

Carta
Hasta entonces
A nombre de nuestra pujante comunidad, compuesta por colaboradores, lectores y patrocinadores, agradezco el apoyo material recibido por aquellas y aquellos que no mencionaré en este número pero sí en el siguiente. Ustedes saben quiénes son… pero igual los mencionaré.
Mucho menos en estos días de entrega al poder político por parte de no pocos colegas del ámbito local, que no tienen de otra o no quieren tener de otra. Mucho menos en estos días de espantosa violencia criminal, pues estamos convencidos que nuestra labor editorial aporta un grano valioso en la eterna lucha civilización versus barbarie. Por favor, bella lectora, hermoso lector, toma este ejemplar y compártelo con tus seres queridos. Apaga la televisión, mejor dicho el celular, y rían, lloren o enojen con un pedazo de papel que se empapa de ideas, emociones y experiencias.
3agosto - septiembre 2022|
Benjamín Alonso Rascón Director General Hermosillo, Sonora, México
L lega el número tres de esta locura impresa y si no fuera por nuestros lectores, colaboradores y suscriptores, quién sabe en qué pararía la Peroaventura.comohe dicho anteriormente, aquí estamos y no arredramos.
Y cuando vuelvas a las pantallas, porque habremos de volver, no te olvides de nosotros, que estamos en el website, en el Face, en Twitter y en el Insta. Sobre todo en los dos primeros.
En portada, Novak Djokovic en el Abierto de Madrid 2017. Fotografía de Alterphotos/Acero/Norte Photo Director y Editor en Jefe: Benjamín
del Director Escriben en este núme ro Erick MiguelYesúaAfonsoHigueraBrevedadesMolinaÁngelGrijalva
Alonso Rascón Diseño Editorial: John Cantúa Marketing ASISTENTE Editorial: Yesúa Molina Consejo Editorial: Magaly Vásquez, Jeffrey Banister, Gerardo Rénique, Héctor Islas Azaïz. Publicidad, colaboraciones y biblioteca: cronicasonora@gmail.com, FB: Crónica Sonora, TW: @Cronica_Sonora, INS: cronica sonora Crónica Sonora es una publicación independiente realizada en Hermosillo, Sonora, México. Las imágenes utilizadas tienen un fin didáctico y no lucrativo. El contenido de los textos es responsabilidad de sus autores. Se autoriza la reproducción y difusión por cualquier medio, haciendo referencia a la fuente. Tiraje de 1000 ejemplares.
a_GD Teresa Padrón Sara Dennis











4 |CRÓNICA SONORA 3 GOBIERNOS




Las nuevas series y películas sobre la época de narco violencia en Colombia, proyectadas en el cine y diferentes plataformas digitales, han generado modas, frases, tendencias y hasta memes. El título de esta colaboración desentierra la famosa frase de Pablo Escobar, quien ofrecía esas dos opciones al negociante en turno: plata o plomo. Traemos este tema al tercer ejemplar impreso de Crónica Sonora, ya que observamos un flujo irregular de información, específicamente de uno de nuestros principales destinos turísticos, San Carlos Nuevo Guaymas. Desafortunadamente, las noticias o publicaciones violentas sobre este bello destino se han inclinado al lado negativo, con actos de violencia ya difundidos en redes sociales.
A ningún ciudadano sonorense, mucho menos a los residentes de San Carlos, les beneficia en lo absoluto la generación y divulgación de acciones violentas que espantan al turismo y las inversiones, afectando gravemente la derrama económica de esta región.
5agosto - septiembre 2022| Ciudad Obregón, Sonora.-
ambiente de San Carlos, se respira una neblina de incertidumbre. Aún así, recientemente las autoridades del estado informaron que no se tenía registrada ninguna denuncia por algún supuesto cobro de piso. Esa es la información irregular a la que me refería líneas arriba: por un lado, circulan videos de escenas terribles de gente “pecho tierra” en bares y discotheques de San Carlos; por su parte, el gobierno del estado afirma que no hay cobro de piso en dicho Nobalneario…esmomento de buscar culpables sino de generar soluciones, y esa tarea le corresponde, principalmente, al gobierno en sus tres niveles: federal, estatal y municipal; por cierto, todos en poder del partido denominado Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), al menos para el periodo 2021-2024: presidente Andrés López, gobernador Alfonso Durazo y alcaldesa Karla Córdova.
Pero si el gobierno no hace su tarea y continúa esta cadena de hechos violentos, sin existir, además, una coordinación entre ciudadanos, empresarios y autoridades, el título de esta columna se podría convertir en Pesadilla para San Carlos… y para Sonora.
