Periódico el Valle Vol.6

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DISEÑO GRÁFICO

25 años sirviendo a Puerto Rico.

En los parachoques o bumpers de muchos de los vehículos de trabajo de nuestros agricultores se puede leer un pegadizo con la siguiente inscripción: “sin agricultura no hay comida y sin comida no hay vida”. Siete billones de personas en el planeta dependen de la agricultura para poder subsistir. Debido a la crisis alimentaria que sufren varias naciones, las hambrunas y la escasez de alimentos afectarán este año 2014 a más de 800 millones de seres humanos, según la FAO, que es la organización de las Naciones Unidas que atiende principalmente el tema de la alimentación mundial. Cada 24 horas mueren 25,000 personas afectadas de manera directa e indirecta por la desnutrición, sobre todo niños y niñas. Es tan importante la profesión de ser agricultor que en una parte de la oración del PADRE NUESTRO se dice: “el pan nuestro de cada día dánoslo hoy…” El pan material no lo hay sin agricultura. Cuando demos gracias por los alimentos servidos cada vez que estamos a la mesa, pensemos en nuestros agricultores(as) e incluyámoslos en nuestro sentido de gratitud. A los cosecheros, sembradores e inversionistas agrícolas de Collores del presente y del pasado dedicamos esta sexta edición del Periódico El Valle y les extendemos nuestras más sinceras felicitaciones. A los jóvenes agrónomos y a los que tienen espíritu empresarial les exhortamos a que se dediquen al buen negocio que es producir alimentos si se hace con toda la capacidad gerencial necesaria, con la aplicación de las mejores prácticas de mercadeo y, además, aplicando los conocimientos que requiere esta compleja industria. Hacer producir más la tierra es el primer paso para encaminarnos a lograr la seguridad alimentaria de las futuras generaciones de puertorriqueños.

Junta Editora Sr. Néstor Luis Figueroa Lugo Sra. Ana Cristina Aponte Rivera Sr. Ricardo Luis Negrón Colón (Arte Gráfico)

PO Box 801337 Coto Laurel, PR 00780-1337 E-mail: colectivocvc227@gmail.com Web: www.colectivocvc.org Todos las colaboraciones son bienvenidas. No somos responsables de las colaboraciones y/o escritos en el periódico. No nos comprometemos a la publicación del material editorial no solicitada, ni a la devolución del mismo.

noticias Ha comenzado un nuevo año. La agenda está cargada. Será un año clave para el Colectivo Cultural Valle de Collores, Inc. El lunes 3 de marzo se cumple el primer aniversario de nuestra fundación. Ese día se conmemora el natalicio del gran poeta puertorriqueño Don Juan Antonio Corretjer, quien fuera entrañable amigo de Don Luis Lloréns Torres. Tenemos razones para seguir celebrando. El sábado 8 de marzo celebraremos en el sector Los Rábanos nuestra próxima Peña Lloreniana con música en vivo y declamación de poesía desde las 6:00 pm. Esa misma noche celebraremos el primer aniversario de la fundación del Colectivo Cultural Valle de Collores, Inc. Verán en esta edición que en Collores todavía existen agricultores exitosos e importantes fincas agrícolas. La que fuera La Capital de la China Dulce de Puerto Rico hace varias décadas, aún tiene potencial para aumentar la producción en la agricultura. Miles de cuerdas de tierra fértil pueden ser trabajadas y así contribuir con nuestro granito de arena a la tan necesaria seguridad alimentaria y a la creación de fuentes de empleo y de crecimiento económico. La edición siete del Periódico El Valle la dedicaremos al tema de la ecología, el ambiente y la naturaleza del Valle de Collores. La Compañía de Fomento Industrial certificó a otros nueve artesanos de talla de santos de palo quienes usan como materia prima lo que se denomina como la madera noble. Ellos y ellas forman parte de nuestro Colectivo de Talla Sagrado Corazón de Jesús. Es un gran logro tomando en cuenta el hecho de que apenas llevemos poco más de un año trabajando en el arte de la talla. Informamos que desde el sábado 1 de febrero de 2014 comenzó el Tercer Taller Básico de la Talla. Bienvenidos a los nuevos participantes de Collores, Juana Díaz (pueblo), Caguas y Guayanilla. Avanzan los trámites para traer a un Mausoleo en Collores los restos del Poeta Nacional Don Luis Lloréns Torres junto a miebros de su familia que están sepultados en el Cementerio Puerto Rico Memorial de Isla Verde en el municipio de Carolina. En mayo de 2013 comenzamos a distribuir el Periódico El Valle solamente en el barrio Collores, pero ante el reclamo de tantos residentes del Valle hemos extendido la distribución a otros cinco sectores. Docenas de lectores nos dicen en cada entrega que “los estamos coleccionado”. El Colectivo Cultural Valle de Collores Inc. te invita a participar del taller: Confección de Güiros que ofrecerá el artesano Osiris Zambrana, el 22 de marzo de 2014 de 1:00 a 4:00 pm. Se aceptarán solamente quince personas. Para más información favor de enviar su nombre, teléfono y correo electrónico a colectivocvc227@gmail.com. Periódico El Valle - Mes de Marzo de 2014

