CRÓNICA SONORA 7 (1er Aniversario) / abril-mayo 2023

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Señoras y señores, estamos de de manteles largos en Crónica Sonora, como ya habrán advertido en la gura de Mr. Baldy en portada: si en enero cumplimos ocho años como revista digital, ¡este abril cumplimos el primero como revista de papel! ¡A la torre!

¿Qué creían? ¿Este bato se va a rajar a las primeras de cambio? Pues sí, casi le atinan, porque fue una locura como ya dije en otra carta para ustedes. Pero nel pastel: resistimos, sobrevivimos y engordamos. No lo digo metafóricamente, sino que hace un año iniciamos con doce páginas y hoy ya tenemos dieciséis. Además, engordamos en número de suscriptores y, ojo, suscriptoras. ¿A poco creen que la nueva taza para suscriptoras es mera –otra– ocurrencia mía? ¿Acaso piensan que la foto de la página quince fue nomás de vente, vamos a tomarnos una foto? Nada de eso, compañeros, ya les dije –también en otra “carta del director”– que se pongan abusados porque las chicas vienen con todo. GULP.

A propósito de gordas, desde aquí quiero expresar todo mi agradecimiento al equipo editorial que cada dos meses suda la gorda gota conmigo: José Juan Cantúa “Momo” y Yesúa Molina Romero. Además, en el día a día está la inigualable Santa López Armenta, ya co-editando, ya pautando las publicaciones en Facebook... ah, porque si no lo saben yo les digo: por cada publicación en la fanpage de Crónica Sonora le pagamos a Mark Zuckerberg para que la haga circular entre los usuarios de su gran red. Es decir, aparte de los gastos de o cina, nómina y hosting, también le metemos money a la difusión.

De ahí la trascendencia de las suscripciones. Cuando tú pagas mil pesitos –o cien dolaritos si vives en el Gabacho– por una suscripción anual, haces posible la existencia de nuestro website, de nuestras redes, de esta revista impresa y de todo lo que estas tres plataformas generan.

Vayan, pues, los nombres de las amables personas que en meses recientes han depositado su fe y su óbolo en nosotros.

Alba Luz Rascón, Alejandra Meza, Arnoldo Hernández, Alex Jiménez-Bazúa, Ana Lucía Castro, Carlos Figueroa, Carlos Lucero, Carmen Tonella, Cervando Flores, César Rubén Rascón, David Erasmo Rascón, Edmundo Kossio, Elisa Macías, Esther Padilla, Fernando Valenzuela (el de Hermosillo, no el de Etchohuaquila), Francely Ra a, Guillermo Valenzuela, Hiram Félix, Jacobo Calles, Javier Armenta, Joel García, Jorge Cabral, Lucy Galindo, Lupita Cázares, Manuel Alcántar “Cabo”, María Quihuiz, Mario Velázquez, Martín Campoy, Odily Fuentes, Pavel Uranga, Rodolfo Díaz, Rubén Pineda.

Mención aparte para los que ya renovaron su suscripción anual :) Alejandro Romo, Ana Lucía Castro, Ángel Anaya, Ernesto García Núñez y Mario Welfo Álvarez.

¡Gracias mil! ¡Y feliz cumpleaños a mí!

FB: Benjamin Alonso, INS: cronicasonora, cronicasonora@gmail.com

Ariana Núñez Los Mochis, 1986

Profesora de Educación Especial en escuela primaria pública de Hermosillo. Le encanta platicar pero esta vez asumió el reto de redactar.

Lorenza Val Hermosillo, 1979

Amante de los gatos, escribe a ratos. Peluquera full time.

Manuel Alcántar “Cabo” Villa Juárez, 1974

Contador Público por el Instituto Tecnológico de Sonora. Escritor de números y lector confeso de Crónica Sonora. Funge como guitarrista popular (“puras pa’ pistear”, aseguran) y como ciclista de montaña.

Pavel Uranga Huamuxtitlán, 1965

Radialista comunitario, antropólogo forense, co-fundador del Comité Pro Defensa de Presos, Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos (hoy Eureka), y del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio. Primer jefe de investigación histórica de la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (FEMOSPP) en México.

Beth Henson

Philadelphia, 1950

Historian who lives in Bisbee, Arizona, author of Agrarian Revolt in the Sierra of Chihuahua, 1959–1965, Tucson, University of Arizona Press, 2019.

Antonio de Jesús Barragán

Guaymas, 1987

Músico y doctor en Desarrollo Regional por el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A.C.

Sasha Kalawangoma

Mutare, Zimbabwe, 1997

A passionate photographer and cinematographer. He hangs out at Art Car World.

En portada, interior de Café Justo en Agua Prieta, Sonora, México. Fotografía de Sasha Kalawangoma.

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Hermosillo, Sonora.- Qué mejor manera de comenzar el año, para los fans de Ricardo Arjona, que recibiendo la noticia de su presentación en nuestra ciudad. Es mi momento —pensé—, mi primer concierto ¡y con uno de mis artistas favoritos! Era como pegarle al gordo en tu primer boleto de lotería.

—Qué onda, plebes, va a venir Arjona, ¿quién va a ir?, el veintiséis es la venta de los boletos— y sí, las tres asentimos (mi amiga, mi hermana y yo)—. ¿Con hombres o sin ellos?, fue la segunda pregunta que no se resolvió hasta el día de la compra.

