CSR & SOSTENIBILIDAD
MAYO, DOS MIL VEINTICINCO MONTERREY, NUEVO LEÓN


LOS BOSQUES Y SU PARTICIPACIÓN CLAVE PARA LA MITIGACIÓN DEL CAMBIO CLIMÁTICO
MAYO, DOS MIL VEINTICINCO MONTERREY, NUEVO LEÓN
LOS BOSQUES Y SU PARTICIPACIÓN CLAVE PARA LA MITIGACIÓN DEL CAMBIO CLIMÁTICO
En esta edición de CSR & SOSTENIBILIDAD nos adentramos en uno de los temas más urgentes de nuestro tiempo: el papel de la naturaleza frente a la crisis climática. Los bosques, como aliados esenciales en la mitigación del cambio climático, nos recuerdan que las soluciones están, en muchos casos, en la misma tierra que habitamos.
Pero también abordamos desafíos emergentes. Desde la eco-ansiedad que afecta a miles de personas, hasta innovaciones controvertidas como la geoingeniería solar, este número invita a reflexionar sobre el equilibrio entre acción, innovación y conciencia ambiental.
Además, exploramos el potencial de las Soluciones basadas en la Naturaleza y la necesidad de transitar hacia un cambio sistémico que nos permita construir sociedades verdaderamente regenerativas.
Te invitamos a leer, reflexionar y sumarte al diálogo por un futuro más sostenible.
Cordialmente,
Carmelo Santillán Ramos CEO, CSR CONSULTING
CEO, CSR CONSULTING
Ph.D. Carmelo Santillán Ramos
COORDINADORA DE PROYECTOS
Ing. Emma Paola Hernández Rodríguez
Ing. Laura Denise González González
Ing. Vivian Razu Teyer
Ing. Ana Sofía Magaña Calvo
Ing. Gala Ochoa Rosales
Ing. Jesús Octavio Gamez Escobedo
Lic. Cristopher Franco
Lic. Wiman Cazadey
CSR & SOSTENIBILIDAD. Fecha de publicación: 05
Revista mensual, editada y publicada por CSR CONSULTING. Torre Cibeles, Piso 7 Planificadores #2802
Empleados Sfeo. C.P. 64909 Monterrey, N.L. www.csrconsulting.com.mx contacto@csrconsulting.mx
Los bosques y su participación clave para la mitigación del cambio climático
CSR&Sostenibilidad sostenibilidad conocer? alfonso.campos@csrconsulting.mx
Cuando hablamos de los bosques, no solo hablamos de superficie arbolada, si no, también, de ecosistemas áridos, semiáridos, selvas, manglares y bosques templados, los cuales, en México, conforman un total de 138.7 millones de hectáreas de cobertura de vegetación forestal equivalente al 70.6% total del territorio nacional, de acuerdo con los Datos del Inventario Nacional Forestal y de Suelos (INFyS).
Gracias a estas conformaciones boscosas, en conjunto con las prácticas de conservación, restauración y manejo forestal sostenible, los servicios ambientales que recibimos de nuestros bosques constituyen uno de nuestros recursos más importantes para combatir y mitigar el cambio climático.
Los servicios ambientales que nos proveen los bosques radican en los componentes y procesos que integran los ecosistemas, como son, la mitigación y adaptación a los efectos del cambio climático, la captación y filtración del agua, la generación de oxígeno, la retención del suelo, protección de la biodiversidad, la asimilación de diversos contaminantes, entre otros.
De acuerdo con el Inventario Nacional de Emisiones de Gases y Compuestos de Efecto Invernadero de México, se estima que en México se captura anualmente 188.3 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) lo que equivale hasta un 25% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero de nuestro país cada año. La cantidad de carbono que pueden secuestrar los ecosistemas forestales varía dependiendo del tipo de vegetación forestal, las prácticas de manejo forestal a las que está sometido y la edad. Cuanto más sano es el bosque, más carbono captura y almacena.