DE CUARTA
Ese bello paisaje que registré en la fotografía de arriba es real, pero también es real que se percibe algo raro en el






6 |CRÓNICA SONORA 3
∫
∫ Voy de aquí para allá, sin la prisa de aquellos que quieren inmovili zar lo que aquí no para de fluir. Le pregunto a un par de chicos si me dejan hacerles un retrato, “claro, por qué no” responde amable uno de ellos, entiendo que habló por los dos, posan y no me lleva más de cinco segundos, agradezco y sigo haciéndome paso por entre la gen te. Cada vez es más complicado, so bre todo porque están ellos, los que han acudido a la marcha, pero tam bién están los otros, los espectado res, que ocupan las aceras y desde ahí sonríen, comentan, se burlan, aplauden, advierten algún detalle y le dicen al que está a su lado “ya viste” y señalan con el dedo y los dos se rompen a reír. Ciertamen te, se trata de la extravagancia: observo a un chico con sombrero texano, maquillado en exceso y con la barba completamente cubierta de brillantina, desnudo del torso, en tangas y unas botas vaqueras. A él no parece importarle, no es el único con esa guisa, más allá hay alguien disfrazado de charro, todo el atuendo luce extraordinario, salvo que a la altura de sus nalgas no hay nada que lo cubra y basta
F ue Elías Canetti el que escribió que uno de los mayores temores de los hombres es a ser toca do por un desconocido, al primer acercamiento del extraño intenta recuperar la distancia perdida. Si es él quien roza la humanidad ajena, de inmediato pide disculpas y se retira. No obstante, nos advierte el pensador búlgaro, solo en medio de la masa los individuos omiten aquella amenaza, en cambio traban conversación con el que va a su lado, sonríen al de más allá, entien den que sus cuerpos mínimos ha cen parte de algo más grande que lo abraza todo. Esto tiene que ser verdad, al menos así parece: la glo rieta del Ángel de la Independencia no resiste la presencia de 250 mil personas que han venido a celebrar la Marcha del Orgullo LGBT 2022, así que ocupan el largo de Reforma y desde sus posiciones lanzan vivas, aplaude, bailan, besan, saludan a cuanta cámara les apunta y sonríen, sobre todo sonríen. Es mediodía y los espacios libres se reducen a nada, los cuerpos no tienen mu cha oportunidad de conservar las fronteras del espacio vital, entonces el brazo de uno tienta el del otro, ya no se disculpan, quizá a eso vinieron.
con esperar a que avance un poco para darse cuenta que no lleva ropa interior. El alcohol ha comenzado a correr y el calor exige refrescarse, los estragos ya se están notando, alguien no aguantó más y cubrién dose con la bandera multicolor vomita al pie de uno de los tantos monumentos que adornan el paseo.
De pronto me veo en medio de la masa, me abraza fuerte y no puedo moverme. En mi mochila traigo mi equipo de trabajo y temo que sufra una avería por la presión que siento por todas partes. Quizá Canetti descontó a los que estamos aquí observando para después contar una historia sobre un miedo que desaparece cuando entre uno y otro no hay espacio habitable. La masa nunca satisface su apetito, dice el escritor, siempre que hay alguien no incluido quiere absorberlo, porque la masa que hay aquí es una abierta de brazos que puede reci bir a quien quiera, pero succiona a quien está a su alcance. Mientras tanto, dependo de que la chica de enfrente se mueva un poco para que yo pueda pasar y buscar un es pacio libre que pueda llevarme a la acera. Le pido permiso, el volumen
CRÓNICA

Afonso Brevedades (Juchitán, 1983) es psicólogo, escritor y estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales en la UAM-Xochimilco, Ciudad de México. Ha publicado tres novelas y coordinado dos antologías de ciencia ficción. Sus ensayos, crónicas y artículos académicos se han publicado en revistas nacionales e internacionales. Ha impartido talleres y conferencias en países varios de América Latina.
URBANA
“Tú también eres, pero todavía no lo sabes” le gritan a un par de obreros que no pueden seguir laborando porque el orgullo ha ocupado cada uno de los espacios de la vida cotidiana, se trata, tal parece, de la irrupción de la norma para que se noten las alternativas. Alguien grita “ayuda, mi amiga se desmayó”, ya son varias las horas desde Chapultepec y entre el sol, el alcohol y la caminata, la empresa no iba a ser sencilla.
