REVISTA CONSEJO 2020
oferta de reestructuración se presenta a los acreedores, ellos tienen que decidir si la aceptan o la rechazan. En la mayoría de los casos, un intercambio exitoso requiere un determinado umbral mínimo de aceptación por parte de los acreedores. Por lo tanto, es probable que los problemas de coordinación de los acreedores y los riesgos de holdout sean más intensos durante este período. En la mayoría de los casos de crisis, las reestructuraciones marcan el final de un episodio de crisis de endeudamiento porque el canje de deudas viejas por deudas nuevas vuelve a poner al país en el sendero de la sostenibilidad de la deuda. Sin embargo, si este no es el caso, puede haber una segunda o incluso una tercera reestructuración en un tiempo relativamente corto, por ejemplo, Belice 2006–07, 2012–13 y 2016–17. En todos los procesos de reestructuración de la deuda soberana, hay riesgo de que una minoría de acreedores que no aceptaron el canje inicial (holdout) pudiera retrasar o interrumpir un acuerdo que, por el contrario, una mayoría calificada podría estar dispuesta a apoyar. Los problemas de la acción colectiva pueden impedir el proceso de la reestructuración de la deuda porque los acreedores pueden utilizar una estrategia de holdout que 60
demore y prolongue la reestructuración de la deuda. Si un gobierno se ve obligado a reestructurar su deuda pública en momentos críticos, las CACs en los contratos de bonos podrían ayudar a alcanzar una resolución de manera más ordenada y eficiente. El diseño y la incorporación de esas cláusulas en la documentación de bonos emitidos bajo la ley extranjera han recibido mayor atención en los últimos años. Estas cláusulas permiten que una mayoría calificada de tenedores de bonos vinculen a todos los tenedores de bonos a los términos financieros de una reestructuración, y también limiten la capacidad de que una minoría de bonistas ralentice o interrumpa el proceso de reestructuración imponiendo sus reclamos después de un default. En especial, la modalidad serie por serie de CACs vincula a la minoría en la emisión de un bono único, mientras que las CACs mejoradas vinculan a las minorías de todas las emisiones y constituyen una herramienta más efectiva (FMI, 2014, 2015, y 2016). Al mitigar el riesgo de holdout, las CACs pueden contribuir a lograr resoluciones relativas a la deuda pública en forma más ordenada y rápida. Considerando estos beneficios potenciales, los gestores de la deuda deberían considerar (al emitir