Desafortunadamente, la tala ilegal, los desmontes, la extracción de plantas en peligro de extinción, generan la degradación de los ecosistemas, esto, aunado a los incendios forestales, favorecen a la emisiones de CO2, causando efectos en los ecosistemas que se pueden ver reflejados en: eventos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes e intensos, en la reducción de la edad de los ecosistemas forestales debido al aumento en la frecuencia de incendios y plagas, inseguridad alimentaria, extinción de especies derivado a la rapidez del cambio climático que supera la capacidad de adaptación y el desplazamiento de poblaciones afectadas.
A través de bosques sanos y resilientes se puede combatir el cambio climático, y esto es posible a través del fortalecimiento de la capacidad de adaptación de los bosques, procurando su sanidad y vitalidad, incentivando la forestación, reforestación y restauración forestal. Así también, a través de las practicas sostenibles en el aprovechamiento de los bosques, de los que se pueda garantizar que los productos que se obtengan de éstos sean gestionados de manera sostenible, responsable y legal preservando la biodiversidad.
Autora: Ing. Laura Denise González González practicante4@csrconsulting.mx CSR CONSULTING
La participación de las comunidades y de los pueblos indígenas es crucial para la preservación de la biodiversidad y el combate contra el cambio climático ya que son portadores de conocimientos culturales sobre plantas, animales, agua y clima. Reconocer su papel en la gestión de los territorios forestales contribuye a la conservación de la enorme riqueza cultural y natural de nuestro país.
Es crucial hacer énfasis en la importancia de proteger nuestros bosques, destacando que más allá de la cantidad de área forestal, es la calidad del bosque lo que verdaderamente marca la diferencia. Un bosque sano, diverso y bien conservado aporta beneficios que trascienden cualquier medida: es un verdadero ganar-ganar desde todos los ángulos en que se le observe. A nivel social, fortalece las comunidades; en el ámbito ambiental, garantiza la conservación de la biodiversidad y la regulación del clima; en lo económico, ofrece recursos de manera sostenible; y a nivel espiritual, nos conecta con la esencia misma de la vida y del equilibrio natural. Cuidar el bosque es, en todos los sentidos, cuidar de nosotros mismos.
Es la mañana, abro mi celular para ver instagram y otra vez me encuentro con una catástrofe en el planeta. A veces una guerra, a veces un desastre natural y a veces una crisis económica. Estoy cansada de ver tanto, de saber tanto. A veces pienso, ¿la ignorancia sería mejor?
Me siento culpable de ignorar las crisis del planeta, pero yo no puedo hacer mucho al respecto. Me siento impotente cuando lo más que puedo hacer es darle “compartir” a la información. Me siento pequeña, como si estuviera sola contra el mundo. Me desmotiva y ya no encuentro el por qué yo debería separar mi basura y por qué yo debería hacer un esfuerzo si nadie parece estar haciendo el suyo.
Últimamente el contenido que más consumo es sobre la crisis ambiental. Y si algo he aprendido al respecto, es que ver noticias alarmistas no funciona. Es demasiado para una persona que le digan que estamos yendo hacia el colapso de la civilización. Esta emoción no lleva a una acción, sino a la ansiedad y desesperación por un futuro mejor; lleva al bloqueo y desmotivación de la gente.
Existen muchos términos que pueden definir estos sentimientos. Ansiedad por el clima, eco-ansiedad y duelo ecológico. Ansiedad por el clima se refiere a una emoción continua negativa basada en pensamientos y respuestas conductuales por saber los riesgos existenciales del cambio climático (Jarret et al, 2024). Eco-ansiedad se puede referir como el concepto emocional de conciencia de la magnitud de la crisis climática, o de manera más sencilla, la ansiedad que la gente tiene como respuesta a la crisis ecológica (Jarret et al, 2024; Hogg et al., 2024). El duelo ecológico es el sentimiento de pérdida o anticipación a la pérdidas ecológicas, incluidas las pérdidas de especies, ecosistemas y paisajes por el cambio climático. (Cunsolo & Ellis, 2018).
Sinceramente no entiendo muy bien la diferencia entre “eco-ansiedad” y “ansiedad por el clima”, pero para motivos prácticos de este pequeño artículo definiremos este sentimiento de desesperanza, impotencia y ansiedad por la crisis climática como “eco-ansiedad”.
