casa de Cultura de Lorenzana. Tras años de abandono, se restauró en 2008. Se ignoran los motivos del cambio en el pendón actual.
(2) Ver noticia de su inauguración en el Diario de León 14/09/2008
EL PASADO REMOTO Y EL PASADO RECIENTE
INVENTARIO DE PÉRDIDAS
Un grupo de científicos nos advierte de que el impacto del hombre sobre la Tierra justifica un cambio de era: según ellos, estaríamos ya en el Antropoceno, o momento en que la actividad humana ha alterado notablemente la corteza, la fauna y la atmósfera de la Tierra. Las primeras explosiones nucleares, la radioactividad, los combustibles fósiles, los plásticos, la deforestación y las agresiones a los vestigios del pasado son hitos que marcan este cambio de Era. Los hombres, en consecuencia, hemos precipitado la ofensiva contra la naturaleza y también contra la historia.
Para certificar esta penosa realidad podríamos referirnos a algunos casos en el entorno del municipio y en su propio espacio comunal, trazando un inventario mínimo de los desastres ocasionados por la acción humana.
INVENTARIO DE PÉRDIDAS Y DESAPARICIONES
• La Cueva del Castro, (Alcedo de Alba), un asentamiento prehistórico del Paleolítico Superior, junto a La Robla, descubierto por la ciencia en 1922, de donde se extrajeron hasta 123 objetos de varios milenios de antigüedad, depositados en el Museo Arqueológico de León, sin finalizar una excavación sistemática. Aunque se ha ocupado de su estudio el arqueólogo Vidal Encinas, una
Cantera para extracción de piedra arrumbó el enclave. La bóveda de la cueva se derrumbó y cegó y las obras han hurtado a la ciencia la datación de los primitivos pobladores, sus herramientas líticas y ajuar.
• El Castillo de Alba. Atalaya enclavada en el término de Llanos de
Alba, a 1.335 m. de altitud, en la ´Peña el Castillo´ sobre Llanos y
Sorribos. Probablemente fue un emplazamiento militar romano, destinado a vigilar la Calzada que unía Legio VII con Lucus Asturum. Está a situado a 30 km. de León y M. Domínguez Berrueta realiza este informe en su libro ´Castillos de León´.
´Pasado el pueblo de Puente de Alba, pero antes de llegar a Peredilla, en un pico inaccesible, se ven los restos del castillo de Alba, del siglo X o fines del IX. Desde allí se dominan, por una parte los valles de Gordón y por otra los de La Robla y La Vecilla. Es tradición mantenida por Sampiro y D. Pelayo, recogida por Risco, que Almanzor no pudo tomar este castillo... Respaldado por la montaña, no necesitaba defensa más que por donde subían y acarreaban el agua los moradores del castillo, y por ese lado del mediodía construyeron la muralla y profundo foso, que es de lo que queda lienzo de mampostería, largo y de difícil construcción.
La ´Crónica del Tudense´ da cuenta de su construcción, por el rey Alfonso III el Magno de Oviedo y su esposa Jimena, en el último tercio del s. IX: ´Ximena basteció castillos en el reino de León, es a saber, Alba, Luna, Gordón y Arbolio, y diólos a su hijo Garseario´. (Nótese que bastecer no significa propiamente construir, sino aprovisionar y poner a punto para la defensa). Contaba con un gigantesco foso artificial y su vida útil fue de unos trescientos años. Algunos cronistas atribuyen su destrucción al último rey de León (Alfonso VIII, mal llamado IX) en el año 1196. La ´Crónica del Tudense´ no lo cita, a diferencia de Gordón y Arbolio:
“Tunc vero rex Adefonsus destruxit Gordonem et Arbolium, ut legionensis civitas securitate frueretur et pace”.
Otras crónicas relatan que fue asolado por Alfonso I de Castilla (mal llamado VIII) en 1213, por no asistir a la batalla de Las Navas de Tolosa, en 1212. Tras estos episodios, el enclave no recuperó nunca su condición de recinto fortificado. Finalmente, ya en el s. XX, una cantera de piedra caliza lo ha terminado por devastar. La Empresa Tudela Veguín, propietaria de la cantera, realizó una campaña de excavaciones, de la que no ha divulgado los resultados, con menoscabo del patrimonio histórico. (Hay un informe sobre este tema de la Biblioteca Nacional, que menciona huesos de animales grandes y profusión de cerámica).

Ruinas del perímetro del castillo de Alba

Vestigios de La Muria del Agua, en Camposagrado (E. Fierro)
• La Muria del Agua (En Camposagrado, el vértice de tres municipios). La ´Muria´ o gran piedra divisoria, que estaba situada en mitad de la poza del reguero de Camposagrado, fue un ejemplo de la sabiduría ancestral para regular el aprovechamiento colectivo del agua por los ganados de hasta tres municipios. La centenaria pieza o mojón fue eliminada en una desafortunada actuación de los topógrafos de la Junta de CyL, sin respeto alguno por su valor patrimonial. Ya no hay más que un llamargo, o charco, donde la Muria o mojón ocupaba su espacio central.
• El reloj lunar de Camposagrado. Como muchos aspectos del enigmático enclave de Camposagrado no resulta prudente aventurarse a conclusiones definitivas: según Antonio Justel, maestro e inspector de enseñanza y prototipo de cierto “eruditismo fantasioso”, (dice Sánchez Badiola), los topónimos Benllera y Valsemana estarían relacionados entre sí, derivándose de sendas divinidades solares, ¡nada menos que desde el Neolítico y la Edad del Bronce! Según
Justel,
… ´sus cultos dejaron entre ambos pueblos un extenso campo de alineamientos megalíticos, que constaba de grandes morrillos silíceos, dispuestos de seis en seis metros, en hileras de 28 piedras, formando círculos en torno a otra pieza central de mayor tamaño. Las líneas marcarían la salida del sol y de la luna y sus variaciones, indicando tanto los meses como los días´.
Esas 28 piedras serían, para él, un auténtico reloj lunar. Sánchez Badiola desautoriza esta teoría místico – cósmica, de polos magnéticos y alineamientos prehistóricos, cultos solares neolíticos y dioses celtas…, por falta de soporte histórico contrastado, relegándola al ámbito de la leyenda, como los trece Pozos de Colinas.
(Ver su obra ´En torno a Camposagrado. Leyenda, eruditismo y mitología…´
Pero el sentido cósmico – telúrico de las piedras es visto por otros como posible y digno de considerar. Fuese cual fuese el origen y significado de estas piedras, colocadas en una disposición cuidadosamente precisa y ubicadas allí desde época inmemorial, nada justifica que fueran retiradas de su lugar original y vendidas por un importe de cien mil pesetas. Ocurrió a mediados del siglo XX, en la campaña de la reforestación de la Hoya de Camposagrado, cuando se plantó el pinar de repoblación que cita Gómez de la Serna en su viaje por la zona. Tras su venta, las piedras fueron instaladas provisionalmente en lo Alto del Portillo y después en el Campus de Vegazana, (ULE) como base del monumento a Cervantes, obra de Víctor de los Ríos. Ninguno de estos emplazamientos iguala ni de lejos la magia y el valor del original y las reclamaciones de algunos interesados para recuperarlas no han sido atendidas.
• La Vallina y el castro de ´La Griega´. Se ubica en el término de ´La Cotada de Carvajal´, frente a Santibáñez, en los pagos ´Castro´, ´Valcastro´ (donde se ubicó el monasterio de San Tirso) y ´La Vallina del Molino de la Griega´. Tiene trazas de haber sido asentamiento humano, con empalizada defensiva y foso prerromano. Un moderno cortafuego ha mutilado el enclave, de alto valor arqueológico. El posible emplazamiento del castro se encuentra, en realidad, en el término de Sariegos.
El nombre de ´La Griega´ es una deformación de la voz celta “Briga” con significado de defensa o lugar fortificado, que avalaría un terreno necesitado de protección, por contar con una explotación minera en época prerromana. Hablamos por lo tanto, del foso de un castro, que parece se escavo, para rendirlo por hambre.
La apelación de ´Griega´ y el tema del molino son atribuciones legendarias, sin base real, que se repiten en otros puntos de la geografía leonesa, con el estribillo ´Quiera Dios o no quiera / ha de moler el molino de la Griega´. En este, como en otros casos, la mención al molino es radicalmente falsa.
Podría extenderme en el análisis de estos dos últimos puntos, muy comentados por los investigadores y aireados en libros y sitios web, pero el espacio tasado de esta crónica no lo permite.
En realidad, solo he pretendido anotar la negativa intervención humana sobre restos arqueológicos de indudable valor histórico, cuya devastación nos ha empobrecido.

