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Visión Experta

MARCELO MATUS La importancia crucial del modelamiento en la

transición energética

El investigador de la Universidad de Chile espera que el próximo año se retomen las actividades del Programa estratégico de modelamiento energético Regional (Pemer), lanzado por la Casa de Estudios, debido al aporte que entrega este tipo de iniciativas a los actores de la industria, particularmente en el Sistema Eléctrico Nacional.

EL MODELAMIENTO ENERGÉTICO tiene un importante papel en la operación del sistema eléctrico, siendo la academia un espacio preponderante para avanzar en proyectos de innovación en esta materia, donde Marcelo Matus, investigador de la Universidad de Chile, fue uno de los actores que abordó este tema, como director del Programa estratégico de modelamiento energético Regional (Pemer), lanzado por la Casa de Estudios durante el año pasado.

El académico es ingeniero civil industrial y doctor en Ciencias de la Computación y Electricidad, siendo parte del equipo de investigadores del Centro de Energía de la Universidad de Chile.

“Lamentablemente, Pemer se tuvo que suspender ya que no se logró el equilibrio operacional. Esto en parte a que 2020 y 2021 han sido años bien particulares. Sin embargo, esperamos retomar el próximo año las actividades, puesto que la necesidad de generar un lenguaje común entre los distintos actores, basado en análisis objetivos e independientes, es más urgente que nunca”, afirma.

En entrevista con ELECTRICIDAD sostiene la importancia de este tipo de iniciativas, especialmente desde la perspectiva estratégica de la transformación energética.

Actualidad

¿Cuál es la visión que tiene respecto al modelamiento energético en Chile actualmente?

La mayoría de los modelos y metodología que disponemos, como está sucediendo con la industria, están en una transición. Esto porque lo que se quiere modelar ahora es una realidad cada vez más móvil, donde vemos cambios y desafíos en todos los ámbitos, incluyendo nuevas tecnologías, regulaciones y modelos de negocios, que se vislumbran para el corto y mediano plazo.

Estos cambios responden a la necesaria transición energética, que busca que el sector energético deje de ser uno de los mayores contribuyentes a las emisiones de gases de efecto invernadero, y donde ya se habla de prosumidor, reflejando la participación más activa que se espera de los usuarios, no solamente limitados a un rol de consumidores.

¿Qué importancia cobra esta iniciativa en el proceso de transición energética?

La transición es un problema interesante desde la perspectiva del modelamiento, porque tanto la situación actual como a donde queremos llegar, son condiciones conocidas. La pregunta es cómo transitamos entre estos dos puntos. Sabemos el problema de los combustibles fósiles y compartimos ideas o deseos de a dónde nos lleva la transformación energética, a una matriz energética sostenible, sin fuentes fósiles, con una mayor electrificación (del transporte, la calefac-

ción, etcétera), mejor calidad de servicios y una mayor participación de la demanda.

Los modelos nos pueden ayudar a identificar, diseñar y analizar posibles trayectorias o escenarios de transición. Este análisis se puede hacer probando, por ejemplo, distintos supuestos de desarrollo de tecnologías y modelos de negocios, que hoy no existen comercialmente, pero que podemos vislumbrar que aparezcan en 5 o 10 años más.

Claramente no podemos asegurar que el camino elegido será la forma en que finalmente lleguemos a destino, pero la modelación también nos ayudará a corregir la ruta a medida que aparezcan nuevos desafíos u oportunidades.

¿Cuáles son las perspectivas a futuro en este tipo de trabajos?

Las perspectivas dependen mucho de la convicción de que el modelamiento permite generar, además, un lenguaje común para discutir sobre qué es lo que queremos y cómo lo logramos.

Los modelos no predicen el futuro, pero nos permiten visualizar lo que esperamos del sector energético a través de la exploración de distintos escenarios, que pueden entonces ser discutidos y analizados en su valor por diferentes actores, quizás con visiones muy distintas, pero que pueden debatir sobre elementos comparables.

En este sentido, los modelos tienen un rol clave en las discusiones que se nos vienen respecto a qué esperamos del sector energético desde las perspectivas de la transición y del proceso constituyente.

¿Cómo evalúa el trabajo local en esta materia, especialmente con el desarrollo de programas o software nacionales?

El desarrollo de software nacional es un poco paradójico. Por un lado, no creo que haya otro sector de la economía chilena que use y necesite tanto de modelos, como en la programación de la operación del día a día, que sin este tipo de software especializado simplemente no sería posible hoy en día, como en su planificación futura.

Foto: Gentileza Universidad de Chile.

dad propia el desarrollo y las mejoras de estas herramientas. En otras economías esta responsabilidad la toma el regulador y/o la industria, con una gran participación de la academia local.

En Chile hay experiencia en desarrollo de modelos en el área energética, pero al ser un mercado muy de nicho, su desarrollo se limita más a esfuerzos puntuales que a una visión o política del sector.

¿De qué forma se está adaptando la operación real del sistema eléctrico nacional con el modelamiento?

Hoy la operación del SEN se basa en el uso de varios modelos, desde el predespacho de corto plazo al manejo del agua de mediano plazo, más modelos predictivos de demanda, de generación renovable, etcétera. En cuestión, la coexistencia y uso de varios modelos es un hecho y a veces un desafío por sí mismo.

Sin embargo, sería ideal que existieran modelos de verificación y validación, cumpliendo funciones de manera redundante y no solo complementaria, puesto que algunos de los modelos utilizados son comerciales del tipo “black box”, donde no siempre se puede verificar, replicar o adaptar la herramienta a la realidad de la operación en Chile.

En Chile hay experiencia en desarrollo de modelos en el área energética, pero al ser un mercado muy de nicho, su desarrollo se limita más a esfuerzos puntuales que a una visión o política del sector”.

“El modelamiento permita generar, además, un lenguaje común para discutir sobre qué es lo que queremos y cómo lo logramos”, señala el académico.

¿Cómo cree que el hidrógeno verde se inserte dentro de los futuros modelamientos energéticos?

El hidrógeno verde, como la inclusión de nuevas tecnologías de generación y almacenamiento, es parte de la transición energética. Y el análisis de los desafíos y oportunidades que representan para el sistema se basará en modelos, que además integren y analicen la operación conjunta de todo el sistema energético.

Esto incluirá desde cómo se genera el hidrógeno a partir de energía eléctrica renovable, su transporte y almacenamiento, hasta como se usa el hidrógeno para la generación e inyección de electricidad al sistema.

El hidrógeno también puede tener un rol en la generación y almacenamiento distribuido, y que puede ser la base para el reemplazo de todos los combustibles fósiles en el sistema eléctrico.

¿Qué desafíos y oportunidades depara el hidrógeno verde?

Estas y otras preguntas, que son fundamentales para el sector y para toda nuestra sociedad, son las que queremos explorar mediante el uso de modelos. Y esto lo podemos y debemos hacer mucho antes que se instale el primer electrolizador verde en Chile. Pero en uno o dos años no solo serán las preguntas sobre el hidrógeno verde, serán sobre el efecto de la electromovilidad, la gestión de la demanda, o todas las anteriores combinadas. No sabemos qué tendremos que responder o modelar específicamente, pero sí sabemos que es necesario tener la capacidad de hacerlo bien y oportunamente.