4 minute read

Ventajas sociales y económicas de las Cooperativas

Por ese liberalismo constructivo, que sin renunciar, y al contrario, amplificando y fortaleciendo las libertades civiles y políticas, procura otorgarles libertad económica y social a todos los ciudadanos, está decididamente al CENTRO.

Por ese liberalismo constructivo, que es un modo evolutivo y humanista de llegar a la democracia social sin apelar a la violencia y sin acogerse a las dictaduras.

Advertisement

n SURCO n VENTAJAS SOCIALES Y ECONÓMICAS DE LAS COOPERATIVAS Rodrigo Facio

Con lo que queda dicho sobre el origen, bases fundamentales y desarrollo alcanzado por las cooperativas, queda expreso también cuáles son sus ventajas económicas y sociales, y si ahora nos referimos a ellas especialmente, es sólo dentro del propósito de presentar clasificadas y ordenadas por lo menos las principales:

a) Eliminación del intermedio

Culminación necesaria y característica fundamental del desarrollo libre y espontáneo de la división del trabajo; es el hecho de que entre las personas que producen bienes o servicios y las que los consumen o hacen uso de éstos, se interpongan otras que llevan a cabo actos intermedios del proceso económico, facilitando el contacto o la relación de aquellas. Así, entre el productor agrícola y el consumidor, se cruzan figuras como el transformador industrial de la materia prima, el portador, el comerciante. Además, en el aspecto no ya de la transformación industrial o de la distribución, sino de la producción propiamente dicha, se interponen el arrendante de la tierra y el prestamista del capital; todos ellos necesarios para la producción agrícola. En principio, tales intermedios llenan una necesidad social; por lo que resultan útiles y productivos dentro de la cadena. Pero cuando surge o se marca una posición privilegiada o monopolista, en relación con los productores o consumidores y prevale la explotación de

una forma exagerada en sus servicios, los intermediarios resultan expoliativos y socialmente innecesarios; por lo que es urgente idear la forma más adecuada para atenuar o eliminar su gestión. Las cooperativas, como empresas económicas y al amparo de la Ley, promueven la cooperación para mejorar las condiciones económicas, sociales y culturales de los asociados y sus familiares. Por lo tanto, los asociados son sus propios prestamistas, sus propios transformadores industriales, sus propios proveedores de implementos técnicos y sus propios distribuidores; los consumidores serán sus propios comerciantes. En esta relación, unos y otros, mediante sus cooperativas, se pondrán en contacto directo, eliminando al intermediario y distribuyéndose equitativamente el fruto del negocio conjunto a prorrata del ejercicio y esfuerzo que hayan hecho de la función social, sea, en proporción al beneficio concreto que hayan derivado de las cooperativas.

b) Alza del nivel de vida de los asociados

Eliminando el intermediario al convertirse los productores y consumidores, mediante su organización cooperativa, en sus propios proveedores de bienes y servicios complementarios para la satisfacción de sus respectivas necesidades, la ganancia, el beneficio— la mayor parte de las veces, elevadísimo— que antes se apropiara aquel, pasará necesariamente a las cooperativas, y de éstas, al distribuirse los beneficios, a sus asociados, lo que determinará ingresos mayores para los mismos, o sea en definitiva, una alza en su nivel de vida. Los productores agrícolas, por ejemplo, obtendrán precios más elevados para sus productos; los consumidores recibirán sus artículos de primera necesidad a precios más bajos; unos y otros, un ingreso adicional a cada cierre de año económico, proporcional al uso que hayan hecho de la función cooperativa.

c) Ahorro Individual

Cuando se eleva el nivel de vida en las personas, es un hecho que nace la cultura del ahorro en cada uno de los integrantes de la cooperativa. Pero además, el propio mecanismo determina para los componentes de la cooperativa, un ahorro individual. Ahora bien, desde el punto de vista de cada persona aislada, ahorrar

significa, la mayor parte de las veces, privarse de alguna necesidad o de algún servicio, dejar de comprar algo que se necesitaba o se deseaba. De ahí que ahorro y consumo aparecen como términos contrapuestos. Dentro del sistema cooperativo, por el contrario, cuanto más se consume, más se ahorra; ¡Así como suena de paradójico! Y es natural: porque el dividendo que se entrega a fin de año a cada asociado se fija en proporción al ejercicio de la función social. En resumen, cuánto más dinero se haya consumido en bienes de primera necesidad o en bienes capitales o de producción, mayor será el beneficio individual y por lo tanto colectivo.

d) Formación de fondos sociales

Además del ahorro individual, determinado por el abaratamiento de la vida y por el dividendo anual, la cooperativa fuerza el ahorro social; parte importante de las ganancias netas del año, lo que va a engrosar los llamados fondos de solidaridad o de fomento, dinero que no pertenece a nadie, en forma individual, sino a todos en conjunto y que se dedica a diversos fines sociales, tales como: seguros, recreo, diversiones, educación para los hijos de los asociados, entre otros beneficios, que fortalecen la calidad de vida y el desarrollo económico de las familias, las comunidades y el país.

e) Solidaridad y educación

El solo hecho de ingresar a una organización cooperativa denota ya sentimientos de solidaridad y bases de educación importantísimos. El ejercicio cooperativo: su organización democrática, su administración democrática, su distribución democrática, y en fin todos aquellos actos o actividades inherentes al beneficio y solidaridad, propios de una agrupación, que cada vez se define con mayor claridad, la conciencia de lo que es y de lo que vale la cooperativa. Cumplirán así las cooperativas, a la par que su cometido puramente económico, que las constituirá en órganos fundamentales de la nueva escuela activa.