7agosto - septiembre 2022| no ayuda mucho. Toco su hombro y no voltea, el umbral es demasiado alto en el interior de la masa, no tengo más opción que forzar mis pasos y solo así ella cae en la cuenta de que estoy pidiendo ayuda: “disculpa, no sentí nada” dice y un movimiento suyo crea el espacio suficiente que necesito para salir de ahí. No me estaba sintiendo en peligro, la cosa es que yo no estoy bailando, ni saltando, ni queriendo hacer contacto visual con una chica atlética que mueve las caderas en lo alto del toldo de la unidad adornada. Quizá soy un intruso que estropeaba el ritmo que la masa ha adoptado cuando las partículas humanas tienen el mismo propósito. Los contingentes alcanzan Bellas Artes y se enfilan por las calles que desembocan en el Zócalo. La policía ha creado una frontera entre los que vienen a ver y los que enfilan su llegada a la plaza mayor. O sea, están ellos, felices porque las tienen claras, pero también están los otros que a ratos son espectadores pasivos, no obstante, cuando ven bailar o lanzar consignas les aplauden y quizá ahí se sienten parte de esa mole que se ha tomado el centro de la ciudad. Se trata de una profecía disidente: no hay calle que no desemboque en la plaza desde donde se aspira a ocupar las instituciones. Hacia allá van y lo están haciendo bien. La música no para, rebota en las paredes de los altos edificios que hay sobre Avenida Juárez. En los bares de los pisos superiores han colgado banderas de inclusión y desde los balcones se pueden ver bailarines que se contonean y desde aquí abajo les lanzan piropos y gritos de “llévame contigo”. Yo me cuelo a los contingentes porque me he enseñado que sólo en el interior de esa “bestia social”, diría Pablo Fernández Chritlieb, puedo entender algo más: él le dice a ella “a la cuenta de tres gritamos juntas” y así sucede, gritan, otro más descorcha un Brandi y sirve a sus compañeros, después se empina la botella y puedo ver el chorro que cae en su boca, todos se ríen a caer y más allá le exigen “que reparta, que reparta” y reparte.
toque de la superación personal, de la autoconfianza y el mensaje de que “salir del clóset es decisión tuya y de nadie más”. Todos parecen estar de acuerdo, la ola de aplausos y los vivas buscan el viento y rebotan en las paredes de los antiquísimos edificios que están siendo testigos del acontecimiento. Nuevamente necesito salir de la multitud y esta vez se vuelve un poco más complicado. Estoy muy cerca del asta de bandera, eso quiere decir que hacia donde me quiera mover me espera un buen recorrido. En esta ocasión sí me toca dar un par de empujones, alguien se molesta y me exige tener más cuidado, pido disculpas y me disculpan, me toma cerca de media hora llegar a la bocacalle de Avenida 20 de noviembre. Respiro aliviado y anoto en mi libreta, hago unas fotos y comienzo a pensar cómo me puedo regresar a casa. Por todos lados vienen llegando los contingentes, traen a sus perros disfrazados, a sus hijos en el hombro haciendo capa con la bandera multicolor, han colgado detalles alusivos a sus bicicletas y beben cervezas, desde mi posición se puede ver la plaza hundida y ese humo rosa que choca con la luz del escenario… maravilloso, el carnaval del orgullo de este año ha comenzado y no veo que tengan la mínima intención de meter freno de mano, al menos no esta tarde que ha comenzado a llover y sopla un viento frío que podría augurar mejores tiempos para “todes”.
∫ La masa se aprieta cuando entra a la Avenida 5 de mayo, el codo a codo ahora se convierte en un cuerpo a cuerpo, aliento al aire que se respira en común a pesar del riesgo. Cada vez está más cerca de alcanzar su objetivo. En el piso hay botellas de cerveza vacías, en el aire se percibe un olor a mariguana y a cigarro recién apagado que se mezcla con esa sensación que es previo a antes de llover. Ya casi son las seis de la tarde y el cielo se ha puesto oscuro.
“Bájenme, quiero seguir” suplica a dos policías que lo llevan cargando y que hacen caso omiso, el equipo móvil de la Cruz Roja ya lo asiste. Le aplauden, le dicen que se cuide y que le van a mandar la ubicación “para que nos alcances”. La Plaza del Zócalo de la Ciudad de México está a reventar, no cabe nadie más, pero los contingentes no meten freno: los cuerpos siguen apretándose unos contra otros. Vaya, sí, caben todos. Hay dos escenarios gigantes, música de banda y de reguetón. Los influenciadores han mandado saludos y sus monólogos tienen el



Muchas cosas siguen el mismo curso. Como dijo Fre dric Jameson: “Es más fácil imaginarse el fin del mundo que el fin del capitalismo”. Pues bien, esta normalidad nos incrustó de forma intempestiva a la ciencia como religión, que no sustituye al cristianismo, tampoco al capitalismo, grandes religiones de nuestro tiempo.