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Collores sabe a café Por: Ana C. Aponte Rivera

Según Francisco A. Scarano en su libro Puerto Rico Cinco Siglos de Historia: “El rápido ascenso del café al primer puesto de nuestra agricultura comercial fue, junto con la decadencia azucarera, uno de los desarrollos mas importantes de nuestra historia económica y social a finales del siglo XIX”. La economía puertorriqueña para el siglo XIX estaba basada en la agricultura. Los productos más importantes fueron el azúcar, el tabaco y el café. Entre algunos datos que he podido compilar desde que Juana Díaz se separa de Coamo en 1798, es que sus terrenos eran utilizados en pastos para el ganado, haciendas azucareras, haciendas y fincas dedicadas al cultivo de café y fruto menores. Durante este periodo (Siglo XIX), ocurre un suceso trascendental que beneficia a Puerto Rico. La implementación de la Real Cédula de Gracia por el gobierno español estimula la llegada a nuestro país de inmigrantes y españoles de la península, que contaban con dinero y deseos de hacer fortuna. Muchos de ellos fueron comerciantes con vastos conocimientos agrícolas y de mercadeo. Esta medida permitió el aumento de la población, el desarrollo de nuevas industrias y comercios, y un gran auge en la agricultura. Muchos de estos inmigrantes pasaron a ocupar los terrenos considerados baldíos por las autoridades, especialmente los ubicados en las montañas. Entre algunos datos que encontré en los archivos y oficinas gubernamentales resalto el siguiente: “Habiéndose creado por real Cédula de 28 de diciembre de 1818, la Junta Superior de repartimiento de dichos terrenos baldíos, resulta del expediente instruido al efecto y del acuerdo del día 28 de abril de 1875 haber sido agraciado Don Isidro Rivera de 100 cuerdas en el barrio Collores”. Todos nuestros historiadores coinciden que la época de oro del café ocurrió aproximadamente durante el periodo de 1870 hasta finales del 1890. La industria cafetalera se desarrolla en la zona montañosa desde el centro hacia el oeste de nuestra isla. Y es precisamente en esta zona que esta ubicado geográficamente nuestro barrio Collores. Los montes fueron talados manualmente o por quema para sembrar el café. Al lado del arbusto de café sembrado se intercalaban matas de guineos y plátanos para protegerlos del sol y darle la sombra necesaria para tener un producto de calidad. La variedad de café sembrada por los 2

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caficultores era arábiga. Obteniendo como producto final un grano de primera y el collor. Curiosamente collor; es el nombre que utilizan nuestros agricultores para identificar el café que se obtiene del “ripiao” o la mezcla de los últimos granos que se recogen del arbusto de café al finalizar la cosecha. Un dato interesante y que quisiera compartir es que en los documentos de los archivos gubernamentales, los nombres de hatos, estancias, fincas, haciendas de café y productos menores del siglo XIX, son en la actualidad nombres de algunos de los sectores de nuestro barrio, como por ejemplo; Finca Rábanos, Finca La Mulita, Estancia “Guaraguaos”, Hacienda Maravilla, Hacienda San Carlos, entre otras.

