Familia Catolica no. 25

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Familia Católica Coleccionable

El tercer enemigo de la Familia: EL LIBERALISMO - El mejor trabajo del mundo - Evite este tipo de cáncer - Un sitio en la mesa (cuento) - La educación de la inteligencia y la voluntad de los hijos - Reflexiones, entretenimiento, la receta de los viernes

AÑO 13

N° 25

OTOÑO - INVIERNO 2009 - Familia Católica -

DONATIVO $20.00 1


Editorial “FAMILIA CATÓLICA” DIRECTORIO Director: Héctor Guiscafré Editor: Paloma Plata Asesor Doctrinal: R.P. Mario Trejo Asesor Técnico: Oscar Méndez Formación y Diseño: David Plata Circulación: Marina Rodea Correspondencia: Plan de Guadalupe 65-7 Col. Ticomán. CP 07320 México D.F. Tel: 5754-6095 Le proporcionamos la dirección del correo electrónico de la revista para recibir consejos y sugerencias; por favor tome nota. hguiscafreg@hotmail.com Agredecemos a todas aquellas personas que nos han escrito para darnos su opinión o felicitarnos. Se autoriza la reproducción de los artículos que no señalen una fuente específica, citando a esta revista.

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Estamos publicando, gracias a Dios, el número XXV de “Familia Católica”. En este fascículo correspondiente al otoño e invierno del año 2009, tocamos principalmente el tema del Liberalismo: “El tercer enemigo de la familia y la sociedad” Como podrás apreciar el espacio no nos alcanzó –a riesgo de cansar mucho al lector- sino para tocar los aspectos conceptuales y dejaremos, para el siguiente número, aquellos referentes a la solución del problema. El liberalismo es un cáncer que corroe a toda la sociedad y llega, engañoso, hasta las familias y los individuos. Sobre todo el liberal-católico o católico-liberal que es una corriente o un ser ambiguo. Teóricamente no se podría ser católico y al mismo tiempo liberal, pero en la práctica lo son y eso desconcierta en la lucha. No se ve al enemigo claramente, no se puede luchar contra un fantasma o alguien que dice “si, si” y al voltearse “no, no”. O peor aún, que en la misma respuesta dice “si, no”. Así es el católico-liberal, dice si creo en Dios, si creo que es creador y señor de todas las cosas, pero no es el momento para que el reine, no es oportuno ahora, después será, como dijo Mons, Marchioni el Nuncio Apostólico de Berna, Suiza, en la entrevista que les presentamos en el primer artículo de este número: “El reinado de Cristo es difícil actualmente…. “ Decimos además que ese liberalismo ha envuelto a casi todas las familias católicas: Por un lado: “Cristo es Dios y es Rey, Viva Cristo Rey, Viva la Virgen de Guadalupe” etc. Por el otro: “El rosario, que flojera.. Es que me gusta mucho esa chica o ese chico, aunque es muy… Nosotros, la parejita y ya… Que lo perdone, ¡jamás!... Es normal, soy hombre….” etc. Bien, pues si quieres saber como combatir ese liberalismo que corroe tu familia y a ti mismo, debes esperar hasta el siguiente número, pero puedes írtelo imaginando, requiere de una conversión interna completa. Más ya lo veremos con calma…. Pero este fascículo trae mucho más: Podrás encontrar un cuento muy bonito sobre el Ángel de la Guarda, un discurso oratorio ganador sobre el mejor trabajo del mundo y una explicación de lo que es el cáncer del alma. Hay también un artículo excelente del Padre Phillipon sobre la educación de la inteligencia y la voluntad de los hijos, que tú puedes aprovechar. Finalmente te presentamos un artículo pequeño, pero muy rico en conceptos, que debes revisar sobre el peso de una Misa. Quisiéramos terminar haciendo énfasis en esto último. Dice el Padre Lethu “Un día sin Misa es un día sin sol” y que razón tiene. Un día sin sol es un día triste, es un día frío, es un día que pasa pero en que el ánimo mismo esta decaído. ¿Por qué? Porque no hay sol, o porque lo hay pero las nubes lo tapan. Así, Dios siempre esta ahí, pero con la Misa (el sacrificio mismo de la cruz, sólo que incruento) Él derrama sus gracias sobre nosotros, Él traspasa las nubes más densas para que su calor y su luz lleguen hasta nosotros. ¿Qué sería de nosotros sin Misas? ¿Sin el sacrificio constante de Cristo, el hijo de Dios, sufriendo y muriendo en una cruz por nosotros? Si no hubiera Misa, no hubiera perdón para nuestros pecados. Así de sencillo. Y si no hubiera perdón para nuestros pecados, ¿Quién se salvaría? “Quien esté libre de pecado que arroje la primera piedra”. Acude a Misa lo más frecuente que puedas, recibe a Jesucristo en tu corazón, comulga si es posible en cada Misa y verás que esos buenos propósitos, que nunca has cumplido, poco a poco se irán haciendo realidad. Portada: un ángel hermoso. Estampa italiana.

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El tercer enemigo de la familia

EL LIBERALISMO: UN ENEMIGO MULTIFACÉTICO, ACOMODATICIO Y LETAL Primera de dos partes: Las Bases Conceptuales. “Sin hacerse criminales las sociedades humanas, no pueden proceder como si Dios no existiera, o no cuidarse de la Religión, como si fuera cosa para ellas extraña o inútil… Grande y pernicioso error es excluir a la Iglesia, obra de Dios mismo, de la vida social, de las leyes, de la educación de la juventud y de la familia” Papa León XIII1.

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ermítanme repasar brevemente el efecto de los dos enemigos anteriores de la familia y continuar después, inmediatamente, con este tercer enemigo. El humanismo (primer enemigo) le quitó el fervor, o la piedad intensa, a las sociedades y familias de Europa a finales de la edad media (siglo XV) y el protestantismo (segundo enemigo) logró quitarles o diminuir en ellas, en gran medida, la confianza y adhesión a la Santa Madre Iglesia, a principios y durante la edad moderna (14531789). El camino estaba preparado y el ambiente familiar y social suficientemente abonado para asestar el siguiente golpe y así se llevó a cabo la Revolución Francesa con los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad, principios que fueron propagados rápidamente por la masonería, en el mundo entero. De estos tres principios es el primero, la libertad, como el sostén de los otros dos, como el punto de partida, como la doctrina en la que se basan los demás y es por ello que nos proponemos revisarla más a fondo, con el objeto de explicarles a ustedes el por qué decimos que el tercer enemigo de la familia y de la sociedad es el Liberalismo. Hablar de libertad puede ser muy sencillo o muy complejo, dependiendo de si se tiene la Fe en Dios bien asentada y se ven las cosas desde la óptica de Dios o si no se tiene fe o ésta es muy pobre y se quieren ver las cosas sólo desde el punto de vista humano; sin embargo, intentémoslo.

cia, es decir, la facultad de determinarse hacia tal o cual cosa. Este segundo tipo de libertad le corresponde sólo al hombre. La existencia del libre albedrío hace que el hombre sea verdaderamente causa y dueño de sus actos y en consecuencia, responsable de los mismos. Ejemplo: un hombre puede decidir dónde vivir, a qué dedicarse en su vida, pero puede también decidir entre matar o no matar a otro hombre o sea cometer o no un pecado, amar o no a Dios, salvar o no su alma, irse al Cielo o al Infierno. Si un hombre no tuviera libre albedrío, no sería responsable de sus actos, no podría ser bueno o malo, no podría ser premiado (la gloria) o castigado (el infierno). “Dios que te creó sin ti, no puede salvarte sin ti”. –dijo San Agustín, el obispo de Hipona- y tiempo después agregó

Libertad y libertinaje. Existe una libertad física externa que consiste en la libertad de estar o de moverse de un lugar a otro. Es común o corresponde al hombre, a los animales e incluso a los seres inferiores: Ejemplos de los que no tendrían esta libertad: un hombre preso, un perro con correa, o un arbolito “bonsai”.