Santuario de Camposagrado desde La Muria del Agua (E. Fierro)
EL TENUE RASTRO DE LOS DESPOBLADOS
A los siete núcleos de población que actualmente forman el municipio habría que añadir un número notable de despoblados de los que hay restos, noticias orales o citas documentales a lo largo de los siglos. Se trata, en ocasiones, de pequeños asentamientos humanos alrededor de alquerías agrícolas o ganaderas, aglutinados casi siempre por una ermita o cenobio. La evolución poblacional o algunos desastres naturales, como las riadas del Bernesga, precipitaron su desaparición y muchos no superaron la Edad Media.
La toponimia, algunas huellas sobre el terreno y las citas de la Diplomática leonesa y astur nos permiten recuperar la estela de su existencia. Por la documentación medieval, se pueden contabilizar a lo largo del tiempo hasta 35 poblados entre La Robla y Lorenzana, de los que solo 15 persisten en la actualidad. Muchos desaparecieron muy pronto y son hoy difícilmente localizables. La escueta mención de una decena, nos permitirá rendir un mínimo homenaje a estos enclaves desaparecidos, que en un momento de la historia tejieron la malla poblacional del territorio.
• Crespín y su iglesia de Santa Marina de Crespín. (En la vega situada entre Cascantes y Llanos de Alba). Citado en el año 1140, en la Colección Documental de la Catedral de León. Una riada lo arrasó antes del s. XVI, aunque la Casa de Alcedo mantiene su patronazgo sobre la iglesia y el Catastro de Ensenada recoge aún el pago de diezmos, a mitad del s. XVIII. Tras la inundación, sus vecinos se reubicaron entre Llanos y Cascantes
• La Malena.- Según la tradición, el actual topónimo de La Magdalena sería el poblado primitivo donde se asienta La Seca.
• San Martín.- Monasterio - hospital dedicado a San Martín de
Tours, situado en término de La Seca, como punto de apoyo físico y espiritual para los primitivos peregrinos del Camino de
San Salvador. De su enclave procede la imagen ecuestre de San
Martín, situada en una casa de La Seca y la imaginería románica que se trasladó a la primitiva iglesia del pueblo. Posteriormente estos importantes elementos artísticos fueron ubicados en el
Museo de la Catedral de León.
(Ver en el capítulo núm. V, dedicado al arte religioso)


Fuente de San Pelayo, en el Campar. (E. Fierro)
• Otero de Alzamorre, que aparece al norte de Valsemana en la
Colección Documental de San Isidoro de León.
• La Llamilla o Llamiella (En las cercanías de Cabanillas). El pueblo fue arrasado por una riada del Bernesga. Los vecinos hubieron de refugiarse en improvisadas cabañas, en las inmediaciones, lo que parece el origen del actual pueblo de Cabanillas.
La iglesia de La Llamiella estaba dedicada a San Pelayo y su talla románica se conserva en La ermita de la Vera Cruz, de Cabanillas, donde se la conoce como San Pelayín.
Hay dudas sobre si se trata de dos poblados desaparecidos (San
Pelayo y la Llamiella) o si simplemente San Pelayo era el Santo patrono de la parroquia de La Llamiella.
En la zona alta del término comunal se ubicaba La fuente de San
Pelayo, que aún existe y es ahora punto de descanso y ubicación de un panel de control para los peregrinos que siguen el Camino de San Salvador, entre Villalbura y Cabanillas. Es tradición que el reyBermudo II El Gotoso de León acampó junto a la fuente con su séquito y sus damas.
Ante el temor de ser saqueados por los musulmanes, decidieron esconder en una piel de toro sus riquezas... ´a quince codos de la fuente de los Álamos´, como apareció escrito en un Misal. Nadie, que se sepa, ha podido asegurar su emplazamiento. • Robledo (Cuadros). Viene citado en el año 953 en la Colección
Documental de la Catedral de León, en el núm. 262.
• San Martino de Cuadros. Poblado y parroquia medieval, al norte del actual pueblo de Cuadros, que marcaba el límite entre las Diócesis de Oviedo y León. Se cita en el año 953, en
La Colección Documental de la Catedral de León. No hay ninguna documentación que asegure fuera fundado por Alfonso III el
Magno de Asturias, a finales del s. IX, aunque el topónimo viene citado en su donación a la Iglesia de Oviedo, como veremos en el capítulo IIIº. En su término se ubicaría el famoso ´Árbol de Quadros´, cuya referencia en los textos medievales marcó la divisoria de las Diócesis de Oviedo y León, hasta 1953. Se trataba de un ejemplar de gran porte (seguramente un roble) considerado referencia de carácter totémica, al estilo del desaparecido ´Negrillón´ de Boñar. La Vega de San Martino es su denominación actual, paraje situado entre Cuadros y Cabanillas.
• Villalbura. A la izquierda del río, entre Santibáñez y Cuadros, parece tratarse de un enclave de la época de la romanización.
Se situaba en la vega, a la orilla del río, hasta que una riada lo devastó. Los vecinos reubicaron el pueblo, en un privilegiado mirador situado a 905 m. de altitud.