La Agricultura y los Agricultores de Collores Por: Néstor Figueroa Lugo

Puerto Rico comienza a despertar a la realidad de que tiene que avanzar a convertir a la agricultura en una fuente de empleos, de riqueza y de seguridad alimentaria. Hay señales que apuntan en esa dirección. El Periódico El Valle, que reseña la lucha cultural y comunitaria que se está dando en el barrio Collores, da cuenta en esta edición de nuestras visitas y entrevistas con cafetaleros en varias haciendas y fincas en producción

El auge del cultivo en la zona y la cantidad de fincas y haciendas en nuestro barrio dedicadas a la siembra y proceso del café, este fue utilizado como un indicador demográfico. Ahora podemos entender los datos de la población del barrio Collores ofrecidos por el Profesor en Demografía Arnaldo Torres Degró, cuando indica que en 1899 contábamos con más residentes que en la actualidad.

Pablo Rafael Reyes Pabón

(Rafo)

A mil 900 pies de altura sobre el nivel del mar en el sector Portillo está la Hacienda Hermanos Reyes. Allí Pedro Rafael, nacido en Juana Díaz, y agricultor desde que era niño (ya tiene 58 años) trabaja junto a cuatro de sus hermanos. Parece que todos “llevan el café en las venas del cuerpo y del alma”. La cosecha dura de agosto a enero y unos cuarenta recogedores y recogedoras de Collores y del área sur, llenan sus canastas con el oro rojo. Se le paga por almudes (28.5 libras tiene cada almud). La Hacienda produce entre diez y doce quintales por cuerda. Son trescientas (300) cuerdas, ciento ochenta de las cuales están sembradas de la variedades de café arábigo: borbón, limaní, caturra, Puerto Rico y otras. La cosecha alcanza los 1,500 quintales, pero se pierden 500 quintales por falta de recogedores. Concluido el beneficiado, que es el proceso de despulpar y secar el grano, lo venden en Lares a la empresa Café Crema. Ellos siembran y cosechan, además, la china jíbara, la valencia, la china nebo, toronja y chironja, , así como plátanos, guineos, aguacates y papayas. Además, cosechan 200 quintales de yautía y 150 quintales de malanga, así como más de 3,000 mil libras de ñame habanero cada año. Fue de aquí que se extrajo un ñame de 180 libras que se exhibió en la Feria Agrópolis de Caguas. La finca tiene mapenes, panas de pepita, y árboles frutales como el mamey, caimito y el níspero. Tienen también mil arbolitos de granada- una fruta que escasea y es desconocida para las nuevas generaciones. Ya plantaron doscientos árboles de cacao de los 10,000 que esperan sembrar. De la semilla de este fruto se elabora el chocolate. La agro-empresa recibe incentivos del gobierno para el pago de nómina y por producción, y otros incentivos del gobierno federal para promover prácticas de conservación de suelos, etc. Rafo, como le dicen sus amigos, fue seleccionado Agricultor del Año del Departamento de Agricultura hace algún tiempo y le brillan los ojos cuando expone con sencillez y casi ternura su amor por la tierra. Lo hace mientras se toma un reposo sentado en los bajos de una antigua estructura que alberga la maquinaria para la selección y beneficiado del café. Eso sí: advierte que este negocio puede ser próspero, pero para lograrlo hay que amarlo y trabajar muy duro. Su vocación de agricultor la acompaña con un hondo sentido de lo que es la conservación. Es un ecologista convencido. Su finca cuenta con cientos de árboles de madera noble, tiene unos ocho manantiales y allí la temperatura puede bajar hasta los 52 grados. Periódico El Valle - Mes de Marzo de 2014

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Alfredo Rodríguez Ortiz

(Fredy Gole)

