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4.2. Situación actual de la cadena de valor de la quinua
de los tallos de quinua es la elaboración de lejía, con sus cenizas, que al tener un alto contenido de calcio es un insumo muy apreciado en el acullico de la coca.
La saponina, que es un subproducto del beneficiado, tiene usos en la producción de controladores de plagas y detergentes, además de la elaboración de compost mejorado.
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El desarrollo de productos de la industria farmacéutica en base a subproductos de la quinua, como pastas dentales, es todavía incipiente. A pesar de ello, existe potencial para elaborar otros productos con alto valor agregado en base a quinua como: nutraceúticos, emulsionantes, ácido oleanólico, biopesticidas, colorantes y otros que han sido identificados dentro del potencial de la quinua en el campo de la bioeconomía (Canales et al., 2020).
4.2. Situación actual de la cadena de valor de la quinua
En esta sección se da a conocer los aspectos más relevantes de la problemática que aborda de forma integral a toda la cadena de valor de la quinua del Altiplano Sur, a partir de las entrevistas realizadas. A pesar de las diferentes características de los actores entrevistados (empresarios exportadores, representantes de organizaciones de productores, académicos, representantes de entidades de asistencia técnica, etc.), la mirada sobre la situación actual del sector y de la cadena de valor es bastante similar:
Gráfico 7 Criterios que definen la situación actual del sector y de la cadena de valor de la quinua en Bolivia (criterios de los entrevistados)
Tendencia a un producto commodity
Caída de los precios en el mercado internacional Bajos rendimientos 9 8 7 6 5 4 3 2 1 0
Bajos márgenes de ganacia para los productores
Los precios a nivel productor de la quinua orgánica vs. la quinua convencional no justifican la inversión
Cumplimiento de los estándares de calidad
Fuente: Elaboración propia. Empresa privada invierte e impulsa el sector
i. Bajos rendimientos. Los rendimientos evidentemente dependen de las características del terreno (ladera, planicie, descansado, puruma, etc.), sin embargo, tomando en cuentas estas posibles diferencias, la mayor parte de los entrevistados han mencionado que uno de los grandes problemas del sector, en este momento, es el bajo rendimiento de la quinua, que se encuentra en un promedio de entre 500 y 600 kg/ha. La principal referencia utilizada para calificar el bajo rendimiento es el promedio de rendimiento que tiene el Perú, que llega a más de 2.000 kg/ha. Este problema del rendimiento tiene que ver con una serie de factores asociados: suelos debilitados, con poca materia orgánica, debido principalmente a las malas prácticas de manejo de suelos (tipos de labranza, no incorporación de materia orgánica, no descansos, etc.) y a las condiciones edafológicas de la región; semillas en proceso de deterioro; deficiencias en el control de plagas y enfermedades; y el cambio climático y la intensificación de los eventos climáticos adversos en la región (sequías, vientos y heladas principalmente), incluyendo el escaso desarrollo tecnológico; por mencionar los factores prioritarios. ii. Bajos márgenes de ganancia para los productores. Debido a las condiciones de tecnología, requerimiento de mano de obra, inversión en agroquímicos para plagas y enfermedades, inversiones en materia orgánica, entre otros, de acuerdo al 70% de los entrevistados, los costos de producción en un sistema convencional ascienden a la suma de aproximadamente entre 300 y 350 Bs/qq de quinua cosechada. Tomando en cuenta que el precio de venta actual en el mercado oficial está entre 300 y 350 Bs/QQ, el negocio de comercialización del grano está en números negativos. Por esa razón los actores del eslabón primario están buscando alternativas para desarrollar productos con valor agregado, como pequeños emprendimientos de transformación artesanal que les permita justificar, al menos, los costos de producción. Las organizaciones de productores establecen un valor promedio del mercado para no perjudicar a sus afiliados, en la medida de sus posibilidades económicas, cuyo destino principal son los subsidios de alimentación que brinda el Estado. Muchas de las asociaciones han volcado su actividad a este mercado.
iii. Los precios a nivel productor de la quinua orgánica vs. la
quinua convencional no justifican la inversión. Asociado a lo
anterior, el 90% de los entrevistados afirma que actualmente el mercado no reconoce el valor de la producción orgánica. Se estima que los costos de producción orgánica duplican la inversión de la producción convencional, es decir, los costos de producción orgánica ascienden aproximadamente a 600 o 700 Bs/qq, y actualmente el mercado paga solo una diferencia aproximada de 50 a 100 Bs/ qq por la quinua orgánica. Ahora bien, tanto las empresas privadas como las organizaciones de productores acceden a mercados nicho internacionales (por ejemplo: de comercio justo), que les permiten comprar el grano de sus proveedores a mejores precios que en el mercado de Challapata. Tanto las organizaciones de productores como las empresas pagan un plus en forma de primas, sin embargo, este segmento de mercado es pequeño en comparación con el resto del mercado al que se exporta la quinua. Esta es también una de las desmotivaciones del sector productivo, que también explica y justifica los siguientes puntos del análisis. iv. Empresa privada invierte e impulsa el sector. El 70% de los entrevistados reconoce que los avances y mejoras que actualmente existen en la cadena de valor de la quinua se deben, principalmente, a la inversión de las empresas privadas que, a través de diferentes programas de desarrollo de proveedores,10 han generado y validado diferentes tecnologías, tanto para la producción primaria como para la transformación, así como gestionado el acceso a mercados justos y seguros. Así, los casos exitosos en el eslabón primario de la cadena de valor se circunscriben principalmente a las comunidades que trabajan en alianza con las empresas privadas. v. Cumplimiento de estándares de calidad. Al respecto, el 70% de los entrevistados comentaron que en estos últimos cinco años los estándares para la certificación de producción orgánica se han ajustado, incrementando los requerimientos que se deben cumplir para garantizar una producción limpia y libre de agroquímicos.
