Revista AMOR MEUS, Verano 2023

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REVISTA VERANO 2023
AMOR MEUS LA

Contenido

01 Bienvenida

Por: Sor Yolanda Tarango

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Hermana Destacada: S. Matilda Fagan

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La Capilla del Verbo Encarnado

Por: Sor Mary Henry

La Presencia de la Congregación en Perú

Por: Sor Mirella Niera

Por: Sor Corine Walsh 05

Ministerio Destacado: CHRISTUS Santa Rosa

Por: Jenny Reeves

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Congregación de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado

Somos una congregación apostólica, internacional e intercultural fundada por el Obispo Claude Marie Dubis en 1869. El misterio de la Encarnación es el fundamento de nuestras vidas y el corazón de nuestros ministerios. Dedicado a nuestra misión “Hacer real y tangible la salvación y la sanación del amor de Jesús, el Verbo Encarnado, al promover la dignidad humana,” Servimos a la gente de Dios, especialmente a los pobre y vulnerables, a través del cuidado de su salud, educación, servicio pastoral y social. En cada ministerio, usamos nuestra energía, experiencia y recursos para responder ante necesidades urgentes en nuestra sociedad y nos esforzamos para promover la dignidad humana, paz, justicia e integridad de la creación. Actualmente servimos en Chile, Colombia, México, Perú y los Estados Unidos de América.

Revista AMORMEUS: Edición 02 |Verano 2023

Esta es la segunda edición de la revista AMOR MEUS. Sirve a la familia CCVI al proveer a los lectores con vistazos e información acerca de los planes de congregación y como las hermanas continúan viviendo nuestra misión. La revista es publicada y enviada a través de correo electrónico cuatro veces al año. Igualmente, se imprime dos veces al año.

El sello de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado es la corona de espinas, corazón traspasado, cruz y espinas (encima del corazón). Cuyos símbolos se asocian con la crucifixión de Jesucristo, el Verbo Encarnado. El nombre Jesús, mostrado en las tres primeras letras Griegas de ese nombre, EL, simboliza la presencia de Jesús en los corazones de aquellos que son SU presencia para otros en el mundo. Amor Meus, el nombre de nuestra revista es Latín para MI AMOR, y representa el amor de DIOS para nosotros y el nuestro hacia él.

Equipo General de Liderazgo

Lider Congregacional

Sor Yolanda Tarango

Consejeras Generales

Sor Peggy Bonnot

Sor Cecilia Zavala

Sor Emilia Gracia

Sor Leticia de Jesus Rodriguez

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al CCVI https://www.amormeus.org/es/dona/
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Sor Yolanda Tarango Coordinadora Congregacional

¡Bienvenida!

Por la presente les envío un cordial saludo y extiendo mi agradecimiento a todos nuestros amigos que leen AMOR MEUS, así como a nuestras Hermanas por compartir historias fascinantes en nuestra revista. Con gran regocijo celebramos el mayor acontecimiento del centenario de la Hermana Matilda Fagan, el esplendor de la Capilla de la Casa Madre, nuestro viaje continuo a Santa Rosa, nuestro primer ministerio y el trabajo dedicado que se lleva a cabo en Perú.

El establecimiento de Santa Rosa marca un capítulo importante en la historia de nuestro ministerio. Mediante una dedicación y un compromiso inquebrantables, hemos sido capaces de ofrecer asistencia médica de calidad por más de 154 años. Los esfuerzos desinteresados de nuestros profesionales, voluntarios y personal del sector salud son ejemplo de la verdadera esencia de compasión y misericordia, lo que refleja el espíritu de nuestra congregación.

Al conmemorar el Centenario de la Hermana Matilda, honramos una leyenda viviente que ha dedicado toda su vida a Dios y a la misión de nuestra congregación. Su convicción y devoción han sido el faro de luz que nos ha guiado a todos, recordándonos los valores que tanto apreciamos. Expresamos nuestra gratitud y admiración por sus inestimables contribuciones y por el legado que deja tras de sí.

La Capilla de la Casa Madre representa el testimonio de la belleza y magnificencia de nuestra fe. Ha sido un lugar de solaz, oración e inspiración para generaciones de Hermanas y fieles por igual. Su significado va más allá de su esplendor arquitectónico; sirve como símbolo de nuestra unidad y propósito, en tanto continuamos nuestro caminar al servicio a Dios y de la humanidad.