Figura 1. Poncio Pilatos se comportó en el juicio al que fue sometido Jesús, como un verdadero católico liberal: En teoría juzga inocente a NS Jesucristo, en la práctica lo condena a morir. Lo quiere salvar y lo manda azotar. Le pregunta ¿Qué es la verdad? Y no quiere oír la respuesta. Quiere una cosa (liberar Existe una libertad física interna o libre albedrío que a Jesús) pero hace otra (condenarlo) por quedar bien con los Judíos.

consiste en la libertad de elección utilizando la inteligen-

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El tercer enemigo de la familia

San Juan de la Cruz: “Al final de tu vida se te examinará en el amor”, es decir, si amas a Dios: te salvas, si no lo amas: te condenas. Sí, el amor es un acto de la inteligencia y de la voluntad que requiere que haya libre albedrío. Dios, que nos dio esa libertad, nos respeta esa facultad siempre y a pesar de todo lo que ha hecho por nosotros. No hay determinismo como creen los protestantes. Cada quien se gana o pierde el cielo por sus actos y cada quien tiene el libre albedrío para hacer o dejar de hacer esos actos. En tercer lugar, existe una libertad moral que es el uso del libre albedrío pero limitado o perfeccionado sólo en el terreno del bien, en el terreno de Dios. El Papa León XIII la define magníficamente: “La libertad moral –dicees la facultad de moverse en el bien2” y Santo Tomás de Aquino hace una reflexión muy interesante sobre el tema3: “Todo ser es lo que le conviene ser por su propia naturaleza. Por consiguiente, cuando es movido por un agente exterior, no obra por su propia naturaleza, sino por un impulso ajeno, lo cual es propio de un esclavo. Ahora bien, el hombre por su propia naturaleza, es un ser racional. Por tanto, cuando obra según la razón, actúa en virtud de un impulso propio y de acuerdo con

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su naturaleza, en lo cual consiste precisamente la libertad. Pero cuando peca obra al margen de la razón y actúa entonces lo mismo que si fuese movido por otro y estuviese sometido al domino ajeno. Por esto es que el que comete pecado es siervo del pecado” Así, de acuerdo al fin para el que fuimos creados, nuestra libertad consiste en poder elegir de entre varias cosas buenas la que consideremos que más agrada a Dios. No tenemos libertad para hacer el mal (no tendríamos un castigo si hubiera libertad para ello). Hacer el mal es lo que llamamos LIBERTINAJE. No hay libertad para hacer el mal, pero si hay un libre albedrío para decidir entre libertad y libertinaje. Entre ser libre (porque no se es esclavo del pecado) o ser esclavo (porque está uno atado a las pasiones). Tratando de resumir diremos que: el hombre ha recibido de Dios la facultad del libre albedrío para utilizar su libertad (elegir entre las cosas buenas) o para hacer uso del libertinaje (elegir algo malo). Ahora bien, la definición de que es bueno o malo, ya está escrito en las leyes (la Ley Divina - los diez mandamientos- y grabada en cada hombre en lo que llamamos “la ley natural” y la ley de la Iglesia Católica, -cinco mandamientos-)

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El tercer enemigo de la familia aceptar la libertad moral. El liberalismo hace de la libertad su fin en sí mismo. Se revela contra la ley de Dios y no admite límites. En pocas palabras, el liberalismo es una rebelión del hombre contra el orden concebido por el Creador, que culmina, en el orden natural, en una sociedad individualista, igualitaria y centralizadora, y, en el orden sobrenatural, en la destrucción del reinado de Jesucristo tanto en el individuo, como en las familias y en la sociedad. Pero vayamos paso a paso: Orígenes del Liberalismo:

Figura 2. Voltaire (cuyo verdadero nombre fue el de Francisco María Aouret) fue un liberal del primer tipo, o sea radical. Ejerció enorme influencia en la Francia anterior a la revolución. Poseedor de un estilo agudo y satírico, se mostró anticristiano “hasta los huesos”.

Ahora dejemos que sea el Papa León XIII con su encíclica “Libertas” -escrita en 18884- el que le de el punto final a este asunto, con un broche de oro: “Por tanto, la naturaleza de la libertad humana, sea en el campo en que la consideremos, individual o social, en los gobernantes o en los gobernados, incluye la necesidad de obedecer a una razón suprema y eterna, que no es otra cosa que la autoridad de Dios. Y este justísimo dominio de Dios sobre los hombres está lejos de suprimir o debilitar siquiera la libertad humana. Lo que hace es precisamente todo lo contrario: defenderla y perfeccionarla; porque la perfección verdadera de todo ser creado consiste en tender a su propio fin y alcanzarlo. Ahora bien, el fin supremo al que debe aspirar la libertad humana no es otro que el mismo Dios”. Liberalismo: No es fácil definirlo. El liberalismo es un conjunto de ideas filosóficas falsas sobre la libertad humana y sus consecuentes acciones políticas y económicas. Las ideas falsas corresponden a una confusión de los principios filosóficos revisados en el capítulo anterior. No quieren

El término “Liberalismo” es relativamente reciente, parece debido a Madame de Staël, poco tiempo después de la revolución francesa de 1789. El liberalismo ha existido siempre. El primer liberal, el padre del liberalismo, es el mismo Satanás, el primer rebelde: “Non serviam; no serviré” Mas sin embargo; es hasta el siglo XVI con Lutero que se ha intentado establecerlo como sistema y formularlo como doctrina. Lutero proclama el “Libre examen” y con ello ha abierto el camino a las infinitas variaciones, a las dudas y a las negaciones sobre las materias más importantes” -dijo León XIII.5 Desde ahí, el liberalismo fue extendido como una doctrina filosófica por Descartes y Kant y como una corriente social y política por Rousseau y Tolstoi. El protestantismo se encargó de su difusión y desarrollo. A partir del renacimiento y la reforma protestante surgen dos doctrinas que son las precursoras inmediatas y la base conceptual del liberalismo: nos referimos al naturalismo y al racionalismo. El primero, el naturalismo, consiste en negar todo lo sobrenatural y exaltar lo natural. Tiende metódicamente a eliminar a Dios y su soberanía suprema de las cosas del mundo (la naturaleza). El segundo, el racionalismo, sostiene que sólo es posible considerar como verdadero aquello que la razón admite. En el fondo tiene el mismo objetivo que el naturalismo, por lo que San Pío X no los separa en su condenación en el Syllabus6. El papel de la masonería. Pero no debemos olvidar que las logias masónicas han sido las fábricas en las que se han elaborado las fórmulas del culto naturalista y racionalista y en donde también se ha planeado toda la doctrina y el sistema del liberalismo y que gracias a la masonería, el movimiento reformista de 1789 en Francia, se convirtió rápidamente en una parte

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El tercer enemigo de la familia La manera de enredar los conceptos por los liberales y de como un mismo texto puede ser interpretado de dos formas completamente opuestas.

muy importante de la revolución mundial. La doctrina general del liberalismo Sus características principales son: a- Considera a la persona por encima de todo aspecto social o colectivo (individualismo). b- La libertad como un derecho inviolable. Una libertad sólo limitada por la libertad de otro individuo. Quitando el daño a terceros todo se vale. Claro que Dios no es ni un individuo ni un tercero. O no existe Dios o no se toma en cuenta en absoluto para unos, los más radicales; o existe, pero ahí, entre cortinas bien escondidito para los menos radicales, o existe como Dios con todos sus derechos menos el de reinar en sus corazones, sus familias y menos aún en su sociedad (estos terceros son los católicos liberales de cuya incongruencia hablaremos luego). c- Los mismos derechos entre las personas, principalmente en los campos jurídico y político (igualdad) d- Respeto a la propiedad privada; sin embargo, promueve el monopolio así como la usura: (Supercapitalismo). e- Adopta múltiples formas según las personas, las circunstancias y el terreno en que se encuentra y se acomoda a cualquier partido político o posición social o corriente ideológica o doctrina (fraternidad) f- Finalmente quiere proclamar la independencia en todos los ámbitos en los que se encuentre: Quiere independencia: -del cuerpo respecto al alma (naturalismo). -del presente respecto al pasado (modernismo). Lo tradicional hay siempre que modernizarlo -de la razón respecto a la Fe (racionalismo). Creo en lo que entiendo. -del individuo respecto a la sociedad: el niño de sus padres, la mujer del marido, el ciudadano del Estado, el fiel de la Iglesia (individualismo). - del obrero respecto al patrón (sólo obreros accionistas, nada que suene a cooperativas). -independencia del hombre, de la familia y del estado, de Dios, de Jesucristo y de la Iglesia (laicismo). -independencia del pueblo y sus representantes respecto a Dios (Rechazo de la realeza social de Nuestro Señor Jesucristo).

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Como dijimos antes, el liberal enreda los conceptos de libertad. Un ejemplo que tiene el Padre Roussel en su magnífico libro “Liberalismo y catolicismo7 nos puede ser de gran ayuda: “Tanto el católico como el liberal preconizan la libertad de conciencia. Pero el católico entiende por esto, la plena facultad de conocer, amar y servir a Dios sin trabas, el derecho de practicar su religión y obtener que las leyes de su país la sostengan y la protejan o sea el derecho de la Iglesia de cumplir su misión en el mundo. El liberal, por su parte, quiere afirmar con ello la plena independencia de todo hombre en el orden religioso, la libertad de creer lo que quiera e incluso no creer, es el derecho al error y a la apostasía. Es el derecho al error, es el derecho a exigir que las leyes de su país tengan en cuenta su incredulidad Así, cuando la Iglesia reclama la libertad de conciencia o de culto y la República la proclama solemnemente, no podemos dudar que bajo la

Figura 3. Monumento en Cádiz a la Constitución liberal española de 1812. La España católica que no pudo ser vencida por los Moros ni por los Judíos ni por el protestantismo, sucumbió ante los enredos del liberalismo, claro, con el apoyo total de la masonería. Por ello las colonias españolas católicas a “carta cabal” hasta ese entonces, debieron independizarse lo antes posible; sin embargo, pocas décadas después, también fueron invadidas por el liberalismo y la masonería.