Se llegó el día de la venta de boletos, muchas personas se dieron cita en el local de la plaza El Sahuaro, La Onda Latina, con la rme intención de conseguir entradas para el magno evento. No importó la larga la, ni la espera de una hora para lograr el objetivo.

Al iniciar la venta, la la avanzó rápido; lo que no fue onda, de la Onda Latina, fue que no tuvieran terminal para realizar pagos con tarjeta ni tampoco recibieran trasferencias de aplicaciones bancarias, lo que resultó un inconveniente, ya que no nos acabalamos con el efectivo para todas las entradas, por lo que tuvimos que comprar dos boletos en línea para mi esposo y para mí, los cuales tuvieron un costo mayor, aun siendo en la misma zona y la, y ya sin mis amigas… pero mi Arjona lo valía.

Se llegó el esperado día. Veintinueve de marzo marcaba el calendario. Saliendo del trabajo comenzamos la organización para irnos. Tres de la tarde y nadie decía nada, me quedé dormida a la espera de una respuesta, para esto, ya le había anticipado a mi compañero de vida, lo que nosotros haríamos si no se ponían de acuerdo los demás —Te vienes del trabajo a tiempo para salir a las siete veinte de la tarde, dejamos a los niños con la niñera y saldríamos al estadio a las siete cuarenta y cinco a más tardar.

No sé qué estoy pagando (dijeran en mi pueblo), pero nunca

sale nada como lo planeo, y a mí, la “Señora Desespero”, me invade la impaciencia, y los monstruos del mal humor comienzan a apoderarse de mi boca, afortunadamente, en este momento de mi vida, ya he logrado controlarlos guardando silencio.

Llegamos al punto de reunión (la casa de mi hermana), terminamos saliendo de ahí a las ocho treinta, la hora en los boletos marcaba el inicio a las nueve, mi pensamiento negativo se hacía presente —No vamos a llegar—, los amigos queriendo amenizar el camino decían pavada tras pavada; yo sólo miraba el trá co y pensaba en la larga la que tendríamos que hacer para entrar, —Ya venimos, con que lleguemos; no importa que no sea a tiempo— fue mi pensamiento optimista. El conductor designado se percató de mi silencio.

—¿Por qué tan callada? —me preguntó.

—Aquí donde me ves, vengo luchando con mi desesperación por llegar, es una manera de regularme— concluí la respuesta.

—No te preocupes, tengo mis estrategias. Vamos a tomar unos atajos.

De calles no sé mucho, sólo miré que dio vuelta del Quiroga hacia la carretera rumbo a Kino y ahí tomó otra calle a la izquierda para salir a la calle Héctor Espino, la cual desde que comenzaba tenía carros estacionados a los lados, y surgía la pregunta —¿Acaso no habrá estacionamiento allá?—, la la para entrar era larga y avanzaba lento, la estrategia del conductor fue tomar, como otros, el tercer carril que corría más rápido, ya, a estas alturas y con el evento a punto de comenzar, no me importó quebrantar el orden.

Había un desorden controlado, la gente tomó tres carriles para entrar, dejando uno para salir; acercándose a los estacionamientos había personas redirigiendo el trá co —son dos carriles, son sólo dos— al tiempo que señalaban integrarse a los carriles correctos, fue impresionante para mí ver tantos carros ya estaci-

onados, y a tanta gente queriendo ingresar al estadio. La entrada fue rápida y organizada, había personas de seguridad pidiendo dejar abiertos los bolsos para revisar, otras checando los boletos y los códigos QR, ya pasaban las nueve y diez de la noche y todo corría tranquilamente. Al ingresar al estadio, había muchas personas en su lugar y otras tantas en los puestos de comidas y snacks para amenizar la espera.

Mi ansiedad bajó al darme cuenta de que aún no comenzaba el concierto, empecé a observar el complejo lleno de gente y por supuesto ¡el escenario!, era impresionante: tres grandes pantallas, en los laterales se proyectaba, por momentos, el rostro de Arjona y la publicidad del concierto (Tour Blanco y Negro, Arjona 2023), y en la pantalla central imágenes de museos, calles, mar, etc., el equipo de sonido y el de luces realzaban el momento.

La hora llegó, el show comenzó, aproximadamente a las diez de la noche se escuchó el canto de las coristas y el sonido de una guitarra, seguido de la interpretación “Animal nocturno”, con un ritmo más rápido que la canción original (¡no pudo abrir el concierto con una canción mejor!, porque habla de su vida, sus inicios en la música, una canción sobre sí), —¡Dios mío de mi vida! —pensé— una voz impecable con unos arreglos musicales bellísimos. Yo no dejaba de sonreír al verlo tocar la guitarra y cantar, siguió con las interpretaciones de sus éxitos, “Si el norte fuera el sur”, al terminar lo que se podría llamar su introducción musical, tomó la palabra para dar una sutil bienvenida y manifestar lo contento que estaba por presentarse en Hermosillo, habló del tiempo de pandemia y de lo que surgió en ella, de los únicos in uencer que tuvo en su vida, los cuales llamó

mamá y papá, y continuó con la interpretación del primer sencillo de su penúltimo disco “Hongos”.

Interactuaba lo necesario con el auditorio, para dar pie a las próximas interpretaciones, abrió un espacio para las complacencias. Aquí —dijo— cantaría las que le pidieran, y en la pantalla comenzaron a aparecer la personas con las pancartas de las canciones, estas canciones no las cantó completas, sólo algunas estrofas, en ese espacio interpretó “Ella y él”, “Mi novia se me está poniendo vieja”, “El problema”, “Pingüinos en la cama”, etc., la gente ovacionaba y cantaba, más aquellos grandes éxitos como “Dime que no”, “Desnuda”, “El taxi”.