PORTADA
Hermosillo, Sonora.Recuerdo que rociábamos nuestros zapatos con cloro antes de entrar a un lugar. Después, en las colonias cén tricas de esta pequeña ciudad, el Ayuntamiento comen zó a lavar las banquetas con cloro.
También recuerdo que tiempo después los especialistas dijeron que rociar cloro, en el piso o en nuestros zapa tos, no servía de nada. Recuerdo que la ciudad parecía “tomada” cuando vivimos en ese permanente toque de queda, todos los días, durante un prolongado tiempo. En las mañanas, o a cualquier hora, podía enterarme del reporte de los muertos. Llegó un momento en el que se me dificultaba leer y tuve por lo menos un ata que de ansiedad. Recuerdo las largas filas en el super, en las farmacias y después las largas filas para ir a va Tambiéncunarse.
recuerdo que, en contraste, no se nos permitía ni ver ni velar a los muertos.
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Recuerdo que al inicio la gente hablaba de lo mucho que se iba a escribir y que íbamos hablar mucho tiem po de todas esas cosas de las que ahora ya nadie habla. Después de dos años en los que “el mundo se movió”, parece que todo ha vuelto a la normalidad, pero en el fondo la normalidad está marcada, la misma palabra “normalidad” parece tener un significado distinto des pués de dos años en los que nuestro vivir cotidiano se Estransformó.comoun alto al fuego donde podemos analizar nuestras pérdidas y las ganancias. Dato importante (pérdida): casi un millón de personas podría caer en la pobreza extrema en 2022, al mismo ritmo al que la pandemia ha ido creando un nuevo millonario (uno cada 30 horas), según la nota informativa que Oxfam publicó con motivo de la reunión del Foro Económico Mundial, en Davos 2022. ∫

Durante el tiempo de la pandemia esta nueva religión marcó la pauta de los buenos actos y de los malos actos con relación a nuestro comportamiento social, apoyado por el aparato jurídico y gubernamental; se suprimieron las leyes estatales para establecer un decreto en materia de salubridad general que modificó la vida social nacional, y en México dicho decreto se prolongó más que en otros países (en detrimento de la educación en todos sus niveles).
Yesúa Molina (Hermosillo, 1990) es Licenciada en Periodismo por la Universidad Kino y ha trabajado como reportera o como editora en medios impresos y digitales de su tierra natal.
Gobiernos totalitarios, como el de Hitler, establecieron un estado de emergencia a través de un terror sanitario, bajo el que se normalizaron cientos de actos inhumanos. En su libro ¿En qué punto estamos? La epidemia como política, Agamben recoge la idea de Foucault sobre el concepto biopolítica: “Si la salud se convierte en el objeto de una política estatal transformada en biopolítica, entonces deja de ser algo que atañe principalmente a la libre decisión de cada individuo y se convierte en una obligación que hay que cumplir a cualquier precio, no importa cuán alto sea”.
El miedo a estar enfermo no es algo que nos une, sino que nos separa y lo que más debería sorprendernos es la facilidad con la que toda una sociedad acepta unas normas en ocasiones absurdas, acepta sentirse apestada, permanecer por un largo tiempo aislados en casa y sobre todo modificar las relaciones humanas acatando el distanciamiento social. Novak, en su infancia vivió en un búnker cuando la OTAN bombardeaba su ciudad, Belgrado, capital de Serbia. En las horas de tregua Djokovic salía y buscaba pistas de tenis para practicar. Djokovic dice que eso no cambia. Si le impiden jugar en Nueva York, buscará pistas de tenis y seguirá jugando en espera de tiempos mejores. Hay que seguir jugando y no olvidar preguntarnos ¿en qué punto estamos? Para poder vislumbrar tiempos mejores o peores, finalmente la historia no será escrita por los opinadores, los científicos o los deportistas, sino por los historiadores, y lo harán cuando puedan juzgar los hechos del pasado con objetividad e imparcialidad.
La idea de ciencia como religión es del filosofo italiano Giorgio Agamben, quien desarrolla una serie de reflexiones sobre las consecuencias éticas y políticas de la pandemia y como en nombre de la salud se suprimen con facilidad las garantías individuales o se aceptan limitaciones de la libertad que antes eran impensables.
