EL DUENDE: Antología 4

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Todos tendrán una cara,

Cosa que no es muy vulgar

Cuando a usanza del Dios Jano

Se usan dos caras y más.

Todo el que no sea mudo

Con sus labios hablará, Sin buscar la boca ajena

Cuando algo tenga que hablar,

Cual gato al lado del fuego

Viendo una castaña asar

La saca por mano ajena

Y luego la deja enfriar.

El que nazca bajo el signo

De Libra, pobre será,

Pues hoy para hacer fortuna

Es preciso no pesar.

Quien de Escorpión bajo el signo

Naciere, mejor le irá.

Porque al que tiene veneno

Nadie lo quiere picar.

Feliz quien cual Sagitario

Medio hombre y medio animal

Nazca, cuando tantos otros

Del todo animal serán.

¡Ay! quien nazca bajo Piscis

Porque tendrá que ayunar, Y será para él la vida

Una cuaresma eternal.

Ayunará de virtudes,

Ayunará de amistad, Ayunará de modestia, Y también de caridad:

Manjares todos muy raros

En nuestra presente edad.

Quien bajo Acuario naciere

Hidropático será,

Y ha de sentir en su vientre

El diluvio universal.

De Géminis Dios nos libre,

Pues tal signo indicará

Que ha de tener por gemelos

El vicio y la ociosidad.

Yo nada digo de Aries,

Y todos comprenderán

Que por borrego y lanudo

Es cosa de respetar,

Y no quiero que me aplique

En ningún caso el refrán:

— Ir el carnero por lana

Y volver por trasquilar.

Lo mismo digo de Tauro

Y del León, plebeyo o real,

Animales tan groseros

Que no saben embromar,

Y que cuando a leer llegarán

De esta imprenta el almanac

Se pondrían furiosísimos,

Y, ¡ay, entonces, guarda Juan!

Cáncer vive como Estrella

En la región celestial:

Porque mordió venenoso

El pie de un héroe inmortal,

Así, quien bajo él naciere

No sería de extrañar

Que el mundo, por envidioso

Lo llegase a deificar.

¡Virgo! Estrella reluciente,

Constelación virginal,

Que en melancólico brillo

Parece al suelo anunciar

Que desterrada del mundo

Al cielo se fue a morar,

Para alumbrar la cabeza

De la santa castidad,

Y a los que nazcan bajo ella

A las virtudes guiar.

Capricornio que en un bosque

Dio a Júpiter de mamar,

De su cuerno de abundancia

Mil dones derramarán,

Sobre quién bajo su estrella

Tenga su feliz natal.

Más esto ya va muy largo

Y pudiera fastidiar,

Por lo cual muy en compendio

Deberemos acabar,

Que hoy todo lo que es compendio

Muy bien recibido está.

Y será tan en compendio

Nuestra conclusión final,

Que compendiando el compendio

No diremos nada más.

PERICO GRULLO.

8.2. MALAS MAÑAS

Publicado 1 de noviembre de 1846

Dios me libre de tener que sentarme junto a una persona que mueve las piernas sin cesar, haciendo chirriar las botas.

Dios me libre de aquellos que hacen ruido con las narices, como si tuvieran algún estorbo en las fosas nasales.

Y de aquellos a quienes hay que repetirles cuatro veces una misma cosa.

Y de aquellos que hacen el ademán de escupir algo y no lo escupen.

Y de aquellos que se acercan tanto para hablar que a pocas palabras ya está uno sudando babas.

Y de aquellos que para conversar han de meterle a uno los dedos por los ojos de la cara, o por los ojales de la casaca, o darles vueltas a los botones y desabrochar hasta dejar de par en par las aberturas, o halarle las puntas de la corbata hasta desatar el nudo, o tirarle del cuello de la casa, o manosearle la cadena del reloj o la guacharaca, o hurgarle en el bolsillo: (¿cómo harán las mujeres cuando dan con alguno que conversa así?).