Cruz del cementerio de Villalbura (Díaz Porlier) Fue anexo de Cuadros hasta su despoblación, alrededor de 1960. Algunos vecinos de Cuadros se mantenían empadronados en Villalbura, para tener derecho a sus pastos. Por ello su último censo fue de tres casados y sesenta solteros.Aún pueden verse restos de construcciones ganaderas, del cementerio y su famosa fuente donde siguen bebiendo los peregrinos del Camino de San Salvador.
• Borricos (Junto a Santibañez, Toponimos Valdeborricos y
La Corra (En Cuadros). De ambos solo quedan los topónimos.
• Castro de La Griega.- (Ya citado) Se trata de un probable punto de vigilancia de una explotación minera de época prerromana. Dentro del fuerte componente legendario de este enclave, en la actual Vallina de la Griega, podría ubicarse el castro documentado por Sánchez Badiola como
Castro Dulcidio ¿? (Ver capítulo VI, en Legendaria) Un moderno cortafuegos arruinó de forma irreparable este solar histórico–arqueológico.
• Valle.- En las inmediaciones de Carbajal de La Legua.
• Santa María y San Tirso (Ruinas de antiguos monasterios, cerca de Carbajal)


Vista de Cuadros, desde Villalbura (E. Fierro)
CONFIGURACIÓN CIVIL
LOS PUEBLOS ACTUALES ENTRAN EN LA HISTORIA
Es interesante definir el momento en que los poblados entran en la historia, no porque no existieran con anterioridad, sino porque aparecen sus primeras menciones escritas en los documentos (leoneses o asturianos), fuente principal de nuestro conocimiento histórico. Esta circunstancia tiene lugar durante la Alta Edad Media (siglos IX al XI) y la Baja Edad Media (siglos XII al XV). Es indiscutible que los pueblos se articularon en torno a las ermitas, parroquias y en ocasiones a monasterios, más que a la tutela de ninguna organización civil o militar, dada la interdependencia y práctica simbiosis de los poderes laico y eclesiástico.
Para definir este momento ´fundacional´ hay que rastrear toda la información documental que ha llegado hasta nosotros: crónicas, cartularios, testamentos, diplomática real, foros, concesiones a monasterios y/o señores, apeos o contratos de compraventa… son fuentes escritas consideradas básicas para el conocimiento histórico de este período en que la población se asienta en el territorio, después de la traumática invasión árabe y el inicio de la Reconquista. De la etapa anterior a la expansión del reino de Asturias, tras el monarca Alfonso III el Magno, solo se conservan menciones a las ciudades del período romano y visigótico, así como a algunas iglesias y monasterios, pero apenas ninguna al mundo rural y su red poblacional, que resultaba fluctuante y poco estructurada.
En el caso de la ribera del Bernesga y concretamente del municipio de Cuadros, el nacimiento de los pueblos como núcleos estables de población, podría partir de alquerías, o villae ganaderas de la etapa hispano romana. Se cataloga con relativa certeza la existencia de una villa con yacimiento romano en la zona de San Martino, al norte de Cuadros, así como el núcleo fundacional de Lorenzana, a partir del antropónimo latino Gerontius.
Tras la llegada de los pueblos godos toma carácter fundacional la presencia y tutela sobre el territorio de pequeños monasterios, pero no se consolidó hasta que la amenaza árabe se hubo desplazado más al sur, tras el vacío de la meseta del Duero, o tierra de nadie, donde se habían asentado los llamados Campos Góticos. El rastreo documental a que me refiero es solo una cita que certifica una existencia real de los pueblos, al ser señalados por sus nombres en una fecha concreta, lo que da fe de su realidad en ese momento, sin perjuicio de una existencia anterior. Esta información de partida podría sintetizarse en el cuadro sinóptico que figura a continuación.
Pueblo
RELACIÓN DE TOPÓNIMOS MEDIEVALES
PRIMERAS CITAS DOCUMENTALES DE LOS PUEBLOS DEL MUNICIPIO DE CUADROS
Año Documento Notas
Cabanillas 1100 1035
Cascantes
Cuadros
Campo y Santibáñez
La Seca 1017
1001
1074
1093
Lorenzana
Valsemana 885
1001 CADO, núm. 192
(1)
Los Fueros de León (2)
CCL, núm. 600 (3)
CADO, núm. 192 (4)
CCL, núm. 1.279
DTAS, núm. 12 (5)
CCL, núm. 1.195
Notas.-
. Los datos de este cuadro corresponden al investigador Juan José Sánchez Badiola, recogidos en su estudio El reino de León en la Edad Media, de la Colección Fuentes y Estudios de Historia Leonesa. Se trata de menciones que pertenecen a los s. X y XI, la etapa repobladora por excelencia del reino de León.
. No se puede dar carta de credibilidad histórica a un libro apócrifo y con toda probabilidad falso, que cita a Cabanillas en los tiempos de un supuesto caudillo godo Guntamundo, en el año 359. Entre otros motivos, porque los godos no entraron en España hasta los años 410 / 412, donde se asentaron a lo largo de los siglos V y VI, según los datos de la Historia Gothorum, de San Isidoro.
. Asimismo, si hubiera que dar fe al Libro de los Testamentos de la Catedral de Oviedo, (Libro Gótico o Liber Testamentorum) varios poblados del municipio de Cuadros ya existirían en la época de los reyes de la monarquía asturiana Alfonso II el Casto (alrededor del año 842) y Alfonso III el Magno, (alrededor del año 905). Pero, como se verá más adelante, estas supuestas donaciones reales a la Iglesia de Oviedo fueron redactadas por su obispo (o canónigo), Pelayo, (1101 – 1153), que era un historiador y promotor de códices miniados varios siglos posterior. Ambos legados testamentarios tienen todos los visos de ser una invención interesada y falsa, aunque ocasionaron consecuencias prácticas, según analizaré en el capítulo IIIº de esta crónica. En resumen, el Liber Testamentorum cita los pueblos siguientes del municipio de Cuadros: Cabannellas (Cabanillas), Cascantes, San Martino de Quadros, Illa Secca (La Seca), Vallem Septimanam (Valsemana) y el rio Vernisga (Bernesga).

