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Cómo revelar

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Orígenes

Orígenes

Como dijimos, nuestro material sensible tiene haluros de plata que se exponen y reaccionan a la luz. Una vez que se exponen, nuestra imagen estará de forma latente, lo que significa que todavía no se verá. Al retirar el papel (tanto de abajo de los objetos, en el caso del fotograma, como de adentro de la cámara) se seguirá viendo el papel blanco.

El primer paso en el proceso de revelado es sumergir la foto en el primer químico, que es el revelador. Recién en este momento se verá aparecer la imagen. Esto se debe a que, bajo la acción del revelador, los granos de haluros de plata que se exponen por la luz se oscurecen. El revelador acelera este proceso natural de la sal de plata. Según la cantidad (concentración) de granos expuestos en cada sector, será la escala de grises en la imagen y la intensidad del negro.

Luego pasamos el papel a la segunda batea, que debe tener el detenedor. Este químico tiene la función de detener el proceso del revelador e impedir que siga actuando sobre nuestra imagen.

El último químico es el fijador. Actuará sobre los haluros de plata que no hayan sido expuestos por la luz, eliminándolos por completo. Además va a fijar los expuestos a nuestro soporte. Sin el baño del fijador, la imagen se vuelve inestable y puede ennegrecerse por la luz, porque la emulsión seguirá siendo sensible. Finalmente, vamos a lavar la fotografía en una cuarta batea. Es conveniente que esta tenga agua corriente o que podamos cambiarle el agua cada tanto.

Importante: cada batea tiene que estar rotulada y siempre ser usada para el mismo químico. Por un lado, para identificarlas, pero, fundamentalmente, para evitar la contaminación cruzada de los químicos. A cada batea le corresponde su pinza y las pinzas no deben mezclarse.

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