Y líbreme Dios de aquellas personas que se hurgan las narices con los dedos.

Y de aquellas que se recortan las uñas con los dientes.

Y de aquellas que dan la mano cada rato para saludar y despedirse.

Y de aquellas que contradicen cuanto oyen.

Y de aquellas para quienes nada hay mejor que lo suyo.

Y de aquellos que lo fuerzan a uno a olerles la cabeza, el pañuelo de sonarse y a verles el anillo, o el prendedor, o el reloj, o las calzonarias.

Y de aquellos hombres catecismos que hacen más preguntas que un programa universitario: ¿dónde compró usted eso?, ¿a cómo?, ¿habrá más?, ¿será bueno?, ¿habrá de otros?, ¿cuándo lo compró?...

¡Dios me libre de las malas mañas!

8.3. EL TÍO JUAN LANAS

Publicado 11 de febrero 1849

“No hay un hombre como yo,

No tengo siquiera un vicio, ¿Y alterarme? No, eso no, Soy hombre de mucho juicio, ¡Qué bien vivo y me regalo, Y me tiendo a la tudesca!

De lo bueno y de lo malo

Me rio y siga la gresca.

Dirán: ¡qué desvergonzado!

A fe que estoy bien gordito...

De nadie me da cuidado,

Y el mundo me importa un pito.

Y mi humor nunca se ofende,

De gustos siempre ando a caza, Y quien lo entiende, lo entiende,

¡Y que viva el tío cachaza!

Forjen los tiranos reyes

De los pueblos las cadenas, Y pisoteen las leyes

Y beban sangre cual hienas.

Así como así en su día

Suelen llevar un gran susto

Por su horrenda tiranía, Y que lo lleven es justo.

El tío Juan Lanas no está

Por el regio y noble rango, Sorbe, triunfa, viene y va,

Que la vida es un fandango.

Y el que no sabe gozarla

Es un pobre necio y bruto.

Lo que importa es engañarla, Y saber vivir con fruto.

Que se queme el literato,

En el estudio las cejas,

Sin dinero y sin boato,

Expuesto a golpes y a quejas.

Y que a la luz del candil

Escriba divinidades,

Y cualquier zascandil

Le zurre por sus verdades.

No estoy por la poesía,

Pues no se aprecia el saber;

Y es mi plan de cada día

Dormir, comer y beber.

Y de aquí no hay quien me saque, Ni puede hacerme variar;

Y este todo mi almanaque,

Dormir, beber y tragar.

Alegre mi vida paso,

Mas regalón que un obispo,

Un cubo tengo por vaso, Y contra penas achispo.

Una mujer me electriza,

Pero más bien estoy yo Por varas de longaniza, El vino y peñascazo.

Me agradan, sí, las mujeres, Ya rubias o bien trigueñas,

Pero me dan más placeres

Las copas de Valde peñas. Mucho vale una belleza,

A veces más que un tesoro,

Y más si está a la cabeza

Entre Pinto y Valdemoro.

Jamás he sido celoso, Y si un rival se presenta,

Yo se la cedo gustoso

Y agur y en paz de la cuenta.

¡Pues vaya que no hay mujeres, Apota , porra y potaje!

Si me abandonan, ¿qué quieres?

Solo les digo: ¡buen viaje!

El andarse con rayetas , Sería acción muy villana,

Porque si hoy cierran mil puertas

Dos mil se abrirán mañana.

Para beber, diez cuartillos

Es mi medida ordinaria, Y unos nueve panecillos

Si es la cena extraordinaria.

En mi mesa no hay botellas

Y sí una bota señora,

Y la empino y las estrellas

Estoy mirando una hora, Jamás uso yo de plato, Ni tenedor, ni cuchillo;

Meto la zarpa cual gato, Mojo y sorbo en un lebrillo.

No estoy yo por lo de huerta,

Ni espárragos de jardín, Lo de huerta a la otra puerta

Y lo arrojo a mi mastín.