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El tercer enemigo de la familia formula de la proclama se oculta un malentendido radical: con las mismas palabras se puede estar diciendo o escribiendo algo totalmente opuesto”. Las Conquistas del Liberalismo en nuestra sociedad y en nuestras familias. a). Libertad de conciencia y de cultos. Actualmente, en la mayoría de los países del mundo, existen ya las leyes apoyando la libertad de conciencias y la libertad de cultos, con la interpretación y aplicación del pensamiento liberal. En México, las nuevas generaciones ya no son predominantemente católicas. Las nuevas familias ya utilizan el libertinaje de la conciencia y del culto, dentro de ellas. b). Libertad de expresión y de prensa Los medios de comunicación siempre deben tener la libertad de mostrar los hechos verdaderos, pero no la libertad absoluta de publicar errores, falsas ideas, etc. Tiene que haber restricciones de acuerdo a la ley de Dios. Desgraciadamente en nuestros países poco a poco esta libertad de expresión sin límites se va volviendo una realidad. En las familias, cada vez más, el niño pueden decir lo que quiera y a la hora que sea, no importa que sea una mentira, una palabrota, algo inoportuno, que interrumpa a un adulto o que revele aspectos íntimos de alguno de sus miembros. c). Libertad de enseñanza (laicismo) Nuestros hijos en México han tenido que asistir desgraciadamente a colegios “Laicos”. Y los colegios católicos no han tenido la libertad de educar como se debe, han tenido que camuflajearse como si fueran laicos. Como hemos comentado en números anteriores de la revista, la familia es una sociedad imperfecta que no puede, por si misma completar la educación de los hijos (aunque depende en gran parte de ella) Así que la escuela tiene un lugar muy importante para reforzar la Fe y la Moralidad católicas d). Separación de la Iglesia y el Estado. La Iglesia en México ha sido separada del Estado desde las leyes de Reforma de 1864 por Benito Juárez, siguiendo las consignas masónicas y en base a sus ideas liberales. En las familias hay un efecto directo sobre el concepto de autoridad. Ésta no viene directa de Dios. Los padres deben de cuidar a sus hijos, pero sin tener autoridad resulta que los hijos se convierten en los verdaderos reyes del hogar y en unos niños o jóvenes descarriados. e). La tolerancia con el error (no con el que hierra, como predica Santo Tomás de Aquino). Cuántas familias católicas actuales toleran el error, en la práctica. Por

Figura 4. Benito Juárez. Presidente de México. Fue un liberal aparentemente moderado en su postura, pero que en la práctica hizo mucho daño a México. Masón grado 33, fue apoyado por la masonería de Estados Unidos papa lograr y mantenerse en el poder. Participó en las ventas y expropiaciones de la mitad del territorio del país a los Estados Unidos. Estableció las leyes de Reforma afectando en forma muy importante a la Iglesia Católica. Introdujo muchas leyes liberales, como el matrimonio civil, la libertad de prensa, etc.

ejemplo, aceptan que sus hijos se casen con divorciados, toleran la homosexualidad, las relaciones prematrimoniales o el amor libre y dan como normal la infidelidad. f). La destronización de Jesucristo como Rey. Para explicar este último punto antes hace falta explicar a ustedes lo que es el Liberalismo Católico o el Catolicismo Liberal. ¿Qué es un católico liberal? Como hemos dicho, el liberalismo adopta las formas más diversas de acuerdo a las personas y a las circunstancias. Nunca se muestra al desnudo en toda su fealdad. Se dis-

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El tercer enemigo de la familia de “lavarse las manos”, de respetar las formas. Pilato es el liberalismo de la gente tenida por honorable. Pilato es el Cristiano Liberal (el Católico Liberal)10 que, en el fondo, trata de salvar a Jesús, pero que empieza por hacerle flagelar, para enviarlo luego a la muerte, ante el creciente tumulto que tanto su demagogia como su falta de carácter fueron incapaces de contener”. El segundo ejemplo es una conversación sostenida en el año 1976 por un obispo católico y el Nuncio Apostólico de Berna, Mons. Marchioni11: Obispo: “Se pueden ver claramente cosas peligrosas en el Concilio (…) En la Declaración sobre la libertad religiosa hay cosas contrarias a la enseñanza de los papas: ¡se decide que ya no puede haber Estados católicos!” - El Nuncio: “¡Pero sí, es evidente!” - Obispo: “¿Cree usted que esta supresión de los Estados católicos va a ser un bien para la Iglesia?” - El Nuncio: “Ah, pero, usted comprende que si se hace eso, ¡se obtendrá una mayor libertad religiosa entre los soviéticos!” - Obispo: “Pero, ¿qué pasa con el Reino Social de Nuestro Señor Jesucristo?” - El Nuncio: “Usted sabe, ahora es imposible; ¿quizás en un futuro lejano?....Actualmente ese reino está en los individuos; hay que abrirse a la masa” - Obispo: “Pero, ¿Qué pasa con la encíclica Quas Primas?” - El Nuncio: “Ah, hoy día el Papa ya no la escribiría!” - Obispo: “Sabe que en Colombia fue la Santa Sede quien pidió la supresión de la constitución cristiana del Estado?” - El Nuncio: “Sí, aquí también.” - Obispo: “¿En Valais?” - El Nuncio: “Sí, en Valais12. Y ahora, vea, me invitan a todas las reuniones.” - Obispo: “Entonces, ¿usted aprueba la carta que Mons. Adam (Obispo de Sión en Valais) escribió a sus diocesanos para explicarles por qué debían votar por la ley de separación de la Iglesia y el Estado?” - El Nuncio: “Vea usted, el Reino Social de Nuestro Señor, es algo difícil actualmente…” Ahora si podemos entender el porque de la aseveración que hacemos: “El liberalismo ha destronado a Nuestro Señor Jesucristo de casi todas las sociedades del mundo y de una gran parte -

Figura 5. El Mandil Masónico de Juárez. Pieza mostrada en el Museo a Benito Juárez en el Palacio de Gobierno de Oaxaca. Los liberales y la masonería siempre han trabajado juntos.

fraza con arte e ingenio y frecuentemente se pone una máscara de verdad y de virtud. También señalábamos, al inicio de este artículo, tres tipos de liberales: 1.- El liberal absoluto o radical. Partiendo del ateismo o panteísmo desemboca en el Estado-Dios. Se opone claramente a la Iglesia Católica, a los derechos de Dios y a los principios fundamentales de la moral social y familiar. 2.- El liberalismo moderado o mitigado. Aceptan los principios religiosos y morales fundamentales, pero rehúyen las consecuencias, al menos las más extremas. Aunque no niegan a Dios, “el Estado está sobre todo”. Son católicos en forma privada pero en forma pública se comportan como verdaderos ateos. 3. El Católico Liberal. Nació este funesto “personaje” de un deseo de conciliar dos doctrinas que son enemigas inconciliables. El liberalismo es el dogma de la independencia absoluta de la razón individual y social; mientras que el catolicismo es el dogma de la sujeción absoluta de la razón individual y social a la ley de Dios. Para los católicos liberales el Estado como tal no debe tener religión. Así pues, el ciudadano particular debe sujetarse a la doctrina de N.S. Jesucristo; sin embargo, el hombre público debe comportarse como si tal doctrina no existiera. De ahí la célebre fórmula de liberalismo: “La Iglesia libre en un Estado libre”. Para explicarles mejor lo que es un católico liberal, expondremos dos ejemplos históricos, uno, de hace 2000 y el otro, de apenas hace 35 años, los cuales son más didácticos que muchas palabras: El primero es el de Pilato, referido por Jean Ousset8: “Herodes representa el liberalismo crapuloso9 del libertinaje; Pilato, el liberalismo de la gente correcta, amiga