Lámina del ´Liber Testamentorum´. Donación Alfonso III (Facsímil de Moleiro)
Las fechas aportadas por Juan J. Sánchez Badiola tienen, por tanto, toda su vigencia. El significado de las siglas utilizadas es el siguiente:
(1) CADO: Catálogo documental del Monasterio de
Otero de las Dueñas. Debo, quizás, puntualizar la fecha de Sánchez Badiola, con una anotación de permuta de terrenos, que aparece en el Catálogo de este Monasterio y que dice: ´In territorio
Leonense, in valle Uernesga, iusta flumine, villa quod vocitatant Kabbannellas´. (21 de enero, 1039)
(2) Los Fueros de León II, (Justiniano Rodríguez). Según
Julio Pujol, en su tratado sobre Los orígenes del reino de León, un documento del año 905 cita a los pueblos de Cascantes y San Martino de Cuadros, entre otros. Se cita además el monasterio de San Félix, en
Cascantes. Parece que estas menciones ¿del año 905? se refieren a la donación de Alfonso III, recogida en el Libro de los Testamentos cuya escasa veracidad ya he subrayado.
(3) CCL: Colección Documental de la Catedral de León.
(4) CADO. Catálogo documental del Monasterio de
Otero de las Dueñas.
(5) DTAS.- Documentos el Tumbo A de la Catedral de
Santiago de Compostela. Existe otra mención a Lorenzana en el mismo archivo documental, núm. 18, en el año 899. Lo ubica ´In territorium legionense´, o alfoz de León y constituye, probablemente, la datación documental más temprana de los pueblos del municipio de Cuadros.
Por los datos del cuadro anterior, vemos que los primeros momentos del siglo XI, a partir del año mil, marcaron el renacer poblacional del territorio del norte de León, tras la irrupción árabe en la península. Aunque la corte del reino astur se había desplazado de Oviedo a León, en el año 910, la situación continuaba en un estado precario, por la constante amenaza musulmana al sur de la cordillera. A ello se unió poco después la convulsión del llamado ´milenarismo´, o terror a la llegada del fin del mundo, coincidiendo con el final del año 999. Puede leerse una semblanza sobre el ambiente de la noche de San Silvestre del año mil en un texto de Umberto Eco. Por sus palabras no parece que Eco se sume a los que admiten como histórico este hecho:
´La literatura del siglo XIX, especialista en suministrar pintorescas imágenes de los tiempos oscuros, describió detalladamente la noche del 31 de diciembre del año 1000, con la muchedumbre volcándose en las iglesias, esperando temblorosa el fin del mundo... Pero amanece el primero de enero del año 1001 y un mundo asombrado, conmovido y exaltado se da cuenta de que todo sigue en su sitio. Esto infunde tal carga de energía y optimismo que desencadena el renacimiento posterior´...
El año volteó, sin otros signos del final de los tiempos y si algunos habían creído en su inminencia, alimentada por profecías, conjuros y supersticiones, debieron alcanzar con alivio la primera mañana del nuevo siglo.
Por lo que respecta al reino asturleonés, parecieron confirmarse los peores augurios con la formidable irrupción del caudillo árabe Almanzor, valido o lugarteniente del joven califa Hixem IIº, que socavó los mismos cimientos de los pequeños territorios de todo el norte peninsular. Como abrasador viento que llega del desierto irrumpió una y otra vez en el mismo corazón de los pequeños reinos cristianos, hasta merecer de sus coetáneos árabes el apelativo de ´Al – Mansur – Billah´ (El Victorioso por la gracia de Dios), pues realizó 57 expediciones victoriosas y asoló Galicia, tomó Barcelona, (985), Zamora, (986), Coimbra (987), León (989) y finalmente Santiago de Compostela, (997). Muchos vieron en su figura la encarnación de los males que se avecinaban y sus continuadas campañas de destrucción y exterminio les confirmó cuanto se temía sobre el fin de los tiempos.
El rey leonés Bermudo IIº hubo de retirarse a los fragores de las montañas, en una operación estratégica, que resultó muy acertada. Si realmente tomó la ruta de Luna, pudo pasar perfectamente por las laderas del Bernesga, como quiere la tradición, que lo hace descansar, con su séquito, en la Fuente de San Pelayo, término de Cabanillas, en la ladera izquierda del río. La fuente aún se conserva, pero no está documentado este itinerario real. Otra tradición pretende que el rey Bermudo tomó el camino de Valdorria, en la Real Encartación de Curueño, donde ocultó los tesoros de la corte. En cualquiera de estos casos, sin expresa cita documental, las recuas y carretas del ajuar de palacio y el tesoro real
debieron sufrir mucho en esta azarosa retirada y la leyenda dice que muchas no regresaron jamás, perdiéndose muy valiosas joyas y ornamentos de la corte. Como es sabido Almanzor murió en la meseta de Medina - Selim (hoy Medinaceli) el 6 de agosto de 1002, (lunes 25 de Ramadán, de la Hégira 392), y nos resulta imposible conocer las causas de su muerte, debido a la habitual contradicción entre los autores árabes y cristianos.
´Está históricamente comprobado que San Froilán, cuando ya era obispo de León, residía en Oviedo en el año 905, donde firmó el 20 de enero una donación real a la iglesia de dicha ciudad. La inseguridad de la capital leonesa hacía que todos los prelados de la curia ovetense en las ciudades ´foramontanas´ o del sur de la cordillera cantábrica, residieran al lado de los reyes, en Oviedo´.
(Julio Puyol. Orígenes del reino de León)

San Froilán. Talla del santo, en la Rogativa de Valdorria (E. Fierro)
JURISDICCIONES, CONCEJOS Y HERMANDADES
La organización administrativa y jurisdiccional de la provincia de León no registró grandes cambios desde el año mil hasta alcanzar el Nuevo Régimen, en el s. XIX. Tampoco, por supuesto, se mantuvo estática. Su seguimiento pormenorizado a lo largo del tiempo no puede ser objeto de esta crónica, por estrictos motivos de espacio. Le dedicaré tan solo muy breves líneas.
Las Jurisdicciones realengas de León que atañen al municipio de Cuadros eran, según Laureano M. Rubio (ULE), las siguientes:
CONCEJO DE ALBA:
Cascantes, La Seca, Valsemana, Alcedo, Llanos, La Robla y Sorribos. (Puente de Alba pertenecía a Gordón)
HERMANDAD DE BERNESGA DE ARRIBA: Cabanillas, Campo y Santibáñez, Cuadros y Vi-
llalbura, Azadinos, Valle y Carvajal, Pobladura y Sariegos.
LORENZANA (De realengo a señorío seglar) El séptimo pueblo del actual municipio (Lorenzana) perteneció al realengo, hasta el año 1626, cuando pasó al señorío seglar de una rama de los Quiñones. El hecho tuvo lugar por los graves problemas económicos de la Hacienda Pública, bajo el reinado de Felipe IV y su valido el Conde Duque de Olivares. El rey añadió este pueblo a las propiedades de D. Álvaro de Quiñones, que se convirtió en el primer marqués de Lorenzana en 1642, cuyo escudo nobiliario campea en la calle Serranos, de León. La desagregación del realengo se produjo a cambio de una contraprestación económica y así permaneció durante más de doscientos años, con indiferencia de sus vecinos. (Ver sus declaraciones al Catastro del Marqués de la Ensenada). Todos los demás pueblos del municipio siguieron disfrutando de su condición de realengo, hasta la abolición de los Fueros y la llegada del nuevo Orden Constitucional.