9agosto - septiembre 2022|
¿En qué punto estamos? ¿Sobrepasamos las expectativas? Nos transformamos en una especie de micro policías que señalan a quienes no cumplen las llamadas “normas sanitarias” y a los señalados los observamos como inconscientes, incívicos o maleducados por ejercer su derecho a la libertad de elección, en adelante ¿eso seguirá siendo normal?∫ A principios de año, se hicieron miles de comentarios de odio y desaprobación contra el mejor tenista de todos los tiempos, Novak Djokovic, tras su expulsión de Melbourne durante el Open de Australia que no jugó por su negativa a vacunarse. El US Open, en septiembre, ya le dijo que estará vetado si sigue sin vacunarse y él contestó que no lo hará. Estados Unidos en su frontera sur no exige ningún tipo de certificado de vacunación a cualquier ciudadano que desee internarse en el país, sin embargo para el jugador el trato no será igual.
Es contradictorio que la “tierra de la libertad” olvide por completo las libertades de decisión del individuo aplicando una política tan dura e inflexible a un deportista y a este se le asimile como agente de contagio, se le aplique un veto y peor aún se repruebe y critique públicamente su decisión cuando en realidad toda persona es libre de decidir por su cuerpo. La sanción a Novak representa el icono de nuestras acciones represivas y miedos, además de la adhesión a los dispositivos de gobierno, la transformación que estamos presenciando opera a través del terror sanitario.



10 |CRÓNICA SONORA 3 P ocos lo saben y, tristemente, nuestras Ciudades Sin Memoria no lo transmiten, pero cuando recorremos Paseo de las Quintas o pasamos por el bulevar Luis Donaldo Colosio, al oeste del Solidaridad, aquí en Hermosillo, estamos pisando suelo que en un tiempo era sólo para personas de origen chino. Se ha investigado y se ha escrito mucho sobre la historia de la comunidad china en Sonora. Aquel vergonzoso episodio incluso ha penetrado en la tradición oral y se ha transmitido de generación en generación, lo que ha propiciado un conocimiento general de lo que ocurrió, historias exageradas, mitos y leyendas. Como es por muchos sabido, en la década de 1930 el gobierno sonorense decretó expulsar a la comunidad china, culminando así dos décadas de persecución, discriminación y estigmatización en contra de este grupo migrante, la mayoría originarios de Cantón. Los historadores han identificado dos etapas de la denominada “campaña anti china”. La primera ocurrió en la década de 1910, durante los años más violentos de la revolución. Esta fase está caracterizada por el ataque de la población civil hacia la comunidad china, con el relativo consentimiento del gobierno, para entonces encabezado por Plutarco Elías Calles, quien no defendió a la comunidad asiática, por ende, de cierta forma aprobó los ataques. La segunda etapa vino en la década de 1920 y finalizó con el decreto de expulsión, emitido por el gobernador Rodolfo Elías Calles, hijo de Plutarco, en 1932.







Aunque de manera lenta, cada vez más se reconstruye la identidad sonorense y reconocemos a nuestro estado como una tierra de diversidad. La comunidad china forma parte de esa diversidad, incluso después de ser expulsada en 1932, pues el episodio quedó plasmado en nuestra historia, en nuestra identidad y merece ser reivindicado.
Una forma de hacerlo es crear un Barrio Chino en nuestras Ciudades SinMiguelMemoria.Ángel Grijalva Dávila es un historiador sonorense que ha participado en espacios para la difusión de la historia en radio, televisión y publicaciones impresas y digitales. También ha presentado sus investigaciones en congresos y foros en todo México.
Sin ánimos de defender las acciones de los sonorenses de la época, cabe apuntar que la campaña anti china fue de magnitud nacional. En todo el país se presentaron manifestaciones de animadversión contra la población asiática. Los revolucionarios sonorenses no fueron los únicos anti chinos, entre muchos otros, el destacado liberal Ricardo Flores Magón manifestó opiniones racistas contra la población de aquel país, y ni qué decir de la masacre de Torreón, donde fuerzas maderistas aniquilaron a cientos de Volviendochinos.
Para el caso de nuestra capital, el “barrio chino” (o mejor dicho el gueto chino), se instaló en los terrenos de la antigua hacienda Las Quintas, presuntamente la zona donde hoy se encuentra la colonia del mismo nombre. Cuando la población china fue expulsada en 1932, muchas de las familias que ocuparon sus hogares llegaron a escarbar en los patios, pensando que las familias chinas habían enterrado sus riquezas para guardarlas, evitar que la población sonorense se las quitara y tener un colchón de ahorro para cuando volvieran. Tristemente, la mayoría nunca regresó.
