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3.2. Las fallas de gobierno

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Bibliografía

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laboratorios propios que permitan responder a las calidades específicas que demanda cada mercado. En este sentido, el hecho de que el país no tenga contacto con un laboratorio certificado repercutió directamente en la necesidad de un cambio en la estrategia comercial de Agrinuts.

Respecto a la Fundación ies como socio inversor, uno de los elementos centrales del acompañamiento que ofrecieron estuvo relacionado, en los tres casos, con el fortalecimiento de la gestión empresarial. En un inicio, como parte de sus inversiones y acompañamiento a las empresas, impulsó la constitución de buenos equipos humanos y buscó sostenerlos en el tiempo. Adicionalmente, facilitó la realización de inversiones tanto en maquinaria y equipo como en capital de trabajo, priorizó la implementación de sistemas de gestión para una toma de decisiones informada y, en cada uno de los casos, impulsó la consolidación del gobierno corporativo.

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Así, en contextos como el boliviano donde prevalecen aún condiciones de pobreza, informalidad y debilidad institucional, es imprescindible el rol que pueden jugar las instituciones de desarrollo en la consolidación de oportunidades económicas sostenibles que, sobre un claro enfoque de mercado, estén dispuestas a invertir, correr riesgos y acompañar en la implementación de un desarrollo diferente, socialmente más inclusivo y ambientalmente responsable.

3.2. Las fallas de gobierno

En el libro ¿Hacia la transformación de la economía? 18 miradas para un diagnóstico de crecimiento en Bolivia de la Friedrich Ebert Stiftung (2019), en su capítulo “Diagnóstico de crecimiento en Bolivia: una aplicación a través de redes limitantes”, Sergio Villarroel determina que “de los seis factores extraídos de Hausmann et al. (2004), el problema estructural de Bolivia radica principalmente en uno conocido como fallas de gobierno”, y que “la restricción que más desincentiva la inversión” y, en consecuencia, el crecimiento de largo plazo es “la falla conocida como inapropiabilidad” (Villarroel, 2019: 466). En ese sentido, a nivel microeconómico se propone implementar medidas correctivas relacionadas con el fortalecimiento de la institucionalidad y la corrección de distorsiones en el mercado de trabajo. En este mismo sentido, en el capítulo desarrollado por Lucía Casanovas y José A. Péres-Cajías, se concluye que “si bien la intervención estatal no es la única limitación del emprendimiento y la innovación en Bolivia, es una que definitivamente no se puede ignorar y que constituye una de las limitantes restrictivas del crecimiento de largo plazo” (2019:

296). Así, en el marco de sus recomendaciones, los autores proponen “(i) la generación de condiciones habilitantes para el desarrollo de la actividad privada y (ii) la generación de condiciones e incentivos claros para la inversión en innovación, ambas enmarcadas en una propuesta de desarrollo con inclusión social y sostenibilidad ambiental”.

Así, y como se pudo ver a partir de la experiencia de las tres empresas, el desarrollo de una región o de un sector no puede depender de un puñado de empresas privadas y es imprescindible la definición e implementación de una estrategia articulada en la que el sector público y el sector privado tengan roles y objetivos bien definidos en torno a la promoción, posicionamiento y sostenibilidad de productos y servicios que tengan mercados reales, sean competitivos e incentiven, en el mediano y largo plazo, la consolidación de un modelo de desarrollo que se enmarque en la diversificación de la matriz productiva, la sostenibilidad ambiental y la justicia social.

En los tres casos analizados, el esfuerzo por la apertura de mercados –que en otros contextos es tarea del sector público– fue asumido íntegramente por las empresas. En el caso del café en el que no se ha logrado únicamente el posicionamiento de la empresa, sino del café boliviano en general, los réditos de este esfuerzo particular se constituyen ahora como un bien público.

Así, el rol que puede jugar el sector público en la consolidación de tecnologías de producto como elemento central para la competitividad de algunos sectores en Bolivia es fundamental. Instituciones como el Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (iniaf), laboratorios de certificación y otras son centrales, primero, para el desarrollo y consolidación de ventajas competitivas y, segundo, para impulsar que las ganancias generadas por las mismas sean distribuidas de manera más equitativa entre los distintos eslabones y el espacio en el que se desarrollan.

Si se entiende que las empresas, en la medida en la que responden a oportunidades reales de mercado, pueden constituirse como un motor de crecimiento y desarrollo de la economía y, adicionalmente, si se prioriza la competitividad en sectores que responden a actividades más inclusivas y sostenibles, esta alianza entre el sector público y privado puede resultar en un proceso de transformación social-ecológica y consolidar una renovada identidad para la economía boliviana orientada de forma pragmática hacia el Vivir Bien.

La prevalencia de unidades productivas de pequeña escala –no solo en el área rural sino también en el área urbana–, sumada a la riqueza

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