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Sábado 3 de enero de 2009

Noticias HISTORIA Y MEMORIA POR FRANK MOYA PONS LECTURAS

ECLESIÁSTICAS

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e las principales instituciones de la República Dominicana la Iglesia Católica es, junto con el Estado, la que tiene su historia mejor documentada y estudiada pues ninguna otra posee la cantidad y variedad de estudios históricos, biográficos e institucionales que tiene la Iglesia. Desde temprano en la vida de la República algunos clérigos escribieron acerca de la historia reciente de la Iglesia dominicana, como fue el caso de José María Bobadilla, quien publicó en 1845 un folleto titulado “Opinión sobre el derecho de las iglesias y dominicanos emigrados en los bienes de que fueron despojados por el gobierno haitiano durante su ocupación en la parte del Este de la isla de Santo Domingo”, el cual fue refutado por Manuel María Valencia en otro folleto del mismo año titulado “Homenaje a la razón”. Además de estos folletos, se conservan numerosos artículos, homilías, discursos, sermones y cartas producidos en la segunda mitad del siglo XIX por arzobispos y obispos (Tomás Portes e Infante, Elías Rodríguez, Bienvenido Monzón), administradores eclesiásticos (Roque Cochía, Fernando Arturo de Meriño), y clérigos de extracción diversa (como el Padre Francisco Xavier Billini y Hernández). Esos documentos son hoy fuentes esenciales para escribir la historia de la Iglesia Católica dominicana, pero no fue hasta 1913 en que apareció la primera historia general de esta institución. Esta obra fue escrita por Carlos Rafael Nouel y Pierret, quien la dio a conocer parcialmente en años anteriores en una serie de artículos publicados en el “Boletín Eclesiástico” hasta que la publicó en Roma, en tres volúmenes, con el título “Apuntes para la Historia Eclesiástica de la Arquidiócesis de Santo Domingo, Primada de América”. Varios años más tarde, Cipriano de Utrera publicó unos “Apuntes para la Historia de los Capuchinos en la Isla de Santo Domingo”, dando inicio así a la tradición de narrar las historias particulares de las órdenes religiosas que operan en el país.

Sínodos y Concilios: “Sínodo diocesano celebrado por el Sr. Don Tomás de Portes é Infante, Arzobispo de Santo Domingo en los días 12 y 17 de Mayo de 1851” (1851); Cipriano de Utrera, “El concilio dominicano de 1922: con una introducción histórica” (1940); Odilo G. Parente,”Concilio provincial dominicano, 1622-1623: aportación venezolana” (1972); Rafael Bello Peguero, editor, “Sínodos diocesanos, 1851, 1878, 1938” (1997).

La primera historia general de la Iglesia Católica dominicana apareció en 1913.

En esa misma línea, en 1950 Antonio Valle Llano, publicó una importante historia de los primeros establecimientos jesuitas en el país titulada “La Compañía de Jesús en Santo Domingo durante el período hispánico: algunas notas históricas”. Historias de parroquias también abundan, como los “Apuntes para la historia de la parroquia de Puerto Plata”, publicados en 1931 por Rafael Castellanos Martínez, y como las que publicó Hugo E. Polanco Brito tituladas “La Parroquia de San José de los Llanos, breves notas históricas” (1958), e “Historia de la parroquia de Santa Ana”, (1978), y la “Historia Parroquial de Santa Bárbara de Samaná” publicada por Santiago Godbout en 1993. Algunas personas también han escrito historias de diócesis, como José Carlos Rodríguez Núñez, “La diócesis de Santiago de los Caballeros: apuntes para su historia” (1991), en tanto que otros, como Rafael Bello Peguero, han recogido extensas colecciones documentales como, por ejemplo, los “Documentos de la Provincia Eclesiástica de Santo Domingo, 15041994” (1998). El inventario de temas eclesiásticos que han recibido tratamiento historiográfico es largo. Veamos, por ejemplo, nada más que cuatro muy incompletas listas: Iglesia, Estado y política: Leonidas García Lluberes, “Influencia de la Iglesia Católica en la Formación de la Nacionalidad y en la Creación de la Re-