En mi investigación por sentirme mejor y más motivada me topé con ciertos videos y libros que tocan el tema de la crisis climática desde un punto de vista no pesimista. El video de Simon Clark (2025) titulado“Qué tanto progreso hemos hecho con el cambio climático” da un punto de vista realista sobre el avance que hemos tenido en la lucha contra el cambio climático.Un avance lento, pero avanzando hacia los objetivos de reducción de dióxido de carbono en la atmósfera. Un dato interesante es que al inicio de los 2000 la predicción era que en 2100 llegaríamos a los 4°C de calentamiento en la temperatura global, mientras que el pronóstico actual es 2.7°C. Sigue siendo bastante pero es 1.3°C menos que el pronóstico inicial.
¿Cómo
También encontré el libro de “No es el fin del mundo: Cómo podemos ser la primera generación en construir un planeta sostenible” de Hannah Ritchie (2024). Hannah es una científica de datos y divulgadora científica; en su libro utiliza los datos para demostrar lo mucho que hemos avanzado en los últimos años. Utiliza métricas interesantes, comparando por ejemplo su huella de carbono en el 2024, que es de 5 toneladas de CO2e, contra en 1960, que el promedio en Reino Unido era 11 toneladas de CO2e; entre otros datos optimistas sobre la crisis ambiental.
Por último, me encontré con una TED talk “Your Inner Fire Is Your Greatest Strength” de Xiye Bastida, activista medioambiental. En ella hablaba sobre la esperanza y la lucha por el medio ambiente sano. Explica que le molesta que utilicen la lucha que ella realiza como una excusa para no actuar, como si fuera sólo su responsabilidad. También describe a la esperanza como el motor que la mueve para actuar. En la TED talk nos comparte tres tips:
1. Replantear el pensamiento de que estamos yendo hacia un apocalipsis climático. Al contrario, nos estamos levantando de muchas crisis anteriores. Pensar que estamos reconstruyendo y somos resilientes.
2. Aprender, fortalecer la conexión y apreciar la naturaleza por lo que es.
3. La imaginación consciente y vívida. El futuro siempre es pintado Mlcomo un futuro catastrófico y pesimista. Tenemos una visión colectiva Mldel futuro en el que no prosperamos con la naturaleza, pues es más Mlcomplicado imaginar futuros positivos. Imaginar, ¿cómo se ve el Mlfuturo si ganamos?
Entonces, capaz no todo es tan malo, capaz no vamos mal. Solo hay que imaginar un mundo mejor y saber que la gente está trabajando para ello. ¿No?
Ing. Vivian Razu Teyer @csrconsulting.com
CSR CONSULTING
No, la ignorancia y la indiferencia no nos van a salvar de esto. Si algo tienen en común estos libros, videos y artículos cientí cos es que el sentimiento de impotencia se alivia al conectar y organizarse con otras personas que se sientan igual. El cambio individual muchas veces se siente aislado y de bajo impacto, y es porque muchas veces así es. Movimientos en Monterrey como “un Río en el Río” me han demostrado que organizarse y actuar llevan a construir poco a poco el mundo en el cual queremos habitar.
El trabajar en un lugar donde buscar un mundo más sustentable sea el pan de cada día también es algo que me emociona. El saber que existen personas más allá que yo, buscando que el planeta sea un mundo más sano. Saber que desde las empresas, desde la consultoría, desde el activismo y la educación hay gente que le importa. Estamos para ayudarnos mutuamente, y colaborando es como saldremos adelante.
A este punto de la crisis climática, es necesario optar por soluciones inspiradas en los ecosistemas naturales, su funcionamiento y sus dinámicas. Aunque las tendencias actuales se inclinan hacia soluciones estructuradas en torno a la tecnología y la artificialidad, es importante evitar una dependencia excesiva de estas. En su lugar, debemos contemplar y comprender las interacciones de la naturaleza para desarrollar la capacidad de idear soluciones alineadas con los procesos regenerativos de los ecosistemas y el equilibrio de los ciclos naturales.
