n SURCO n AUTORIDAD Y LIBERTAD Rodrigo Facio XI Hemos estudiado las dos tesis básicas de la doctrina liberal con relación a la economía social dinámica: el control automático de la producción por el nivel de los precios y el control automático de la inversión por la tasa de interés, y creemos haber dejado explicada la perfección teórica de ambas. Pero es lo cierto que en las sociedades que adoptaron y pusieron en práctica desde el siglo pasado tales tesis junto con las instituciones políticas que son sus consecuentes, se ha desarrollado poco a poco, en vez de un organismo progresivamente satisfactorio para los consumidores y cada vez más orientados por ellos —como lo hacía suponer la teoría liberal pura— un sistema socialmente injusto y económicamente absurdo que es el que conocemos hoy bajo el nombre general de capitalismo. Las deficiencias de este sistema han hecho surgir, a su derecha y a su izquierda, doctrinas sociales que, como hemos visto atrás, coinciden en afirmar que la solución del problema capitalista está en la sustitución de la economía libre actual por una donde la producción y la inversión sean planeadas y dirigidas por un Estado centralizador y autoritario. La agresividad de los prosélitos de esas ideologías es tanta y su éxito tan grande —como que tienen ya medio mundo sujeto a su poder—,que quienes aún creen en la dignidad individual del hombre, pero a su vez sienten el fracaso del capitalismo, se han puesto el examen del desarrollo económico de las sociedades en régimen liberal, para ver si es posible una rectificación salvadora, y han encontrado en ese examen que los tratadistas y líderes del liberalismo han incurrido en errores tales, que son a ellos imputables y no a la doctrina misma, los desastrosos resultados del régimen. Digamos en qué consisten.
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