Es el líder de la Finca La Esperanza en el sector Miramar de Collores localizada a tres mil pies de altura sobre el nivel del mar. Con esa altura, buena temperatura y buen terreno para la siembra de café, Fredy Gole- como se le conoce- y sus braceros recogen 125 quintales de café entre septiembre y diciembre. La cosecha da diez quintales por cuerda de unas seis variedades arábigas. Son dueños de 83 cuerdas, tierras que fueron de su abuelo Juan Rodríguez Ramos, quien vino de Islas Canarias en el siglo X1X. Este agricultor de 57 años, treinta de ellos dedicados a las tareas agrícolas, lamenta que por falta de brazos que recojan el grano, se pierde el 40% de la cosecha. A los recogedores se les paga $5.00 por almud de 28.5 libras. Rodríguez Ortiz, como los demás, depende de incentivos del gobierno para el pago de nómina y $1.00 de incentivo por cada almud de café recogido. A sus obreros les regala una “comprita” semanal de frutos menores. La Finca La Esperanza recibe, además, un incentivo del gobierno federal para usarlos en prácticas correctas de conservación de los suelos. Este Agricultor del Año, galardón que recibió hace algunos años, cree que si se aumenta el salario agrícola a $7.25 por hora, se le tiene que aumentar el precio del café a los consumidores. “De lo contrario no podríamos sobrevivir (como cafetaleros)”. Sin embargo la queja más mencionada es la falta de mano de obra para el trabajo en las fincas. “(Antes de ser agricultor) yo fui vendedor, tenedor de libros y operador de equipo pesado, pero me sentía abusado. (Por eso) me viene a la finca”, narró este hombre de humor sano y miembro de una familia de 14 hermanos. Se queja de lo mucho que el gobierno tarda en pagarles los incentivos a los agricultores y del aumento en los costos de los fertilizantes y de los químicos para el control de enfermedades, pero los entrevistados parecen estar satisfechos con nuevos productos que hacen menos daño a los terrenos y a la naturaleza. Fredy cree en la unión de los cafetaleros de Collores en forma de una cooperativa para organizar una torrefacción, envasar café especial (gourmet) y exportarlo, pero todos los entrevistados se quejan de esa misma falta de unidad que todos dicen favorecer. “ Es que cada cual tira pa’ su lao”, es el comentario más generalizado, no obstante el sentido de solidaridad y la disposición de ayudarse unos a otros. A veces se quejan de la forma en que algún torrefactor le resta el grano que flota en el agua por ser supuestamente vano como si no sirviera, pero aun así lo integran al procesamiento “no habiéndoselo pagado al agricultor”. Fredy Gole sigue pa’lante porque cree en la agricultura y es feliz viviendo agarrado a la cordillera “sacándole versos de sudor a sus músculos” como si en cierto modo quisiera imitar a su tío Toño Gole quien sacaba de su garganta las más hermosas décimas del cantar jíbaro puertorriqueño.

Daniel López Rodríguez De espaldas o de frente a los llanos costaneros del sur que se ven a la distancia y a una altura de tres mil pies sobre el nivel del mar con una temperatura envidiable, este agricultor de café y plátanos, es dueño de una finca de 48 cuerdas, la que divide en 35 para cultivar café y plátanos y el resto para la conservación de bosques. El plátano le da sombra al café del que recoge 200 quintales y lo vende sin pilar a la empresa Alto Grande de Lares. Su finca produce seis quintales por cuerda lo que se considera una cantidad modesta; corta doce racimos semanales de plátanos durante seis meses consecutivos y los vende entre $.25 a $.50 centavos, pero a veces los tiene que dar a solo $.15 centavos por unidad. Don Daniel no tiene problemas en conseguir recogedores y recogedoras para su café y siente orgullo en decir que vive de la agricultura. En las fincas de esa altitud suele llover bastante en términos generales y brotan muchos manantiales que mantienen las corrientes continuas en las quebradas cercanas. Nuestro entrevistado sigue las prácticas agrícolas recomendadas de abonamiento y aplicación de yerbicidas y fungicidas para mantener a raya a las plagas. Como algunos de los demás, se queja de que aunque el gobierno ofrece incentivos, generalmente le pagan tarde “ y a veces los incentivos no los pagan”, lamenta. Don Daniel y su esposa se despiden de la Junta Editora del periódico con la sonrisa y alegría sana de nuestros campesinos cultos como los describía nuestro insigne escritor Don Abelardo Díaz Alfaro. 4

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José Ramón Vega

(Ramoncito)

