El acompañamiento pastoral y la disciplina restauradora Entre las señales de buena salud de la iglesia está la práctica de una disciplina que busca fortalecer la santidad práctica. Recordemos que hemos sido “santificados en Cristo Jesús y llamados a ser su santo pueblo, junto con todos los que en todas partes invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y de nosotros” (1 Co 1.2). La disciplina bíblica establece un mecanismo tanto correctivo como de restauración. Así que, una disciplina que simplemente establece un tiempo determinado en el que se aparta a una persona de ejercer un ministerio, es cuestionable en función de los verdaderos objetivos de la disciplina bíblica. la buena disciplina requiere el acompañamiento pastoral El acompañamiento pastoral es cuando uno o dos hermanos espirituales caminan hombro a hombro con el disciplinado. Se les asigna esta responsabilidad confiando en su buen discernimiento que les permitirá reconocer los resultados de su pastoreo, y son ellos los que determinan cuándo es momento de restablecer al disciplinado a la plena comunión con los santos (Jn 16.13). el modelo del salmo 23 El Salmo 23 nos ofrece un modelo de el acompañamiento pastoral. Dios mismo es el modelo de cómo acompañar al disciplinado en una pastoral excelente. El Salmo nos dice: “El Señor es mi pastor, nada me falta” (v. 1). Nos habla de una relación personal entre el pastor y la oveja, una relación que satisface las necesidades de la oveja de manera integral. El pastor brinda descanso, conduce, e infunde nuevas fuerzas a la oveja. Le guía por caminos rectos, y cuando camina por valles tenebrosos le brinda seguridad, camina a su lado alejando de la oveja todo temor y es experto en el uso de la vara pastoril con la cual, además de protegerse a sí mismo, defiende a la oveja de cualquier ataque. Tampoco permite