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El tercer enemigo de la familia de las familias católicas del mismo. Y eso lo han logrado, gracias al católico liberal, sin convertir en ateos a todo el mundo, siguen siendo católicos pero ya Cristo no es Rey. El Rey es, o quieren que sea, el hombre y nadie por encima de él. Se olvidan de la sentencia del Papa Pío XI en su encíclica “Quas Primas” en 1925: “En el juicio final, Jesucristo acusará a quienes lo expulsaron de la vida pública y, en razón de semejante ultraje, aplicará la más terrible venganza”. Es muy probable -amable lector, que has tenido la paciencia de seguirme hasta aquí- que tu familia esté ya contaminada con liberalismo o sea que sus miembros hacen muchas cosas que no son del agrado de Dios, aunque crean en Él. Que en tu familia no reina Cristo verdaderamente. Por ello, lo que debemos hacer es lo que dice el lema del pontificado de San Pío X-el último Papa Santo- “Restaurar todo en Cristo”. Sí, esa tiene que ser nuestra labor como padres o hijos de una familia, restaurar todas las costumbres que hagan que Él reine en nuestro hogar13. Sólo así, evitarás que tu familia caiga ante el cuarto enemigo de la familia, que trataremos, Dios mediante, en el siguiente número de esta revista.

a ustedes cómo restaurar estas costumbres católicas. Es una promesa hacerlo en la segunda y última parte de este artículo, el cual probablemente se llamará: “Cómo restaurar todo en Cristo en una familia liberal” Obras Consultadas Alvear Acevedo Carlos. El Mundo Contemporáneo. 9° edición. Ed. Jus. México 1968. Ousset Jean. Para que el Reine. Ed: Speiro. Madrid. 1972. Recolección de documentos. La Iglesia y el Liberalismo. Doctrina Pontificia. Ed: Iction. Buenos Aires, 1985. Sarda y Salvany. El Liberalismo es Pecado. Ed: Iction. Vigésima edición. 1985. Roussel . P. Liberalismo y Catolicismo. 1926. www.fsspx –sudamerica.org/secciones/liberalismo(1-8). html. Lefebvre M. Le destronaron. Ed: Voz en el desierto. México, 2002.

Dr. Héctor Guiscafré 1 Papa León XIII, Encíclica Immortale Dei. 1895 en E.P. p 1075-1076, n° 27. 2 León XIII, encíclica Libertas, 1888. En E.P., pag 358, n° 6. 3 Santo Tomás, In Joannem 8, lect.4, n. 3. 4 León XIII, encíclica Libertas en E.P., pag. 360 n° 8. 5 Citado por Roussel.P. en: Liberalismo y Catolicismo. WWW.fsspx-sudamerica.org/secciones/libralismo5.html. 6 S. Pío X. Syllabus. Decreto del santo Oficio Lamentabili, 1907. 7 Roussel P. Liberalismo y Catolicismo, Informe presentado en el Semaine Catholique de Paris, 1926. y ahora publicado en: www. fsspx-sudamerica.org/secciones /liberalismo1.html. 8 Ousset J. Para que ËL reine. Ed: Speiro. Madrid. 1972. Cap.II Realeza no de este mundo sino sobe este mundo”.p. 19. 9 Crapuloso: que hace crápula. Crápula: embriaguez, disipación, libertinaje. 10 Paréntesis añadido por la editorial de esta revista. 11 Lefebvre M. Le destronaron. Del liberalismo a la apostasía. La tragedia conciliar. Ed: Voz en el desierto. México, 2002. Entrevista referida en el capítulo XIV: Como arrebataron la corona a Jesucristo. P 121 y 122 12 Valais es un Cantón o región de Suiza. 13 Por la extensión de éste artículo es imposible mostrar

Figura 6. Robert de Lamennais es sin duda el Padre del catolicismo liberal. Leyó en su juventud a Juan Jacobo Rousseau y se dedicó a difundir esas ideas liberales-socialistas con un baño de catolicismo.

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¿Cuál sera?

El mejor trabajo del mundo. Un Discurso Oratorio Ganador1

Señores del Jurado, amigos todos, público en general: ¿Cuál es el mejor trabajo del mundo? Me pregunta mi hijo y yo me quedo pensando…. No lo sé. ¿Sacerdote, médico, maestro, bombero, policía, ingeniero, músico, futbolista, chef, arquitecto, gobernador, rey? Claro que no existe un mejor trabajo del mundo, porque bueno… depende de las circunstancias, las capacidades, actitudes y aptitudes, depende en fin de la Providencia y entonces no existe un solo mejor trabajo del mundo… ¿o sí? ¿Cuáles serían las características que califican a un trabajo como el mejor del mundo? Debe de ser de gran importancia para el desarrollo del país, del continente o mejor, del mundo entero. Debe de tener una gran remuneración por el producto entregado. Debe ser sumamente enriquecedor en experiencias, aprendizaje, muy poco monótono y nada de aburrido. Debe valer la pena para dedicarle una completa atención, mi tiempo, juventud y descanso. Y sobre todo debe tener tanta trascendencia que resonará en la eternidad y ni la misma muerte me pueda quitar lo ya ganado. ¡Ah, ya no está tan fácil tener el mejor trabajo del mundo! Y por supuesto, el mejor trabajo del mundo debe de ser muy difícil, a las grandes empresas hay que dedicarle toda la vida para llegar a ser experto, lleno de sacrificios y de tenacidad, porque eso sí, tener el mejor trabajo del mundo requiere darse cuenta de la gran responsabilidad y el terrible compromiso que esto implica, esto lo saben los grandes empresarios como Bill Gates, los grandes científicos como Luis Pasteur, los grandes innovadores como Henry Ford que definitivamente se comprome-

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tieron a llegar a la meta y alcanzar el triunfo, compitieron bien y fueron recompensados, diría San Pablo, aunque humanamente hablando. Sin embargo… no me impresionan, porque ¿saben? Yo Sí tengo el mejor trabajo del mundo. Miles de personas realizan sus actividades cotidianas esperando mi producto, el cual es tan importante y tan delicado que requiere años de cuidado y maduración. Desde que me contrataron para esta empresa ya no he dormido bien, no he comido bien, no he dejado de preocuparme, me da tanto alegrías como tristezas, tanto ilusión como frustración, algunas veces hasta he llegado a pensar que es demasiado complicado, incluso he anhelado la monotonía. Cuando he dominado cierta destreza, alguna técnica en particular, resulta que ya no es necesaria, porque ya hay que aprender otra, y cuando ya estoy lista para sentirme satisfecha de la organización de mi tiempo, me encargan otro producto que hay que atender desde el principio como si no tuviera mi tiempo laboral super saturado. Y vaya que hay que capacitarse continuamente, todos los domingos hay que ir con los gerentes generales de la empresa, que saben dar los mejores consejos y nos persiguen continuamente para ser las mejores. Una vez al año hay que acudir a una capacitación intensiva, para recordar cuales son las políticas de la empresa, mediante cierta técnica de aprendizaje medieval de una antiquísima “Compañía” de un tal Ignacio de Loyola. Todos los días hay que leer algo de los manuales de capacitación, los cuales han sido escritos por grandes sabios y doctores, que a través de los siglos han enriquecido a la compañía. Hay que leer muchos libros que nos enseñen como obtener mejores resultados en el producto esperado. Hay que repetir la primaria tantas veces como productos te hayan encargado, repasar la secundaria y vigilar que los productos sigan el programa establecido en la preparatoria o en los estudios superiores. (Se imaginan pasar

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¿Cuál sera? DIAS DEL AÑO, como si yo fuera su única empleada, como si fuera su querida hija, todo para que la entrega del producto sea óptima. Muchísimos grandes y santos hombres están esperando por nuestro precioso producto en diversas partes del mundo: en los seminarios para formar sacerdotes, en los monasterios y conventos para formar religiosos, en las universidades para formar médicos, arquitectos, ingenieros, en los talleres para formar excelentes hombre de trabajo artesanal y en las fábricas para emplear buenos obreros. Entonces me doy cuenta de que sí, de que yo tengo el mejor trabajo del mundo, y la Providencia de alguna manera depende de mi entusiasmo, entrega y sacrificio para completar la carrera y poder decir: He cumplido, he llegado a la meta. Y en este mundo al revés, ¿pueden creer que mi trabajo, el mejor del mundo, ha sido devaluado, menospreciado e incluso rechazado? ¡Ja! Si mi trabajo no es tan sólo cocer ni cantar. Figura 1. El mejor trabajo del mundo: SER MADRE. Convertirse en progenitora y educadora de seres humanos constituye la labor más hermosa en este mundo y es un trabajo en que de “socio” se tiene al ser más importante, al mismo Dios.

En fin, la mejor persona que ha existido en el mundo, aquella sin el pecado original, también ha tenido y tiene el mejor trabajo del mundo, por lo que diariamente le pido que ruegue por mí a Dios para llegar bien al final.

tres o cuatro o cinco veces por el 5to grado de primaria y el 6º y el 1º de secundaria y el… etc.??). Debe uno de gozar de gran versatilidad para completar las tareas manuales asignadas, debe uno ser entre otras cosas: chef porque los productos esperados comen mucho y diverso y cambian de antojo y necesidad, según la época en la que estén. Hay que ser arquitecto, para remendar maquetas, puertas y muebles de segundo uso. Maestra para explicar lo inexplicable. Enfermera y doctora para ver la gravedad del golpe, la roncha o la fiebre. Hay que ser también, ayudante, guía espiritual, consejera de amores, chofer de transporte escolar y en fin, mil cosas más.