Esto implica no solo replicar funciones ecológicas, sino también reconocer el valor intrínseco de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos que sustentan nuestras sociedades. Adoptar esta visión nos permite diseñar intervenciones más resilientes, adaptativas y sostenibles, que aborden simultáneamente múltiples desafíos sin comprometer la integridad ecológica a largo plazo.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), las Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN) son "acciones para proteger, gestionar de manera sostenible y restaurar ecosistemas naturales o modificados, que abordan los desafíos sociales de manera efectiva y adaptativa, proporcionando simultáneamente beneficios para el bienestar humano y la biodiversidad". Son especialmente útiles para enfrentar retos como el cambio climático, la reducción del riesgo de desastres, la seguridad alimentaria y del agua, la pérdida de biodiversidad y la salud humana.
1. Adoptan normas y principios de conservación de la naturaleza.
2. Pueden implementarse solas o integradas con otras Mlsoluciones (tecnológicas o de ingeniería).
3. Se adaptan a contextos naturales y culturales espeMlcíficos, incluyendo saberes tradicionales, locales y Mlcientíficos.
4. Generan beneficios sociales de forma justa y equitaMltiva, promoviendo la transparencia y la participación Mlamplia.
5. Mantienen la diversidad biológica y cultural, y la Mlcapacidad evolutiva de los ecosistemas.
6. Se aplican a escala de paisaje.
7. Reconocen y gestionan los compromisos entre Mlbeneficios económicos inmediatos y los servicios Mlecosistémicos a largo plazo.
8. Se integran en el diseño de políticas y medidas para Mlenfrentar retos específicos.
1. Soluciones que implican un mejor aprovechamiento de ecosistemas naturales o protegidos existentes.
Ejemplo: conservación de bosques para respaldar Mlla seguridad alimentaria y energética, los ingresos Mllocales, la adaptación y mitigación del cambio Mlclimático, y la biodiversidad.
2. Soluciones basadas en el desarrollo de protocolos Mly procedimientos de gestión sostenible para Mlecosistemas gestionados o restaurados.
Ejemplo: uso de infraestructura costera natural Ml(islas barrera, bosques de manglar y arrecifes de Mlostras), para proteger las líneas costeras y Mlcomunidades frente a inundaciones costeras y Mlreducir los impactos del aumento del nivel del mar.
3. Soluciones que implican la creación de nuevos Mlecosistemas.
Ejemplo: desarrollo de infraestructura verde en Mlurbes (muros verdes, arbolado urbano, jardines en Mlazoteas) para mejorar la calidad del aire, crear un Mlmicroclima, reducir la escorrentía pluvial y mejorar Mlla calidad de vida de los habitantes de la ciudad.
Ambientales: Aumentan la biodiversidad, Mlla calidad del aire y agua, capturan carbono atmosMlférico y promueven el desarrollo de ecosistemas Mlresilientes.
Sociales: Promueven el bienestar humano, Mlseguridad alimentaria y la salud, a la vez que Mlfomentan la participación comunitaria.
Económicos: Son más rentables a largo plazo Mlmuchas soluciones grises y facilitan el acceso Mlfinanciamiento internacional, como el Fondo Mlpara el Clima.
En la isla de Chira, en el Golfo de Nicoya, Conservation International implementó en 2014 un proyecto restauración de manglares como Solución basada la Naturaleza (SbN) para enfrentar la degradación ambiental y mejorar los medios de vida locales. acciones incluyeron reforestación comunitaria, medición de carbono azul, viveros de manglar educación ambiental. Es un ejemplo exitoso porque integra conservación, mitigación del climático y desarrollo económico local, con participación comunitaria, especialmente de mujeres, resultados concretos como más de 8,000 manglares plantados, generación de empleos y fortalecimiento políticas públicas basadas en ciencia.
mejoran carbono humano, la que Ml
plazo que acceso a Fondo Verde manglares
Conservation proyecto de basada en degradación locales. Las comunitaria, manglar y exitoso de SbN del cambio una alta mujeres, y manglares fortalecimiento de
Fortalecer la resiliencia de los ecosistemas y su capacidad de regeneración es esencial para garantizar un futuro sostenible. Las Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN) ofrecen un enfoque integral que no solo enfrenta desafíos como el cambio climático o la pérdida de biodiversidad, sino que también mejora el bienestar humano, fomenta la equidad social y promueve economías más sostenibles. Incorporarlas desde la planificación es una oportunidad para reequilibrar nuestra relación con el entorno. En lugar de ver a la naturaleza como un recurso a explotar o un obstáculo a sortear, debemos reconocerla como una fuente de conocimiento, innovación y resiliencia. Como bien me dijo una vez un profesor: las soluciones surgen de la inteligencia, y la inteligencia es naturaleza. Recordar esto es clave para construir un futuro donde el desarrollo y la vida estén verdaderamente en armonía.
