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4.6. Inclusión y equidad de género

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Bibliografía

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el rango del jornal estuvo entre 150 y 170 Bs/persona/día. Hoy en día, y esto vinculado a la caída de precios, el pago del jornal está entre 100 y 120 Bs/persona/día, e incluso, cuando se trata de fumigación, el jornal baja hasta 80 Bs/persona/día. Este es el único empleo que se genera en la producción primaria de la cadena de valor de la quinua que es a destajo y eventual. Ahora bien, no toda esta mano de obra es local, se sabe que en estos momentos clave de la producción, pobladores del norte y centro de Potosí emigran a las zonas de producción de quinua tanto de Oruro como de Potosí para ofrecer su mano de obra. ii. En las empresas privadas (industria): los empleos generados abarcan, por un lado, una diversidad de profesionales: ingenieros de alimentos, ingenieros industriales, especialistas en desarrollo de productos, especialistas en marketing y mercados, así como también obreros con mano de obra calificada o fuerza laboral específica (estibadores).

Esto mismo ocurre con las organizaciones de productores anapqui y cecaot, pero con menor cantidad de personal. Tanto las empresas privadas como las organizaciones están obligadas a cumplir con la

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Ley General del Trabajo. De esta manera, tanto profesionales como obreros cuentan con los beneficios y derechos establecidos en esta ley y salarios de acuerdo a las responsabilidades o nivel de formación que tienen.

4.6. Inclusión y equidad de género

De acuerdo a los entrevistados, la mujer cumple un papel fundamental en toda la cadena de valor de la quinua. Se reconoce su contribución en los diferentes eslabones, tanto con roles productivos como reproductivos, tal como se describe a continuación:

a) Participación activa en la producción primaria. Como se mencionó anteriormente, el tema de la migración de los hombres a las ciudades o a otros países, incluidos los jóvenes, es un fenómeno que, sin duda, ha causado una presión importante para que las mujeres asuman las responsabilidades de la actividad productiva. No existen cifras exactas, porque el tema de migración tiene características peculiares, en algunos casos es una migración eventual y en otros casos ha generado la doble residencia. De todas formas, es evidente en muchos de los territorios de producción de quinua

que este fenómeno es tangible y que las mujeres tienen ahora una participación mucho más activa en todas las labores de la producción primaria: preparación de suelos, siembra, fumigaciones, labores culturales, cosecha y poscosecha (hasta el trillado particularmente).

Los entrevistados comentaron que se han realizado esfuerzos para cuantificar las horas de trabajo de las mujeres, ya que, aparte de dedicar su tiempo a la actividad productiva, sostienen sus labores de amas de casa y madres de familia. El estimado de su tiempo laboral en ambos grupos de actividades está entre 14 y 15 horas diarias.

Por otro lado, también se reconoce el contrato de mano de obra femenina, sobre todo para la cosecha y el trillado, sin embargo y probablemente por el rendimiento de esfuerzo físico y la cantidad de trabajo realizado en el mismo tiempo que los hombres, a las mujeres se les paga menos. Uno de los entrevistados mencionó que la diferencia por jornal entre hombre y mujer es de 20 Bs menos para la mujer. Este, probablemente, sea un elemento que desnuda la inequidad social en cuanto a la distribución de responsabilidades tanto laborales como familiares, en estos casos específicos. b) Líderes. Tradicionalmente, las formas de organización ancestral en estos territorios productores de quinua del Altiplano Sur determinan que el liderazgo comunal es siempre compartido en pareja. Es decir, las autoridades comunales en todas sus rotaciones deben ser en pareja, no necesariamente esposos, pueden ser hermanos, padres e hijas, o cualquier combinación familiar entre hombre y mujer. Ahora bien, en cuanto al liderazgo en la dirigencia de las asociaciones de productores, no es lo más común, pero sí existen lideresas, como es el caso de la Comunidad de Florida, en la que en el directorio tienen una importante participación de la mujer. Por otro lado, a nivel de las organizaciones de productores (anapqui, cecaot), consta en sus estatutos que en el staff de los cargos de su estructura deben contar con la participación de mujeres de forma equitativa.

Sin embargo, a la fecha no se ha dado que una mujer ocupe el cargo más alto en estas organizaciones, solo se conoce que han llegado hasta la vicepresidencia. En general, esta situación puede deberse a un temor sobre la desintegración familiar, ya que las mujeres que llegan al liderazgo muchas veces descuidan la casa y la familia por el tiempo que dedican a estas actividades. c) Alimentación de la familia y obreros. Esta es un rol que indiscutiblemente cumplen las mujeres de manera constante. Ocuparse

de la alimentación de la familia es un rol que las mujeres asumen casi por defecto. Detrás de esto, y cuando se trata de los hombres de la familia o de los obreros que se contratan para la producción de quinua (mano de obra en determinados momentos), está el hecho de garantizar que estén fuertes y sanos para cumplir con las labores de campo. Es así que en los momentos de arduo trabajo en las actividades productivas, las mujeres, de forma independiente u organizadas, preparan los alimentos para los diferentes momentos del día y se encargan de conseguir los insumos, cocinarlos, llevar el alimento al lugar de trabajo, servir, acompañar, recoger todos los trastes y limpiarlos. Esto dos a tres veces al día. d) Comercialización. La mayor parte de los entrevistados ha reconocido que las mujeres son muy hábiles para la comercialización y que, de hecho, la mayoría de ellas lleva muy bien la parte de costos.

Por ello, gran parte de ellas, sobre todo mujeres jóvenes hasta los 40 años, aproximadamente, son también responsables de este eslabón.

La comercialización del grano, que implica la negociación de precios, se da en espacios mayoristas como el mercado de Challapata, pero también en espacios minoristas o de acceso directo al consumidor.

En ambos, las mujeres juegan un rol importante. e) Transformación artesanal e industria. En el caso de la transformación artesanal, las mujeres lideran y prácticamente acaparan este eslabón. Los actores reconocen que estas iniciativas se dan por motivación e interés propio de las mujeres o, en algunos casos, promovidas por algunos programas o proyectos en particular (del

Estado y de la cooperación internacional). El hecho es que las mujeres de muchas comunidades se organizan para generar valor agregado a la quinua, principalmente en productos de panificación (queques, galletas, panes) que posteriormente son comercializados en las ferias locales, y existen casos en los que han llegado a hacer entregas al Programa de Alimentación Complementaria Escolar de sus municipios. Con la caída de los precios del grano de quinua, estos productos con valor agregado son una alternativa que les permite recuperar los costos de producción y tener un margen de ganancia e ingreso familiar más interesante que el de la venta en grano.

En cuanto a la industria, a cargo de las organizaciones de productores y en algunas empresas privadas, son espacios en los que la participación de la mujer está reglamentada por sus propios estatutos y políticas. Por

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