Mapa del territorio de León, o Alfoz de León en los años 854 / 1037, según Sánchez Badiola. (Ver la estratégica situación de Cascantes)

Cabanillas de la Jurisdicción (E. Fierro)
JURISDICCIÓN DE LEÓN. EL ALFOZ
La Jurisdicción de León abarcó un amplio terreno circundante de la capital, desde el momento de la llegada a la ciudad de la corte de Oviedo, e implicó la administración de justicia por parte de los merinos de la ciudad y la condición de realengo, o dependencia directa del rey. Este territorio circundante de la ciudad está ya fijado en los documentos del año 1089. Tenía una extensión de 1.400 km2 e incluía los términos municipales de León, San Andrés del Rabanedo, Sariegos, Cuadros, Garrafe, Villaquilambre…, y otros 21 municipios más.
En las Jurisdicciones llamadas ´realengas´ el titular del Señorío era el rey y la justicia era administrada por Justicias Pedáneas, nombradas por los Concejos (en el caso de la Hermandad de Bernesga de Arriba) o los vecinos, (en el caso del Concejo de Alba)
El alfoz de León, tal como se entiende en la actualidad, incluiría los municipios de San Andrés, Villaquilambre, Valverde de la Virgen, Sariegos, Valdefresno, Santovenia de la Valdoncina y Onzonilla. Tratando del pasado, la capital se proveía de leña de la Hermandad del Bernesga de Arriba, mientras que la del Bernesga de Abajo se especializó sobre todo en la ganadería. A partir de estas escuetas definiciones, podemos puntualizar que la Jurisdicción de León en la ribera del Bernesga abarcaba desde Cabanillas, por arriba, a Viloria, por abajo. Por ese motivo ambos pueblos llevan el apellido ´De la Jurisdicción´.
El llamado ´Comiso´ de León incluía ciertas concesiones al obispado de León, cuyo ámbito coincidía aproximadamente con los actuales términos municipales de Cuadros, Sariegos y San Andrés de Rabanedo, desde Santovenia de la Valdoncina hasta Cascantes. (Sánchez Badiola incluye en el ´comiso de León´ a Cascantes, Valsemana, Cuadros y Villalbura, Campo y Santibáñez, Lorenzana y La Seca, pero no a Cabanillas, sin aclarar esta omisión.)
Este entramado organizativo, a veces coincidente y en ocasiones contradictorio, no nos debe extrañar, dado que la situación no fue estática a lo largo de siglos, sino cambiante y variable en función de muy diversas circunstancias, económicas, organizativas o de poder.
La vecina ribera del Torío perteneció al Infantado de Torío, más tarde llamado Infantado de León, que era una herencia destinada a las hijas de los reyes leoneses. Se inició con Ramiro IIº, que lo fundó hacia el año 946, para su hija la Infanta Doña Elvira. Un siglo más tarde, tras la muerte de Doña Sancha, (1159) el Infantado acabaría bajo el dominio de San Isidoro, como puede verse en los Catastros de la Edad Moderna. Así continuó durante ochocientos años, hasta la supresión de los Señoríos, proceso que se desarrolló por etapas, entre 1812 (Cortes de Cádiz), 1820 (retorno del régimen liberal) y su definitiva anulación en 1837, durante la regencia de María Cristina.
La Venta de la Tuerta, que en su momento estuvo al otro lado de la carretera, frente al edificio actual, vierte aguas al Torío, por lo que perteneció al Infantado, formando un ángulo que se introduce en terreno de Cuadros.
CONCEJO DE ALBA
Los Concejos fueron los gobiernos propios de cada pueblo, formados por todos sus vecinos, herederos del visigodo “Concilium vecinorum”. A partir del s. XII los Concejos se convierten en órganos de gobierno y abandonan su espíritu asambleario. Solamente pueden participar los vecinos. Se conserva un acta del pueblo de Cuadros, del año 1742, que dice: ´Los vecinos de este lugar juntaron Concejo´. No es más que una confirmación escrita de un procedimiento ya utilizado desde muchos siglos atrás, según reconoce el Fuero Juzgo.
La organización medieval del Valle del Bernesga estuvo protagonizada por los castillos vecinos de Gordón y Alba. El propio nombre de Alba se halla sujeto a diversas interpretaciones y resulta redundante en la geografía, como en los casos de Alba de Aliste, Alba de Tormes o los compuestos de Marialba o Villalba. Aunque podría referirse a un enclave con presencia de roca caliza (del latín albus / albae) otros lo hacen derivar del agua, lo que nos llevaría a considerarlo un hidronímico.
Es realmente amplia la documentación con que contamos sobre el medieval Concejo de Alba, al que pertenecieron los pueblos de La Robla, Alcedo, Llanos, Sorribos, Cascantes, La Seca y Valsemana. Puente de Alba estaba incluido en el Concejo de Gordón, mientras que Olleros era lugar de jurisdicción propia, en la órbita de los condes de Luna. El Becerro de Presentaciones de la catedral de León cita la parroquia de Santa María de Alba, que probablemente era la titular de la iglesia de Llanos de Alba, pero no a los demás pueblos, que pertenecían eclesiásticamente al arcedianato de Gordón y, por lo tanto, al obispado de Oviedo. La ciudad de León tenía el privilegio de sancionar el nombramiento de los merinos de justicia del Concejo, que se elegían cada año a primeros de enero, en la zona de ´El Membrillar´ (La Robla). Tanto Alba como Fenar (su demarcación vecina) cuentan con detallados estudios del investigador Sánchez Badiola. (Ver en Bibliografía)
Siguiendo a este autor, los tres pueblos de Cascantes, Valsemana y La Seca de Alba aparecen documentados en los años 905 y 906, en las controvertidas donaciones de Alfonso IIIº a la iglesia ovetense. Según veremos, los estudiosos mantienen severas reservas sobre la fiabilidad de esta donación.

