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las letras del abecedario. Por eso en la Academia hay cuatro Adanes, cinco Alejandros, tres Andreses, tres Alfredos, seis Antonios, un Alberto y un Anastasio, en total veinti cinco alumnos. Don Borrón se llama también Ambrosio y en toda la Academia el único nombre que no empieza por A es el de Mateo. Además Mateo no es un alumno. Es el mirlo sabio de don Borrón. Mateo sabe hablar muy bien; pero con una peculiaridad: que tan solo pronuncia las terminaciones de las palabras, sin tener para nada en cuen ta su principio. Cuando, por ejemplo, Mateo coge el teléfono, suele decir: «Iga, qui emia de on ron.» Eso significa: «Diga, aquí Academia de don Borrón». Naturalmente los extraños no comprenden nada, pero don Borrón y sus alumnos se comunican con él a las mil maravillas. Mateo hace los deberes con nosotros y, a me nudo, sustituye a don Borrón en la escuela cuando este sale a cazar mariposas para su almuerzo. ¡Oh, sí! Casi se me olvida decir que nuestra Academia se encuentra en un gran parque lleno de hoyos y barrancos, y que está rodeada de un alto muro. A nadie le está permitido salir fuera sin don Borrón. Pero este muro no es un muro cualquiera. Por el lado de la calle es totalmente liso y solo tiene una gran puerta de vidrio en el medio. En cambio, en los otros tres lados se puede ver una fila ininterrumpida de por tezuelas de hierro, cerradas con candaditos de plata. Todas esas portezuelas llevan a otros tantos cuentos vecinos con los que don Borrón mantiene muy buenas e íntimas relaciones. En cada portezuela hay una placa con una inscripción que indica el cuento adonde conduce. Allí están todos los cuentos del señor Andersen y los de los hermanos Grimm, el cuento de Cascanueces, el del Pescador y de la Pescadora, el del lobo que fingía ser mendigo, el de los Pitufos, el del pato Donald y muchos, muchos más. Nadie sabe cuántas portezuelas hay porque, cuando uno empieza a contarlas, suele equivo carse y al cabo del rato ya no sabe cuántas había contado antes. Jan Brzechwa: La Academia de don Borrón. Alfaguara.
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mirlo m. Pájaro que se domestica con facilidad y aprende a repetir sonidos y a imitar la voz humana.