Espero seguir compartiendo historias de nuestros esfuerzos, ya que nos inspiran, nos animan y nos conectan para cumplir nuestra misión. A través de estas historias, no sólo celebramos nuestros logros, sino que también reforzamos nuestra determinación para afrontar los retos que nos aguardan.

Que el amor del Verbo Encarnado nos sirva de inspiración y nos guíe, en tanto seguimos experimentando nuestra Misión, difundiendo esperanza, sanación y compasión.

¡Alabado sea el Verbo Encarnado!

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Hermana Destacada: S. Matilda Fagan

Por: Sor Corine Walsh

Esta cita bíblica fluye fácilmente desde el corazón de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado cuando celebran el centésimo cumpleaños de Sor Matilda Fagan, CCVI.

No, Matilda no está en silla de ruedas. Matilda ni siquiera usa andadera, pero con sus propios medios recorre amablemente los pasillos de la Villa del Verbo Encarnado esparciendo alegría, risa y bendiciones.

Sor Matilda nació en Ballymahon, condado de Longford, Irlanda el 8 de agosto de 1923, donde vivió rodeada de amor y seguridad. A una edad temprana, comenzó su educación en la Escuela del Convento de la Misericordia. Allí tuvo la oportunidad de conocer a los grandes autores irlandeses y de otros países, lo que despertó en ella un amor por la literatura que sigue perdurando hasta hoy.

Junto con su amor por el aprendizaje, Matilda tenía el deseo de impartir sus dones a los demás y sintió que Dios la llamaba a servir como Hermana de la Caridad del Verbo Encarnado. Ingresó a la Congregación en Dunmore, Condado de Galway, ansiosa por cruzar el Atlántico hasta San Antonio, Texas, donde comenzaría su formación inicial. Sin embargo, Dios tenía otros planes. La Segunda Guerra Mundial ocasionó que ese viaje se pospusiera 7 años. Ella y sus compañeras estudiaron en Dunmore, recibieron el hábito religioso, profesaron sus votos y finalmente llegaron a San Antonio en enero de 1946.

La hermana Matilda, o Matty, como la llaman cariñosamente,

“Este es el día que ha hizo Yahve; nos gozaremos y alegraremos en él”.
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(Salmo 118:24)

pronto se inmiscuyó en el ambiente de la docenciaaprendizaje. Sirvió de docente en muchas escuelas, desde primaria y secundaria hasta preparatoria y hasta la universidad, inculcando en sus alumnos el mismo amor por el aprendizaje que ella aprendió por primera vez en las rodillas de sus padres.

Hoy se la puede encontrar saludando a las recién llegadas a la Villa, entreteniendo a una que otra con sus muchas anécdotas y chistes, visitando a las Hermanas MAYORES en la enfermería o, ¡disfrutando de una taza de té con una buena rebanada de pan con mermelada!

La hermana Matilda Fagan es realmente singular. Cuando le preguntan cómo mantiene su sentido del humor, ella solo sonríe, piensa un momento y responde: “ES ALGO QUE SIMPLEMENTE ESTÁ

DENTRO DE TI”, seguido de:

Si han sido amables contigo, tú haz lo mismo; No era sólo para ti, tú haz lo mismo. Aun cuando en el cielo se experimente lo mismo… ¡Tú sigue haciendo lo mismo!

La alegría de Matty coincide con su cariño y generosidad. Puede llegar a la puerta de una hermana a las 6 de la mañana con una humeante taza de café, o puede ir a su paso hasta el Central Market para comprarle alguna otra cosa especial que escuchó que esa hermana necesitaba. Si Matty puede hacerlo, se hará. Sor Matilda encuentra a Dios en todos y en todo. Igual la encuentras en el jardín con los pájaros, las abejas y las mariposas, como en la capilla. Cuando se le preguntó si volvería a elegir la misma vida, hizo una pausa, reflexionó un momento y, con una

sonrisa, dijo: Sí, lo haría, ¡aunque cambiaría algunas cosas!

Gracias, Matty, por una vida bien vivida, por el regalo que has sido para las Hermanas del Verbo Encarnado y para las innumerables personas que tuvieron la suerte de conocerte.

¡Feliz cumpleaños número 100!

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La Capilla del Verbo Encarnado

Por: Sor Mary Henry

““La vista del interior desde la puerta principal es de una belleza exquisita; las catorce columnas de escayola, con capiteles románicos dorados, sostienen el techo abovedado de metal repujado. Los catorce vitrales emplomados, cada uno de ellos una joya del arte, reflejan una luz tenue sobre toda la capilla. Alrededor de la pared posterior del santuario corre un pergamino con la leyenda: O Mysterium Ineffabile, O Charitatis Sacramentus Admirabile, Hic Est Panis Vitae. Hic Est Cibus Animae.