A mitad del concierto dio espacio a artistas invitados, a su amigo Benjamín lo dejó interpretar la canción “No soy el aire”. Presentó a sus músicos, mencionado nombre y nacionalidad; en la última media hora, casi al cierre del concierto, eligió a la señora de las 4 décadas, la señora Alma Espinoza fue la elegida, ella se encontraba en la terraza del estadio con una pancarta en la que se leía: Soy tu señora de las cuatro décadas, la invitó a pasar al escenario y todos aplaudimos, ovacionamos y nos unimos a la interpretación de la canción (gran detalle de Arjona, interactuar con el público).

Lanzaba ya su despedida y realizó la última dinámica de interacción donde invitó al auditorio a realizar una canción, nos relató cómo entraría para interpretarla y al sonar el piano lo supimos, “Fuiste tu”, que cosa tan exquisita, maravillosa.

Cerró su presentación con el himno a las féminas “Mujeres”, donde se volvieron a encender los ánimos de todos, y se despidió con un largo y triste (para nosotros) “¡Gracias!”.

Hermosillo, Sonora.-

– ¿Y qué es un fariseo?

– En el judaísmo rabínico, en la tierra de Israel, antes de Jesús, había una profecía, sobre la llegada de un salvador, y ellos no creían que Jesús lo fuera. Ellos tuvieron con ictos, primero, con Juan el Bautista, después, con Jesús de Nazaret. No les convenía, que el pueblo creyera en él, y les molestaba que Jesús no siguiera sus reglas.

– ¿Reglas?

– Sí, como por ejemplo: un fariseo invita a comer a Jesús. Antes de comer, los fariseos se lavan las manos y los brazos hasta el codo, pero Jesús no lo hace. El fariseo se sorprende al ver que Jesús no sigue esa tradición. Jesús se da cuenta y le dice: “Mira, ustedes limpian por fuera la copa y el plato, pero por dentro están llenos de codicia y maldad. – …

– Se re ere a la hipocresía. Los fariseos eran hipócritas, rezaban y hacían ofrendas al dios de Israel, pero cometían todo tipo de fechorías, básicamente, fueron los que lo cruci caron. – …

– Ven, vamos a rezar el viacrucis.

Y mientras las niñas y señoras acompañaban a Jesús en su calvario, desde el prendimiento, hasta llegar a la imagen de Cristo con una corona de espinas clavado en la cruz, una y otra vez, afuera de las iglesias se hacía el otro ritual.

El sincretismo religioso de este ritual es claro, la religión judeo cristiana y la religión indígena se revuelcan tanto, que al nal es inevitable sentir el predominio de la raíz. La vestimenta y las máscaras de la mayoría son una pintoresca muestra, las plumas, los cascabeles, la danza, el violín, la auta, el tambor de agua. La sangre yaqui y la mayo abunda en el Coloso.

Algunos hablan de los azotes que los fariseos les daban de niños. Los correteaban, dicen.

Ahora están los ancianos y ancianas que quedan, algunos jóvenes que aún conservan un sentido religioso real, las niñas y los niños que siguen a sus padres, y la mayoría, los que no se van a la playa y pre eren quedarse a sentir la folclórica Semana Santa de los barrios o de los pueblos, donde, hay que decirlo, no faltan los machetazos y los balazos.

Los hombres se azotan con el sacri cio, las mujeres se azotan con los rezos, que más bien son lamentos. El calvario de Jesús termina en la cruz, el de los fariseos, con sus máscaras en el fuego.

Ciudad Obregón, Sonora.-

-Lios em chaniabu, ketch em allea (buenos días, ¿cómo están?)

-Lios em chiokoe, ket tu´j, kamontiwa (buenos días, estamos bien, sin novedad)

Con este saludo empieza la clase de lengua yaqui el maestro Teodoro Buitimea Flores, al que todos conocen como el profe Franky. Él nació y vive en Loma de Guamuchil, a escasos metros del monumental danzante yaqui que vemos al pasar por la carretera internacional número quince. Desde ahí imparte lecciones de jiak noki a sus alumnos, quienes lo siguen a través de YouTube desde la comodidad de sus hogares en Vícam, Hermosillo, aquí en Obregón, en Chihuahua, Zapopan y hasta en Las Vegas.

Las raíces familiares de Franky son dignas de ser contadas. Su padre, Vicente Buitimea Valenzuela, nació en Cananea; Antonia Flores Usyolimea, su madre, nació en Cofre de Perote, Veracruz; ambos hijos de padres expulsados del territorio yaqui por el gobierno por rista.

Con el tiempo se cruzan los destinos de estas familias para echar raíces nuevamente en tierras yaquis, donde Vicente destaca en beisbol al grado de que en vísperas de las Olimpiadas de 1932, en Los Angeles, California, es seleccionado para trasladar la llama olímpica desde el tramo del cerro Tosalkawi hasta Estación Lencho, en su paso por tierras sonorenses. Por su parte, Antonia destaca en la atención de los hijos y en educarlos con las primeras palabras yaquis, palabras que el Profe Franky recibió con amor y orgullo, como él mismo ahora enseña a quien tenga la inquietud de conocer y hablar la lengua yaqui.