Y saben: He decidido decirle a mi hijo que el mejor trabajo del mundo para él, que no tendrá la dicha de tener el mío, por ser éste exclusivamente un arte femenino, será el de ser santo, que no es nada despreciable, aunque acá entre nosotros, ya lo saben, el mejor trabajo del mundo es el mío, EL DE SER MADRE.

A las personas que gozan de este trabajo, les digo que no tenemos oportunidad de fallar en la empresa, porque el que nos contrató nos dotó de todas las capacidades necesarias, y si no las tenemos, no hay que preocuparse, sólo tenemos que solicitarlas al mismo director de la empresa que por cierto tiene TODO EL PODER. No necesitamos esperar para que Su secretaria nos de cita SIEMPRE ESTA LISTO PARA AYUDARNOS, SIEMPRE AL PENDIENTE LAS 24 HORAS DEL DÌA LOS 365

Martha Eunice Rodríguez de Llanos 1 Este discurso fue dicho en el concurso de oratoria de este año, organizado por el grupo de matrimonios de la capilla de Nuestra Sra. de Guadalupe de la Col. San Rafael. México D.F. y obtuvo el primer lugar.

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Reflexión

EVITA ESTE TIPO DE CANCER Es increíble la cantidad de gente que pide oración por tumores malignos que sufren niños y adultos, hombres y mujeres. Es como si la enfermedad se extendiera cada vez más, como siguiendo un invisible hilo conductor que va anudando a toda la humanidad. Sin embargo, pocos piden oración por tumores del alma, tumores espirituales, que también se derraman sobre el mundo como una catarata de lodo que enturbia y oscurece, ahoga y mata.

Pobre necio -no se puede ser más- que no alcanza a entender el riesgo ETERNO que tener un cáncer en el cuerpo, y no en el alma. corre. ¿De qué le sirve todo lo demás si llegara Para mucha gente ésta frase sonará extraña, porque se a perder a Dios por toda la eternidad? Pero conoce muy bien el cáncer de la carne, sin embargo, con pasmosa inconciencia deja la confesión y es bastante desconocido el cáncer espiritual, en sus la conversión de su vida para después. ¿Habrá alcances y consecuencias. Nuestra pobre alma, a pe- luego tiempo para ello? ¿Quién se lo garansar de que nuestro cuerpo goce de vida plena, puede tiza?

Alguien me dijo una vez que es preferible

estar muerta, muerta a la Gracia. Por eso es que una “confesión” bien hecha es siempre el milagro más grande, porque es simplemente una resurrección de nuestra alma, una vuelta a la vida de Gracia. Como nuestro cuerpo tiene vida, también nuestra alma la tiene, cuerpo y alma no pueden ser vistos por separado. Así se ve a muchas gentes que caminan y viven, pero sin embargo tienen el alma vacía, mortecina. Los cánceres espirituales han ido ahogando a esas almas, hasta quitarles toda vida, toda luz y mirada espiritual. Gente que vive una vida vacía, sin Dios, sin un pensamiento o movimiento hacia el deseo de amarlo, de reconocerlo, de agradarle, de conocer y hacer Su Voluntad.

No hay peor necio que aquel que vive en constante pecado mortal. Se preocupa de su salud y de sus ingresos, de su prestigio social o profesional, de sus amistades, de su novia o su esposa, pero vive y duerme con el alma manchada como si no pudiese morir ese día o esa noche y ser condenado eternamente.

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El alma, igual que el cuerpo, debe ser alimentada con cuidado, y cuidada en forma diaria. Si al cuerpo se le da comida chatarra por bastante tiempo, se enferma. Igual con el alma, sólo que la comida chatarra en este caso es lo que muchas veces se ve en televisión, lo que se lee cuando las lecturas son malas, lo que se aprende teniendo malas amistades. Si el cuerpo aspira humo de marihuana u otro tóxico, enferma en sus pulmones. Si el alma respira el humo de Satanás, pierde la capacidad de respirar el aire puro que trae el soplo del Espíritu Santo. Tumores que responden al propio descuido del hombre, a su falta de amor por su cuerpo y su alma. Cuando el cáncer ataca el cuerpo y el alma está viva y rozagante en la Gracia del Señor, se produce una unión con Dios en la seguridad del destino de gozo que esa alma tiene. La persona sufre miedos, dolores y tristezas humanas,

pero una alegría espiritual envuelve su alma, en la visión anticipada del desposorio espiritual que se avecina. Cuando el cáncer ataca el alma

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Reflexión y la persona vuelve a sonreírle, a llorar, a pedirle a Dios, a recobrar su Gracia y a mantenerse en la obediencia y el amor a su Creador, podrá pasar cualquier cosa al cuerpo, pero el alma estará salvada para

toda la eternidad.

Figura 1.- La mano de un paciente con cáncer de piel secundariamente infectado. ¿Se ve feo, no? Pues este cáncer sólo mata el cuerpo. Imagínate el cáncer del alma que no la mata, sino que la lleva a la condenación eterna. ¿Cómo se verá?

y el cuerpo está vivo y rozagante, es poco lo que se nota a nivel humano. Sin embargo, esa persona está en peligro mortal, sujeta al riesgo supremo de que su cuerpo muera con su alma en ese estado, sin haber resucitado antes del tránsito ¡Difícil imaginar una

situación más desesperante! Si, desesperante, porque esta alma no tiene esperanza, no se ha abierto a la Gracia, Gracia que proviene de una buena confesión y comunión, que garantizan la promesa del Reino, si se mantiene el alma sin pecado, más allá de las desventuras humanas que le toquen vivir.

Cuando veo esas publicidades donde se muestran fiestas en las que todos beben, todos fuman, todos se adormecen con música que atonta, no puedo dejar de pensar que nos tratan de vender un mundo de almas muertas. Veo la imagen de cuerpos vacíos, que se mueven y hablan, pero están vacíos espiritualmente. Estos cánceres espirituales son invisibles a los ojos humanos, como muchos tumores malignos del cuerpo también lo son. Hace falta buen diagnóstico para reconocerlos, a tiempo y proceder a la terapia que intente una cura. Pero, irremediablemente, sin una cura efectiva ambos conducen a la muerte. Mientras tanto, los cristianos tenemos la vacuna contra el cáncer espiritual guardada en nuestra casa y no la damos a los enfermos ¡Tenemos la cura y no la compartimos con los demás! Para hacer las cosas más ridículas aún, ni siquiera usamos la vacuna en nosotros mismos. Nos estamos muriendo y la tenemos guardada allí, sin que nadie la utilice.

Muchas veces tenemos ante nuestros ojos a nuestros propios hijos muriéndose de cáncer Y finalmente, cuando el cáncer ataca cuerpo y alma del alma y ni siquiera movemos un dedo para a la vez, la persona se enoja con la vida, con Dios, darles la medicina. Somos tan necios, que pese a con quienes la rodean. Por supuesto, si no hay esperanza, sólo queda la desesperación. Hay que dar ayuda a estas almas, para sanar el cáncer del cuerpo, pero fundamentalmente el del alma, recordándoles la inmensa dicha que tarde o temprano, les espera si son fieles a Cristo.

Que en el dolor y la enfermedad la persona reconozca y recupere a Dios. Si el alma resucita

haber sido educados como médicos del alma, discípulos del Médico Salvador, no ejercemos la profesión de la que fuimos investidos en el Bautismo. Otros, muchos por desgracia, no llevan a quienes padecen el cáncer del cuerpo a la solución verdadera y eficaz: la de eliminarles lo que de cáncer pudiera tener su alma, se contentan con atacar el cáncer del cuerpo sin pensar en el alma de quien más necesitado(a) está de ayuda espiritual y de un sacerdote que lo(a) reconcilie con Dios y lo(a) haga recuperar esa paz del alma y

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Reflexión curiosamente actúan así por una falsa y malentendida prudencia. ¡Es triste y doloroso ver cuánto nos preocupamos por remediar los males del cuerpo y cuánto tememos aplicar la medicina para el alma, como si al enfermo no le fuera más urgente y necesaria! Está claro que es preferible un cáncer del cuerpo, que no mata el alma y no un cáncer espiritual, que trae acarreada la muerte eterna. Un cáncer del cuerpo

puede ser, en cambio, la puerta a la resurrección del alma. La medicina está a nuestro alcance:

es la Palabra de Dios, Palabra de Amor que envuelve a todo el universo, que resucita y da vida, vida eterna, Palabra que dice a los sacerdotes, por indignos que éstos puedan llegar a ser: Todo lo que perdonares en la tierra, será perdonado en el Cielo.