sino tomar una avenida, volverla peatonal, adornarla con pagodas y monumentos chinos, designarla como corredor exclusivo para comercios chinos y usarla como espacio para eventos que den a conocer la cultura e historia de aquella nación. En palabras más sencillas, asemejar los barrios chinos de ciudades como San Francisco o la CDMX. En primera instancia la propuesta puede sonar exagerada, precisamente, porque en Sonora no tenemos ciudades tan grandes como las mencionadas, ni comunidades chinas tan numerosas. Sin embargo, definitivamente es necesaria y factible, por varias Primero,razones.enSonora hay una comunidad china. En Hermosillo, Obregón, Navojoa, Cananea, Guaymas o Nogales, encontramos familias de origen chino, ya sean migrantes o sus descendientes. Crear un Barrio Chino será reconocerles su lugar en nuestra comunidad. Segundo, y ligado a lo anterior, visibilizar a la diversidad (étnica, nacional, religiosa, sexual, en general de cualquier tipo) que hay en Sonora, nos ayudará a construir una mejor sociedad, más tolerante y abierta, pie del que la identidad sonorense ha cojeado mucho por su largo aislamiento geográfico. Tercero, y de principal interés para el tema de este texto, la necesidad -con la que tanto insisto- de transformar nuestras Ciudades Sin Memoria, para que las calles, parques, edificios, monumentos y demás, reflejen y transmitan lo que ha ocurrido, nuestra historia. Por último, la pendiente deuda de la sociedad sonorense por la expulsión de 1932 y el injusto trato que se le dio a las familias chinas y México-chinas en aquellos años.
a nuestro estado, hubo una ley anti china de particular interés para la historia de nuestras Ciudades Sin Memoria. El octavo día del año de 1923, se promulgó la ley que obligó a las personas chinas a construir barios exclusivos para personas de su misma procedencia étnica y nacional. Por supuesto, los barrios chinos siempre quedaron alejados de las zonas comerciales y del resto de la población. Fue una segregación a través de guetos, una política pública idéntica a la que desplegaron los nazis con la población judía en Europa. Por obvias razones, los “barrios” chinos más grandes en Sonora, se crearon en las poblaciones con mayor población china, como Hermosillo y Cananea (al respecto, el libro Cananea Roja, de Alfonso Torúa Cienfuegos dedica un capítulo a este tema).
En este periodo el ataque provino desde el Estado, con el apoyo del resto de la sociedad. Durante estos años, el gobierno emitió una serie de leyes que limitaba, vulneraba y privaba de derechos a las personas de origen chino. Entre muchas otras cosas, se les prohibió comerciar ciertos productos, tener libertad de contrato laboral e incluso contraer matrimonio con ciudadanas sonorenses.
11agosto - septiembre 2022| CIUDADES SIN MEMORIA



12 |CRÓNICA SONORA 3 Rosa Parks
Finalmente, una de esas noches, hubo una persona valiente que se atrevió a enfrentarlo y a llamar a la policía. El tipo reaccionó aún más violentamente pero mi amigo (mi ex inquilino), lo paró en seco de un solo golpe. Desde entonces, al parecer, ya no ha habido episodios violentos (al menos afuera de la casa). Sin embargo, cada sábado, al menos durante los tres que tengo aquí, pone el asador afuera, saca su hielera y su bocina con narco corridos a todo volumen y obliga a su mujer y a sus hijos a estar con él desde que prende el carbón y hasta las cuatro de la mañana. También obliga a la señora a “pistear” con él (tomar cerveza) aunque ella esté muerta de sueño y de aburrimiento pues el tipo es una bestia y lo suyo no es precisamente la conversación. La muchacha (señora joven) casi no sale de su casa y apenas si voltea e inclina la cabeza cuando le doy los buenos días. Al lado oeste de mi casa vive Zenaida, una señora mayor, de aproximadamente 80 años. Padece depresión desde hace años pues murió uno de sus hijos en un accidente (iba alcoholizado) junto a su nuera y ella tuvo que criar a sus tres nietos huérfanos, uno de los cuales tiene 40 años y sigue viviendo en su casa. Zenaida está agotada, tiene diabetes y mil otras enfermedades. Su otro hijo, el mayor, viene a visitarla diariamente y a ver qué se le ofrece. A cambio, ella le hace desayuno y cena. Hoy platicábamos a través del cerco y me confesó que tiene muchas ganas de morirse para descansar junto a su marido, del cual enviudó hace mucho tiempo y al que echa mucho de menos. Dice que está muy cansada no sólo física sino anímicamente y que a sus hijos parece no importarles. En las navidades se vienen todos con ella a festejar y ella hace tamales y menudo para todos, nietos, nueras, yernos, hijos. Estos días he recorrido mi barrio en bicicleta y observo a mis vecinas y vecinos. Veo que hay un patrón de conducta que se repite. La mujer, limpiando la casa y cuidando a los niños e incluso a veces a los suegros o a sus padres ancianos. El hombre trabajando. Al volver, por la tarde, invariablemente llega con un six pack o unas caguamas. Diario. A veces se pone a lavar su camioneta y en la radio se escuchan corridos que sólo hablan de armas, violencia, alcohol y drogas. Los niños, con tal de estar con su papá, hacen como que ayudan a lavar el carro. Las niñas juegan a ser grandes y buchonas (mujeres de los narcos) y ya se maquillan y se visten igual que ellas. En otras partes de la ciudad, en colonias clase media donde
F rente a mi casa vive una familia joven. Padre, madre y tres hijos, dos jovencitas adolescentes y un niño de 8 años. El padre es golpeador. Según me cuentan los vecinos, hubo un tiempo en que llegaba a casa alcoholizado y sacaba a su esposa a la banqueta a patadas y ahí, frente a su cochera, le propinaba una golpiza delante de sus hijos. Esto ocurría a la vista de todos los vecinos sin que alguien se atreviera a intervenir porque esos son “asuntos familiares”.