A pregunta expresa del por qué enseñar la lengua yaqui, en vez de disfrutar su jubilación como docente que fue, comenta que la motivación le surge al observar que esta bella lengua ha caído en desuso, incluso en el seno de los ocho pueblos yaquis. Así, inició con tutorías en dos universidades de Ciudad Obregón, La Salle e ITESCA, llegando a instituirse la materia optativa de Lengua Yaqui. Todo un logro. Y no conforme, busca integrarla como tal en otras universidades de la región, como lengua adicional al Español.

El 13 de Julio de 2020, por la situación de pandemia, toma la acertada decisión de generar contenido en YouTube adentrándose al mundo de la tecnología moderna con apoyo del Ingeniero Emanuel Pérez, desde su Centro de Desarrollo de Datos y Tecnología en Puebla, logrando subir aproximadamente 50 clases de Lengua Yaqui, las cuales podemos

consultar bajo el título: Clases en Lengua Yaqui: Tribu Yaqui Lengua y Cultura.

Además, el profe Franky ha publicado dos libros en yaqui y español: Jiak Wiko Ya´ura (Yaqui Guerrero Coyote) y Jabiel Sebisa, tu´i jitebi o kia yesisibon (Javier Ceviza, curandero o brujo), presentados en foros como Casa Yo´o Joara en Cocorit, Casa de la Cultura en Hermosillo, la Casa de Lago de la UNAM y recientemente en el FAOT 2023 en Álamos. Actualmente está preparando un libro sobre la vida del yaqui exiliado en el por riato, con investigación y visitas de campo a Valle Nacional, Oaxaca, y Mérida, Yucatán.

Gracias al empuje que le ha dado a su cultura, tuvo la distinción de ser parte de la comitiva que viajó a Suecia y Noruega a recuperar reliquias de la Nación Yaqui, las cuales constan, principalmente, de indumentarias de rituales dancísticos. Dichas prendas habían sido un regalo a antropólogos europeos por parte del general revolucionario José Amarillas Valenzuela en la década de 1930, mismas que fueron devueltas en un gesto fraternal por dichos países europeos y que actualmente se encuentran por breve tiempo en la capital mexicana esperando su retorno a su nación nativa.

El 5 de Mayo de 2021 el Ye Mastame Franky realiza otro brinco digital al hacerse presente con su clase yaqui virtual, en vivo y en directo, mediante meet.google, plataforma donde hasta el día de hoy lleva a alumnos de todas las edades y latitudes los conocimientos gramaticales y fonéticos propios de la lengua yaqui, ya sea en las formas de saludar, los números, colores, partes del cuerpo, composición de oraciones, hasta entablar una charla totalmente en yaqui, en la que todos los ili uusim participan y son instruidos gustosamente por el ye mastame con resultados muy satisfactorios, tanto para el que enseña como para el que aprende.

Y el maestro se despide de la forma acostumbrada, diciendo: lios em chaniabu ili uusim, ito te bitne (buenas tardes niños, nos vemos la próxima) y los alumnos responden: Lios em chiokoe yemastame, ito te bitne, chiokoe utessia (buenas tardes maestro, nos vemos la próxima, muchas gracias).

Saludo expreso para Crónica Sonora

Chikti im jiapsimak BENJAMIN ALONSOTA into CRONICA SONORA bato´ora make betchibo lios emaktune: ju ye majtame Profe Franky. / Saludos con mucho afecto para Benjamín Alonso y los lectores de Crónica Sonora.

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José David read the work of Zapotec poet Irma Pineda, accompanied by cellist Dylan Morgan, on Saturday March 25, at Café Justo in Agua Prieta, Sonora. He also introduced the watercolors of Zapotec painter Cesar Martínez which adorned the walls.

Café Justo (justco ee.org) is a grower-owned cooperative that was started more than 20 years ago. ey buy co ee directly from small producers in Chiapas and roast it in their Agua Prieta facility. Some of the co ee is sold locally and most of it goes to a network of progressive churches in the U.S. e co eehouse, Café Justo y Más, began in 2016. It is our communal meeting place where politicians breakfast, poets scribble, lovers irt, and activists plot the next protest. Saturday night the room was full and we were glad to see many young people in the audience.

Irma Pineda’s poetry is rooted in solidarity with her community and attachment to the earth. She writes in Zapotec, itself a form of resistance, and does her own translations, creating parallel poems. Irma’s father, the community organizer Victor Yodo, was kidnapped and disappeared when she was four years old, punished for his militance. Her poetry re ects both tragedy and hope.

Dylan’s cello provided an enchanting background as he improvised, sometimes growling, sometimes soaring, with the room re ected in the big window behind him. It was Dylan’s rst time in Agua Prieta and he was thrilled to join us.

Cesar Martínez is a self-taught artist, born in 1968 in Juchitán, Oaxaca. e writer Roberto Vallarino called him “the spelunker of the drawing, who goes into his personal caves and,

like a spelunker, gets from them images and forms and lights and movements in order to undress and exhibit them before others.”

José David thanked the friends who helped with this event and explained that he works independently of o cial support and that he accepts donations as long as they are given without conditions, in-con-di-ción-al, he said. e event was in Spanish. “I’m sorry if you don’t understand,” he said to the handful of folks who crossed the border from Bisbee and Douglas, “but you live on the border and you should be bilingual.”

