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JOSÉ LUIS GÓMEZ BARCELÓ
José Luis Gómez Barceló
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En el estudio del patrimonio eclesiástico local quedan muchas piezas por estudiar, a las que poder atribuir autoría y datación. Una de esas piezas es el púlpito de jaspe rosa del Santuario de Nuestra Señora de África. Esta pieza tiene una característica muy especial, cual es que presenta un escudo de armas que hasta hoy no había sido identificado1 .
Introducción
Conquistada la ciudad por las tropas de Juan I de Portugal, el infante D. Enrique va a ser llamado a convertirse en el verdadero protector de la nueva población. Por ello, dentro de su guarnición, quedarán numerosos hombres de su pequeña corte, a los que enviará una imagen singular a la que mandaría venerar con el nombre de Santa María de África y para la que ordenaría construir un templo propio.
Conocemos estos datos gracias a uno de los codicilos de su testamento, redactado en 14602, y sabemos también por éste y otros documentos, que ese templo, el santuario, sería convertido en parroquia, que dejaría en propiedad el propio infante a la Orden de Cristo, en perjuicio del obispado septense.
Esta situación parece haberse mantenido hasta la emisión de la bula pontificia Supra Universas de 9 de junio de 1570 por la que se
1. GÓMEZ BARCELÓ, José Luis. “Una rica heráldica monumental”, Ceuta, ciudad abierta. 23 crónicas periodísticas, Madrid 1987,pp. 35-39; Juan José GARRIDO PARRILLA y Manuel
FUERTES DE GILBERT ROJO, Heráldica de Ceuta, Ceuta 2007, pp. 112-113. 2. GÓMEZ BARCELÓ, José Luis. Santa María de África. Oraciones e himnos, imagen, santuario, votos y milagros, Ceuta 1986, pp. 41-45.
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unían las diócesis de Ceuta y Tánger3 y se le quitaría a la Orden de Cristo la jurisdicción que ejercía, momento en el que el Cabildo se haría cargo de la cura de almas, encargando para ello a su tesorero, y que coincide con la apertura de los libros sacramentales que al día de hoy se conservan.
Este santuario, levantado en el siglo XV, posiblemente aprovechando alguna construcción preexistente, sería demolido y reconstruido desde sus cimientos a finales del siglo XVII. Ros y Calaf cita un auto del obispo Vidal Marín de 20 de marzo de 1703 por el cual se decretó su reconstrucción, en el mismo lugar, con una cripta debajo de la capilla mayor, destinada a sepultura de ilustres4 .
Así pues, el santuario actual partiría de esta estructura compuesta por la capilla mayor a prueba de bomba, las dos sacristías y el panteón. Sin embargo, el cuerpo de iglesia construido en el primer cuarto del siglo XVIII sería sustituido por otro nuevo a mitad de siglo que consagró el obispo Martín de Barcia el 5 de agosto de 1752.
Tanto por su estilo, como por la importancia de las obras que se enmarcan entre los años 1703 y 1752, era lógico pensar que el púlpito hubiera sido un regalo de alguno de los prelados septense, pero nadie logró identificarlo.
El púlpito
En nuestra primera edición del opúsculo sobre el Santuario de la Virgen de África5, destacábamos este púlpito de jaspe rosa que hacíamos originario de una cantera ceutí, a la vista de uno de los modelos del panteón levantado en 1899 para Rafael Orozco Fernández y conservado entonces por Manuel García de la Torre y
3. ROS Y CALAF, Salvador. Historia eclesiástica y civil de la célebre ciudad de Ceuta, Ceuta 2017, ed. José Luis GÓMEZ BARCELÓ, nota 269. 4. ROS Y CALAF, op.cit, cap. XXIII. 5. GÓMEZ BARCELÓ, José Luis. El Santuario de la Virgen de África, Ceuta 1986, p. 16
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Blanco. Si así hubiera sido, efectivamente se trataría de la mejor pieza salida de los canteros locales que en la primera mitad del siglo XVIII dieron lugar a portadas de gran mérito para numerosos edificios civiles y religiosos. Sin embargo, hoy en día nos decantamos por una factura foránea, al tener documentada la procedencia de otra pieza de jaspe, de mucho menor mérito, en Málaga, como es la pila bautismal de la Iglesia de Ntra. Sra. de los Remedios6 .
Salvador Hernández González7 nos lo describe compuesto: “ de pie bulboso sobre el que se apoya la plataforma; sus caras se decoran mediante diseños geométricos en relieve, excepto en una que lo hace con escudo episcopal identificado. Se corona con tornavoz de inspiración barroca rematado en una pequeña escultura alegórica de la Fe.”
