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Los periodistas, cronistas de nuestro deporte

100 años, 100 momentos

Rafael Hernández Coronado

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Cuando tratamos de recuperar la información sobre el atletismo a lo largo del tiempo, muchas veces los datos oficiales, o no existen, o son un trasunto demasiado frío de lo que ocurrió. Para solventar esa carencia, una ayuda inestimable nos la aportan los cronistas que presenciaron los acontecimientos, los relataron en la prensa, incluso recopilaron la información que habían ido recogiendo en libros. Fueron muchos, sobre todo en los primeros tiempos, los que contribuyeron de manera fundamental a popularizar el deporte. Cada uno tuvo su estilo, más sobrio, o más épico, centrado en los resultados, o en la técnica, descriptor de lo que sucedía, o aconsejador de lo que los atletas o sus entrenadores deberían hacer. Algunos fueron también atletas ellos mismos, o entrenadores, o tuvieron otras profesiones adicionales al relato atlético.

Probablemente el primero notable por su intervención en la organización de clubes y pruebas fue Manuel Orbea y Biardeau, que en el ámbito atlético popularizó el pseudónimo de Tack. Diplomático de profesión, intervino en los albores del atletismo guipuzcoano, escribió en Prensa y publicó un librito sobre “Concursos atléticos” de gran utilidad para el estudio de los primeros años del atletismo en Guipúzcoa. En paralelo a este libro, Antonio Blasco Cirera, también entonces joven periodista, catalán en este caso, publicó “Atletismo”. Entre las dos obras se reconstruye muy bien el ambiente de los años 10 del siglo pasado en que comenzaba la actividad atlética organizada.

Poco después, en Madrid apareció Rafael Hernández Coronado. Él fue atleta practicante, desde 1919, además de médico en la vida civil. Para el año siguiente, ya era recordman de España, y fue el gran introductor en España de las pruebas combinadas, primero con el pentatlon y después en 1929 con el decatlon. En 1920 comenzó a colaborar en la revista Madrid-Sport, después escribió en Heraldo Deportivo y en el diario Luz. La mayor popularidad en la publicística se la dio su famoso libro “Los 20 años del atletismo español a través de sus records y campeonatos”, que editó en 1931. Aporta muchísima información que ha servido de bastidor para los estudios posteriores, aunque en algunos casos da la impresión de escribir de memoria, lo que lleva a imprecisiones de marcas, o de fechas. Tiene en algunos puntos un llamativo estilo polémico, o reivindicativo, comprensible cuando el autor es muchas veces protagonista del relato. Sin ninguna duda, es un texto indispensable cuando se quieren poner en contexto los primeros años del atletismo español.

En ese aspecto polémico, se enzarzó frecuentemente con otros dos nombres que no se pueden pasar por alto. También en Madrid, con Fernando García Doctor. Gran lanzador, especialmente en martillo, era médico militar, y escribía también en prensa. Con frecuencia disputando con Hernández Coronado, y haciendo ambos referencia a la respectiva condición de médicos, y de no doctores. Pero también tuvo Coronado debates con un guipuzcoano, José Iguarán. Sin duda el mejor estadístico atlético de la época, aunque en aquel momento esa consideración no fuera pacífica. Iguarán colaboró en el diario deportivo Excelsior. De sus páginas se extrae una gran documentación, tanto de crónica periodística, como de ensayo histórico.

Mientras, en Cataluña donde brillaba El Mundo Deportivo, que nació en 1906, fue cronista durante mucho tiempo Luis Meléndez, marchador olímpico en Amberes. También él aportaba información por un lado, y análisis por otro. Ya en los años 30 apareció en el mismo periódico otro personaje imprescindible: José Corominas. Escribió en otros numerosos periódicos, destacaríamos además La Vanguardia y Solidaridad Nacional, y sobre todo un gran libro, “Medio siglo de atletismo español: 1914-1964”, que tuvo una segunda edición en 1967, muy ampliada, y que es una fuente fundamental para el estudio de muchos aspectos del atletismo español. Pero además fue juez, cronometrador, directivo, llegando a Vicepresidente de la RFEA, o seleccionador. Un todo terreno del atletismo español a lo largo de más de medio siglo.