Among the audience was Harrod Blank, of Art Car World (artcarworld.org) in Douglas, Arizona. Harrod recently o ered José the use of the Les Blank House, named for Harrod’s father, the legendary documentary lmmaker, to be the next Centro Cultural Calles y Sueños.

José is from Honduras, Central America, and migrated to Chicago as a teenager. He created the rst Calles y Sueños in the Mexican barrio of Pilsen in the 1990s. He is an expert in rescuing abandoned and semi-abandoned places and held his rst exhibition in the street. Twenty years ago, he visited Juchitán, Oaxaca, in the Isthmus of Tehuántepec, where he met Irma Pineda. ey became close friends and he founded a second Calles y Sueños in Juchitán. He lived in Chicago and Oaxaca until last year, when he arrived in Douglas a er a brief stay in Bisbee.

We are delighted to have him with us, creating a program of cultural exchange between Douglas, Agua Prieta, and Oaxaca, and a soon-to-be-open, third Calles y Sueños. Welcome, José David!

COVER

José David Quiñonez leyó la obra de la poeta zapoteca Irma Pineda, acompañado del violonchelista Dylan Morgan, el pasado sábado 25 de marzo en Café Justo en Agua Prieta, Sonora. También presentó las acuarelas del pintor zapoteco César Martínez que adornaban las paredes.

Café Justo (justco ee.org) es una cooperativa propiedad de productores que se inició hace más de 20 años. Compran café directamente de pequeños productores en Chiapas y lo tuestan en su planta de Agua Prieta. Parte del café se vende localmente y la mayor parte va a una red de iglesias progresistas en los Estados Unidos. La cafetería, Café Justo y Más, comenzó en 2016. Es nuestro lugar de reunión comunal donde los políticos desayunan, los poetas escriben, los amantes irtean y los activistas planean la próxima protesta. El sábado por la noche la sala estaba llena y nos alegramos de ver a muchos jóvenes en la audiencia.

La poesía de Irma Pineda tiene sus raíces en la solidaridad con su comunidad y el apego a la tierra. Escribe en zapoteco, una forma de resistencia, y hace sus propias traducciones, creando poemas paralelos. El padre de Irma, el organizador comunitario Víctor Yodo, fue secuestrado y desaparecido cuando ella tenía cuatro años, castigado por su militancia. Su poesía re eja tanto la tragedia como la esperanza.

El violonchelo de Dylan proporcionó un fondo encantador mientras improvisaba, a veces gruñendo, a veces volando, con la habitación re ejada en la gran ventana detrás de él. Era la primera vez que Dylan estaba en Agua Prieta y estaba encantado de unirse a nosotros.

Cesar Martínez es un artista autodidacta, nacido en 1968 en Juchitán, Oaxaca. El escritor Roberto Vallarino lo llamó “el

espeleólogo del dibujo, que se adentra en sus cavernas personales y, como un espeleólogo, saca de ellas imágenes, formas, luces y movimientos para desnudarlas y exhibirlas ante los demás”.

José David agradeció a los amigos que ayudaron con este evento y explicó que trabaja independientemente del apoyo o cial y que acepta donaciones siempre y cuando se den sin condiciones, in-con-di-ción-al, dijo. El evento fue en español. “Lo siento si no entienden”, dijo al puñado de personas que cruzaron la frontera desde Bisbee y Douglas, “pero viven en la frontera y deberían ser bilingues”.

Entre la audiencia estaba Harrod Blank, de Art Car World (artcarworld.org) en Douglas, Arizona. Harrod recientemente le ofreció a José el uso de Les Blank House, llamada así por el padre de Harrod, legendario documentalista estadounidense, para ser el próximo Centro Cultural Calles y Sueños.

José es de Honduras, América Central y emigró a Chicago cuando era adolescente. Creó las primeras Calles y Sueños en el barrio mexicano de Pilsen en la década de 1990. Es experto en rescatar lugares abandonados y semiabandonados y realizó su primera exposición en la calle. Hace veinte años visitó Juchitán, Oaxaca, en el Istmo de Tehuántepec, donde conoció a Irma Pineda. Se hicieron amigos cercanos y fundó un segundo Calles y Sueños en Juchitán. Vivió en Chicago y Oaxaca hasta el año pasado, cuando llegó a Douglas luego de una breve estadía en Bisbee.

Estamos encantados de tenerlo con nosotros, creando un programa de intercambio cultural entre Douglas, Agua Prieta y Oaxaca, y una tercera Calles y Sueños que pronto estará abierta. ¡Bienvenido, José David!

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PORTADA

Por qué las personas delinquen?, y más recientemente, ¿por qué no delinquen?, son cuestiones que han ocupado mi interés profesional, desde las trincheras de las ciencias sociales. Para esto entiendo que la violencia y delincuencia representan unas de las temáticas más complejas y difíciles de la realidad nacional y regional, y del mundo humano en sí. Su comprensión implica el abordaje y análisis de una serie de elementos sociales, psicológicos, históricos, económicos y políticos que, se dice, pueden explicarlos.

La cosa se complica más cuando dicha violencia y delincuencia responde a los efectos de la dinámica criminal organizada, ya sea a manera de con icto entre organizaciones criminales, entre organizaciones criminales y el Estado, insurgencia criminal, limpieza social, ajustes de cuentas, o como mejor parezca de nir a los ciclos de violencia que han experimentado algunas localidades de Sonora y del país.