tener nuestra alma sin pecado o rechazarlos, rechazando, asimismo, la morada que Dios nos ha preparado. No tenemos el tiempo comprado; éste podría ser un último llamado y una última oportunidad de conversión mediante la contrición perfecta y la Penitencia sacramental. No sabemos que tiempo nos queda: ¿años?, ¿meses?, ¿días?, ¿horas?, ¡sólo Dios sabe! Él derrama su misericordia y está ansioso de que la aprovechemos, pues Dios es Amor y quiere entregarte ese Amor por toda una eternidad y quiere ser tu consuelo antes de ella, porque, entonces, cuando entres a la Vida Verdadera, te dirá: “Ven siervo(a) fiel, que ya cumpliste. Entra al gozo de tu Señor”. _____________________ TOMADO DE: Catholic.net

Dios dejó los instrumentos de su Gracia: la confesión y los demás sacramentos, a nosotros nos toca

decidir nuestro destino eterno. De nosotros depende utilizarlos o no. Aceptarlos y man-

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El cuento

UN SITIO EN LA MESA En mis horas más difíciles, mi amado guardián velaba por mí

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uestro hogar era muy católico y los ángeles formaban parte de mi familia. Mi abuela, que era italiana, siempre ponía un cubierto más en la mesa para nuestro ángel de la Guarda en los días de fiesta. Éramos seis niños; cada vez que alguno de nosotros cumplía años, debía encargarse de poner aquel cubierto especial. La abuela decía que era una forma de dar las gracias al ángel y pedir su ayuda para el siguiente año.

Y realmente creíamos en los ángeles. En la escuela, las monjas nos hablaban de ellos. En Misa, cedíamos el paso a nuestro ángel de la guarda antes de ocupar un lugar en la banca. Una de las primeras oraciones que aprendí decía: “Ángel del Señor, mi amado guardián, a cuyo cuidado me confía el amor de Dios, no te apartes de mí en este día, para dirigirme y cuidarme, para iluminarme y guiarme. Amén.” En todo lo demás mi infancia fue como la de cualquier niño hasta que cumplí los 14 años. Por esos días, mi hermano preferido, Frank, de sólo ocho años, comenzó a cansarse con mucha facilidad y la piel se le llenó de cardenales. Para alegrarlo, le enseñé a montar mi bicicleta. Sin embargo, al poco tiempo ya no tenía fuerzas para pedalear, y pasaba más tiempo en el hospital que fuera de él. Yo no lo sabía entonces, pero Frank padecía de leucemia. Un día mis padres llegaron del hospital llorando. El sacerdote de la parroquia que los acompañaba nos dijo que el ángel de Frank se había llevado a mi hermano al Cielo. Me sentí tan desolado, que lloré hasta que ya no me quedaron lágrimas.

Tan pronto como se me secaron los ojos, una enorme furia empezó a crecer dentro de mí como si fuera una pieza de metal que de tanto calentarla se fuera poniendo roja, anaranjada, amarilla y al fin, blanca. ¿Por qué no me dijeron mis padres que Frank iba a morir? -gritaba en silencio-¿Y cómo pudo permitirlo el ángel? Odié al de Frank. ¡Que cosa tan estúpida eso de creer en los ángeles! Mi enojo no desapareció. Ese verano me peleé con todo el mundo y hasta perdí a mi mejor amigo por darle una golpiza. Mi padre me compró un saco de arena como el que usan los boxeadores para entrenarse, y en una semana acabe con él. Cuando mi abuela me hablaba de los ángeles, Figura 1. El ángel de la Guarda siempre cuidándonos. Se yo le daba la espalda. Ese otoño, el día de mi cumpleaños, acostumbra pintarlo vigilando a los niños. Pero créanos, no puse el cubierto adicional en la mesa. tiene mucho más trabajo con los necios adultos.

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El cuento

La muerte de mi hermano despertó en mí una ira incontrolable contra todo lo que no fuera perfecto. Me nació la obsesión de tener el mayor número de logros en el menor tiempo posible. En la escuela de enseñanza media di rienda suelta a mi agresividad en el futbol americano y la lucha libre; llegué a ser el mejor atleta de esos equipos. Estudiaba con igual compulsión y cuando me gradué tuve el tercer lugar de la clase y conseguí una beca para asistir a la universidad. Conseguí un trabajo de vendedor durante el verano y me dediqué a él los siete días de la semana, de la mañana a la noche. Fue así como conocí a Marie. El día en que toqué a su puerta, me abrió para escuchar todas las bondades de los cachivaches que yo vendía. En cuanto vi su hermoso rostro redondo y sus hermosos ojos de color castaño, me enamoré de ella. Le propuse matrimonio y a los dos años nos casamos. Gracias a mi matrimonio, a la escuela y a un trabajo de tiempo parcial, mi energía contenida encontró un cause positivo. Cuando terminé la universidad mi rabia seguía intacta. Trabajaba para una compañía de importaciones y exportaciones, y literalmente vivía en mi oficina días enteros. Como era de esperarse, al llegar a casa estaba demasiado cansado para prestar atención a Marie y a nuestros tres hijos. A los 30 años ya era vicepresidente de la empresa. Un fin de semana de Pascua, ya avanzada la noche, Marie entró en el cuarto de trabajo que tenía yo en casa, y me dijo: -Jack, voy a dejarte. Creo que voy a divorciarme. Nuestro matrimonio es un desastre y ya estoy cansada de un marido que me excluye completamente de su vida. Ya me llevé a los niños a casa de mi madre y ahora voy a reunirme con ellos. Terminó de hablar y se marchó. Me quedé tan atónito que no pude pronunciar palabra. Era como si mi hermano se volviera a morir y de nuevo yo me enterara cuando ya era demasiado tarde. Me puse a abrir los armarios de la cocina y a estrellar contra la pared cuanto objeto encontraba.

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-¿Cómo puede hacerme esto Marie? me decía lleno de rabia, mientras botellas y utensilios volaban por todas partes. En el último gabinete había una pila de platos que yo había usado de niño. Al verlos, se me vinieron a la mente mil recuerdos de mi hermano y me entraron ganas de llorar. Los puse sobre la mesa de la cocina y los lance, uno por uno, contra el fregadero. Pero cuando llegué al último plato, no pude levantarlo Estaba pegado a la mesa. Lo intenté con ambas manos, pero ni así lo pude despegar. Ahí me quedé, jadeante y sudoroso; las manos me sangraban porque había roto un vaso con ellas. De pronto oí el eco de una voz cerca de mí. -Jack, haz un sitio en la mesa para mí. Era una voz de mujer, amable y compasiva, pero aún así sentí escalofríos. Me senté y lloré hasta que me dolió la cabeza y se me acabaron las lágrimas. Cuando al fin me puse de pie para lavarme la cara, parecía que había pasado un huracán por la cocina. Y al mirar aquel único plato restante, volví a escuchar la voz, aquella voz tan hermosa, como la de una soprano que cantara por lo bajo. -¿Quién eres?- pregunté con gran asombro. -Tú me conoces, Jack- me contestó- pon un sitio para mí en tu mesa. Aunque me sentía muy aturdido, por fin logré saber quien hablaba. Esta vez pude levantar el plato sin dificultad, y lo coloqué en el extremo de la mesa donde yo acostumbraba sentarme. Alrededor de él puse cuchillo, tenedor y cuchara, una servilleta y una taza de aluminio que había sobrevivido a mi arrebato. Por último, acerqué una silla. Me senté y me quedé un largo rato mirando el cubierto que había puesto, y me invadió la más increíble sensación de paz. Entonces incliné la cabeza y repetí la oración que había aprendido junto con mi hermano: “Ángel del Señor, mi amado guardián…” Al terminar, me puse a platicar durante una hora con el ángel sobre mi vida. No voy a decir que lo vi en la mesa frente a mí, pero sentía su presencia, así como había oído su voz. Y me decía que, ya que mi ira se había desvanecido, por fin podría cambiar mi vida.

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El cuento

El cielo empezaba a clarear cuando oí el sonido de la llave de la cerradura. Era Marie. Horrorizada, paseó la mirada por la cocina. Luego me echó los brazos al cuello. -No podía dormir- me dijo llorando-. Era como si estuviera oyendo una voz que me decía una y otra vez: Jack te necesita, Marie. Así que vine.. Marie lavó y vendó mis manos y luego me llevó a acostarme sin decir una palabra más. Se pasó horas limpiando y ordenando la cocina antes de que yo despertara. Hice el intento de ofrecerle disculpas, pero ella meneó la cabeza. -Sólo quiero que me digas una cosa –pidió- ¿Por qué rompiste todo lo que había en la cocina y luego te tomaste la molestia de poner un cubierto en la mesa? Cuando terminé de contarle, se quedó pensativa. -En efecto, te ves diferente Jack –comentó- ya no parece haber tensión en ti. -Marie, espero que lo que voy a decirte no te parezca tonto -empecé- pero quiero que ese cubierto siempre esté presente en la mesa. Si mi ángel no hubiera venido anoche, no se que hubiera hecho. Quiero seguir recordando algo que supe de niño, pero que había olvidado. Aquellos extraños sucesos tuvieron lugar una noche de hace 20 años, pero sigo sintiendo sus efectos. Marie y yo tomamos nuestras primeras vacaciones desde la luna de miel, y comenzamos a reconstruir nuestro matrimonio. Cumplimos ya 35 años de casados. Nuestros hijos tienen sus propias familias, así que ahora disfrutamos de seis nietos en la tierra y otro que nos espera en el Cielo. Dejé mi empleo para poner un negocio propio y volví a descubrir que se puede trabajar por placer y no sólo por compulsión.