Indudablemente la habilidad del arquitecto, el arte del pintor y la destreza del tejedor fueron empleados en hacer de la morada del Emanuel Eucarístico una verdadera “Casa de Dios y Puerta del Cielo”.

Así pues, la primera vez que la Capilla del Verbo Encarnado fue abierta al público fue descrita por el Southern Messenger el 7 de junio de 1907. Hoy en día, cualquiera podría describir la Capilla exactamente con esas mismas palabras. Las renovaciones anteriores, siendo la última en 2007, han sido fieles al diseño original del Rev. J.G. Bednarek, de Chicago, y de la Madre Madeleine Chollet.

La Capilla del Verbo Encarnado deriva su larga historia de tres Hermanas francesas que llegaron a Texas en 1869 del Monasterio del Verbo Encarnado y del Santísimo Sacramento en Lyon, Francia. Vinieron, respondiendo al llamado del entonces Obispo de Galveston (Texas) Claude Marie Dubuis, para ayudar en el cuidado de los ciudadanos de San Antonio que sufrían las secuelas de la Guerra Civil Estadounidense y de dos diferentes epidemias de cólera. A pesar de las dificultades y los escasos recursos, la Enfermería Santa Rosa abrió sus puertas a “todas las personas sin distinción de nacionalidad o credo, o capacidad económica...”

Apenas 25 años después, el número de Hermanas había aumentado a más de 450 miembros. La Congregación se dirigió al norte de la ciudad y compró casi 300 acres al filántropo y prominente ciudadano, Coronel George Brackenridge. Las Hermanas y las alumnas del Colegio del Verbo Encarnado se reubicaron en Alamo Heights y se mudaron a Brackenridge Villa. Inmediatamente se empezó a planear la construcción de la Casa Madre. Una vez habitada en 1900, se iniciaron los planes para la construcción de la Capilla; la primera piedra se colocó el 6 de enero de 1906. F.B (Frederick) Gaenslen fue elegido como el arquitecto; August Fuessel fue nombrado contra-

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Diseñada en estilo románico, la estructura terminada era un edificio imponente en el área circunvecina, el cual era de ladrillo rojo con revestimientos de piedra caliza blanca. El altísimo campanario con cuatro ángeles trompeteros fue en su momento la estructura más alta de la ciudad, y el monumento podía verse desde cualquiera dirección.

tista, y Theodore Engelhardt, que supervisó la construcción de muchas de las escuelas y hospitales de la Congregación, fue nombrado superintendente de construcción.

El altar fue donado por un viejo amigo de la Congregación, Dan Sullivan, en memoria de su madre, Annie Cotter Sullivan. Los vitrales emplomados, diseñados e instalados por Emil Frei Art Glass de St. Louis, Missouri, también fueron donados por otros amigos de las Hermanas, entre ellos estudiantes, obispos y el arquitecto y diseñador de la capilla. (Cabe destacar que la familia del arzobispo de San Antonio, Gustavo García-Siller, también donó uno de los vitrales). El diseño original del interior incluía muchos focos pequeños, los cuales formaban una hilera en la parte interior de los dos grandes arcos, las cerchas del domo semicircular, y de los altares laterales. Cada una de las

columnas está rodeada de anillos lumínicos. Se anexó un púlpito a la primera columna de la izquierda.

Como parte de los preparativos del centenario de la Congregación, la capilla fue objeto de reparaciones y remodelaciones para adaptarla a las directrices litúrgicas del Concilio Vaticano II. El principal cambio consistió en desplazar el altar mayor hacia delante para que el sacerdote pudiera ver de frente a los miembros de la Congregación. Al mismo tiempo, se retiró el barandal de mármol del altar que dividía el santuario de la nave. También se eliminaron los nichos que se encontraban detrás del altar mayor, con cuatro estatuas de fundadores de órdenes religiosas masculinas: Agustín, Benito, Francisco e Ignacio. (Estas estatuas se encuentran bien resguardadas en el Heritage Room, que forma parte de los ar-

chivos de la Congregación). Se instaló aire acondicionado. La Capilla se cerró en 1985 para realizar reparaciones estructurales mayores para lo cual se organizó una Campaña de Preservación. La Capilla se reinauguró solemnemente el 21 de octubre de 1992, aniversario de la ocupación de la primera casa por las tres hermanas fundadoras en 1869. El arquitecto fue Jack Duffin, de St. Louis, y la empresa contratista fue Guido Bros. Construction.