En la Hacienda Sucesión Ramón Vega Álvarez, cuyas casi doce cuerdas fueron compradas en $400.00 en el año 1952, se está gestando un agro-proyecto interesante. Su actual dueño Ramoncito Vega, un buen conversador, líder y habil narrador de muchas vivencias, ha ido levantando su fundo de café con unas primeras cuatro cuerdas con mil arbolitos por cada cuatro mil metros cuadrados, que en tres años darán la primera cosecha de las variedades arábigas limaní, frontón, caturra y borbón. Ramoncito ha tenido que ir mitigando el efecto del tumbe de árboles recomendado hace décadas para la siembra de café a pleno sol. Aquella práctica hoy se considera un craso error por el enorme daño ambiental tras la eliminación poco cuidadosa del bosque primario y secundario. Ha costado muchas décadas ir restaurándolo. “ Yo me considero un agricultor ambientalista”, afirma categórico. En la actualidad Ramoncito cosecha café en dos cuerdas donde sus arbustos ya han rebasado los diez años. Por eso lo de las siembras nuevas y mejores prácticas de cultivo. Impresiona que en poco terreno tenga planes de sembrar muy pronto 200 árboles de achiote, 75 árboles de aguacate que ya tienen tres años plantados, mientras cosecha yautías, malangas, papayas, guanábanas, china jíbara y chayote. Tiene un vivero para la siembra de cacao. Ya tiene 165 sembrados y espera llegar a 500 árboles para la elaboración comercial de chocolate para el eventual suplido a una conocida empresa puertorriqueña. En media cuerda sembrará cilantro e instalará un sistema de riego para la siembra de hortalizas. Nos cuenta que su finca tiene varios manantiales que nunca se secan. Como sus colegas del agro, Ramoncito mantiene sanas prácticas agrícolas y de conservación. Aunque recibe incentivos gubernamentales todavía no se le considera agricultor bona fide puesto que aún no recibe el 50% o más de sus ingresos por producir alimentos. Vega explica y habla con autoridad sobre los factores que afectaron la ruina de la agricultura y lamenta que del 60% de las tierras de Collores que se dedicaban al agro, hoy apenas alcanza el 25%. Asimismo destaca la cantidad de fincas abandonadas en el Valle del Poeta. Fue encantador el trato de este co-lloréns-se de perfiles cultos y de habilidades como declamador de poetas nuestros. Igualmente es justo destacar cuan amable fue el trato de los demás agricultores entrevistados.

Luis Ernesto Vélez Del Valle De 54 años, vino de la Cantera de Ponce y es agricultor bona fide hace décadas. Don Luis ha combinado la siembra de café y frutos menores y la cría de ganado de carne a la que dedica cuarenta de las cien cuerdas en las fincas El Salto y la Haciendita. Sus trabajadores recogen 90 quintales de café en 59 cuerdas de extensión, producto que vende como “café uva” a Clemente González en Villalba. Mantiene siete empleados a tiempo completo todo el año. Posee las tierras que bordean uno de los íconos de Collores: el famoso Salto cuya caída de agua formó una charca de ensueño para los bañistas que la disfrutaron por décadas. En esos terrenos tiene sembrados dos mil árboles de guanábana y mil árboles de corazón- una fruta de las que escasean en Puerto Rico- y ochocientos árboles de aguacate. Con la producción de limones, cocos, yautía, ñames, calabazas, entre otros, surte día a día el Puesto # 117 que tiene en la Plaza del Mercado en Ponce, aunque vende una parte de esa producción al Núcleo de Cítricos de Lares. Afirma que trabaja doce horas los siete días de la semana. Su finca depende de la lluvia oportuna y suficiente, pero se queja de que el cambio climático la ha disminuido. Habiendo sido escogido Agricultor del Año del Departamento de Agricultura en el 2004, Don Luis tiene como mano derecha a su esposa María Milagros Negrón y aboga por dos cosas: la unidad de los agricultores del barrio en una organización que permita el intercambio de ideas y experiencias para la búsqueda de soluciones a los problemas comunes de esta clase empresarial, al tiempo que hace un llamado a los jóvenes para que se conviertan en empresarios agrícolas. “Hay que trabajar duro, pero la agricultura deja dinero”, concluye. Periódico El Valle - Mes de Marzo de 2014

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Cogedoras de Café Autor: Luis Lloréns Torres

