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4.7. Sostenibilidad ambiental

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Bibliografía

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ejemplo, en el caso de anapqui, ellos tienen hasta un 37% de participación femenina en las plantas, con un trabajo de 40 horas semanales de acuerdo a la Ley General del Trabajo, y sucede lo mismo en las otras organizaciones. En cuanto a las empresas privadas, se reconoce que las mujeres ocupan una diversidad de puestos: gerencias (casos irupana, sidan, Coronilla), profesionales en el área administrativa y financiera, ingenieras en Alimentos o ingenieras Industriales (caso Jacha Inti), y también obreras en las plantas, cuyo trabajo es reconocido por ser de mayor calidad. En este espacio no existe ningún tipo de discriminación salarial en relación a la paga que reciben los hombres de acuerdo a la especialidad o labor que realizan. Los entrevistados han manifestado que, en general, las empresas han mejorado mucho las condiciones de trabajo para las mujeres; políticas de inclusión de género han sido adoptadas por todas las empresas.

Caso coronilla

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En Coronilla, naturalmente se ha dado que el 85% de la planilla son mujeres, en puestos de toma de decisiones; el nivel salarial es igual que el de los hombres de acuerdo a la currícula de la empresa; el directorio está liderado por una mujer. (entrevista a Paola Mejía de Coronilla SA)

Caso sidan

A partir del Programa de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), en la empresa hay un 20% de mujeres. La unidad productiva de valor agregado de Sabor Andino, tenemos más obra de mano femenina. Tenemos esa política de dar oportunidades a las mujeres sin ninguna discriminación, ganan lo mismo que los hombres. El trato es por igual. (entrevista a Teodosio Huayllani de Sindan Organic Srl)

Una observación importante, en lo que respecta a la participación de la mujer en la cadena de valor, es que no se reconocen mujeres como intermediarias.

4.7. Sostenibilidad ambiental

En lo que respecta al eslabón primario, primero se exponen las implicancias de las prácticas de producción primaria en la sostenibilidad del medio ambiente. Por un lado, se tiene que las características naturales y climáticas del Altiplano Sur no son, per se, las más favorables para la

actividad agrícola:17 suelos pobres en materia orgánica, cobertura vegetal reducida, temperaturas polarizadas y eventos climáticos extremos (vientos, heladas y sequías, particularmente). Estas características definen este territorio como un medio ambiente frágil y altamente vulnerable. Por otro lado, se debe tomar en cuenta que la quinua es un cultivo altamente esquilmante para el suelo y que su producción debe contemplar descansos de las parcelas y otros mecanismos como la incorporación de materia orgánica animal, que permitan al suelo recuperar su capacidad productiva. Finalmente, sumado a los dos puntos anteriores, se tiene el cambio climático, que ha exacerbado la presencia errática de eventos climáticos extremos.

Antiguamente, los pobladores de esta región, en el marco de su cosmovisión, diseñaban e implementaban prácticas en la producción de quinua que respetaban la tierra y les permitían convivir armoniosamente con el medio ambiente, de manera que la riqueza natural pudiera sostenerse en el tiempo y que las pocas capacidades productivas del territorio fueran sostenibles. Con el pasar del tiempo y debido a la conjugación de una serie de factores, la producción primaria de quinua fue incorporando prácticas que han sido contraproducentes para el medio ambiente, en particular para el suelo (uso de arados de disco, maquinaria en general, explotación de parcelas por ciclos consecutivos, uso de agroquímicos, etc.).

Al respecto, todos los entrevistados han identificado que esta situación de deterioro ha tenido su pico más alto y ha sido catastróficamente evidente durante el “boom de la quinua”, período en el cual, debido a lo atractivo de los precios en el mercado, se ha ampliado la frontera agrícola de forma indiscriminada. Estantes y residentes,18 algunos con conocimiento y otros sin ningún conocimiento, han implementado prácticas con el único objetivo de producir más quinua, mismas que fueron totalmente invasivas y dañinas para el medio ambiente. Estas prácticas, sumadas a las condiciones naturales del territorio, han dejado como triste evidencia regiones en las que la erosión de los suelos ya es prácticamente irreversible.

Los actores han señalado que es posible que en la actualidad el sistema productivo de la quinua esté generando importantes cantidades

17 Prácticamente, el único cultivo que resiste estas condiciones es la quinua, no existiendo otra posibilidad de actividad agrícola de esas características. 18 Estos denominativos se utilizan para reconocer a los que viven permanentemente en el territorio: estantes, y a aquellos que no viven en el territorio, pero van eventualmente en momentos clave de la producción: residentes.

de gases de efecto invernadero, por un lado, debido a que el suelo degradado emite a la atmósfera gases de carbono y, por otro lado, debido al uso de maquinaria. Sin embargo, no existen estudios o información precisa al respecto.