Escudo nobiliario del territorio de los Moreira, en La Seca (E. Fierro) Labra gótica, en una casa de La Seca (E. Fierro)

Entre La Seca, Cuadros y Cabanillas debió estar situada la iglesia de San Martín de Quadros, citada en dicha donación: perteneció a la diócesis de Oviedo y fue límite con la de León, durante siglos, ya que la iglesia de San Cipriano de Cuadros siempre perteneció a la diócesis leonesa. Esta iglesia de San Martín (en la zona se dice San Martino, al modo de la corte leonesa) pasó a ser ermita, dentro del común de Cuadros hasta su total desaparición, quedando solamente el topónimo para un amplio espacio de la vega, entre Cabanillas y Cuadros.
LAS HERMANDADES DEL BERNESGA
Las Hermandades fueron agrupaciones de Concejos para su defensa de los abusos de los señoríos, pero también de los Cabildos urbanos, en este caso del de León. En el Catastro de Madoz (1845 / 1850) vemos la presencia en la provincia de siete Hermandades, que contaban en conjunto con 82 localidades.
Las del Bernesga se constituyeron en los primeros años del reinado de los Austrias, concretamente en el año 1525, mediante la unión voluntaria de varios Concejos. (Ver el Catálogo de Documentos del Archivo Municipal de León, puesto al día por Ángel Nieto, en el año 1927)
La Hermandad de Bernesga de Arriba fue una de estas uniones comarcales constituida a principios del siglo XVI, junto con la de Bernesga de Abajo. Estuvo siempre rodeada de señoríos, de los que consiguió quedar al margen, excepto Lorenzana, que en 1626 pasó al señorío de los Quiñones. La Hermandad dependió de la ciudad de León, con el status de realengo y estuvo formada por siete poblaciones, que actualmente pertenecen a dos municipios: Cuadros (Cabanillas / Cuadros y Villalbura / Campo y Santibáñez) y Sariegos (Azadinos / Carbajal de la Legua / Pobladura del Bernesga / Sariegos.
Sus órganos de gobierno, plenamente representativos, se reunían en concejo una vez al año, por Navidad, cuando eran nombrados sus cargos de jueces y alcaldes y sancionadas las Ordenanzas de riegos, pastos, corte de leña y penas por infracciones.
Estas agrupaciones de Concejos se mantendrían durante tres siglos y serían – salvando las distancias - un antecedente de las actuales Mancomunidades de Municipios.

Lápida sepulcral de Juan Flórez de Ordás, comisario del Santo Oficio y cura de Cuadros. (Iglesia de Cuadros, 1630) (E. Fierro) Escudo sepulcral de Mayorazgo. Armas: García/Díaz/Vecilla/Flórez. (Iglesia de Cuadros, 1735) (E. Fierro)



Hermandad del Bernesga de Arriba. Mapa de D. Tomás López, de 1786. (Ver la incorrecta ubicación de Lorenzana) Hermandad del Bernesga de Arriba. (Reproducción archivo del s. XVIII)

Hermandad del Bernesga de Arriba. Legajos de la Hermandad, de 1738
La Hermandad de Bernesga de Arriba limitaba al sur con la del Bernesga de Abajo (en la terminología antigua se decía de ´Yuso´ o ´de Abaxo´) que también dependía de la ciudad de León. Constaba de cuatro Concejos: San Andrés de Rabanedo, Trobajo del Camino, Villabalter y Ferral.
Tanto los espacios del río Torío, por el este, como los del Luna, por el oeste, estaban dominados por señoríos civiles o eclesiásticos, con onerosas consecuencias para sus habitantes.
VALSEMANA. UN PUEBLO CON FUERO REAL PROPIO
No entraré en el análisis de los Fueros leoneses, concesiones reales a pueblos o territorios que tuvieron gran importancia y significación, a partir del ´Fuero de León´, dictado por el rey Alfonso V, en 1017, hace ahora mismo mil años. A este Fuero, digamos fundacional, seguirían otros varios, en el entorno del municipio de Cuadros, como los de La Vid o Fenar. Los límites antiguos de este último, que es el más cercano, solo han podido ser fijados por la toponimia y se debe al rey Fernando I, en el año 1042.
Siglo y medio más tarde, (año 1206) nos encontramos con la concesión de un Fuero propio al pueblo de Valsemana. Para su análisis, recurro al texto del especialista Justiniano Rodríguez, en su estudio ´Los Fueros del reino de León´.

Efigie del león en Valsemana (Tomero & Romillo)
Este pequeño poblado, acostado en la vega del Bernesga, sobre la margen derecha del río, presenta una breve regulación foral, dada por Alfonso IX, en 24 de agosto de 1206, estando en León. Con razón se ha notado que una de las principales urgencias de Fernando II y su hijo Alfonso fue ofrecer estímulos a la repoblación…
Con miras a la repoblación de Valsemana, Alfonso IX hace saber a todos, así presentes como futuros, que exime y libera de toda pecha y facendera a los hombres que aquí vengan a poblar y prohíbe severamente que se les cause mal o contrariedad, bajo la pena del duplo para los perjudicados y de mil áureos para la mesa real. Los códices y cartularios leoneses no contienen ningún detalle sobre las prestaciones y deberes de Valsemana, por esta concesión.
El documento fundacional está publicado en el ASIL, núm. 194, en latín.
Ya he dejado explícita la necesidad de ser breve y conciso de estas notas históricas, cuyo desarrollo precisaría de un espacio más amplio.
EDAD MODERNA
CATASTROS, CENSOS Y ANUARIOS
Los Catastros, Censos y Anuarios, particularmente el Catastro del marqués de la Ensenada, en el siglo XVIII y el Diccionario Geográfico de Pascual Madoz, en el XIX, son una fuente importante de información. En realidad son las primitivas bases estadísticas que hacen una radiografía aproximada de la vida económica de España en la Edad Moderna, realizadas con un afán preponderantemente fiscal. Sus datos no deben ser considerados como fuentes de absoluta fiabilidad, sino que son meramente indicativos, dado el empeño que pusieron los encuestados en falsear sus cifras y rendimientos económicos, para mitigar la presión fiscal que ineludiblemente iba a seguirse de ellos.
Por otra parte, el retrato que ofrecen estas radiografías es meramente estático y no evolutivo. Significa solo lo que una placa de fotomatón es capaz de retener de la vida y circunstancias de una persona. Utilizaré, por tanto, estos datos con la prudencia que se requiere, no dándoles en ningún caso categoría de verdad incontestable.
En una cadencia temporal, los catastros y anuarios más interesantes son los siguientes: . El Catastro del Marqués de la Ensenada (1752 - 53). Encuesta de tipo fiscal, realizada en 15.000 lugares de la Corona de Castilla (La Corona de Aragón no estuvo representada, ni el País Vasco, que tenía su cupo y estaba exento de impuestos). Como es sabido, un catastro es propiamente una averiguación o pesquisa.
. El Censo del conde de Floridablanca (1787). Fue realizado por este ministro de Carlos IIIº, cuando la totalidad de España contaba con 10.268.110 habitantes.
. El Diccionario geográfico-estadístico-histórico de Pascual Madoz (1846 - 50). Esta obra de la Ilustración fue dirigida por este presidente de la Junta Provisional Revolucionaria tras la huida al exilio de Isabel IIª.
. El Anuario General de España, de ´Bailly-Baillière´ (1928)
Tenemos, por tanto, un fresco de casi doscientos años, antes de que los modernos sistemas estadísticos tomaran el relevo.
Recordatorio del Catastro de Ensenada, en el Museo de Cultura Antigua de Lorenzana.