Frente a los retos climáticos que enfrentamos y que están afectando a los sistemas de vida de forma negativa, es cada vez más común escuchar el planteamiento de diferentes soluciones para mitigar los daños o adaptar a las sociedades humanas a las consecuencias de un crecimiento industrial acelerado, causante del cambio climático. Algunas de las más comunes: las energías renovables, el reciclaje de residuos, la tala responsable, los bonos de carbono, el tratamiento de agua y sistemas ahorradores de recursos hídricos y energéticos. Si bien, cada una de estas medidas puede representar una reducción en el impacto ambiental negativo, es importante que este esfuerzo vaya más allá. Enfocarse exclusivamente en una solución, sin adaptarla a las condiciones específicas ni a las problemáticas de raíz, sin partir de un análisis profundo, puede y ha generado inconvenientes alternos.
La dirección que debemos proyectar es generar un cambio sistémico para dar origen a sociedades regenerativas. Para mayor comprensión, esto puede dividirse en partes: la palabra sistémico hace referencia a lo perteneciente o relativo a la totalidad de un sistema. Este concepto no debe confundirse con sistemático, que se define como algo que sigue un método de forma organizada.
Ahora bien, a diferencia del tipo de transformación que busca un impacto directo, atendiendo las necesidades inmediatas específicas o amplificadas; el cambio sistémico aborda la raíz del problema y no sólo sus síntomas, buscando más bien sus causas sistémicas de, por ejemplo, la crisis ambiental. Plantearse preguntas iterativamente es clave para llegar al origen de un problema ya que a través del estudio del todo, de las partes del todo y la conexión entre las partes, se busca que se transforme el modo de operar el sistema para generar un cambio de mentalidad global.
Las sociedades regenerativas (en plural, reconociendo la diversidad necesaria) son culturas humanas cuya base de funcionamiento es la colaboración y la simbiosis para la restauración de la vida. Carol Sanford propuso siete principios fundamentales para formas más regenerativas en cualquier ámbito:
i) trabajar con totalidades, ii) manifestar potencial, iii) revelar esencia, iv) capacitar desarrollo, v) enlazar contextos anidados, vi) intervenir en nodos (acupuntura sistémica) y vii) fortalecer campos de colaboración. La regeneración va más allá de la sostenibilidad, que busca que la extracción y el desgaste ambiental se encuentren equilibrados para asegurar el sostén de las generaciones futuras. Las sociedades regenerativas, por otro lado, regresan al origen natural vinculándose con su entorno a través del reaprendizaje y reconexión con la inteligencia ecosistémica. El biomimetismo es un ejemplo perfecto de este reconocimiento, ya que es una práctica basada en la imitación de los diseños, procesos y sistemas naturales para resolver problemas humanos y desarrollar innovaciones. De esta observación y aplicación de los principios de la naturaleza surgen más mecanismos que nos dirigen a una sabiduría ancestral: sistemas de producción circulares, donde (como en la naturaleza), nada es un residuo y si bien para un organismo no es útil, para otro lo será. Esto nos lleva a la simbiosis industrial, empresarial o comunitaria. En la naturaleza, una relación simbiótica es aquella entre dos especies que es beneficiosa o neutral para ambas o una de ellas. Llevado a un contexto humano, podemos partir de la pregunta- ¿cómo puedo enlazar contextos que parecen desvinculados para un bien común?