6. ROS, op.cit. cap. XXIV. 7. HERNÁNDEZ GONZÁLEZ, Salvador. “Aproximación al arte religioso en Ceuta. Siglos
XV al XVIII”, Cuadernos del Archivo Municipal de Ceuta, nº 11, 1997, pp. 31-106, p. 84.º
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Por su parte, Fuertes de Gilbert nos hace la descripción heráldica del escudo8: “Merece ser visto en el púlpito del Santuario de Nuestra Señora de África un bello ejemplar en cuyo campo de azur lleva tres bandas ondeadas de gules y al timbre otro escudo menor de azur con cinco estrellas de oro puestas en aspa y sobrero episcopal de gules, adornado con cordones de oro, entrelazados y distribuidos en seis nudos y borlas por lado”.
Heráldica episcopal
Resulta cuanto menos curioso que este escudo, como otro del siglo XVIII bordado en una casulla conservada en la catedral de Ceuta, estén incluidos en el capítulo de escudos de obispos sin identificar. Pero es así. Realmente, no tenemos un estudio completo de las armas utilizadas por los prelados locales.
En nuestra búsqueda de los mismos nos hemos encontrado siempre con la dificultad de no exigirse, por privilegio real, papel sellado en la población, lo que iba reduciendo el nivel de exigencia del refrendo de los mismos. A ello se suma el uso de escudos en seco sobre goma, que la climatología local ha deteriorado hasta la imposibilidad de su identificación.
Actualmente podemos decir que de los dieciséis obispos del siglo XVIII que tuvo Ceuta, no tenemos identificados más que diez blasones, contando el del púlpito del Santuario que vamos a aclarar
8. GARRIDO y FUERTES, op.cit., p. 112.
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en este artículo, pero entonces nos quedarán otros seis, siendo escasos los que se identifican de las dos centurias anteriores, y estando prácticamente todos los de los siglos XIX y XX.
Candidatos estudiados como propietarios del blasón del púlpito
Los prelados que se suceden entre 1703 y 1755 son Vidal Marín, Sancho de Velunza y Corcuera, Francisco Lasso de la Vega, Tomás Crespo Agüero, Tomás del Valle, Andrés Mayoral, Miguel de Aguiar y Martín de Barcia, descartando a Antonio de Soloaga que no llegó a tomar posesión de la mitra por ser preconizado a la de Lima, en Perú.
No habíamos encontrado escudos ni de Vidal Marín, ni de Sancho de Velunza. El de Francisco Lasso de la Vega lo encontramos en una obra de la Biblioteca Nacional y el de Tomás Crespo Agüero en su sepultura de la Basílica del Pilar, así como en las Escuelas Pías de Zaragoza. El de Andrés Mayoral se encuentra tanto en el retablo del Sagrario de la Catedral, como en algunos documentos del Archivo Diocesano de Ceuta y en el retrato que forma parte de la galería pintada en 1887 por Ricardo Escribano, en la que también están las armas de Tomás del Valle. El de Miguel de Aguiar estuvo en un dintel de un templo madrileño y lo hemos podido identificar en documentos del Archivo Diocesano y, por último, el de Martín de Barcia es el más documentado, tanto en los archivos como en el retablo del Santuario, indumentaria y su retrato.
Naturalmente, había otros personajes que podrían haber dejado sus armas antes y después. Personas que ocuparon cargos en la diócesis y fueron preconizados como obispos de otras diócesis como Diego de Astorga y Céspedes, que fue gobernador del obispado durante la ausencia en Madrid de Vidal Marín entre los años 1705 y 1709, y más tarde obispo de Barcelona y cardenal arzobispo de Toledo. Al morir, tenía por cumplir la donación ofrecida al Cabildo de un retablo para la catedral de Ceuta, que sus herederos se negaron a financiar.
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Otro candidato podría haber sido Lorenzo Armengual, secretario del obispo Antonio Ibáñez de la Riva Herrera a finales del siglo XVII, pero que en el período que nos hemos marcado fue obispo de Cádiz.
Si examinamos la bibliografía de temas histórico-religiosos de Ceuta, siempre hemos tenido cuatro candidatos principales a ser quienes pudieron dejar su escudo en el púlpito del Santuario. Esos tres eran Vidal Marín, Sancho de Velunza, Tomás Crespo Agüero y Martín de Barcia, que la heráldica nos reducía a los dos primeros.