Figura 2. La estatua de un ángel que se encuentra en el Vaticano. Lleva una cruz, pero no es la de él. Los ángeles no tienen cruces. Es tu cruz, la tuya, la que te está ayudando a cargar. Así es tu Ángel de la Guarda.

Y todas las noches pongo un cubierto en la mesa, con el viejo plato y la taza de aluminio abollada, los cubiertos y la servilleta. Representan un compromiso con Dios y una forma de decirle a mi ángel de la Guarda, que siempre será bien recibido en mi mesa. James DiBello Condensado de “The angel who saved my marriage. Ed: Wagner Books INC. Nueva York, Nueva York. 1993.

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Educación de los hijos

¿CÓMO FORMAR LA INTELIGENCIA Y LA VOLUNTAD DE LOS HIJOS? Es de suma importancia formar la inteligencia y la voluntad de los hijos para que sean libres y no juguetes de sus pasiones. En este artículo veremos, guiados por el reverendo padre Philipon, la importancia de la educación de los hijos en los principios de la filosofía y de la fe católicas.

El amor conyugal que, en los bautizados, viene a florecer en amistad en Cristo, conduce normalmente a los esposos a una superación de sí mismos en otro ser, síntesis viva y fruto de su amor: el hijo. En la vida del hogar, el hijo polariza todo. Es su razón de ser suprema. En el plan del Creador la familia es el hogar natal de los elegidos: en ella se origina la Ciudad de Dios. Educación de los hijos de Dios La generación exige la educación como su complemento natural. Santo Tomás tiene una expresión magnífica para formular la acción educadora de los padres: ella es “una generación continuada”. No se es verdaderamente padre y madre sino cuando después de haber dado la vida del cuerpo, se hacen esfuerzos para comunicar la vida del alma. En el plano sobrenatural, la educación no es sino un prolongado alumbramiento a la vida de Dios. Confiando a los padres un ser inmortal, el Creador les impone la carga de velar por el destino de un alma llamada a la visión eterna de Dios. Educar hijos es “elevarlos” hasta Dios, es decir, asegurarles en la tierra todos los auxilios materiales y espirituales que les son necesarios para el pleno desenvolvimiento de la gracia de su bautismo y enseñarles a conducirse, en medio de los hombres, como hijos de Dios camino de la casa del Padre. En clima cristiano, toda la obra de la educación consiste, en resumen, en “formar a Cristo” en el alma del hijo. En las perspectivas actuales del plan de la redención, todo, en efecto, en los acontecimientos de este mundo debe contribuir a modelar a Cristo en nosotros. La familia es el lugar privilegiado para esta primera configuración con este “Hijo Unigénito del Padre”, modelo de nuestra filiación divina. Los padres tienen la misión de procurar al recién nacido el Bautismo, que hace de él “una nueva

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criatura en Cristo”, y todo el esfuerzo del medio familiar deberá tender a grabar cada vez más, en el alma del hijo esta imagen viva de Cristo. El naturalismo moderno nos ha hecho perder ese sentido profundamente sobrenatural de toda educación verdadera. Sólo se tiene en vista formar hombres y no cristianos a imagen de Dios. Olvídase que el sujeto real de la educación no es un ser humano cualquiera compuesto de un espíritu y de un cuerpo, sino un hijo de Dios, un redimido por Cristo. Sería sin embargo capital situarse con exactitud ante el estado concreto de esta humanidad pecadora que deberá “elevarse” hasta Dios. Formación de la inteligencia La razón profunda de la desaparición de la fortaleza de ánimo y de las otras virtudes cristianas, que hacen a los santos, debe buscarse, ante todo, en la creciente apostasía de las naciones. Ahí se oculta la verdadera raíz del mal: la inteligencia moderna ha perdido el sentido de Dios y ha renegado de Cristo. El Evangelio ya no es la luz del mundo. En lo que concibe la mayoría de los hombres, Dios es puesto de lado completamente. Ya no es el fin supremo de la vida, y las almas, sumergidas en la materia, ya no son capaces de levantarse por sobre los “alimentos terrenales”. La familia de antaño, con sus creencias tradicionales y sus prácticas de piedad, mantenía los espíritus en una atmósfera cristiana, en la cual la fe, lentamente, arraigaba en el alma de los niños. Ya podía llegar la hora de las pasiones: encontraba almas fuertes, apoyadas en Dios. Es verdad que nuestros padres, pecadores como nosotros, no estaban exentos de faltas; conocían nuestras caídas y extravíos; pero la fe permanecía en ellos como indestructible principio de resurrección y de vida. Después de los momentos de locura pasajera del pecado, sabían caer de rodillas para pedir perdón a Dios. La ofensa inferida a Éste seguía siendo a sus ojos vituperable; mientras

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Educación de los hijos enseñanza primaria, que mata la fe en las almas y las vuelve contra Dios. O bien se viene a parar en esta anomalía tan característica de tantos espíritus modernos: una amplia cultura científica sin el desarrollo paralelo –sin embargo, necesario- de una ciencia religiosa de igual valor. Nuestros ingenieros y nuestros sabios se presentan como gigantes en el dominio del saber profano y como enanos en el plano religioso: un niño de catecismo sabe más que ellos. Vienen las objeciones o un ataque de las pasiones y esa fe inculta se desvanece en una inteligencia no armada para los grandes combates de la fe al servicio de Cristo.

Figura 1. El niño debe de ser educado en su inteligencia.

que el niño de nuestros hogares y escuelas descristianizados, la juventud de nuestros cinematógrafos y dancings, discotecas y televisoras ya no conserva ni siquiera el sentido del mal. Las almas modernas han perdido la fe. Despertar y desarrollar el sentido de la fe constituye la gran misión del hogar cristiano. Nadie se imagine que las verdades eternas de nuestro Credo no ejercen influencia sobre la vida práctica. La experiencia de las almas muestra pronto que las más altas verdades religiosas pasan de la inteligencia a la vida de una persona, para convertirse allí en las fuerzas más poderosas de su acción. Son los dogmas que forjan a los pueblos y explican su dinamismo en medio de las naciones, como son las convicciones las que dirigen en detalle cada una de nuestras vidas. Dios es la gran idea que domina y divide el mundo. Si los santos hablasen, nos dirían, los más, que deben a los primeros años de su formación familiar los principios que labraron la grandeza de sus vidas. Es de máxima importancia para el pleno desarrollo del espíritu de fe en las inteligencias, que la enseñanza profana, ella misma, se imparta en clima cristiano; y con justo título la Iglesia, guardiana de la fe en las almas, ha reivindicado su derecho absoluto de contar con escuelas, colegios y universidades. La neutralidad es un mito de la

Las culturas religiosa y profana deben crecer simultáneamente. Incumbe a los padres el deber riguroso de seguir velando sobre sus hijos hechos ya estudiantes de las grandes escuelas y universidades, a fin de que su formación religiosa permanezca a la altura de su cultura profana. No le es permitido a un cristiano el ignorar el sentido profundo de los dogmas fundamentales del cristianismo. La teología no es una ciencia reservada a los clérigos; constituye una necesidad y un despliegue normal de la inteligencia humana que reflexiona acerca de los misterios de fe y acerca de sus repercusiones en la vida práctica. Todo cristiano culto debería recibir una sólida formación teológica, adaptada a su vocación personal y a su función social. Algunas almas están ávidas, para su vida interior, de escrutar el misterio de la Trinidad; muchas deberían ser dirigidas en sus lecturas para adquirir una inteligencia más profunda del misterio de Cristo, una comprensión más sobrenatural de la misión de la Iglesia, una certidumbre más luminosa de la vida del más allá. Corresponde a los padres desarrollar en el alma de sus hijos ese gusto por la verdad religiosa y ese amor al Evangelio, que deberá ser su guía hasta el anochecer de su vida. Cuando se educa a un niño, hay que pensar siempre en el hombre de mañana. En lugar de mantenerlo bajo tutela, enséñesele a dirigirse a sí mismo bajo la mirada de Dios. Tocamos aquí una de las lagunas más graves