El Catastro de Ensenada, sobrevalorado por muchos, comienza con un cuestionario de cuarenta preguntas, que se conocen como ´Respuestas Generales´. Interesa, entre otros datos, conocer la opinión que tenían los naturales, a mitad del siglo XVIII, sobre su dependencia jurisdiccional: todos reconocen ser de realengo, a excepción de Lorenzana, que se dice ser “villa de señorío del Marqués de Lorenzana”, aunque añaden ufanamente que no le pagan maravedí alguno, pues no tiene más que el señorío. Los tres pueblos del norte del municipio (Cascantes, La Seca y Valsemana) dicen pertenecer al Concejo de Alba. Los del centro (Cabanillas, Cuadros y Campo y Santibáñez) reivindican su situación de realengo. Pagan las alcabalas a la Real Corona, los diezmos y primicias al estamento eclesiástico y tienen créditos o censos que redimen durante siglos al 3% de interés, sin amortizar jamás el capital. Todos los pueblos del municipio cuentan con molinos harineros, a excepción de Valsemana. Veremos la relación de molinos en pleno siglo XVIII en el capítulo IVº de esta crónica, dedicado al ancestral modelo de vida.
Sus comentarios sobre las especies de terreno y producción agrícola radiografían una situación secular, que tendría continuidad hasta mitad del s. XX, cuando se produce un cambio radical en las condiciones sociológicas de los pueblos. Si tomamos las respuestas a los puntos 4 y 11 del cuestionario observamos una coincidencia casi exacta entre el pueblo más al norte del municipio (Cascantes) y el más al sur (Lorenzana).
Radiografía socioeconómica de los pueblos del municipio de Cuadros (mitad s. XVIII)
. Huertos de hortalizas cerrados con sebe y regadíos con agua del reguero. . Tierras de regadío que producen alternativamente trigo y lino. . Tierras de secano que producen trigo o centeno en años alternos. . Prados cerrados, con o sin riego. . Sotos de chopos y álamos. Matas de negrillos y robles . Tierras incultas: montes, matorrales, cuestas, caminos reales, río y márgenes, pastos para el ganado y leña que se corta y vende en León. . En todos los pueblos se recogen idénticos frutos: trigo, centeno, lino, linaza, hierba, hortaliza y fruta. (No menciona Ensenada ningún cultivo de la vid, aunque sí la existencia de colmenas). . Los ganados que se relacionan son vacuno, caballar, lanar, cabrío y de cerda. . Hay siete clérigos, uno por pueblo . Hay siete tabernas obligadas, una por pueblo, que se atiende por vecera. . Vecinos: Cascantes: 23 / La Seca: 59 / Valsemana: 15 / Cabanillas: 29 / Cuadros y Villalbura: 77 / Campo y Santibáñez: 66 / Lorenzana: 56 (Se estima que los vecinos pueden multiplicarse por 4,5, para obtener el número de habitantes. Según ello, el censo poblacional del municipio a mitad del s. XVIII sería de 1.462 habitantes) . En todo el municipio hay un solo pobre de solemnidad.


Niñas de la escuela de Cascantes, a mitad del siglo XX.
El Censo del Conde de Floridablanca disecciona el número de habitantes en función de sus profesiones, añadiendo los menores de edad. En solo treinta y cinco años desde Ensenada las variaciones demográficas no podían ser importantes y así se verifica, por ejemplo, en los casos de Cuadros (293 habitantes, frente a 346), Lorenzana (249, frente a 252) o Valsemana (65 frente a 67).
Si observamos la división administrativa de mediados del s. XIX, según el Diccionario geográfico – estadístico – histórico que publica Pascual Madoz, entre 1845 / 1850, vemos que el Partido de León contiene las siguientes figuras en su administración territorial:
León capital / 7 Hermandades / 40 Concejos / 1 Condado (Colle) / 26 Jurisdicciones, 1 Merindad (La Cepeda) / La Abadía de Arbas / 248 villas y lugares con jurisdicción sobre sí.
El territorio de Cuadros es precisamente una de las siete Hermandades, con la denominación de ´Bernesga de Arriba´, que se constituye, como hemos visto, a principios del s. XVI. De este diccionario podríamos expurgar los comentarios sobre cada pueblo, pero ello recargaría de páginas la presente crónica. Son significativos los comentarios sobre el pueblo de Lorenzana, del que se dice:
… tiene un clima muy frío en invierno y abrasador en verano. Tiene 46 casas; de ellas 40 son construidas de paja, las seis restantes de teja. Hay escuela de primeras letras a la que asisten 28 niños de ambos sexos; dos capellanías, una de patronato particular y otra de sangre, con cargo de misas; una ermita dedicada al Santísimo Cristo de la Vera Cruz; caza de codornices, perdices y alguna liebre; pesca de truchas, barbos y angulas; cuatro molinos harineros en decadencia; fabricación de hilo e hilaza que se vende en las ferias de la capital…
El Anuario General de España, de ´Bailly-Baillière´ (1928) fue un registro esquemático de las dotaciones de los pueblos, incluida su división en Partidos Judiciales, en el primer cuarto del s. XX. Un facsímil de la parte correspondiente a la provincia de León fue publicado por el periódico ´LA CRÓNICA 16´, bajo el título de ´LOS PUEBLOS DE LEÓN. AÑOS 20´, bajo el siguiente subtítulo:
El alcalde, el secretario, los jueces, el párroco, los maestros, el cartero, el herrero, el médico, las tabernas, las sociedades, el lechero, los estancos, los propietarios, los criadores de ganado, la confitería, el alfarero, el carpintero, el cerrajero, los barberos, las farmacias, los maestros de obra, la parada de sementales, el sastre, las tiendas de tejidos, la abacería, el veterinario, el zapatero, los albañiles, la alpargatería, los almacenes de cereales, patatas, alubias, abonos o paja, el molinero, la mercería, el vinatero, el jefe de estación, el abogado, la caja de préstamos…
Como puede observarse, no falta nadie. Los pueblos tenían hace casi un siglo casi todas las dotaciones comunitarias que existen actualmente, aunque más primitivas y precarias.

