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DiarioLibre.
Lunes 18 de mayo de 2015
Noticias La vida en la frontera (1) –MIGRACIÓN
HAITIANOS QUE CRUZARON
LOS LÍMITES
República Dominicana tiene 380 kilómetros de frontera con Haití. Las provincias fronterizas son el destino de acogida de miles de inmigrantes de ese país que buscan opciones laborales, de educación y servicios. TEXTO: MARIELA MEJÍA FOTOS: MARVIN DEL CID n la Sierra de Bahoruco hay una división natural de la frontera, en donde existe un sendero que colinda con la comunidad Los Arroyos, de Pedernales. Por este camino se puede entrar y salir de Haití a República Dominicana, y viceversa. En el lado haitiano se ve una decena de casas donde viven familias hacinadas. Una joven madre cuenta que desde aquí ha cruzado sin documentos hacia República Dominicana, y en una ocasión, se trasladó 450 kilómetros, a La Romana, en donde pasó un mes en casa de una pariente. Un vecino que la acompaña, cuenta que estuvo por un tiempo en la zona céntrica de Pedernales, y regresó. Por el sendero, los haitianos cruzan diariamente a territorio vecino, a pies o en mulo. Algunos son agricultores que trabajan en fincas de dominicanos, o niños y mujeres en busca de agua o provisiones alimenticias. Retornan luego a varios poblados de su país, entre ellos, Thiotte, a unos 10 kilómetros. A más de 300 kilómetros de Pedernales, en la desembocadura del río Masacre o Dajabón, en la bahía de Manzanillo, un haitiano transporta en barcas a sus compatriotas que regresan a su tierra luego de hacer compras o trabajos domésticos en hogares de dominicanos. A las 6:40 de la tarde de un jueves, el guía de la embarcación pregunta al equipo de DL si quiere cruzar. “¿Cuánto cuesta?”, le preguntan los periodistas. Él no responde una tarifa fija. Por RD$25 o RD$100 ofrece
E
Hermanos de padres haitianos que cruzan cada día la frontera por Pedernales para ir a la escuela en Anse-à-Pitres.
En la web Para ver el video y las galerías de imágenes de esta historia, accede a:
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sus servicios. Aunque en el momento en que DL estuvo en este informal paso fronterizo no había vigilancia militar, en el destacamento de la Policía Nacional de la comunidad confirmaron que el punto es custodiado, y es conocido como un modo tradicional que los trabajadores crucen desde y hacia Haití. Los que no regresan Miles de inmigrantes que han cruzado a lo largo de la frontera, de forma legal e ilegal, no han regresado. En República Dominicana encuentran trabajo en los sectores construcción, agrícola y servicios. Así, los resultados de la Primera Encuesta Nacional de Inmigrantes en la República Dominicana, (ENI2012), indican que a ese año había 458,233 personas nacidas en Haití, representando el 87.3 % de la población extranjera. El movimiento es parte de una migración que es tan vieja como la industria azucarera, y que se estima aumentó después del devastador terremoto que afectó a Haití en 2010. Se marchan de un territorio considerado el más pobre de América y del hemisferio occidental, que con una población superior a los 10 millones, al 2013 tenía un PIB corriente de US$8,459 millones, que representa el 13.8% del PIB dominicano.
Agricultores regresan a Haití tras jornada en fincas de dominicanos.
En la Sierra de Bahoruco hay pueblos agrícolas como Ávila, Aguas Negras y Los Arroyos, donde la población haitiana supera a la dominicana en más de 90%, y las escuelas tienen una matrícula de esa nacionalidad que sobrepasa el 85 %. Los asentamientos fueron aumentando conforme los agricultores encargados de cuidar las fincas traían a sus familias. Al comparar los datos de los dos últimos censos de 2002 y 2010, se establece que la población dominicana en las cinco provincias fronterizas se redujo en 17,375 en ocho años, al pasar de 302,752 habitantes a 285,377, mientras que la extranjera -en su mayoría haitiana- aumentó 29,163, subiendo de 6,227 personas a 35,390. Para la ENI-2012 la población de origen extranjero sumaba 65,449. Montecristi es la provincia que concentra la mayor cantidad, movidos por el empleo que generan las fincas bananeras y de arroz. En el 2002 se contaron
2,284 inmigrantes, en 2010 había 13,279, y para la ENI-2012 ya eran 22,179 (18.9 % de los habitantes). De estas migraciones se producen uniones entre dominicanos y haitianos, naciendo un descendiente conocido como “arrayano”, que la Real Academia de la Lengua Española lo define como una persona que vive en la zona fronteriza o es oriunda de ella. Pero los residentes de la frontera consideran a un “arrayano” como un hijo de padre dominicano y madre haitiana, y viceversa. Un censo finalizado en el 2013 por el Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront), arrojó que 2,420 familias haitianas, que suman 12,642 personas, están asentadas en 98% de manera ilegal, en el borde limítrofe de 15 kilómetros que corresponde a República Dominicana. El 89% cocina con leña o carbón, provocando daños profundos al medio ambiente. La mayoría vive en precarias
casas de madera y zinc, siendo más de la mitad alquiladas por dominicanos. En estas viviendas pueden habitar varias familias con hasta 14 niños o más. En las zonas rurales agrícolas de la frontera sur, los jornaleros haitianos cultivan suelos agrestes arrendados a dominicanos bajo el modo de aparcería. Esperan cosechar habichuelas o maíz, y darle un porcentaje a su patrono. Sin técnicas especializadas de cultivo, presionan las parcelas, degradando los suelos. Es común verlos cocinar a orillas de la carretera o en las fincas, y llevarse a sus hijos pequeños a las labores del campo. Caída la tarde, hay agricultores que cruzan el río Pedernales para retornar a su patria. En eso andaban dos hombres la tarde de un martes, ambos con aspecto cansado, con las manos callosas y las uñas negras por la tierra. Caminaban por la carretera que conduce a Mencía, en Pedernales. Terminaban una jornada por la que cobran RD$150. Maestros dominicanos de estudiantes haitianos Los inmigrantes haitianos en las provincias fronterizas acceden a los servicios de los hospitales y clínicas rurales, especialmente de obstetricia. Solo en el centro provincial Ramón Matías Mella de Dajabón, hasta el 35% de los RD$475 mil de su presupuesto mensual se va en atención a esta población. El sistema escolar acoge una cantidad importante de estudiantes haitianos que viven en territorio dominicano o que cruzan desde Haití. Forman parte de los