Asimismo, esta expansión de la frontera agrícola ha avasallado la cobertura vegetal nativa de la región, prácticamente eliminando la biodiversidad del territorio, tan fundamental para el equilibrio de este ecosistema.

jacha inti

El suelo tiene la ventaja y potencial de convertirse en un reservorio de carbono, en un mecanismo de captura de gases de efecto invernadero. Si se puede devolver la vida a ese suelo, absorberá carbón de la atmósfera y lo fijará al suelo. El suelo tiene la capacidad de fijar 10 toneladas de carbón por hectárea. En teoría, el suelo puede absorber todo el carbón de la atmósfera y si se quiere resolver la contaminación del aire, es imprescindible trabajar en la recuperación de los suelos. A eso apunta jacha inti, a devolverle la vida al suelo con enmiendas orgánicas, complementado prácticas de manejo de cobertura nativa. (entrevista a José Santa

Cruz de jacha inti)

Esta problemática es de conocimiento de todos los actores de la cadena de valor, pero sobre todo a partir de iniciativas privadas se están realizando esfuerzos para invertir en la recuperación de suelos, tal como se mencionó en acápites anteriores (barreras multipropósito, manejo de especies nativas, descansos mejorados, labranza mínima, etc.). Sin embargo, no son muy positivos en cuanto a sus expectativas de que estas prácticas puedan tener resultados en todo el territorio, debido a que esta actividad debería estar a cargo del Estado y debido también a la severidad del daño causado en algunas zonas.

Esta realidad ha trascendido nuestras fronteras, como dicen los propios entrevistados; ha habido muchas especulaciones, conjeturas e investigaciones relacionadas al impacto medioambiental de la producción de la quinua, a tal punto que, en un momento dado, el mercado europeo decidió no comprar más quinua boliviana para no contribuir a la degradación de su ecosistema.

En relación a las prácticas industriales, tomando en cuenta las del beneficiado, las organizaciones de productores y las empresas privadas en su totalidad afirmaron que cumplen con todas las normas, certificaciones y controles que rigen la protección al medio ambiente, sobre todo en lo que respecta al uso de agua y secado del grano, siendo un tema pendiente el desecho industrial.

cecaot

En Uyuni, tenemos mucha limitación de agua; ese es un cuello de botella muy fuerte. Antes teníamos pozos, pero eso mismo se ha reducido. Para procesar la quinua, un día antes debemos acumular agua en recipientes. Y eso nos obliga para ver otras formas para quitar la saponina. Antes no entendía lo de la vía seca, pero ahora entiendo, ya que más adelante no tendremos opciones. El desaponificado en seco, que pasa por una lavadora donde se saca la saponina, un exprimidor y luego a la secadora con aire caliente, es una tecnología adaptada por mecánicos de Challapata, que van copiando tecnologías. Nosotros hemos contratado uno de esos para que nos instale en la planta. Funciona y funciona muy bien, es eficiente. Uyuni no tiene sistema de alcantarillado, los residuos de agua se acumulan en un pozo séptico y llevamos en cisternas para botar en otro lado. Esta agua podría aprovecharse, reutilizarla, pero no tenemos recursos. Es algo que tenemos que ver en el corto plazo. El tema de la saponina, lo mismo, sale el polvo y los productores se llevan como abono, antes botábamos. (entrevistas a Freddy Ticona de cecaot)

anapqui

anapqui y sus regionales cumplen estándares y criterios de conservación del medio ambiente y el ecosistema, para ello contamos con una subgerencia (área) denominada Programa de la Quinua Natural – proquinat. (entrevista por escrito a Abraham Apaza de anapqui)

jacha inti

En JACHA INTI, el polvo de quinua - moyuelo (con 40% de saponina), desde el año 2018, el 100% la enviamos al campo y con esto se realiza una enmienda orgánica, muy nutritiva, mejor que el estiércol. Esta es una práctica que, por un lado, le ahorra dinero a la industria y, por el otro, beneficia al medio ambiente. Esta es una práctica que mejora los rendimientos en aproximadamente 50%. Se han hecho unas investigaciones de utilización del moyuelo de quinua en la rehabilitación de suelos contaminados por hidrocarburos (YPFB), han encontrado que se regeneran más rápidamente. Con más investigación el moyuelo podría tener un precio, porque actualmente exportan saponinas para estos procesos de regeneración. Es cierto, la quinua requiere mucha agua para sacar la saponina. En JACHA INTI se están haciendo estudios para el reciclado del agua, pero son estudios bastante caros. No se pueden replicar tecnologías de otros países porque la quinua real es amarga, las tecnologías para reducir el uso de agua trabajan muy bien con quinuas dulces. (entrevista a José Santa Cruz de JACHA INTI)

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