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Carreras en ruta, el atletismo más popular

100 años de una pasión

Las carreras en ruta se han consolidado como una de las disciplinas más populares de nuestro deporte y reúnen cada fin de semana a miles de corredores que buscan superarse sobre el asfalto. Aunque estas pruebas comenzaron a popularizarse a nivel mundial a finales de los años setenta del pasado siglo, las carreras en ruta se encuentran en el mismo origen del atletismo español, existiendo referencias de alguna de estas carreras desde principios del siglo XIX, muchas veces dentro del programa de festejos de diferentes localidades o como retos o desafíos entre diferentes corredores, sobre todo en localidades del norte de España, donde los orígenes del atletismo español se escribieron muchas veces de mano de las leyendas de los antiguos korrikalaris vascos o navarros y las tradicionales carreras de pollos aragonesas.

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Algunas de las carreras del actual calendario nacional nacieron en los primeros años del siglo XX, como por ejemplo la Behobia San Sebastián (cuya primera edición se celebró el 30 de marzo de 1919 con triunfo del legendario Juan Muguerza) o la Jean Bouin de Barcelona, cuyo origen se remonta a 1920 y que precisamente este año del centenario de la RFEA celebra también el suyo. Curiosamente, ésta carrera barcelonesa fue una de las escasísimas pruebas en las que siguió habiendo participación femenina durante el paréntesis de ausencia de las mujeres en el atletismo de competición tras la Guerra Civil y hasta 1963. La Jean Bouin convocó a mujeres entre 1947 y 1953, y la recordada atleta barcelonesa Maria Víctor fue la ganadora de las primeras cuatro de esas ediciones (1947-1950) y de la de 1952.

A partir de los años sesenta comenzaron a llegar las tradicionales Carreras de San Silvestre para despedir el año, siendo la primera de ellas disputada en nuestro país la San Silvestre de Galdakao en 1961, en cuyo origen se disputó por el exterior del pueblo alumbrado por antorchas, lo que recuerda a las antorchas parisinas de año nuevo que inspiraron al periodista Caster Líbero para organizar la primera San Silvestre en Sao Paulo en 1925. Impulsada por Antonio Sabugueiro, en 1964 nació en

Madrid la San Silvestre Vallecana, que ahora mismo es la prueba de referencia a nivel mundial de este tipo de carreras y que con el paso de los años se ha convertido en un auténtico fenómeno de masas, congregando cada Nochevieja a decenas de miles de corredores en la capital española camino del barrio de Vallecas.

A medida que comenzaron a nacer estas carreras en suelo español, paralelamente siguieron disputándose pruebas populares en diversos rincones de la geografía española, generalmente unidas a las fiestas populares de los pueblos, y cuyo ejemplos más carismáticos son las denominadas Carreras de Pollos que ya hemos mencionado, donde destacados corredores competían por un premio en especie, muchas veces el pollo que les da nombre en Aragón, o los distintos retos entre corredores que se organizaban en las plazas de toros y que congregaban a un buen número de aficionados. Tras ellos, gracias al impulso de distintas marcas comerciales, desde finales de los años sesenta algunas localidades guipuzcoanas como Zarautz o Oiartzun comenzaron a soñar con organizar grandes maratones internacionales, donde todavía se recuerda la presencia de Abebe Bikila o Mamo Wolde junto a la costa cantábrica a finales de los años sesenta o el récord del mundo femenino de maratón que estableció la corredora francesa Chantal Langlacé en 1977 (2h35:15.4) a lo largo del recorrido que unía las minas de Arditurri con el puerto de Pasajes en paralelo al río Oiartzun.

Sin embargo, coincidiendo con la explosión de las carreras populares que comenzó a extenderse desde el neoyorquino Central Park al resto del mundo, hubo que esperar hasta finales de los años setenta para que las carreras en ruta traspasaran el ámbito minoritario de los pocos atletas de élite que solían disputarlas en España y se abrieran al gran público en general, dando origen al movimiento de atletismo popular. En este sentido hay que recordar la creación del Maratón Popular de Madrid en mayo de 1978 con más de 4.000 participantes, que sin duda fue pionera en este sentido, y la organización del primer maratón de San Sebastián el 15 de octubre de 1978. Unos meses antes se había disputado ya en Palafrugell la primera edición del Maratón de Cataluña, que posteriormente daría origen al actual Maratón de Barcelona. Tres años más tarde, el 29 de marzo de 1981 (curiosamente el mismo día que se disputó también la primera edición del maratón de Londres), el movimiento popular llegó a Valencia con la celebración de su primer maratón impulsado por los miembros de la Sociedad Deportiva Correcaminos, prueba que hoy en día se ha convertido en una de las punteras del calendario internacional. Y el 10 de marzo de 1985 se disputó el primer maratón de Sevilla en la capital hispalense.

A partir de aquí comenzaron a proliferar por todo el territorio nacional miles de carreras populares que cumplieron un papel fundamental para acercar el atletismo a los aficionados al deporte en general. La RFEA no fue ajena a este movimiento y creó un calendario de carreras en ruta para aglutinar a las pruebas más importantes que se disputan en nuestro país. En la actualidad en el calendario nacional de la RFEA se recogen cerca de 140 pruebas, algunas de ellas de masiva participación, que ponen en marcha a lo largo de todo el año a más de 250.000 participantes.

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