Vidal Marín, una biografía unida al Santuario
Vidal Marín de Redrojo nació en la villa de Mora, arzobispado de Toledo9. Su familia los Marín del Campo, tenían una cierta posición, lo que le permitió a su padre, familiar del Santo Oficio, prepararle un futuro prometedor10: Tal es así que Vidal Marín de Redroxo mandó a vástago homónimo a estudiar en los Gramáticos, de Cuerva y después al ilustre colegio Fonseca de Salamanca, lo que le permitió obtener una aceptable consideración social entre sus paisanos. La carrera ascendente de muchacho continuó en el año 1672, cuando entró en el colegio de
San Clemente, en Alcalá, llamado de los Manchegos, AHPT. Protocolo 11636, f. 96, a partir de ahí comenzó su trayectoria eclesiástica como magistral de Santo Domingo de la Calzada, posteriormente fue canónigo en Sevilla, llegó a obispo de Ceuta e inquisidor general. Tan prestigiosa posición serviría a los miembros de la familia para ocupar empleos de prestigio como alcaides de poblaciones arzobispales y castillos, entre ellos el de Almonacid, a finales del siglo XVII. Miguel
Barba del Campo, su secretario en Ceuta, sobrino, obtuvo un puesto
9. LÓPEZ, Atanasio. Los obispos en el África Septentrional desde el siglo XII, Tánger 1941, pp. 233-235. 10. RODRÍGUEZ DE GRACIA, Hilario. “Familias principales” y estrategias: Mora deToledo (ss. XVII-XVIII), Tiempos Modernos, nº 24, 2012/1, consultado el 10 de noviembre de 2017. http://www.tiemposmodernos.org/tm3/index.php/tm/article/viewFile/302/337
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de canónigo en Toledo el año 1723 y su hermano Vidal era alguacil mayor de la Inquisición mejicana. Alfonso Marín, sobrino del obispo, fue catedrático de Escritura en la Universidad salmantina y su hermano Jerónimo alcanzó el grado de sargento mayor del reino en
Méjico, o lo que es igual el jefe superior de los capitanes, con funciones de fiscal y económicas.
Ciertamente, cursó estudios de teología en la Universidad de Alcalá, obteniendo tanto la licenciatura como el doctorado11. Fue inquisidor mayor de Salamanca, magistral de Santa Domingo de la Calzada y lectoral de la metropolitana de Sevilla. El nombramiento de obispo de Ceuta, por fallecimiento de Diego Ibáñez de Lamadrid, se le comunicó por bula de Inocencio XII a Carlos II de 10 de septiembre de 169412. Tomó posesión de la diócesis de Ceuta el 9 de noviembre de 1695.
En el episcopologio, del obispo Martín de Barcia13 se dice que: … fue presentado para las sillas de Córdoba14 y de Burgos y habiéndolas renunciado, fue llamado por el Rey Felipe V para confiarle el cargo de inquisidor mayor general, cuyo cargo ejerció hasta el 10 de marzo de 1709. Falleció en la Corte, su cadáver fue trasladado a esta plaza en 1714 y sepultado en el panteón de la Iglesia de África.
Fue esta una decisión que dejó recogida en su testamento, que fue redactado en Madrid el 8 de marzo de 1709, dos días antes de su fallecimiento15 .
Ros Calaf, basándose en el informe de 1789 de Francisco Anto-
11. Archivo Histórico Nacional, Universidades, L. 404. 12. Archivo General de Simancas, PTR, Leg. 64, doc. 43. 13. Biblioteca Nacional de Catalunya, fondo Mariano Ferrer Bravo (BNC-MFB), manuscrito 1379-5.
14. En otro catálogo de obispos, de otro informe de Barcia, BNC-MFB, 1379-5 se dice que fue
Pamplona y Burgos. 15. BARRIO MOYA, José Luis. “El testamento de don Vidal Marín, obispo de Ceuta entre 1694 y 1709”, Transfretana, nº 6, noviembre 1994, pp. 53-59.
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nio de Montes dice que16: El Ilmo. D. Sancho de Velunza en su Visita de 1716 nos da las siguientes noticias: “Con los fondos, dice, que había en caja en 1694, y los mil ducados anuales que se percibieron hasta 1703 inclusive, por disposición del Ilmo. Vidal Marín, se hicieron los gastos de la capilla mayor del Santuario de Ntra. Sra. de África, el retablo mayor y los laterales, más el maderamen que se puso por la parte interior del frontis para que resistiera los tiros de los morteros de los moros.” Se hizo también con dichos fondos, y antes tal vez, que se construyera la capilla mayor, la cripta de la misma que está debajo de su presbiterio, y esa cripta se hizo para que fuese panteón de ilustres, obras que en manera alguna podían hacerse sin previa demolición de la pequeña de Ntra. Sra. de África, y entre tanto el Ilmo. Cabildo, en orden a los divinos oficios, residía en Ntra.
Sra. del Valle, y por sin duda, dice el Ilmo. Sr. Mayoral que durante algún tiempo fue Catedral.