Consideran que, si bien esto termina siendo positivo, algunos de estos requerimientos involucran procesos que difícilmente los productores independientes podrían cumplir, ya que implican
10 Algunos programas de desarrollo de proveedores a cargo de la empresa privada han contado con el financiamiento parcial de la cooperación internacional, pero también a través de los beneficios que otorga el comercio justo se canalizan recursos en forma de excedentes a los productores que los utilizan para mejorar la provisión de materia prima.
costos y trámites que no están a su alcance. Por otro lado, ya en los productos transformados, el senasag, de la misma forma, ha incorporado requerimientos para garantizar la inocuidad de los alimentos procesados, que incluyen certificaciones para las plantas de procesamiento. En general, las empresas están en línea con estas modificaciones y exigencias de certificación, que implican realizar varios análisis de laboratorio en el exterior. vi. Caída de los precios en el mercado internacional. El 90% de los entrevistados explican la caída de los precios en el mercado debido al incremento de la producción a nivel internacional (actualmente en alrededor de más de 150 países). Afirman que este fenómeno se ha dado a partir del Año Internacional de la Quinua (declarado por las Asamblea de las Naciones Unidas el año 2013 y promovido por el
Gobierno Nacional del Estado Plurinacional de Bolivia), durante el cual se ha expuesto el material genético y los sistemas productivos de quinua de Bolivia sin ningún tipo de restricción o acciones estratégicas de protección, provocando de esta manera que muchos países, principalmente de Europa, tengan la posibilidad de multiplicar y desarrollar su propia producción de quinua, incrementando así los volúmenes de oferta que han acaparado los principales mercados de exportación, reduciendo la demanda de la quinua boliviana. El
Año Internacional de la Quinua ha sido considerado como el evento que prácticamente cerró el período reconocido como el “boom de la quinua”.11 Hasta 2015, aproximadamente, el precio en el mercado de Challapata12 llegó a estar entre Bs. 2.000 y Bs. 2.200 el quintal; hoy en día, el precio oscila entre Bs. 300 y Bs. 350 el quintal. Los productores que tuvieron la posibilidad de percibir las ganancias durante el período del boom de la quinua conservaron –durante los siguientes ciclos productivos– la esperanza de que el precio máximo al que llegaron se mantuviera, por lo que sostuvieron sus superficies de producción. La caída del precio ha sido desalentadora para todo el sector.
11 La información de cuándo se inicia este período es dispersa, sin embargo, algunos especialistas consideran que se identifica por el incremento en la demanda internacional, la expansión de la frontera agrícola, el incremento de superficies y de volúmenes de producción y, principalmente, el incremento del precio del quintal de quinua en aproximadamente un 1000%. Se estima que este período inició con la cosecha de la gestión 2008 y culminó con la cosecha de 2015. 12 Municipio de Oruro, en el cual está establecido el principal mercado de oferta y demanda de quinua boliviana.
vii. Tendencia hacia un producto commodity. La quinua real del
Altiplano Sur de Bolivia presenta características diferenciadoras importantes, como el tamaño del grano, la consistencia en su estado de cocción, el sabor y otras. Esto ha sido reconocido a nivel nacional y también internacional, con mayor fuerza hace algunos años. Sin embargo, durante esta última década, la implementación de procesos de diferenciación de esta quinua ha sido uno de los temas más álgidos que el sector no ha podido resolver aún, debido a una diversidad de factores: la falta de unidad para establecer una posición consensuada de todos los actores de la cadena; la débil estructura institucional del Estado para garantizar estos procesos de diferenciación; la débil representación y claridad de las organizaciones de productores, entre otros.
En este sentido, más allá de que el grano de la quinua real tenga estas características, el 70% de los actores entrevistados considera que, debido a la ausencia de estos procesos que derivan en sellos diferenciadores, actualmente la quinua del Altiplano Sur de Bolivia se ha convertido en un commodity; es decir, es una quinua más que en algunos casos es mezclada con otras quinuas de Bolivia e incluso del Perú, perdiendo así la oportunidad de un reconocimiento económico por estas características exclusivas. viii. No existe una estrategia país. Todos los entrevistados han mencionado que, lamentablemente, no existe una estrategia país para el sector quinuero. Esto implica, de forma directa, una débil presencia del Estado, que es interpretada como una falta de visión sobre un rubro estratégico, el cual, además de ser un alimento prémium para la población boliviana, posee características con el potencial para competir en importantes nichos de mercado, actualmente en productos con alto contenido de valor agregado. La ausencia de una estrategia país deriva en:
a. acciones del Estado aisladas con una estructura institucional debilitada (iniaf, ciq); b. en algunos casos, la duplicidad de acciones con programas o proyectos; c. la ausencia de normativa o apoyo que incentive al sector productivo y empresarial; d. poco o ningún soporte o incentivo a la investigación, difusión de tecnologías y apoyo en la participación en ferias internacionales.