Hermosillo, Sonora, verano de 2022 Teresa Padrón (Matamoros, 1967) es Licenciada en Traducción (UABC), casi Licenciada en Letras Inglesas (UNAM) y próximamente Licenciada en Enseñanza del Inglés por la Universidad de Sonora.
La sociedad que somos
el discurso feminista siga siendo violento, agresivo, estridente, seguirá siendo machista y en ese sentido, jamás logrará erradicar la violencia contra las mujeres. Por eso es necesario y urgente voltear a vernos a nosotras mismas, a nuestras vecinas, compañeras de trabajo, de escuela, amigas y a las mujeres de nuestra familia para hallar en nosotras todos esos rasgos de carácter que nos distinguen de los hombres y atesorarlos como dones y virtudes que pueden cambiar radicalmente el pensamiento y la conducta de la sociedad sin tener que imitar todo aquello de lo que somos víctimas y que repudiamos. Debemos distinguir a los machos de los hombres de verdad pues los primeros nos hacen mucho daño y los segundos son nuestros aliados en la construcción de una sociedad más justa, más libre, más pacífica y más rica.
Que haga énfasis en lo que de único y singular tenemos las mujeres, en nuestras virtudes, nuestras capacidades, nuestras fortalezas, sin tener que compararlas con las de los hombres para competir contra ellos, sino sólo para distinguirlas de las suyas, y así poder complementarnos unas a Mientrasotros.
13agosto - septiembre 2022| viven profesionistas, maestros y jóvenes universitarios, la situación no es muy distinta. Ahí también impera el machismo, pero disfrazado de independencia o de autonomía. Muchas mujeres que, efectivamente son independientes y han criado a sus hijos con sus propios medios, caen en lo mismo que dicen repudiar. Su cultura, sus valores, sus jerarquías, son machas. Hablan y se expresan igual que muchos hombres, repiten conductas machistas como el beber en exceso no sólo en su casa, sino en bares o en fiestas. Se exhiben sin pudor con sus parejas haciendo alarde de que “le bajaron el marido” a otra mujer (o sea, mujeres afectando a otras mujeres) y, en general, imitando todo aquello de lo que, según ellas, se quisieron librar al separarse o divorciarse. Ellas también escuchan música de banda o reggaetón con un bote de cerveza en una mano y un cigarro en la otra. El espectáculo no puede ser menos que patético. También están los machos “calados”. Esos que detrás de sus bromas y chistes homofóbicos, esconden una homosexualidad reprimida y anhelan la libertad y el desenvolvimiento sin inhibiciones de los homosexuales. Esos también dan lástima, pues su pequeño mundo se reduce a burlarse de algo que no entienden pues su escasa inteligencia no se los permite. Muchas mujeres también participan de ese tipo de chistes, burlas y bromas sólo por encajar en el grupo de amigos misógino, machista y homofóbico al que pertenecen los machos que a ellas les gustan. Los “clubes de Tobi”, que sólo permiten mujeres en sus reuniones siempre y cuando éstas sean jóvenes y guapas y haya posibilidad de “ligue” pero que son incapaces de sostener una amistad desinteresada con una mujer inteligente o que no les guste para llevársela a la cama. Estos grupos están casi siempre conformados por hombres solteros (y casados) de entre 30 a 45 años (a veces hasta 50 y tantos) y con aspiraciones artísticas o literarias que se reúnen a tomar cerveza, escuchar la misma música que han escuchado siempre y que “agarran cura” (se mofan) de los “jotos”, las “rucas” (viejas), los “mochos” (discapacitados) o de cualquier otro grupo vulnerable. Patético y lamentable también. Las “morras” (mujeres jóvenes) que se juntan con ellos, son también víctimas del machismo, aunque ellas crean que no y no ayudan mucho a la causa feminista sino todo lo contrario. Por último, están los ricos. Las clases altas son también incubadoras del machismo. Las señoras de “sociedad”, como les dicen, se reúnen en los raquet clubes o en los jardines de sus mansiones para celebrar el cumpleaños de fulanita y salen en la primera plana de sociales. Todas rubias, emperifolladas, esbeltas, bien maquilladas y sonrientes. Sin sus maridos, obviamente. Ellos están jugando golf o reunidos aparte en torno a una paella o un lechón, con un whiskey y un habano hablando de política, finanzas y contándose pequeñas “travesuras” que han cometido con sus secretarias o empleadas domésticas. Ahí, en esos círculos, las traiciones, los golpes, el maltrato se cubren con capas y capas de maquillaje, lujos y viajes al extranjero, pero también existen. En resumen. Vivimos en un mundo machista en donde la concepción de Dios es masculina, en donde prevalece la idea de que es privilegio de los hombres el llevar la batuta en todo para que las cosas puedan funcionar y esa idea está tan arraigada en nosotras, las mujeres que, sin querer, la reafirmamos todos los días al intentar demostrar que somos mejor que ellos, o al imitar lo que ellos hacen, o al compararnos con ellos en todos los ámbitos.