Para poder llegar a estos niveles en los sistemas productivos por ejemplo, es necesario generar esta capacidad de cuestionamiento, adaptabilidad, resolución y colaboración desde edades tempranas ¿Por qué en esta población? Las infancias son más receptivas que cualquier adulto a nueva información gracias a su capacidad de generar nuevas conexiones neuronales. “La niñez es la parte más importante de la vida. El niño es el constructor del adulto” (María Montessori). Esto significa que los centros de enseñanza tienen un gran potencial para ser transformadores sistémicos, capaces de construir generaciones regenerativas. A partir del aprendizaje experiencial, conectado con la realidad tangible, como los procesos naturales enlazados a un plan pedagógico, es posible generar un cambio sistémico desde el ahora, donde las decisiones, hábitos y posturas, tanto individuales como de liderazgo frente a una empresa, una familia, una nación o una comunidad, sean tomadas de forma inherente desde la consciencia, la colaboración y el reconocimiento a la sabiduría ecosistémica, porque así se aprendió a hacer desde la infancia.
Autora: Ing. Gala Ochoa Rosales gala.ochoa@csrconsulting.mx
CSR CONSULTING
Singapur, 24 de marzo de 2018: La arquitectura distinta y futurista de la Colmena a lo largo de la avenida Nanyang en NTU en Singapur. Fue desarrollado para mostrar un edificio verde y sostenible.
La carrera contra el cambio climático ha dado lugar a una variedad de soluciones, desde la transición energética hasta la conservación de la biodiversidad. Sin embargo, con las emisiones aún elevadas y los fenómenos climáticos extremos en aumento, una opción hasta ahora marginal ha empezado a ganar relevancia en los círculos científicos y políticos: la geoingeniería solar.
Se trata de una serie de técnicas diseñadas para reflejar parte de la radiación solar y así enfriar artificialmente el planeta. Una solución audaz, sí. Pero también controvertida.
¿Qué es exactamente la geoingeniería solar?
La geoingeniería solar (solar radiation modification o SRM, por sus siglas en inglés) abarca métodos diseñados para alterar el equilibrio energético del planeta. Algunas de las técnicas más discutidas incluyen:
Inyección de aerosoles en la estratósfera, para reflejar la luz solar al estilo de una erupción volcánica artificial.
Blanqueamiento de nubes marinas, mediante la pulverización de agua salada para aumentar su reflectividad.
Espejos espaciales u otras formas de desviar la radiación solar antes de que llegue a la Tierra.
Estas técnicas no eliminan las emisiones, pero podrían reducir temporalmente las temperaturas globales mientras se implementan soluciones de largo plazo.
¿Por qué se está considerando ahora?
El Reino Unido, por ejemplo, ha lanzado el programa Exploring Climate Cooling, con un fondo inicial de 100 millones de libras para investigar este tipo de soluciones. La decisión se basa en una realidad incómoda: incluso si el mundo dejara de emitir gases de efecto invernadero hoy, los efectos del calentamiento global seguirían durante décadas.
Así, la geoingeniería solar se plantea como un “plan B climático” ante un posible punto de no retorno: incendios forestales incontrolables, colapsos de cultivos y migraciones masivas por eventos climáticos.
� El dilema ético, ambiental y político Aunque suena prometedor, la geoingeniería solar está lejos de ser una panacea. Existen riesgos importantes:
Cambios climáticos desiguales: enfriar el planeta no garantiza que todas las regiones se beneficien por igual. Algunas podrían sufrir sequías o alteraciones en los patrones de lluvia.
Dependencia tecnológica: si se detuviera abruptamente la aplicación de estas técnicas, el planeta podría experimentar un efecto “rebote” de calentamiento severo.
Gobernanza global: ¿quién decide cuándo, cómo y por cuánto tiempo se debe modificar el clima del planeta?
Por ello, organismos como las Naciones Unidas y expertos en gobernanza climática insisten en que la geoingeniería solar no puede ser una excusa para dejar de reducir emisiones, sino un complemento bajo estricta supervisión internacional.
¿Y entonces… se va a usar?
Por ahora, ningún país ha implementado escala estas técnicas. Pero el simple hecho se estén investigando con financiamiento público privado indica que la conversación ya hipotética. Y frente a escenarios climáticos extremos, la presión por actuar podría poner geoingeniería solar en el centro del ambiental global.
La gran pregunta ya no es solo si es técnicamente posible, sino si estamos preparados humanidad para manejar sus consecuencias.
a gran de que público y no es climáticos poner a la debate técnicamente como consecuencias.
Autor: Jesús Octavio Escobedo octavio@csrconsulting.mx CONSULTING
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