El mismo autor nos dice en otro lugar17 que: En 1715 era todavía una pequeña capilla. Consta por los autos de Visita hecha por el Ilmo. Sr. D. Sancho Velunza en 1716 que los fondos existentes en arcas cuando se pararon las obras de la Catedral en 1694, y lo que se cobró desde 1694 hasta 1703, se invirtieron en la ermita de Ntra. Sra. de África y que entonces se construyó su capilla mayor a prueba de bomba, las dos sacristías, el panteón para sepultura de ilustres, y tres retablos, esto es, el mayor y los laterales. Estas son las obras que hizo el Ilmo. Sr. Vidal Marín, derribando primero, como es de suponer, la antigua ermita: el Sr. Vidal Marín vino a esta de Ceuta en 1695. El Ilmo. Sr. Velunza, que vino a Ceuta en 1714, en Auto de 25 de enero de 1715 dispuso la reparación de la pequeña y casi inservible ermita de Ntra. Sra. de África -así la llama aún después de las obras
16. ROS Y CALAF, op.cit, cap. XX.
17. ROS Y CALAF, op.cit, cap. XXIII.
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mandadas hacer por su predecesor Vidal
Marín-, y la ampliación de la ermita con sus tres naves, pórtico, coro bajo, tribuna para el órgano y espadaña para las campanas.
Más aún, nos cuenta pormenores de quienes hicieron los retablos, qué se pagó por los alquileres de quienes vinieron a hacerlos y mil y un detalles más, pero curiosamente no dice nada del púlpito.
Ros y Calaf se revisó actas, cuentas de fábrica y documentación como hizo con posterioridad el deán Rafael Navarro Acuña para sus notas, el doctoral Alejandro Sevilla Segovia para su libro sobre la Virgen de África18, o yo mismo durante años, sin encontrar mención del mismo. Sin embargo, siempre nos quedaba el blasón.
Identificación del escudo
Durante mucho tiempo habíamos buscado documentos de Vidal Marín en los que pudieran venir sus armas, una práctica muy extendida, no solo en documentos manuscritos, sino también en obras impresas, pero no habíamos tenido éxito.
Entre nuestras búsquedas, habían estado las diferentes ediciones del Catálogo-Índice de libros prohibidos que, ordenado por el Concilio de Trento, tuvo varias ediciones, algunas de las cuales iban firmadas o refrendadas por el Inquisidor General Vidal Marín.
No habíamos tenido suerte hasta el descubrimiento de un artículo del Blog Archivo Histórico de la Universidad de Rosario titulado “La censura, siempre presente en la historia del libro (I)”,
18. SEVILLA SEGOVIA, Alejandro. La Virgen de África en la Historia de Ceuta, Ceuta 1992.
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publicado el 12 de mayo de 2016, firmado por Jaime Restrepo Z19 .
Este trabajo se ilustra con diferentes portadas de ediciones del Índice, entre ellas la del Index Expurgatorius hispanus comenzado por el Excmo. Sr. D. Diego Sarmiento y Valladares y continuado por el Excmo Sr. Vidal Marín, en 1707, conservado en el Colegio Mayor del Rosario.
Ni que decir tiene que no era el contenido de sus 791 página nos llamó la atención, sino la propia portada, y dentro de ella, el escudo del ángulo izquierdo en el que aparecía un escudo que podríamos describir tal y como lo había hecho Manuel Fuertes de Gilbert con el del púlpito del Santuario en su obra ya mencionada20 .
Después de eso hemos encontrado otros ejemplares en la Biblioteca de la Universidad de Sevilla21, en la Real Biblioteca, formando parte de los fondos de Patrimonio Nacional22, y hasta un par de ejemplares descargables en pdf en google. books procedentes de las bibliotecas del Colegio de la Concepción de Alcalá y de la Biblioteca Pública Episcopal de Barcelona.
El hallazgo no es menor, por cuanto nos da la cronología y el nombre del donante de una de las piezas más importantes del patrimonio eclesiástico local, y sin duda, una de las más hermosas del Santuario de Nuestra Señora de África.
19. http://www.urosario.edu.co/Blog-Archivo-Historico/Cronica-rosarista/Mayo-2016/
La-censura,-siempre-presente-en-la-historia-del-li/ 20. GARRIDO y FUERTES, op.cit., p. 112. 21. Biblioteca de la Universidad de Sevilla A 197/026-07. Consultado el 10 de noviembre de 2017. http://expobus.us.es/censura/ambito_925_927.htm# 22. Patrimonio Nacional, Real Biblioteca, RB XIX/4772-73. Consultado el 10 de noviembre de 2017. http://realbiblioteca.es/rbdigital/items/show/33689
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