M e llevaba de ventaja escasos tres o cuatro meses, cosa que no supe hasta que pude tomar conciencia del tiempo y de la edad. Siendo la más pequeña dentro del escalafón generacional de dos grandes familias avejentadas, crecí asistiendo a muchos más funerales que piñatas, bautizos, bodas o cualquier cosa relacionada más a un inicio que a un final. Esta razón fue por la que creo que también tome pronta conciencia de la muerte. De la misma forma en que, al convivir diariamente con perros, pronto noté que ellos crecen y se desarrollan mucho más rápido que las personas. Yo era una niña y la Sarabi ya comía croquetas para adulto. Esa pequeña bola de pelo me enseñó, a su manera, muchas cosas que al día de hoy sigo poniendo en práctica diariamente. Me enseñó que aunque para mí fuera divertido algo, a veces para otros es molesto, también me enseñó que cuando alguien que quieres se cae o lastima, tienes que ir rápido y quedarte ahí a un ladito, a veces aunque parezca raro, llenarte de babas puede ayudar bastante a sentir alivio. Me enseñó a comer a gusto y sin darle gusto a nadie. Jugar con la comida no es para nada desdeñable, es solo otra forma de degustar. La Sarabi, a diferencia de muchos perros (y personas) no le tenía miedo a los rayos, ella le ladraba fuerte al cielo, moviendo la cola, valiente y juguetona. Ella y yo éramos cercanas, no solo por el tiempo compartido, realmente nos entendíamos. Hacíamos cosas juntas, al punto que a veces incluso nos regañaban a las dos por igual y por la misma razón. Ella aparece en la foto de mi primer día de kinder, muy jóvenes las dos, pero a mis 10 años ella ya tenía bastantes canas y semblante cansado, aunque nunca apagado. En retrospectiva, ahora sé que entiendo algunas cosas más claramente, y que la Sarabi, así como todos los perros que fueron, son y serán en mi vida me reafirman esa claridad. Ellos me hicieron cambiar lo que pensaba del amor, que solo era que me quisieran, y entonces tener que ser o parecer algo querible y digno. Pero luego pensé que es importante también saberse dar, de forma que el amor encuentre a quien querer, y no solo ser queridos. Los perros me han enseñado lo que es el amor, y ahora resulta complicado ignorarlo. Ahora creo que hay que darse al mismo tiempo que se recibe del otro, con sensibilidad y empatía, que no existe la propiedad, solo el cuidado y la protección, y que defenderte del mundo no tiene que ser violento, a veces solo es no dejarte acariciar si no conoces bien las intenciones. También pienso que el amor no se acaba cuando lo das, sino que se multiplica. Y a veces, vale más quedarte a un ladito y una caricia que mil palabras vacías de motivación. Los perros también me enseñaron que poco importa si te crees su dueño, te acuerdas de su cumpleaños y le compras buenos regalos, si no sabes corresponder emocionalmente, que para saber entender, no solo hay que escuchar, también hay que ver los gestos y movimientos, y que hay tantas formas de ser valiente como rayos en el cielo truenen. Por último, también sé que toda relación se termina y todo amor se transforma, siendo el final cualquiera o el último de todos, la muerte, llegando ésta a unos antes que a otros, aunque se tengan tantos años como 14 de perro, y tan pocos como 14 de humano.
Narrativa
14 |CRÓNICA SONORA 3