pública Dominicana”, publicado en 1933; José Altagracia Hazim Azar, “Las relaciones del Estado dominicano con la Santa Sede y la Iglesia Católica” (1941); Ramón Lugo Lovatón, “Expulsión del Arzobispo Don Pedro Valera y Jiménez en 1830” (1952); Vetilio Alfau Durán, “El derecho de patronato en la República Dominicana” (1975); Láutico García, “Meriño: ¿más político que prelado?” (1983); Guido Féliz, “Iglesia y revolución” (1969); James Alan Clark, “The Church and the Crisis in the Dominican Republic” (1967); IBECAM, “Política católica del régimen de Trujillo: 16 de Agosto 1930-1960” (1960); Fernando Pérez Memén, “Relaciones entre la Iglesia y el Estado en el período 18981934” (1991); Fernando Pérez Memén, “Las relaciones entre la Iglesia y el Estado en el Período 1924-1930” (1981); José A. Moreno, “Iglesia y Estado en la República Dominicana: de Trujillo a Caamaño” (2000); Fernando Pérez Memén, “Tipología del Liberalismo Dominicano en las Relaciones entre la Iglesia y el Estado” (1995); Tirso Mejía-Ricart, La Universidad, la Iglesia y el Estado en la República Dominicana(1980); Láutico García, “De la actualidad a la historia” (1983); William L. Wipfler, “Poder, Influencia e Impotencia: La Iglesia como factor socio-político en República Dominicana” (1980); José Chez Checo, “La Iglesia Católica y Trujillo: la carta pastoral de 1960” (2004); José Luis Sáez, “La sumisioón bien pagada: la Iglesia dominicana en la Era de Trujillo (1930-1961)” (2008).

Seminarios: Hugo Eduardo Polanco Brito, “Seminario Conciliar Santo Tomás de Aquino, 1848-1948” (1948); Eliseo Pérez Sánchez, “Nuevo capítulo para la historia eclesiástica de la Arquidiócesis de Santo Domingo: (Un siglo de Seminario) 18481948” (1948); Julio Martín Castillo Mejía, “Aportes del Seminario en sus 150 años de existencia” (1998) Rafael Bello Peguero, “Los Jesuitas y el Seminario Santo Tomás: cincuenta años de presencia en el Seminario Pontificio Tomás de Aquino 1946-1996”(1996). Templos: Rafael Celedón, “El Santo Cerro en Santo Domingo” 1886); Cipriano de Utrera, “Ntra. Señora de las Mercedes, Patrona de la República Dominicana: historia documentada de su santuario en la Ciudad de Santo Domingo y de su culto” (1932); Cipriano de Utrera, “Ntra. Sra. de la Altagracia: historia documentada de su culto y su santuario de Higüey” (1933); Cipriano de Utrera, “La iglesia parroquial de San Pedro de Macorís” (1932); Luis E. Alemar, “La catedral de Santo Domingo: descripción histórico arqueológica de este portentoso templo, Primada de las Indias” (1933); Odilo Gómez Parente “Origen y vicisitudes del convento de Santa Clara de la Española” (1973); Flérida de Nolasco, “Días de la colonia; la catedral de Santo Domingo; el santuario de Higüey: (Estudios Históricos)” (1974); Flérida de Nolasco, “El primer santuario de América” (1961); Flérida de Nolasco, “La catedral de Santo Domingo, Primada de América” (1965); Carmen Lara Fernández, “La catedral primada de América” (1950); Luis S. Escobal Reyes, “Biografía de la catedral primada de las Indias” (1977); An-

dré Dunoyer de Segonzac, Basílica Nuestra Señora de la Altagracia” (2000); Carlos Dobal, “Nuestra catedral: la antigua iglesia parroquial mayor hoy catedral de Santiago de los Caballeros” (1986); T. H. Cummings, “The First Sanctuary in the New World” (1893); M. Canal Gómez, “El convento de Santo Domingo en la isla de este nombre: breves apuntaciones sobre sus orígenes y sobre la fundación y vicisitudes de su estudio general” (1934); Juan A. Biaggi Lama, “Las mil y una historias de la Catedral” (1992), entre muchos otros. De tener más espacio que el disponible para este corto artículo mostraríamos otras listas de obras acerca de esos y otros temas. Ahora, debemos concluir este artículo mencionando varios esfuerzos, de variado tamaño, de historias generales de la Iglesia que han sido publicadas después de la obra de Nouel y Perret. Son ellos, Frank Moya Pons, “Notas para una historia de la Iglesia en Santo Domingo” (1973); Frank Moya Pons, “Periodificación de la historia de la Iglesia en Santo Domingo” (1975); José Luis Sáez, “Testigos de la esperanza: historia de la vida religiosa en Santo Domingo” (1979); Hugo Eduardo Polanco Brito, “Síntesis de la historia de la Iglesia en Santo Domingo” (1982); José Luis Sáez, “Cinco siglos de Iglesia dominicana (1492-1992)” (1987); José Luis Sáez, “La formación sacerdotal en Santo Domingo: desde el Concilio de Trento a la fundación de la República” (1999); José Luis Sáez, “La Iglesia y el negro esclavo en Santo Domingo: una historia de tres siglos” (1994); y la no tan breve obra de Antonio Lluberes, “Breve historia de la Iglesia Dominicana, 1493-1997”, publicada en 1998 con una extensión de 673 páginas. Las obras mencionadas más arriba son una pequeña muestra de la extensa bibliografía de la Iglesia Católica en la República dominicana. En futuros artículos mencionaremos otras como, por ejemplo, la gran masa de biografías de hombres de iglesia publicadas por Rafael Bello Peguero, José Luis Sáez y Antonio Camilo, entre otros.


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