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Django. Western norteamericano

Western Norteamericano José Hita Almería

Django (1966)

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Django (Franco Nero) con su implacable ametralladora

Bienvenidos de nuevo a la segunda entrega sobre el Western Americano basado en las películas del género de diversas épocas, actores, directores, productores y localizaciones de rodajes.

En los años sesenta saltó a la palestra el Spaghetti Western, subgénero que englobaba a los westerns realizados en esa época en Europa, producciones en su mayoría italianas (de ahí el nombre, en principio con sentido peyorativo dada la baja calidad de muchas de estas películas) y españolas que se rodaron sobre todo en los famosos estudios Cinecitta de Roma y en Almería. El spaghetti western supuso una revisión del género americano por antonomasia, alejándose de los cánones idealizados de los clásicos y sustituyéndolos por buenas dosis de violencia, suciedad, agudos golpes de humor, un tempo y un protagonismo de la música únicos y un buen número de personajes de moral mustia.

Cuando hablamos de Spaghetti Western nos vienen automáticamente a la cabeza grandes nombres como Sergio Leone o Ennio Morricone, estrellas internacionales como Clint Eastwood o Lee Van Cleef, la pareja cómica formada por Bud Spencer y Terence Hill, y directores como Sergio Corbucci, autor de las reconocidas ‘El gran silencio’, “Salario para matar” y la original “Django”, una de las películas favoritas de Quentin Tarantino.

Uno de los spaghetti western de culto, una obra maestra.

Cuando el género nacía, títulos como

este lo hicieron grande.

Django es un muerto viviente que llega al limbo a esperar la muerte. En él, muchos otros esperan su final, y Django se encargará de hacer más corta la espera.

Todos mueren en el pueblo perdido fronterizo en el que se desarrolla la historia. Todos menos la media mexicana/ media gringa, aunque tampoco queda muy bien. Y Django tampoco, pero ya sabemos que está muerto al empezar la película, solo que se está paseando por el limbo para terminar unos asuntos pendientes.

Django es posiblemente el mejor papel de Franco Nero, que se hizo grande con él. Y seguramente también el de su director, Sergio Cobucci.

“Django” (Franco Nero) es un soldado unionista que arrastra un ataúd a través de un interminable lodazal. Tras la rutinaria parada para salvar a una chica en apuros, Django llega a un decadente pueblo del sur, fronterizo con México, que se halla bajo el influjo de dos bandas armadas: una sudista y de marcado carácter racista liderada por el Mayor Jackson, y una mexicana liderada por el guerrillero Hugo. Pronto se desvelará que lo que en realidad ha traído a Django a aquel pueblo fantasma inundado en barro no es otra cosa que la venganza.

La película de Corbucci es violenta, excesiva y condenadamente divertida. Casi todo lo que ocurre en ella es fruto de la exageración, de llevar a los personajes y las situaciones a traspasar los límites de la verosimilitud. ‘Django’ se presenta como el típico héroe solitario, atormentado y sediento de venganza, ese forastero que llega al salón de turno con aire chulesco y altanero, retando a todo Dios y matando sin inmutarse a todo aquel que se le cruza en el camino. En la película abundan las frases lapidarias, los personajes viles y sádicos, las prostitutas, los tiroteos a velocidad de relámpago y los muertos, muchos muertos. Todo ello aderezado con una banda sonora intensa, una fotografía cruda, una estética sucia y maloliente y una dirección en la que no faltan los característicos zooms y movimientos de cámara, los primerísimos primeros planos y ese sentido del dramatismo.

En ‘Django’ asistimos a una clara mitificación de su personaje principal, un tipo duro pero noble, el revólver más rápido del oeste. Franco Nero aporta carisma y dureza al personaje, amén de cierta bondad irradiada por su angelical mirada azul. En realidad en los Spaghetti Western no existe la figura del bueno puro, aquí hasta el rol del héroe está manchado por la violencia y la sangre, el odio y las ganas de matar… Si bien su crueldad se limita para con los malos de la función. Franco Nero interpreta a un personaje mítico que dio paso a un buen número de imitadores y cuyo nombre sirvió de título a nada menos que 31 films, el último, el “Django Desencadenado” de la mano del citado Tarantino.

Violencia inusitada, cuadrillas de indeseables, humor negro y algunas escenas que rayan en el absurdo, pero sobre todo una figura, el antihéroe, y un

Escena inicial. Django arrastrando un ataúd

mundo despiadado que parece transitar entre la tierra y el infierno. Eso es lo que nos ofrece el ‘Django’ de Corbucci. Hora y media de evasión y diversión que ningún amante del género se debe perder.

Sobre el rodaje podemos destacar principalmente Colmenar Viejo y en La Pedriza, predios de la sierra madrileña. Tentadero de Fermín Sanz (Finca lindante con la Dehesa de Navalvillar) próxima a Colmenar Viejo y Fort Cheriba, localización también ubicada en la provincia de Madrid.

Para la próxima entrega contaremos con protagonistas femeninas Brigitte Bardot, Claudia Cardinale entre otras, además de conocidas artistas nacionales. Las Petroleras 1971 y dirigido por Christian-Jaqu y Guy Casaril donde sus localizaciones se centran de nuevo en Madrid y Burgos. Espero que haya sido de vuestro agrado este post y que resuelva algunas dudas respecto al apasionante mundo de La Historia del Western Americano.

Escena Final contra los villanos