En 2007, con motivo del centenario de la Capilla, se llevó a cabo su segunda gran renovación. Los principales cambios fueron el rediseño y la ampliación del santuario, un nuevo altar, suelos de mármol en toda la capilla, repintado, nueva iluminación, instalación de un nuevo sistema de sonido y mejora del sistema de aire acondicionado. Como parte de este

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proyecto, la empresa Schoenstein diseñó e instaló un nuevo órgano de tubos. Este órgano es el tercer instrumento que alberga la Capilla, siendo el primero un armonio, que se instaló cuando se construyó la Capilla. El Schoenstein es un instrumento de acción eléctrica-neumática con 24 voces en 27 registros; hay un pequeño órgano manual en el santuario enlazado al órgano de galería ubicado en el coro alto.

Otras adiciones arquitectónicas y artísticas a la renovación del 2007 incluyen: la creación de una Capilla de Adoración Eucarística en el lado sur del santuario; la instalación de grabados que representan nuestra historia y espiritualidad llenan ahora el espacio que antes ocupaban las estatuas; el emblema de la Congregación en el suelo saluda al visitante al entrar en la Capilla; pinturas en medallones ovalados de las flores nacionales de los países que son significativos en la vida de la Congregación - la Flor de Lis (Francia), la Cantuta (Perú), el Alcatraz (México), la Buganvilia (Zambia), el Trébol (Irlanda) y la Bluebonnet (Texas/ Estados Unidos). Estas flores también están presentes en los nuevos vitrales emplomados que rodean el tabernáculo de la Capilla de la Adoración Eucarística.

En la torre del campanario se encuentra una enorme campana, fundida en Bélgica, que se toca en ocasiones especiales, y regularmente cuando una hermana ha fallecido y está siendo enterrada. La campana tiene dos modos de tañido: un toque sombrío

y un repique rítmico. La campana tiene inscrita una dedicatoria a los servidores de Dios con sus nombres: John, Claude, Anthony, Pierre, Ignatius y Madeleine, que representan la ciudad, al Obispo, al Obispo fundador y a las primeras Hermanas fundadoras.

Cada vez son más los intérpretes de música de toda índole -vocal, de cámara, órgano, solistas instrumentales- que experimentan el placer de tocar en la Capilla. La acústica de la Capilla acoge y realza las sonoridades de todo tipo de música. La adquisición de un piano de cola Steinway reconstruido del año 1955 convierte a la Capilla en uno de los lugares de actuación más atractivos para la música clásica y de culto. Para el público, asistir a un concierto en la Capilla es

una fiesta para los ojos y los oídos.

Existen muchas otras particularidades de la Capilla que, en su conjunto, ofrecen al visitante una impresión sobrecogedora. Sin embargo, para las Hermanas, el atractivo de la Capilla es más personal. La Capilla del Verbo Encarnado es el centro simbólico de nuestra Congregación internacional aunado a ser nuestro principal lugar de oración a nivel privado, corporativo y público. Para la mayoría de nosotros, la Capilla fue el lugar donde nos dieron la bienvenida a la Congregación. Es el lugar donde profesamos y renovamos nuestros votos el 15 de agosto de cada año. Es donde celebramos las principales fiestas de la Congregación, incluidos los Jubileos (cuando las Hermanas celebran los aniversarios de votos de 25, 50, 60

“¡Utilizamos el arte para celebrar nuestra espiritualidad, afirmar nuestra identidad y aportar alegría! El arte no es un lujo, sino una parte vital de nuestra experiencia que abre corazones y mentes y nos permite utilizar nuestros dones y habilidades para mejorar la vida de los demás”.
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y 75 años de compromiso). De igual forma, la Capilla es el lugar al que son llevadas las Hermanas cuando fallecen para irse con nuestro amoroso Dios.