Paralelamente, en Madrid y desde los años 40 destacó Pedro Escamilla. Su casa fue siempre el diario Marca, en el que dejó

José Corominas

un vacío irrecuperable cuando llegó el momento de la jubilación. Pero también y desde los primeros años 50 la revista federativa “Atletismo Español” fue la niña de sus ojos. Era militar, como Coronado, y en el atletismo fue entrenador, y sobre todo cronista. Sus relatos del momento son impagables y reflejan excelentemente la época. También se interesó por la historia y la estadística, y fue el impulsor de un primer intento de creación de una asociación que reuniese a los interesados en esas materias. A su pluma se deben también libros sobre historia del olimpismo o del maratón.

Este relato quedaría cojo si olvidáramos a Alfonso Posada, que casi desde niño fue entrenador y periodista, además de directivo, hombre de club, del Celta, claro, organizador de pruebas, historiador o estadístico. Durante muchísimos años simultaneó la colaboración en El Faro de Vigo, con una peculiar página propia en la revista federativa. Y en Aragón no podemos olvidar a Ernesto Bribián, atleta, juez, entrenador, periodista, estadístico, y virtualmente creador del atletismo en Monzón, que tantos grandes atletas ha dado. También de esta primera época podemos destacar las figuras de los periodistas catalanes Francisco Castelló y Gerardo García, este último uno de los grandes de la marcha en España en su juventud.

Ya en los años ochenta podemos destacar la labor de otros periodistas que fueron cronistas del atletismo de esta década como fueron Pedro Molero en las páginas del diario “Marca” o Ángel Cruz, que estuvo en los Juegos de Moscú80 como suplente del relevo 4x400 metros, en el diario “As”. Mientras, en Cataluña una de las referencias informativas era la labor de Carlos Galindo desde las páginas del diario “Sport”, uno de los más activos en la difusión de nuestro deporte y también desde el País Vasco destaca la labor de Pedro Gabilondo.

Alfonso Posada

Con la llegada del nuevo siglo el mundo de la información ha sufrido una auténtica revolución, primero con la llegada de Internet y después de las redes sociales, que ha provocado que la inmediatez en las informaciones se convierta en una prioridad, algo que no está exento de riesgos al disponer de menos tiempo para contrastar las noticias. En estos últimos años ha surgido una nueva generación de periodistas que han sabido transmitir su pasión por el atletismo, pues algunos de ellos lo han vivido en primera persona, habiendo sido atletas en su origen. Nombres destacados de estos últimos años han sido Manolo Cano, Begoña Fleitas y Tomás Campos (diario Marca), Sergio Heredia (La Vanguardia) o Juanma Bellón, destacado ochocentista (diario As).

No sería justo cerrar este repaso sin mencionar a los periodistas que desde otros medios, los audiovisuales, también han contribuido a difundir nuestro deporte. Así, desde las primeras retransmisiones atléticas de TVE en las que podíamos escuchar la voz de uno de los clásicos de la información atlética, Antolín García, también destacado velocista en su juventud, a la gran pareja de narradores de los ochenta y noventa formada por José Ángel de la Casa y Gregorio Parra siguiendo con los posteriores Carlos Martín, Esteban Gómez o Amat Carceller. También en Canal Plus hemos podido seguir nuestro deporte con la narración experta de todo un entusiasta del atletismo como es José Luis López, que comparte sus retransmisiones televisivas con sus colaboraciones en la cadena SER y que no se ha perdido ningún Campeonato internacional desde los años 80.

A todos ellos el atletismo les debe mucho. Su popularidad creciente y el seguimiento por parte de los aficionados no habría sido posible sin su aportación.