Las cifras o ciales sobre homicidios y desapariciones son abrumadoras, pero algo muy concreto parecen decirnos; se trata de hombres adultos-jóvenes, el segmento poblacional que mayor afección presenta, tanto como víctimas, como victimarios.

Sin embargo, la realidad indica que <<no todos los hombres delinquen>>, aún en los contextos que parecen ser los más propicios para hacerlo. Ello se articula con la idea de que el contrato social, el rasgo civilizador, el respeto hacía las normas sociales y la convivencia humana, siguen siendo las bases que estructuran nuestro mundo. Esos fueron los puntos de partida para mi tesis doctoral: abordar el otro lado de la moneda de la violencia y delincuencia.

En el proceso de contextualización del problema de investigación, al indagar sobre el ambiente institucional formal e in-

formal que participa en la construcción de paz a nivel local en Guaymas –lo que contempla acercamientos con organismos gubernamentales, centros para el deporte, la cultura y las artes, iglesias, centros para atención adicciones y migrantes, entre otras iniciativas permanentes y estructuradas-, se me presentó la oportunidad de charlar con Efro Arce y Roberto Galindo, “Polly”, dos jóvenes que pueden considerarse como agentes sociales que han participado en la promoción del hip-hop, el primero, y del rock, el segundo, impulsados por el “amor al arte”. Me contaron su experiencia.

Efro Arce, como parte del colectivo Semilleros Creativos, en el que participa junto con un grupo de jóvenes interesados por el hip-hop y el arte, han impartido talleres pilotos en escuelas primarias con niños, con el objeto de fomentar el movimiento y la actividad física a través del break dance, teniendo una buena respuesta, actividad interrumpida por la pandemia.

Desde su opinión, Efro señala: “sobre todo porque el barrio, todo lo que es urbano, está más apegado a lo que es el hip-hop, y también el skate, que por ejemplo, ir a tomar una clase de guitarra a la casa de la cultura, porque requiere de más tiempo y a lo mejor hasta más dinero, pero el baile, el breaking, el gra ti, lo urbano, no ocupas nada, en el caso del breaking, una bocina, a veces ni eso, tu cuerpo, y nada más, entonces brinda un acceso directo a todos los morros que andan de vagos, además, el estilo de vestimenta, la forma de hablar, la personalidad, va de acuerdo con el barrio […] entonces es una buena herramienta para sacar a los morros adelante, por ejemplo, en China ya se aprobó que lo que hago yo como robot sea reconocido como un deporte y se incluya en las escuelas, es como caminar para ellos, eso es uno de nuestros sueños aquí en México”.

De lo platicado con Efro y “Polly”, entendí que la visibilización

¿
BUENAS

de la subcultura, es decir, en este caso que ciertos componentes del hip-hop y del rock se conviertan en elementos normales de la ciudad, de la vida cotidiana y del espacio público –parques, plazas, escuelas, canchas, teatros, etcétera-, es parte de un proceso importante para una sociedad que brinda alternativas a la delincuencia, aunque sea inconscientemente. Además de que las condiciones de clase, género y generación, atraviesan a dichas prácticas.

Al respecto, “Polly”, como parte del colectivo Portuárea Subterránea, comenta: “los eventos que organizamos van destinados por un bien común, ya sea la entrega de alimentos no perecederos a casas hogares para personas mayores o infantes, acopio en efectivo para colectividades de búsqueda […] como organizadores de <<tokines>> traemos una idea que denominamos “rock en tu cancha”, la idea es llevar a diferentes canchas en colonias populares música, rock en vivo, es algo que queremos hacer […] las letras de las bandas, los fanzines, los mensajes que se dan entre canción y canción, incluso el mismo slam… siempre se trata de construir a partir de nuestra inconformidad, propiciando espacios seguros y libertarios”.

Aunque la nalidad no sea la de incidir en la construcción de paz, en la prevención de la violencia y delincuencia. Ambas experiencias, desde mi lectura, coinciden en que la visibilización de las formas de producción subcultural implica la transmisión pública de movimientos juveniles que son alternativos a la narco-cultura. Toda vez que proponen discursos, ideologías y prácticas que invitan a la canalización de energías, al sentido colectivo, creativo e incluso re exivo/crítico de quienes participan allí, además de las nociones implícitas de agrupamiento, pertenencia

e identidad.

Como señala Marcos Aguilar Ojeda en su tesis “Cultura de paz en el in erno: política pública cultural en zonas de con icto en México (2012-2018)”, los programas culturales para la prevención de la violencia y delincuencia fracasan, entre muchos otros factores, por la falta de interés y compromiso de los implementadores, lo que impacta en los diversos procesos de los programas de atención, diagnóstico, diseño, implementación y evaluación.

A reserva de una mayor indagación sobre las diversas subculturas juveniles locales, los vínculos con las instituciones públicas y privadas, o el papel de la ciudadanía. Los ejemplos citados revelan la existencia de un capital humano y cultural que forma parte de la misma comunidad. Por otra parte, se observa la falta de una estrategia permanente integral y multidimensional que reúna los esfuerzos de las diversas esferas de la sociedad (sectores empresariales, asociaciones civiles, artistas, escuelas, etcétera), como ha sucedido en otras zonas de con icto en México.