Grupo de mineros, a mitad del siglo XX

EL MUNICIPIO ACTUAL
Las estructuras de poder municipales no sufrieron grandes modificaciones durante el llamado Antiguo Régimen hasta la Revolución Liberal, que tuvo lugar en el s. XIX.
Podría trazarse una línea divisoria para el sistema municipal español en el año 1808, o inicio de la guerra de independencia contra la invasión francesa de Napoleón. Una vez más una guerra de liberación hace tambalearse las antiguas estructuras y significa finalmente un cambio radical de las costumbres y normas que estaban vigentes durante siglos.
Considerar las Cortes de Cádiz de 1812 como fecha exacta en que se produce el paso de un régimen municipal a otro es solo una simplificación, pues desde esa fecha hasta 1845 se aprecian varios procesos de avance y retroceso, hasta la consolidación del nuevo modelo. Así la Constitución de 1812 (apodada popularmente ´La Pepa´), quedó sin efecto en 1814 con la vuelta de Fernando VII, que anuló todas las medidas entonces dictadas. El retorno del régimen liberal, en 1820, trajo consigo la reposición de la estructura gaditana, pero el regreso de los absolutistas vuelve a anularla, en 1823.
Esta etapa de vaivenes políticos terminaría por imponer un sistema social más justo, en que se aboliría la tortura, la Inquisición, la esclavitud, los señoríos y la mayoría de los impuestos eclesiásticos. Se elaboraron nuevas Constituciones, en 1837 y 1845 y es a partir de este momento cuando el Antiguo régimen queda definitivamente sustituido por el nuevo, dando lugar a la moderna organización territorial del Estado. El derecho a la representación es, sin duda, la novedad más importante de las leyes liberales del siglo XIX, aunque habría de transcurrir buena parte del siglo para que ese derecho se consolidase.
El recorte de los poderes de los Alcaldes se produce definitivamente por la ley del 8 de enero de 1845, que fija su nueva dependencia de los Gobernadores Civiles de las provincias. A partir de ese momento solo habrá un Alcalde en cada municipio, independientemente del número de vecinos y será además presidente del Ayuntamiento. Quedan eliminados por el nuevo ordenamiento todos los fueros y prerrogativas de los Concejos (excepto los de los territorios del antiguo reino de Navarra), sus privilegios sobre el ejercicio de la justicia, sus exenciones de impuestos o prestación del servicio militar... en definitiva, cuanto había singularizado a los territorios a través de las sucesivas pragmáticas de los reyes del antiguo régimen. En este momento queda, pues, casi uniformizado el país – con ciertas excepciones “forales” para los navarros y vascos - y desaparecen todo tipo de prerrogativas diferenciadoras de Concejos y territorios. Las reformas constitucionales supusieron el fin del antiguo régimen y su alcance tiene perfiles de luz y perfiles de sombra.
MODIFICACIÓN EN LOS CARGOS DE LOS AYUNTAMIENTOS, EN EL PERÍODO LIBERAL
A principios del siglo XIX desaparecen los antiguos cargos (Alcaldes Mayores, Ordinarios o Pedáneos) que ejercían el poder en los Ayuntamientos. Éstos quedaron subordinados al poder estatal, dependiendo de los Gobernadores civiles de las provincias. La Constitución de 1812 fija una de las cuestiones más importantes para los Liberales, como es la participación de todos los vecinos de los pueblos en la elección anual del Alcalde (que toma el nombre de Alcalde constitucional) y de todos los demás miembros del Ayuntamiento.
El Real Decreto de 23 de Julio de 1835 organiza ´El arreglo provisional de los Ayuntamientos del Reino´ y dedica el título V a las facultades y obligaciones de los alcaldes. Su transposición a la provincia de León, dispuesta por la Diputación Provincial, se editó en la imprenta de Pedro Miñón, en el año 1836, cuyo ejemplar puede consultarse en la Biblioteca del Instituto Leonés de Cultura.
Esta primera división municipal tuvo, como dice el propio título del arreglo, un carácter provisional. Cuadros quedó incluido en el Ayuntamiento núm.7 de la provincia, con capitalidad en Sariegos, que incluía nueve electores, según detalle:
. Sariegos (capital): 1 elector. . Pobladura del Bernesga y Campo y Santibáñez: 1 elector. . Cascantes y San Andrés del Rabanedo: 1 elector . Azadinos: 1 elector . Villabalter y Valsemana: 1 elector . Cabanillas de la Jurisdiccion y Cuadros y Villalbura: 1 elector . Trobajo del Camino y Lorenzana: 1 elector . La Seca y Ferral: 1 elector. . Carvajal y Valle: 1 elector

Edificio del Ayuntamiento de Cuadros, en la actualidad (E. Fierro)
Esta agrupación resulta hasta cierto punto caprichosa, como en los casos de unir Cascantes con San Andrés o La Seca con El Ferral y no duraría mucho: en el año 1885 se produce un nuevo reparto municipal, segregando Cuadros de Sariegos. En consecuencia, Cuadros pasa a ser capital de su propio municipio, con los actuales siete pueblos que lo componen.
Cuadros es hoy día un municipio dinámico, que gana población, pese a la tendencia menguante del mundo rural. Obsérvese, no obstante, cómo el censo decrece a medida que los pueblos se alejan de la capital.
Sus dotaciones comunitarias conjugan el valor de las tradiciones con los nuevos hábitos sociales, donde el énfasis está situado en la calidad de vida. Una oferta capilar de actividades culturales, festivas, asistenciales y de ocio se desarrolla a lo largo del año, pilotada por el Ayuntamiento y apoyada por las Juntas Vecinales y las diversas Agrupaciones de Cultura y ocio.
Son reseñables las iniciativas para la defensa de la naturaleza, como vimos al final del capítulo anterior. Una amplia red de senderismo y rutas ponen en valor su patrimonio natural. El apoyo al empleo se potencia mediante


Habitantes por núcleos de población

Porcentaje de habitantes por núcleos de población Según puntualiza su página web, el municipio agrupa su patrimonio en puntos de interés ornitológico, micológico, geológico, natural y cultural. Esta querencia por la naturaleza en todas sus manifestaciones puede perfectamente ser completada por el indudable valor de su patrimonio histórico, artístico y folklórico.
Es en estos ámbitos complejos y heterogéneos, pero complementarios, donde pretendo incidir a lo largo de esta crónica.

Curso de formación y Empleo Bernesga III