El espacio de la Capilla es tan conocido por nuestras Hermanas, que cuando se terminó la renovación del 2007 y una de las Hermanas comenzó a rezar las Estaciones de la Cruz, supo inmediatamente que las Estaciones habían sido reinstaladas incorrectamente. (La primera estación debería comenzar en el lado sureste de la Capilla, avanzar en forma de herradura y terminar en el lado noreste de la Capilla). La Capilla era el lugar de oración diaria para las Hermanas que vivían en la Casa Madre - rosarios y misas todos los días, y las de Oficio Divino. Cada Hermana tenía su propio lugar, donde guardaba su rosario, su lectura espiritual y su ejemplar del Oficio Divino. Cuando nuestras primeras Hermanas llegaron del monasterio de Francia, trajeron consigo su estilo de oración. En consecuencia, los asientos de las butacas de la capilla están situadas una frente a otra, lo que facilita el rezo del Oficio. (El rezo del Oficio Divino consiste en recitar los Salmos en coro, o antifonalmente).

Aunado a las misas dominicales regulares (y otras celebraciones eucarísticas) y a los conciertos, los miembros de nuestros ministerios patrocinados se reúnen a menudo en la Capilla para celebrar momentos trascendentales en la vida de su ministerio. La Capilla es la sede donde se aceptan los cargos de comisión, se entregan las insignias, se reciben los anillos de graduación, se realizan las misiones, y mucho más. Aquellos que han establecido una relación cercana con la Congregación pueden contraer matrimonio en la Capilla del Verbo Encarnado. La mayoría de las veces, la novia o el novio se han graduado de la Universidad del Verbo Encarnado, o ejercen su ministerio en uno de los hospitales CHRISTUS.

Si bien la Capilla pertenece al convento (Casa Madre) de las Hermanas, reconocemos que es de todos nuestros ministerios; de hecho, es de todos. Mantenemos y custodiamos la Capilla, pero lo hacemos como administradoras de un tesoro apreciado por muchos. Es un tesoro por su belleza, visto así en todos los elementos visuales, pero también escuchado, cuando los instrumentos y la acústica generada por esos mismos elementos de alguna manera colaboran y crean. Es un tesoro debido a los recuerdos que guarda para las Hermanas, especialmente, pero también para las familias y amigos que han forjado sus propios recuerdos de tranquila soledad, oración, celebración y paz

Como escribió un escritor en el Southern Messenger en 1907, la Capilla es verdaderamente un tesoro.

“Casa de Dios y Puerta del Cielo”.
(Génesis 28:17)
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La Presencia de la Congregación en Perú

Por: Sor Mirella Niera

A principios de los años sesenta, en respuesta a una invitación de Roma dirigida a las congregaciones religiosas de los Estados Unidos para que enviaran Hermanas al servicio de las necesidades religiosas, educativas, económicas y sociales de los pueblos latinoamericanos, seis Hermanas de nuestra Congregación se ofrecieron voluntarias para ir a Perú a establecer una nueva misión allí. El 19 de diciembre de 1964 llegaron a Chimbote, Perú.

Las hermanas se dedicaron a servir al pueblo por medio de ministerios de salud, pastoral popular y educativos. Un año después de su llegada, abrieron la Clínica Médica Santa Clara para atender las necesidades de salud de los más desfavorecidos.

La Clínica Médica Santa Clara, que ahora forma parte del Sistema de Salud del Verbo Encarnado, continúa atendiendo a los más necesitados, con especialidades y servicios adicionales disponibles para ayudar a la comunidad de Chimbote y sus alrededores.

Continuamos nuestro ministerio en la Capilla de San Felipe, perteneciente a la parroquia de San Francisco, ofreciendo clases de catecismo a niños y jóvenes, y visitando y apoyando a las familias de la comunidad.

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También acompañamos a nuestros Asociados del Verbo Encarnado en Perú, la comunidad de Claudio María Dubuis en Comas y la de Jeanne Chezart de Matel en Chimbote, así como a la comunidad de Jóvenes Asociados de Miguel Ángel en Los Olivos. También participamos en otros proyectos, como el de ayudar a las mujeres y otras personas más desfavorecidas del desierto de Nuevo Chimbote.

Seguimos trabajando en el Ministerio de Pastoral Vocacional en Perú a nivel congregacional y diocesano, y brindamos acompañamiento a jóvenes que desean conocer más sobre nuestra congregación.

