María Antonieta Rivas Mercado (1900-1931) Divertirnos, arduo propósito en tierra de tristes y sanguinarios
Mecenas de diversos artistas y proyectos culturales; traductora, ensayista, actriz; una apasionada del arte, pero también de la libertad, Antonieta Rivas Mercado “tenía una vena literaria maravillosa”, señala Ruiz Cárdenas, quien ha hecho un gran trabajo de recopilación de los hechos que llevaron al fatídico desenlace en la vida de María Antonieta Rivas Mercado. Él recomienda a quienes apenas la conocen que lean México en 1928. Crónica de la campaña vasconcelista, “porque describe uno de los primeros fraudes electorales cometidos en México, y si bien habla de un país que ya no existe, plasma situaciones que se siguen repitiendo. Claro, también recomiendo que lean sus cartas, para que vean que no por ser mujer calló su amor o esperó que le dijeran que la querían”. El 13 de noviembre de 1927, Antonieta escribió a su amigo Alfonso Reyes: “Aproximadamente hará un mes que nos vimos un grupo de amigos con el fin de hacer teatro. Se trataba, con un solo gesto, de abarcar un mundo. Crear un centro, aquí donde reina la dispersión. Divertirnos, arduo propósito en tierra de tristes y sanguinarios. Hacer otra cultura, donde bien pocos saben qué es cultura, y de paso, sacar de la nada al teatro mexicano”. El resultado fue el Teatro Ulises ubicado en la casa núm. 42 de la calle de Mesones, que se crea y financia a instancias de María Antonieta Rivas Mercado y María Luisa Cabrera, hija de Luis Cabrera, político y escritor, mejor conocida como Malú Block. El pintor Manuel Rodríguez Lozano, hace escenografías para obras de Jean Cocteau, Eugene O’Neill, Lord Dunsany y Claude Rogers Marx entre otros. Se dan a conocer actores como Isabela Corona, Clementina Otero y directores de escena como
Celestino Gorostiza. A la vez simpatizan con la postura crítica de los intelectuales y literatos conocidos como la revista cultural que editaron, los Contemporáneos, o “el grupo sin grupo” María Antonieta Rivas Mercado a decir de Guillermo Sheridan. Su mismo nombre implica incisión y divergencia con el movimiento cultural nacionalista y sus más recalcitrantes defensores, entre ellos el mismo Estado. Rodríguez Lozano expuso junto con Julio Castellanos, Rufino Tamayo y Agustín Lazo, entre otros, en muestras organizadas y sitios auspiciados por ese grupo de intelectuales. Antonieta mantiene un tormentoso romance con José Vasconcelos, después de haberse casado con el inglés Alberto Blair, con quien procreó a su hijo Antonio. Entre 1927 y 1930 escribe numerosas cartas íntimas al Manuel Rodríguez Lozano, donde narra entre otras cosas la tragedia de su frustrado amor por él. Uno de los biógrafos de esta fatídica serie de hechos narra:
VERÓNICA ORTIZ
Manuel tenía una ventaja sobre Antonieta para sobrepasar los infortunios sentimentales: tenía su pintura, a la que se aferraba tanto para realizar su proyecto artístico como para sortear los remolinos de la vida afectiva. La lucha legal que sostiene con su ex marido por la custodia de su vástago, la remesa de dinero que solicita a su administrador y que nunca llega a Burdeos ni a París, sumado al affaire con Vasconcelos, la lleva a privarse de la vida con un disparo en la cabeza, usando el arma de José Vasconcelos, en la Catedral de Notre-Dame de París, el 11 de febrero de 1931 a los 31 años de edad.
México D.F. Primavera de 2007. Año 5 Número 19
M
aría Antonieta Rivas Mercado fue hija de un conocido escultor y arquitecto mexicano, autor de la escultura emblemática denominada “El ángel de la Independencia”.
NO
IMAGINO UN MUNDO SIN LIBROS
Atención a clientes: 01 800 001 5337 / www.clublectores.com
VERÓNICA NO
IMAGINO UN M
Le agradecemos mucho la gentileza que ha tenido al recibir en su hogar a Club de Lectores. Lo que están haciendo en Club de lectores me parece fundamental. Sigo mucho sus actividades y su publicación, porque así como hay club de fans de artistas y de todo… la sola idea de tener un Club de Lectores es como unir un gusto, un placer y hacer que otros se unan a ese grupo de gente que ha reconocido en el libro uno de los hallazgos, una de las aportaciones al mundo de toda la historia, que es la capacidad de transformar sucesos convirtiéndolos en literatura. Creo que es lo mejor que ha podido sucedernos. Que además exista un club que promueva y difunda el trabajo de los escritores y las escritoras, y de los libros… es la mejor idea que pueda haber. Lo celebro mucho, en verdad. Usted ha sido una persona comprometida con un periodismo que refleja las inquietudes más apremiantes de la sociedad, ¿cómo inicia esta incursión en la literatura que culmina en la novela No me olvides? Hace más o menos cinco años decidí… como se dice por ahí “dejarlo todo” para escribir. Porque escribir es eso, abandonar todo lo de afuera para meterse dentro de uno mismo y empezar a reconocer, identificar, a trabajar e investigar; primero tus propias inquietudes para poder transformarlas en palabras y en un texto escrito. Yo estaba afuera… en la televisión… en la radio… y de repente decidí que había que entrar de lleno a la escritura, lo cual era una especie de pendiente para mí. Porque empecé a escribir muy chica pero como un pasatiempo, no le daba mucha importancia. Estaba consciente de que ahí había algo maravilloso que me transformaba… pero no lo tuve claro hasta muchísimo tiempo después.