Sociedad e individuos son parte del mismo universo humano, decía el sociólogo alemán Norbert Elías, quien prestaba atención a la estructura formada por personas interdependientes: las guraciones sociales. Desde ese ángulo, aparecen los diálogos, las interconexiones, los aprendizajes y las cooperaciones, entre Estado y Sociedad Civil –por mencionar sólo algunos de los actores clave-, como los sedimentos que abonan hacia la paci cación desde el campo socio-cultural. Por allí reza el saber popular: “comenzar es lo más difícil”.

Hacía un calor del demonio, después de caminar por horas buscando la historia en esa ciudad, no había forma de romper la ostra. Nadie sabía nada, no había información, los monumentos, crípticos, recitan nombres a medias, pseudónimos, pedazos como retazos de una historia que debía ser gloriosa. Excepto sudor, no había logrado sacar nada de ahí. De pie, frustrado frente al monumento a los defensores de la ciudad, comencé a putear en voz alta mis miserias.

Un viejecito, que evidentemente en alguna otra vida fue más alto y fuerte, muy blanco, con una boina impensable bajo ese sol, con un bastón labrado, y ropa de lino muy blanco, se me quedó mirando jamente, él estaba sentado en una esquinita del monumento, con un termo y un sandwich de nosequé. Yo, acostumbrado a la discriminación por mi piel india y mi pelo largo, mi pobreza, decidí ignorarlo y quedé mirando jo lasguras del monumento, tratando de descifrar algún signi cado inasible ahí.

Cuando me di cuenta, el viejecillo estaba detrás mío, y me preguntó con un acento que reconocí de inmediato, porque me recordó a mi tía Blanca Sáenz, una catalana exiliada de la guerra civil que era parte de mi familia por elección; “¿qué buscas?” me dijo, “tal vez yo puedo ayudarte”. Lo quedé mirando con la descon anza de mis 17 años vividos en duros aprendizajes de descon ar del ejército porque mata, la policía que desaparece a seres queridos, y gente blanca que te desprecia porque no eres como ellos.

“Los rastros entre el 19 de febrero y el 2 de mayo de 1812 no aparecen por ningún lado en este pinche rancho”, dije yo de mala manera. Caminando furioso a la esquina del monumento a dónde él había estado sentado, señalé un nombre en el extremo izquierdo y dije: “A ver, ¿qué mierdas es eso de “la intrépida Barragana”? ¿quién era? ¿dónde está esa pinche información?, los constructores, y los que mandaron a hacer esta historia no querían que supiéramos nada” dije terminante, con ánimos de irme a la mierda.

“¿De verdad quereis saber?” me preguntó buscando mis ojos. Sus ojos azules casi translúcidos buscaban en los míos con auténtica curiosidad. “Sí” dije enfático “La historia o cial está lle-

na de pendejadas incoherentes. Sí, quiero saber, sin duda que quiero.” Me extendió el codo, a modo de alcayata, como lo hacía mi abuela cuando me pedía que le ayudara a caminar sin decirlo, y me dijo “ayúdame a salir de ésta resolana criminal, que aquí nos vamos a escocer en nuestros jugos” y caminamos bajo las sobras de los árboles de hule, los mangos, y los ahuehuetes de la plaza central en donde hacía mucho menos calor. Se detuvo en un callejón simple, abandonado, mugroso, y me invitó a sentarnos en una escalinata llena de hojas secas de los árboles de la plaza, por ahí obvio que no pasaba nadie. Era el llamado Callejón del Castigo, y la casa era justo la de la esquina.

“Esa mujer se llamaba Guadalupe Barragán, era negra, posiblemente de Guerrero, ella fue la tercera esposa de Don José María Morelos y Pavón, el generalísimo, también muy negro él. Al momento del sitio de Cuautla, ella ostentaba el rango de capitán -cosa fácil de imaginar, que siendo la esposa del jefe máximo de las fuerzas independentistas, él le habría regalado un rango para proveerla de alguna seguridad. Nada más falso, mencionó, mientras sacaba su termo y me ofrecía beber, lo que resultó ser agua de horchata, fría, deliciosa.

“La capitana Barragán del Ejército Libertador del Sur, era la responsable de la atención personal del generalísimo, era su hujier, si así se quiere, en el campo de batalla, en la ciudad y bajo toda circunstancia como podrás suponer.” selló con mirada pícara. “Otra cosa, aquí, en esta casa donde estamos, desde esa salita, íngrima ahora,” señaló al interior de la casa,” Morelos diseñó la estrategia militar que hizo historia, y pudo resistir y vencer por 72 días los embates del, entonces ejército más poderoso del mundo. Morelos al comando de indios, negros y criollos mugrientos.”

“Obvio que vos no sabéis, pero, en medio de la selva que era entonces ésta ciudad, Don José María Morelos contrajo malaria en los primeros días del mes de abril. Mala cosa en ese tiempo, los pronósticos sin médico a la mano no eran buenos. El segundo al mando, Hermenegildo Galeana había logrado en esos días, salir del cerco, en busca de refuerzos y vituallas. Mariano Matamoros estaba al poniente, dónde se libraban sangrientas batallas.”

