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72 años
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Una comuna que se recorre uchuncaví desde el campo al mar “EL OBSERVADOR” Se quedaron en Puchuncaví después de una visita y ahora son los reyes del cuero
Hernán Saldaña Riquelme y su esposa Jaqueline González Quinteros hacen desde cinturones hasta aperos huasos
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ernán Saldaña Riquelme y su esposa Jaqueline González Quinteros viajaron hasta Puchuncaví desde Rengo, en la Sexta Región, con el fin de visitar a uno de los cinco hermanos de Hernán. Como su estadía fue tan placentera y los paisajes parecidos a los de su zona, decidieron comprar un terreno, construir una casa y pasar el resto de su vida en la comuna. Siete años han pasado desde su arribo y ya se sienten parte del lugar. Hicieron amigos y amigas; su hija Carla también compró un terreno cerca de ellos; y tienen un puesto estable en la Feria Artesanal Yankatu, ubicada a un costado de la Plaza de Puchuncaví, donde exponen sus trabajos en cuero y el de otros artesanos asociados.
La talabartería es un arte, que Hernán heredó de su padre, Abraham, el cual a su vez lo aprendió del suyo. Por eso sabe arreglar monturas, riendas, aperos, zapatos, forrar estribos y elaborar cinturones, accesorios e implementos propios del rodeo, tanto para jinetes como para caballos.
“Mi papá siempre trabajó en reparaciones y era domador y arreglador de caballos. Así que, de chiquito, aprendí a estar metido entre los cueros. Primero reparé zapatos y, como sabía
Martes 13 de septiembre de 2016
de cuero, hacía cinturones y algunas cosas más. Como aquí la comuna es huasa, empecé con la talabartería y he tenido una buena aceptación y mi esposa también aprendió”, afirma.
Dicen que su puesto lo tienen gracias a Jaqueline, ya que fue ella quien se acercó a la Municipalidad para dar a conocer el trabajo de su esposo. “Él trabajaba en la casa, y un día yo tomé algunas
Hernán Saldaña Riquelme junto a su esposa Jaqueline Gonzalez Quinteros.
El hombre que teje el mimbre para crear piezas que duren más de 100 años Leonardo Navarrete Domínguez es un verdadero artista, que fabrica sus creaciones a la vista de todos
E
l mimbre, técnica de tejido proveniente de la ciudad de Chimbarongo, es una de las tradiciones chilenas que se ha ido perdiendo a través del tiempo, incluso en aquella zona. Sin embargo, en Puchuncaví la tradición sigue más firme que nunca, con una familia que ha traspasado su conocimiento entre varias generaciones. Canastos, maceteros, cestas para la ropa y camitas para perros son sólo algunas de las tantas creaciones que podemos ver en el único puesto de mimbre de la feria de Puchuncaví. Detrás de cada pieza hay una historia que tiene a un hombre como protagonista, con un oficio que desarrolla casi como un espectáculo a aire libre: Leonardo Navarrete Domínguez. A sus 48 años, cuenta que es oriundo de Santiago, pero lleva más de 25 años
viviendo en la zona, donde actualmente desarrolla su pasión, junto a su familia, teniendo como escenario la Feria de Puchuncaví. “Aprendí cuando era muy pequeño. Mi papá me enseñó, pero mi abuelo le enseñó a él. Yo no he querido perder eso, entonces le enseñé a mi esposa, a mi hijo y a mi nieta de 8 añitos, aunque fuera a la fuerza (ríe). Porque, si bien uno nunca se va a ser rico con el mimbre, nunca
le va a faltar el pancito en la mesa”, señala Leonardo. Todo lo que dice, lo cuenta mientras teje y teje, porque no detiene por ningún momento el entrelazado de varillas. Así lo hace siempre, por lo que es un espectáculo verlo. Con una chupalla al sol y manos un poco dañadas, confiesa que es tanto lo que le gusta tejer, que, cuando tiene momentos de estrés o mucho cansancio, sigue tejiendo, pero cosas más pe-
queñas, como pececitos de mimbre que suele regalar, pues no los hace para venderlos. Para tejer el mimbre se requiere concentración, creatividad y habilidades manuales que se pueden ir desarrollando a medida que uno va practicando. Es por eso que para él es fundamental que no se pierda esta tradición y, por el contrario, se fomente a través de talleres. Especialmente para los adultos ma-
yores, pues les permite tener movimiento en sus manos, se entretienen y se sienten activos al crear objetos que después hasta pueden vender. El mimbre es un arbusto similar al sauce, el cual se debe humedecer con agua para poder trabajarlo. Leonardo sigue conversando, mientras arma un canasto para la ropa y nos cuenta que el trabajo más grande que le ha tocado hacer fue tejer cuatro quitasoles, en los que demoró tres días. Dentro de las variedades de mimbre que trabajan Leonardo y su esposa, Jéssica Arce Espinoza, también utilizan el mimbre alemán, pero aseguran que el chileno es más firme para tejerlo, es de mejor calidad y dura mucho más. Es más: dicen que un objeto tejido en mimbre pelado puede llegar a durar más de cien años. Por eso su valor y lo importante de recuperar esta tradición, que en Puchuncaví sigue viva.
cosas y, como sabía que estaban haciendo ferias costumbristas, fui a la municipalidad; hablé con Mauricio (Bernal Valencia) y le pregunté si existía la posibilidad de que Hernán mostrara su trabajo en alguna feria. Me dijo que nunca habían tenido un talabartero, así que me abrió las puertas al tiro y nos incluyó. Desde entonces hemos estado en todas las ferias”, afirma. La historia de la Feria Artesanal Yankatu comenzó después. Fue cuando tomó forma una idea que Hernán propuso a una agrupación de artesanas. “Aquí hay agrupaciones de emprendedoras y nos dieron la oportunidad de trabajar con ellas en la Feria Navideña de 2015. Después de que pasó Navidad, seguimos trabajando todos los viernes en la calle y mi marido dio la idea de arrendar, entre todos, el terreno que estábamos ocupando, para hacer una feria. Empezamos las gestiones y, en abril, fue la inauguración. Aquí estamos trabajando, de lunes a domingo”, explica Jaqueline. Sobre lo heredado de su oficio, Hernán dice: “Es que la sangre tira. Como que uno tiene un amor por las cosas, para que no se pierdan, porque todo esto ya está desapareciendo. A mi casa han ido niños para que les enseñe, pero hay uno que se ha mantenido. Se llama Matías y es de Pucalán. Tiene 15 o 16 años y le gusta el tema. Así en él continuará este oficio”, concluye.
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publicidad Leonardo Navarrete Domínguez y Jesica Arce Espinoza, junto a sus creaciones
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