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Educación de los hijos de nuestra educación religiosa. Se imponen prácticas, no se procura, suficientemente arraigar convicciones y principios de acción. ¿Es para asombrarse, pues, que salidos de su medio familiar o de nuestros institutos de enseñanza, nuestros niños no apliquen ya el Evangelio en la conducta de su vida? Se han adiestrado autómatas, no se han formado cristianos. Educación de la voluntad La voluntad es la pieza maestra que debe vigilar la educación cristiana. Va en ello el destino del niño. La santidad o la malicia de una vida humana depende de la actitud moral de la voluntad. Los ángeles de Belén, que lo sabían, vinieron a cantar entre nosotros: “Gloria a Dios en lo más alto de los cielos y paz, en la tierra, a los hombres de buena voluntad”, a las almas fijas en el amor de Dios. La voluntad es la sede de la más alta de las virtudes cristianas: la caridad; el teatro principal de nuestra vida moral. Dotada de libertad, esta facultad espiritual preside todas las acciones. Ninguna actividad humana se produce en nosotros sino bajo su impulso y con su consentimiento. Se es santo o miserable, según que la voluntad esté por o contra Dios. Las disposiciones de la sensibilidad o el genio de su inteligencia poco cuentan ante Dios, que juzgará a los hombres acerca del amor. Es de la mayor importancia que –desde sus primeros

pasos hacia Dios– mucho se ejerza el alma en amar, a fin de que rápidamente consumada, llegue pronto a ver a su Dios “cara a cara” Este consejo que San Juan de la Cruz daba a las almas contemplativas ávidas de elevarse hasta las altas cumbres de la unión transformante es aplicable, en la debida proporción, a las almas cristianas llamadas, ellas también, a la misma visión divina, que las introducirá en la unidad de la Trinidad. La soberana perfección del amor es el ideal hacia el cual deben tender todos los hombres que, en la tierra, caminan hacia Dios. El precepto de la caridad no reconoce límite: “Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas las fuerzas de tu voluntad”. Que los padres y los educadores consideren a sus hijos o educandos como hijos de Dios, a los que tienen misión de introducir en la familia de la Trinidad. Si su tarea educadora los pone en la obligación de velar por la disciplina de la sensibilidad y por la formación intelectual de los hijos, mucho más los constriñe a trabajar por la educación de la voluntad, esta facultad del amor que nos fija en Dios o nos separa de Él para siempre. Santa Teresa de Lisieux, “la más grande santa de los tiempos modernos”, siempre quedará agradecida a sus padres y a su gran hermana Paulina, por haberle enseñado desde su infancia a “hacer todo por amor”. De la misma manera, cuántas madres cristianas toman a pecho el sugerir a sus “pequeñuelos” que multipliquen los pequeños sacrificios por amor, “para dar gusto a Jesús”. No hay método educativo más eficaz para el alma de los niños –y en forma semejante para la de los adultos– que esta escuela del amor. Podemos fiarnos absolutamente en la enseñanza de Cristo sobre este punto capital, de Cristo educador supremo de los hombres. “El amor es el primero y más grande de los mandamientos, del cual derivan todos los otros”.

Figura 2. El niño debe ser educado en su voluntad.

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Cuando más crece en un alma infantil el amor de Dios, más fuerte será en la vida y más fiel a todos sus deberes. Educar: es enseñar a amar, es “elevar” las almas en la perfección del amor de Dios y de los hombres. Lo


Educación de los hijos sabemos por experiencia: nada rehúsa el amor. Cuando se ama a Dios, toda la vida se consagra a su gloria; y aquel que ama a los hombres en Cristo emplea todas sus fuerzas en procurarle a Dios, fuente de dicha verdadera. Así el amor es la escuela de todas las abnegaciones, del desinterés absoluto y del olvido de sí. Enseñar a un alma de niño a amar a Dios sobre todas las cosas, es ponerla en posesión de la fuerza más poderosa para enaltecer una vida. Sentido social También es en la familia donde debe despertarse ese sentido social tan necesario hoy para la conquista de las almas para Cristo. El amor de Dios se acompaña del amor al prójimo. “Quien pretende amar a Dios y no ama a su hermano es un mentiroso, afirma San Juan. ¿Acaso Jesús mismo no nos ha indicado este amor fraterno para con todos los hombres como señal característica de sus verdaderos fieles? “Se reconocerá por esta señal que vosotros sois mis discípulos, si os amáis unos a otros” Sobre

este punto, hay que hacer justicia a nuestros movimientos especializados de Acción católica que han sabido recobrar, en la escuela del Evangelio y de la vida, este sentido primordial de la caridad y de nuestra solidaridad en el inmenso cuerpo místico de Cristo. El hogar familiar no ha de quedar como un medio cerrado. La caridad cristiana lo quiere ampliamente abierto para las influencias del exterior, incansablemente acogedor de la miseria ajena, irradiando a su alrededor mediante su acción benéfica y conquistadora. La familia por sí sola no es suficiente para formar integralmente el sentido social, que sólo se desarrolla en su plenitud con la vida, al contacto de los hombres y de las instituciones; con todo ya en ella los niños deberían descubrir en el ejemplo y consejos de sus padres el germen de las dos grandes virtudes socia-les, las únicas capaces de establecer y mantener en el mundo el orden y la paz: la justicia y la caridad, que dan a cada uno lo que se le debe y enseñan a los hombres a amarse unos a otros, como que son de un mismo Padre que espera en el cielo. R. P . M.M. Philipon O.P.

Figura 3 El niño debe ser educado en su sociabilidad.

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Para reflexionar

EL PESO DE UNA MISA

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a historia siguiente es verdadera. Fue relatada a la hermana Mary Verónica Murphy por una monja de edad, que la escuchó de labios del ya fallecido Reverendo Padre Stanislaus, SS.CC. Un día hace muchos años, en un pequeño pueblo de Luxemburgo, un Capitán de los Guardianes del bosque estaba en conversación con el carnicero, cuando una mujer de edad entró en la tienda. El carnicero interrumpió la conversación para preguntar a la anciana qué se le ofrecía. Había llegado a pedir un poco de carne pero no tenía dinero para pagarla. El Capitán escuchaba la conversación que siguió entre la mujer pobre y el carnicero. -“Solamente un poco de carne…” -“¿Pero cuánto me va a dar usted?” -Lo siento pero no tengo dinero, sin embargo escucharé una misa por usted.” Tanto el carnicero como el Capitán eran buenos hombres, pero muy indiferentes a la religión, así que empezaron a burlarse inmediatamente de la respuesta de la anciana. -“Muy bien. Entonces –dijo el carnicero- usted vaya y escuche la Misa por mí y cuando vuelva, le daré tanto como sea digno en valor de la Misa”. La mujer dejó la tienda y regresó después. Se acercó al mostrador y el carnicero que la veía dijo: -“Muy bien, entonces, veremos”. Tomó una pluma y un pedazo de papel y escribió sobre él: “Escuché una Misa por usted”. Puso el papel sobre la balanza y un hueso pequeño sobre

el otro lado, pero nada ocurrió. Después puso una pieza de carne en lugar del hueso, pero todavía el papel probó ser más pesado. Ambos hombres estaban empezando a sentirse avergonzados de su burla, pero decidieron continuar su partido. Fue puesta en la balanza una pieza más grande de carne, pero el papel continuó siendo más pesado. El carnicero, exasperado, revisó las balanzas, pero descubrió que estaban bien. -“¿Qué quiere usted, mi buena mujer? ¿Le tendré que dar toda una pierna de carne de carnero?” En esto, puso la pierna de carne de carnero sobre la balanza, pero el papel pesaba más que la carne. Fue puesta una pieza más grande de carne, pero otra vez el peso era más en el lado del papel. Tan impresionado estaba el carnicero que se convirtió, y prometió darle su ración diaria de carne a la mujer. En cuanto al Capitán, salió de la tienda cambiado en un ardiente amante de la sagrada Misa diaria. Dos de sus hijos se hicieron Sacerdotes, uno es Jesuita y el otro Sacerdote del Sagrado Corazón. El Padre Stanislaus terminó diciendo: -“Yo soy el Sacerdote del Sagrado Corazón, y el Capitán era mi padre”. Desde ese incidente el Capitán se hizo muy aficionado de la Misa diaria y sus niños fueron enseñados a seguir su ejemplo. Después, cuando sus hijos se hicieron Sacerdotes, aconsejó que ellos ofrecieran la Sagrada Misa con devoción todos los días y nunca dejar de oficiar el Sacrificio de la Misa por ningún motivo. ¡Un día sin Misa es un día sin sol! Padre Donatien Lethu

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Segundo Misterio doloroso del Rosario: La flagelaci贸n de Nuestro Se帽or Jesucristo (estampa italiana)


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