Así es que a menudo como Es exquisito jamón, Morcillas, ternera y lomo, Pavos, pollos y el pichón.

Cuando el tío Juan Lanas yanta

Nunca pone mantelito....

Y así come en una manta

Aunque sea de un borrico.

Aunque gordo, yo me siento

En cualquier poste o meseta;

Sin que se caiga el asiento

O se rompa la silleta.

No hay un hombre como yo,

No tengo siquiera un vivo.

¿Y alterarme? No, eso no,

Soy hombre de mucho juicio.

Juego al monte y al cané,

Al broche, chapas y taco,

Y mi casa sepa usted

Que es el templo del Dios Baco.

Soy Juan Lanas, tabernero

De la calle de la fragua,

Y me paso el día entero

Echándole al vino agua.

A pesar que le bautizo

Le beben los parroquianos

Con un gusto y un hechizo

Que salen cala mocanos.

Mi taberna tiene fama,

De Madrid es la delicia, Y hacia ella la gente llama

Una joven de Galicia.

¡Qué panza! ¡Santos eternos!

Parezco un buey de la Siria,

Como que tengo más cuernos

Que los toros de Gaviria.

Aunque lo sé, no me aburro,

Ni lo voto a Sanes ni a Sanas,

¿Enfadarme? Fuera un burro,

Y no es burro el tío Juan Lanas.

Voy al teatro y los toros, Al canal y al Ventorrillo, Con el Señor Matamoros, La manola y su currillo.

Y las penillas destierro, Y mi humor siempre es igual, En el baile o en el entierro, En cuaresma o carnaval.

Siempre rompiendo calzones, Y ensanchando las costuras, Que no hay penas, no hay doblones, Ni do hay genio ni amargura.

A las voces me hago el sordo; De la muerte no me acuerdo; Vivo y bebo y estoy gordo, Así, así... como... un cerdo.

9. ANEXOS

1. Transcripción de los textos originales del Duende: https://utadeoedu co0-my.sharepoint.com/:b:/g/personal/leidyt_almecigao_utadeo_ edu_co/EaCbn5whJohLukC8eKLXVGEB_RvWVV3w2qGXrz dkYcxgQQ?e=ofZ4Ae

2. PDF originales del periódico: https://utadeoeduco0-my.sharepoint. com/:b:/g/personal/leidyt_almecigao_utadeo_edu_co/EaCb n5whJohLukC8eKLXVGEB_RvWVV3w2qGXrzdkYcxgQQ?e=o fZ4Ae

3. Documento de la Sociedad Filotécnica. Fuente: Sala de libros raros y manuscritos BLAA.

4. Decreto del supremo jefe de Estado José María Melo 1854. Fuente: Lux Non Occidat - Museo y archivo histórico universidad Externado de Colombia.

El Duende: Antología de textos publicados en prensa bogotana 1846 - 1849 se terminó de imprimir en 2025 en Litho Copias.

Para su composición se utilizó la familia tipográfica Garamond en distintos pesos y variantes, diseñada por el diseñador de tipos, editor, cortador de punzones y fundador de tipos francés Claude Garamond.

Esta antología recoge veinticuatro textos publicados en el periódico bogotano El Duende entre 1846 y 1849. Esta selección está acompañada de una introducción que procura ser una guía — que como toda guía, solo puede ser parcial — para entender el contexto histórico, político y social que enmarcó la escritura de estos textos, también para identificar los aspectos formales y establecer un diálogo crítico con nuestro presente.

Los textos aquí presentados son satíricos, críticos, divertidos y abarcan distintos géneros como cuentos, cartas ficticias, autobiografías ficticias, cuadros de costumbres, horóscopos y artículos periodísticos. El propósito de esta antología es compartir textos bogotanos del siglo XIX para así entender los procesos de configuración de la narrativa moderna en nuestro país.

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