Club de Lectores 16 - Verano 2006

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La férrea estructura gris y plata del edificio posmoderno, contrasta casi violentamente con las casas de estilo Neo-colonial y Art Nouveau de la Colonia Roma y con el parque al cual rodean; remembranza del que fuera un reducto de la “aristocracia porfiriana” y de la burguesía citadina de mediados del siglo XX.

Josefina Vicens (1911-1988) El libro vacío, lleno de tantas cosas…

Nació en San Juan Bautista, Tabasco, el 23 de noviembre de 1911. Una de las principales estudiosas de su obra, Ana Rosa Domenella, recrea su imagen de este modo: Fue la única rebelde entre las cinco hermanas y la preocupación de sus padres por tal motivo, desde ser campeona de balero en su niñez, apasionada de la fiesta brava o por su trabajo en los ejidos como secretaria de acción femenil en la Confederación Nacional Campesina.1 Realizó estudios de filosofía, letras e historia en la Universidad Nacional Autónoma de México. Tuvo una larga carrera como guionista de cine y fue presidenta de la entonces denominada Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de México. Ejerció el periodismo como editorialista política en varias revistas nacionales, donde firmó sus colaboraciones con el seudónimo Diógenes García. Fue comentarista de toros en el periódico Torerías y en la revista El Sol y Sombra, en los que firmó como Pepe Faroles. […] sus dos novelas están protagonizadas y narradas por personajes masculinos: el oficinista José García en El libro vacío y el adolescente Luis Alfonso Fernández en Los años falsos. […] El nombre de José García está tomado de dos de sus seudónimos: el Pepe Faroles de las crónicas taurinas y el Diógenes García, comentarista político. Al firmar como hombre sus trabajos periodísticos se inscribía en una larga tradición de escritoras que utilizaron seudónimos masculinos; también complacía su versatilidad y espíritu lúdico. Josefina Vicens sentía una genuina atracción por la muerte y cultivó, amorosamente, su necrofilia desde joven. En una entrevista le cuenta a Elena Poniatowska que le advertía a sus amigos que si algún día llegaba a suicidarse no sería por motivos económicos, amorosos o existenciales, sino simple y llanamente por “curiosidad”, a lo cual le respondían los amigos: “Espérate tantito, de todos modos lo vas a ver”. Sin embargo llega hasta la vejez, ese “descuido imperdonable”

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Ella dejó en una entrevista el testimonio de su experiencia al escribir: Escribo como si a mí misma me contara un secreto casi inconfesable, en el que me encuentro Josefina Vicens involucrada y nadie debe conocer. Escribo, pues, para nada; escribo por condena, escribo para mí.3

El libro vacío obtuvo en 1958 el Premio Xavier Villaurrutia y Los años falsos se publicaron en 1983. Entre los guiones de las películas que escribió destacan; Las señoritas Vivanco, Los perros de Dios y Renuncia por motivos de salud. En 1986, grabó un disco dentro de la serie “Voz viva de México”. En 1987, se realizó la edición conjunta de sus dos novelas. Murió en la Ciudad de México el 22 de noviembre de 1988, un día antes de haber cumplido 77 años.

Gu

Una cita Con el destino

En su Carta prefacio de Octavio Paz sobre El Libro vacío, el poeta le brinda comentarios de admiración y entusiasmo. Recibí tu libro. Muchas gracias por el envío. Lo acabo de leer. Es magnífico: una verdadera novela. Simple y concentrada, a un tiempo llena de secreta piedad e inflexible y rigurosa. Es admirable que con un tema como el de la “nada” —que últimamente se ha prestado a tantos ensayos, buenos y malos, de carácter filosófico— hayas podido escribir un libro tan vivo y tierno. También lo es que logres crear, desde la intimidad “vacía” de tu personaje, todo un mundo —el mundo nuestro, el de la pequeña burguesía—. ¿Naturalismo? No, porque las reflexiones de tu héroe, siempre frente a la pared de la nada, frente al muro del hecho bruto y sin significación, traspasan toda reproducción de la realidad aparente y nos muestran la conciencia del hombre y sus límites, sus últimas imposibilidades. El hombre caminando siempre al borde del vacío, a la orilla de la gran boca de la insignificancia […] Gracias de nuevo por El libro vacío, lleno de tantas cosas, tan directo y tan vivo. 4

La muerte y patriarcado en Los Años Falsos, Ana Rosa Domenella. Profesora del PIEM de El Colegio de México y Profesora de la UAM Iztapalapa. Íbid. 3 Íbid. 4 http://redescolar.ilce.edu.mx/redescolar/memorias/escritoras_hispano01/nljosefinav.htm 2

Se diría que la casa de Guadalupe Loaeza, podría ser la alegoría de lo que ha representado su obra en las letras mexicanas: una aguda contrapropuesta a las aspiraciones e ideales de la burguesía. Sus muros espejados devuelven la imagen de ese mar de fantasías y

como ella decía, aquejada de una ceguera parcial.2

México D.F. Verano de 2006. Año 4 Número 16

La carrera de Josefina Vicens, a menudo se compara con la de Juan Rulfo porque, al igual que el célebre jaliciense, sólo publicó dos libros y, sin embargo, dejó una huella profunda en las letras mexicanas contemporáneas.

Guadalupe LOAEZA

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Una cit el dest preconceptos para hacerlos ver tal cual son: pétreos e inmóviles ante el avance de la historia. La autora de Compro, luego existo y Debo, luego sufro, salió a recibirnos con la cordialidad que la caracteriza y conversó amenamente con Club de Lectores sobre la lectura, los libros, la vocación de escribir y de leer. El nacimiento de su vocación literaria ¿Cómo la descubro? Creo que porque me gusta mucho platicar. Tiene que ver con la comunicación, con contar historias, estar rodeada de gente, tiene que ver con El Otro. Uno escribe para El Otro.


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