“La situación era caótica, casi sin mandos, en medio de un desorden que era notable en las tropas, por lo que los o ciales realistas deciden hacer un movimiento de honor, ofrecer una salida honorable pues a los sitiados, y envían a un emisario con bandera de tregua, a parlamentar con Morelos. A exigir la rendición y ofrecer garantías para algunos de los sitiados.” los ojos del viejito chispeaban con una energía que habría podido dirigir varias batallas, con emoción, con orgullo. Yo trataba de descifrar si era orgullo hispano o de qué tipo.

militar les estaba propinado tremendas derrotas, bajas y dicultades”

go.´La sonrisa del emisario debe

“Entonces, el emisario tiene la suerte de llegar en uno de los días en que las ebres tercianas de Morelos eran las peores, así que debilitado, solo, sin consejeros, sin estado mayor, aislado, y asistido únicamente por o ciales de menor rango, casi sin experiencia, y con su leal Guadalupe a su lado, voltea, y le mira, con amor, y melancolía, toma su espada -en ese tiempo, la espada del jefe era el símbolo de todo, de la victoria y de la derrota, la única forma de despojar a un general de su espada era de sus manos muertas o bajo rendición, que se ofrecía como símbolo de aquiescencia de la derrota.- Entonces, imagina la escena, Morelos toma la espada, no por la empuñadura y la cazoleta en símbolo de resistencia, sino por la funda, a la mitad, como símbolo de concesión, de derrota. Toma la espada y mira a Guadalupe y le dice Hazte cargo.´La sonrisa del emisario debe haber sido épica, iba a recibir la espada de Morelos en rendición. Seguramente ya se veía él en Madrid a caballo rumbo a Palacio a recibir alguna condecoración, además de ascensos y probablemente algún título de nobleza.”

“Pero, ni Morelos, ni el emisario

“Pero, ni Morelos, ni el emisario contaban con Guadalupe Barragán, que poco sabía de simbolismos, y en vez de dar la vuelta y entregar la espada al emisario del Rey, se dió la vuelta con la mano en la empuñadura de la espada, la puso en su cinturón, se la ciñó al tiracuello, y volteó a ver a los o ciales de baja graduación que se encontraban ahí, y les dijo: ´Pues ya escucharon al jefe, estoy a cargo´, y mandó echar a la calle al emisario, y tomó el mando del Ejército Libertador de Sur entre el 10 y el 18 de abril de 1812.”

“Ella fue la jefa militar del Sitio de Cuautla, no desde el callejón del Castigo, sino a caballo, de día, de noche, en medio de expediciones nocturnas a los campamentos enemigos a tomarlos a degüello, con el cuchillo entre los dientes, para recuperar municiones, alimentos, y lo que fuera recuperable, ella creó una situación de terror en los campamentos españoles que estaba desmoralizando a la tropa.” y los ojos de mi amigo podían haber iluminado el lugar si no hubiera luz de sol. “El jefe del ejército español Félix María Calleja, que a la postre sería destituido, dejó en sus diarios de campaña testimonio de cómo éste joven

“Hay una batalla crucial, en la última parte del Sitio de Cuautla, el 2 de mayo de 1812, el día y el momento en que se rompe el cerco español. A caballo, al mando de su tropa, la que ya era llamada con cariño y respeto La Intrépida Barragana, ella es responsable de la última embestida por el sur, que termina por humillar a las tropas realistas. Al otro extremo del Sitio, por el lado poniente, salían de la ciudad rompiendo el cerco, Hermenegildo Galeana, Mariano Matamoros y Don José María Morelos y Pavón.” El hombre bebía horchata, y trataba de controlar sus emociones, sus ojos se llenaron de agua, emocionado, “después de la derrota, cuando la tropa realista pudo recomponerse, y reagruparse, en uno de los diarios de un capitán realista, asienta, justo antes de pegarse un tiro en la sien, que: ´hay un momento en la batalla, en que la pobreza y la miseria de los defensores del Sitio, rompen los harapos de la mujer que comandaba la tropa, dejando al descubierto un seno, y lo que habíamos sospechado se hizo cierto, habíamos sido derrotados por una mujer´, fueron sus últimas palabras, humillado e impotente, se suicida.”

derrota, agruparse, en uno de los diarios de un la mujer que comandaba la tropa, se

marle, me dice, llorando “yo creo

para humillarlos, al nal. Ella mu-

Con los ojos llenos de lágrimas, mi amigo, el viejo capitán del quinto regimiento de la República Española, exiliado en México, Don Gonçalvez, el maese Gonçalvez cómo fue que me permitió llamarle, me dice, llorando “yo creo que ha sido La Intrépida Barragana quién se ha descubierto el torso para humillarlos, al nal. Ella murió en esa acción,y nunca sabremos cómo, aunque ella estaba al mando de la tropa que rompió el cerco, de una batalla que dió como resultado la independencia de México y la creación del Ejército Nacional Mexicano, hoy lleno de narcos, asesinos y ladrones.”

“Los gobiernos construyen monumentos para que olvidemos, para normalizar las cosas excepcionales que puede hacer el pueblo cuando se organiza, para que el poder pueda desactivar la memoria del pueblo, que es el que puede hacer cosas extraordinarias” dijo mientras sacaba su pañuelo y se sacaba los mocos del llanto. Y lo dejé ahí, sentado en el dintel. Nos despedimos con un abrazo y la promesa de honrar a nuestros camaradas de armas, como me dijo al nal “no hay que ser canalla como Galeana o Matamoros, que no tuvieron la humildad de asentar que debieron sus vidas al sacri cio de Guadalupe, La Intrépida Barragana. Ha sido por el enemigo que nos enteramos de esa historia. Aprende y cuéntalo, cantalo, no te calles, no permitas que se olvide.”

Y aquí estoy, yo, que no canto, que ya no vivo en México, que nadie se acuerda de mi, cincuenta años después, tratando de que no se olviden.

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