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IRENE PERURENA

Hacer posible el proyecto Ciudad del Saber es responsabilidad del equipo humano de nuestra Fundación, asegurando cada día un entorno adecuado para que las personas, empresas y organizaciones con sede en el campus puedan llevar a cabo sus actividades de innovación, investigación, desarrollo científico y tecnológico, formación, cooperación internacional y acción humanitaria.

En línea con nuestra misión de desarrollar en el antiguo fuerte Clayton una comunidad innovadora que impulse el cambio social, la Fundación Ciudad del Saber (FCdS) se esfuerza por ofrecer las instalaciones y los espacios que aportan valor a las operaciones de estas empresas y organizaciones, así como un entramado de relaciones humanas, profesionales, institucionales y de negocios, que conectan y crean alianzas locales, regionales y globales.

A diferencia de la gran mayoría de los parques científicos - tecnológicos y de las zonas de innovación que existen en otros países, Ciudad del Saber incluyó desde sus inicios muchos de los elementos de una verdadera comunidad, con viviendas, centros educativos, servicios comerciales, áreas recreativas y deportivas abiertas al público, al igual que una variada programación de actividades de divulgación del conocimiento, culturales y comunitarias.

Crear y sostener un entorno en el que coexistan y se conecten todas esas actividades es el trabajo diario de un equipo intergeneracional de alrededor de 180 personas, en el que las mujeres representan el 60% en el nivel gerencial; un equipo experimentado, altamente comprometido con su trabajo, orgulloso de ser parte de un proyecto con visión de país y que se empeña en estar a la altura del reto.

Al cumplirse estos 25 años, el equipo de la Fundación se encuentra desarrollando una estrategia que pone el énfasis en multiplicar el impacto de Ciudad del Saber, especialmente en jóvenes y mujeres de todo el país, así como en la mejora continua e innovación de los servicios que prestamos tanto a nuestros clientes como a la ciudadanía y al país.

Esto nos plantea importantes retos, como seguir avanzando en una cultura y un modelo de gestión estratégica centrados en la misión; lograr una administración cada vez más eficiente de las operaciones; garantizar la sostenibilidad financiera del proyecto Ciudad del Saber a largo plazo; asegurar una adecuada gobernanza de la fundación que prevea el relevo generacional de los liderazgos; potenciar la incidencia de la organización en el quehacer nacional y promover un mayor conocimiento y respaldo a su labor.

Sin lugar a duda, nos encontramos ante las puertas de la siguiente etapa de Ciudad del Saber, un momento en el que pasamos la antorcha a las próximas generaciones, quienes tendrán el privilegio y la responsabilidad de mantener viva, evolucionar, replicar y potenciar la utopía que juntos hicimos posible.