AÑOS
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EL OBSERVADOR
de Aconcagua
Los Andes La unión comunal dirigida con fuerza ferroviaria El jubilado de Ferrocarriles y presidente de la junta de vecinos de la villa Manuel Rodríguez, Jorge Ponce, recuerda sus años en el tren y dice que falta mucho por mejorar en los barrios “Tengo 66 años, soy nacido y criado en Los Andes. Hijo de madre y padre ferroviario. Estudié en el Liceo Max Salas y, después, me fui a Santiago a estudiar en Inacap. Me titulé de técnico en Redes Aéreas para trabajar en la corriente de los trenes y salió al revés, porque fui maquinista”. Así resume su vida Jorge Ponce Núñez, presidente hace 17 años de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Los Andes. Aunque él piensa que se nace con la vocación de ayudar, es innegable que Luis Alberto Ponce Ponce, su padre, es su máximo referente. “Mi padre fue ferroviario y un gran dirigente social de Los Andes. Cuando él estaba, existía la Unión de Obreros Ferroviarios y el recorrido era desde Llay Llay a la frontera. Después quedó solo hasta Los Andes. Por eso eran dos estaciones y la del Estado era ésta. Aquí llegaban de trocha ancha y, cuando yo trabajaba, de trocha angosta. Él murió en 1951, en un accidente en el kilómetro 6 y medio. Lo tomó la corriente porque la dieron cuando aún no terminaba de cambiar un aislador. Yo tenía un año y mi madre quedó viuda con cuatro hijos y uno en la guatita”, recuerda. La cédula de identidad de Francisca Adelinda Núñez (sin segundo apellido) dice que nació hace 98 años, pero Jorge está seguro de que tiene más y que la inscribieron varios años después de nacer, lo cual era una práctica recurrente durante esa época. Debido a que Luis murió en acto de servicio, a ella le dieron un trabajo en Ferrocarriles. “Fue a Santiago y en ese tiempo era Presidente Carlos Ibáñez del Campo. Entonces, Jorge Ponce habló con la seademás es ñora de él -por ahí presidente de tiene un cuento mi la Federación mamá –; hicieron Quinta Región a la frontera, los trámites y le que parte en Llay Llay; el Con- crearon un puesto sejo Consultivo de Fonasa de de guardia cruzala Provincia de Los Andes; y el da en Guardia VieConsejo Consultivo de SERja”, explicó. VIU de la Quinta Región. Por ello, entre 1954 y 1958, Jorge, su hermana menor y su madre tuvieron que alejarse. Sus tres hermanas mayores quedaron internadas para terminar el colegio y la familia solo se reunía en vacaciones. “Después se vino de guardia cruzada a El Sauce y ahí estuvimos varios años, hasta que el 68 ó 69 nos regresamos a Los Andes, porque pusieron el sistema automático. Ese ‘mono’ dejó sin pega
Multi dirigente
a mi mamá así que se vino de agregada a la Oficina de Vías y Obras”, cuenta. El cambio de Francisca coincidió con el ingreso de Jorge a Ferrocarriles, quien comenzó como limpiador, y luego, fue aspirante, ayudante de tercera, segunda, primera; maquinista de tercera, segunda y, finalmente, inspector-instructor, antes de jubilar. A pesar de haber compartido varios años juntos en la empresa, su madre se retiró tras 26 años de servicio. Él se mantuvo activo y, durante 9 años, fue dirigente de la Federación Santiago Watt de Ferrocarriles del Estado. En ese tiempo, los dirigentes ya no estaban tan activos, por lo que se considera parte de una generación de recambio, escogida por la gente, a través de votación. Su retiro se concretó cuando el tren quedó al mando de Ferrocarriles del Pacífico S.A. (FEPASA). “Cuando era ayudante de maquinista, viajaba en los trenes de pasajeros que salían de aquí, donde está la Pullman, a Mendoza. Después, también siendo ayudante, viajábamos a las cuevas en los trenes de carga. En el año 84 se cerró el tramo a la frontera y llegábamos hasta río Blanco, y ahí nos quedamos trabajando solo con la minera Andina, transportando cobre. Una vez que lo privatizaron, en 1995, los que querían se quedaban y el resto se podía ir indemnizado y nosotros optamos por lo segundo, porque antes que lo tomara FEPASA, había que tener un límite de veinticinco años y teníamos como veintiocho”, precisa. JUBILÓ Y SE HIZO PRESIDENTE VECINAL Una vez jubilado, Jorge se integró casi al mismo tiempo a la junta de vecinos de la población en la que aún reside. Según cuenta, lo escogieron presidente al tiro. “Uno nace con una inquietud de ayudar, de informar, de hacer. Cuando privatizaron en 1995, me fui jubilado y comencé a trabajar como dirigente en la Villa Manuel Rodríguez (compuesta por 70 socios de los cuales participan 40), una población de ferroviarios que queda frente al Jumbo. He sido presi-
dente desde ese tiempo”, destaca. Así comenzó a ascender, pues, un par de años después, su nombre fue propuesto para ser presidente de la Unión Comunal de Juntas de Vecinos, cargo que consiguió y mantiene hace 17 años. Esta UNCO está compuesta por 105 juntas de vecinos y, a pesar de la diversidad de problemáticas que cada una tiene, Ponce detalla algunos de los dilemas comunes. “La falta de mantención de áreas verdes, las luminarias en mal estado de las plazoletas, el estado de los bandejones, los residuos domiciliarios y el agua, debido a que se han reventado hartas matrices que son antiguas; están entre los problemas que más se repiten. Hemos estado trabajando en conjunto para buscar soluciones. También las podas de los árboles, porque Chilquinta decía que era responsabilidad del municipio y el municipio decía que era de Chilquinta. Entonces, ahora se llegó a un consenso, en que fuimos mediadores: los primeros van a podar los árboles que están tocando las redes de alumbrado y los segundos recogerán las ramas”, recalca. CARTA A LA PRESIDENTA BACHELET Varias son las instituciones y organizaciones con las que la UNCO trabaja, entre las que están Policía de Investigaciones, Carabineros, el Hospital San Juan de Dios de Los Andes, la Gobernación y Seremis de Valparaíso. Sin embargo, el dirigente destaca la importancia que tiene para ellos el mantener su autonomía. “El municipio, por ejemplo, nos puede proponer cosas, pero como UNCO somos autónomos. Ellos tienen que trabajar con nosotros para saber cuáles son los problemas y las quejas, porque acá es donde llegan, pero nunca obligarnos a hacer algo”, puntualiza, desde la moderna oficina que tiene la UNCO en Los Andes. “La Ley 20.500 nos complicó, porque ahora nadie quiere ser dirigente, por la cantidad de trámites que hay que hacer para las elecciones. Por eso, me di el lujo de enviar una carta a la Presidenta de la República Michelle Bachelet pidiendo un cambio en esto. Y me la contestó. Ahora estoy a la espera de una respuesta de la Contraloría, pero aún así la ley hay que respetarla, venga del gobierno que venga. En ella, pedimos una modificación. No cambiarla completa. Queremos modificar el artículo 10 inciso 1, para que las organizaciones sociales sigan siendo autónomas, porque a nosotros no nos pagan, ponemos plata de nuestro bolsillo y tenemos vocación de servicio”, enfatizó. Pese a los años de servicio de este ferroviario, Ponce dice que aún le queda mucho por entregar a los vecinos y las vecinas de su querida comuna.
Edición Especial Aniversario Viernes 22 de julio de 2016
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Especial por los 12 años de Diario El Observador de Acooncagua promoviendo la participación social.