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Confesiones del alcalde
Hace unos meses atrás, pedí al pueblo de Ilo la oportunidad de servirle como autoridad y vaya que me la dio, pero no había calculado que, con esa oportunidad también me daba el primer mandato de asumir el primer reto de celebrar el 53 aniversario de su creación política, y no es así de fácil, pero, como ileño tengo la obligación de darle la celebración que merece Ilo.

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“Cuando llega el aniversario de Ilo para mí, no es un simple decir ¡Feliz Día Ilo!, es más que eso, porque se trata del aniversario de mi puerto querido, de este pedazo de arena, mar y cielo, donde un día tuve la dicha de abrir mis ojos para ver la luz en mi barrio, una luz, hoy convertido en un destello permanente que me muestra una ciudad que se debate en una realidad que me doblega con pena y dolor, viendo a mi ciudad carente de muchas necesidades desatendidas por los que un día gobernaron y no le dieron el sitial que merece Ilo”.

“Llegué a sentarme en este sillón municipal y me doy cuenta que llegué no porque me trajo el viento, sino, motivado por el deseo de cambiar el rumbo de esta política, maltrecha, maltratada y perdida en valores, que no nos deja crecer como ciudad, llegué con el único deseo de ver crecer a mi puerto querido, con esa seguridad y convicción de lograr el desarrollo y progreso que Ilo necesita y se lo merece”.





Un Alcalde Como Ninguno


“Sé que soy un alcalde joven, el alcalde más joven de la historia de Ilo y de todo el Peru, eso me convierte en una autoridad comprometida con su pueblo y esa responsabilidad la asumo con la fuerza y valor que me da el pueblo para trabajar, porque estoy convencido que lo lograré trabajando de la mano con esta gente que ha depositado su confianza y esperanza en mi persona. ¡no los defraudaré”!