Después de cincuenta y nueve años, nuestros ministerios siguen avanzando.
Los tiempos han cambiado desde que nuestras primeras Hermanas llegaron a Chimbote en 1964. Sin embargo, seguimos extendiendo el amor misericordioso del Verbo
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Encarnado en el mundo de hoy, y nos esforzamos por ser conscientes de los clamores, nuevos y emergentes, de las personas más vulnerables de nuestra sociedad

Ministerio Destacado: CHRISTUS Santa Rosa

Por: Jenny Reeves

Pidió a la Madre M. Angelique Hiver, Superiora del Convento del Verbo Encarnado y del Santísimo Sacramento de Lyon, Francia, que preparara para esta misión a cualquier mujer joven que pudiera interesarle fundar una nueva congregación de hermanas dedicadas al cuidado de los enfermos. Las tres Hermanas, Blandine Mathelin, Joseph Roussin y Mary Ange Escude, miembros de las Hermanas del Hospital de Lyon, aceptaron hacer el viaje a Galveston, Texas para establecer una nueva congregación, la Congregación de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado, e inauguraron el Hospital de Caridad, que fue el primer hospital Católico del Estado y primer proveedor independiente de atención a la salud. A lo largo de los siguientes tres años, otros dos grupos de hermanas se unieron a las tres pioneras.

En 1866, el Obispo Claude Marie Dubuis recurrió a su Francia natal para reclutar religiosas expertas en el campo de la enfermería que atendieran a los enfermos y a los afligidos de Texas.
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A principios de 1869, una epidemia de cólera causó estragos en San Antonio, Texas. Sin un hospital público que atendiera las necesidades de salud de la creciente ciudad, el Obispo Dubuis seleccionó a tres Hermanas de la comunidad de Galveston para que viajaran a San Antonio a establecer un hospital y un convento. Las hermanas Madeleine Chollet, St. Pierre Cinquin y Agnes Buisson hicieron el viaje de 280 millas en diligencia por caminos que no eran más que surcos de carretas.

Más tarde, ese mismo año, establecieron una pequeña enfermería en Military Plaza en el centro de San Antonio. La Congregación también construyó un orfanato varias cuadras hacia el noroeste, sobre la calle Houston. La enfermería, posteriormente llamada Centro Médico Santa Rosa, fue trasladada en 1875 de la ruidosa plaza al orfanato, que era una zona más tranquila. Desde el principio, se decidió que el centro se abriría a todas las personas sin distinción de nacionalidad, color, credo o capacidad de pago.

Durante los dos siglos siguientes, la Congregación de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado de Houston y de San Antonio siguió creciendo y desarrollo grandes sistemas de salud independientes: El Sistema de Salud de las Hermanas de la Caridad (Houston) y el Sistema de Salud del Verbo Encarnado (San Antonio).

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En 1959, el Hospital Infantil Santa Rosa se convirtió en el primer hospital de la ciudad dedicado al cuidado infantil. Situado en el mismo campus que el Hospital Santa Rosa, en la calle Houston, el hospital infantil proporcionó atención pediátrica especializada a miles de los niños más vulnerables y a sus familias.

En 1999, los dos ministerios históricos católicos de salud se fusionaron, constituyendo CHRISTUS Health y creando un propósito único en el mercado moderno de atención a la salud. Continuar con la misión de extender el ministerio sanador de Jesucristo. En 2016, las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret se unieron al sistema de salud de CHRISTUS Health.

En los siguientes 20 años, el Sistema de Salud CHRISTUS Santa Rosa añadiría hospitales en New Braunfels, Westover Hills, Alamo Heights y San Marcos,

Texas, junto con numerosos centros quirúrgicos y una red de médicos empleados de atención primaria y de especialidad.

En 2012, CHRISTUS Santa Rosa dio un paso decisivo para ampliar la atención materna y pediátrica transformando su campus del centro de la ciudad en el único hospital infantil académico independiente de la región. El Hospital Infantil de San Antonio, ahora denominado CHRISTUS Children’s Hospital, es un campus completo que se extiende a lo largo de una manzana y ofrece atención integral especializada y subespecializada a niños de todas las edades y a mujeres embarazadas. En colaboración con el Baylor College of Medicine, CHRISTUS Children’s Hospital es un destino para pacientes y familias de todo el mundo y un importante centro de formación para futuros médicos pediátricos.

Desde sus modestos inicios en 1869, cuando las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado de San Antonio fundaron la Enfermería Santa Rosa, el Sistema de Salud CHRISTUS Santa Rosa ha crecido y prosperado. Aún después de 154 años, el espíritu pionero de las hermanas sigue siendo evidente hoy día, a medida que el Sistema crece para satisfacer las necesidades que cambian vertiginosamente de una de las regiones de más rápido crecimiento en todo Texas.

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“Un vida para Dios y un corazón para los demás”

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