Hora de mariposas en el rosal. Ripian las cogedoras el cafetal. Todas llevan al cinto la canastilla en que rompe y desgrana cada varilla su rosario de cápsulas de coral. Cimbra el guaval, a prueba de soles y aguas, el verde altamarino de sus paraguas. Y en los cogollos húmedos de rocío, las palomas del monte pican el frio, que rezuma el plisado surá del rio. Zumban los abejorros aventureros, al martillo de pájaros carpinteros que horadando en los troncos la dura entraña martillan el silencio que la hora empaña y lo desclavan y echan de la montaña. Los racimos guarecen su carmesí bajo hojas de plátano, que las balda la lanceta del pico del colibrí. Cluecas alas de pájaros de esmeralda sobre huevos de pájaros de rubí. Aún en el barro hurgan sabor de nido las raíces de añejo cedro caído, por siglos de ciclones adolorido, que al mirarse desnudo, su luz apaga, y se arropa en cojitre y en verdolaga. Trova una anciana: _ El ave del alma mía va y viene con la misma melancolía; y el aroma del grano de la montaña, a la montaña vuelve, al rayar el día, en el humo que sale de la cabaña. Bajo la telaraña de las varillas, joven doncella rustica, que retoza con bayas en sus labios de buena moza, arde desde los senos a las rodillas, porque un ramo en la nuca le hace cosquillas.

Rincón Poético

Mata de Plátano Autor: Luis Lloréns Torres

Mata de Plátano: a ti, a ti te debo la mancha, que ni el jabón ni la plancha quitan de encima de mí. Desde jibaro nací, al hombro cargo el tesoro de tu racimo de oro, y de tu hoja verde y ancha llevaré siempre la mancha por sécula seculorum. Publicada el 9 de marzo de 1935 en: Puerto Rico Ilustrado

Café Prieto Se le cae el abrigo a la noche. Ya el ártico Carro la cuesta subió. Rio abajo va el último beso caído del diente del Perro Mayor. Se desmaya en mis brazos la noche. Su Virgo de oro llorando se fue. Los errantes luceros empaña el zarco resuello del amanecer. Se me muere en los brazos la noche. La envenena el zumoso azahar. Y la tórtola azul, en su vuelo, una azul puñalada le da. La neblina se arisca en el monte. Las hojas despiertan rocío sutil. Y en la muda campana del árbol, el gallo repica su quiquiriquí.

Así, horas. Los arbustos rinden sus granos. Los rosales silvestres rinden sus rosas. Y la tarde se engulle de empeños vanos buscan que buscan rosas las mariposas; buscan que buscan granos las ebrias manos.

Al reflejo del vaho del alba, El pez en la onda, la abeja en la flor, Con la fe de su crédulo instinto, descubren la miga segura de Dios.

Y al fin, horas de abejas en el panal. Hora de alicaído sol vesperal, en que llenos los sacos antes vacíos, tornan las cogedoras a sus bohíos llevándose la sangre del cafetal.

De la choza que está en la vereda, un humito saliendo se ve. La ventana se abre. Y la doña me da un trago de prieto café.

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Iluminado Pagán Marrero Visitamos a este buen agricultor cuando algunos de sus arbustos de café ya dejaban ver los primeros capullos de lo que será la floresta para la próxima cosecha. La anterior alcanzó alrededor de 220 quintales, la que calculó en una recolección de seis quintales por cuerda. Su finca La Estancia es un lugar apacible y en sus ochenta cuerdas de café de las variedades borbón, caturra, limaní, Puerto Rico y otras de café arábigo, madurará el café a una altura de entre los 1,200 y los 1,500 pies sobre el nivel del mar. Este hombre fornido y a quien se le escapa un dejo de timidez al hablar, no aparenta los 62 años que lo conservan con el vigor y la ilusión de atender sus siembras, que en menor escala incluye chinas, toronjas, plátanos y yautía. Su nivel de producción le permite tener suficientes recogedores del grano. Lo vende pilado a la Puerto Rico Coffee Tosted, empresa que vende varias marcas de cafés comerciales. Don Iluminado nos dice que es agricultor desde que era niño. La finca original era de su abuelo Don Ramón Pagán Rivera. Nos explica el proceso de siembra, poda y resiembra. En su finca llueve menos que en las que están a tres mil pies de altura, pero hace notar que en estos tiempos está lloviendo menos por el aparente cambio climático. El “greening” que se detectó en la China en 1943, llegó al continente americano entre el 2008 y 2009 y desde hace algunos años ha enfermado severamente las siembras de chinas y otros cítricos. Los agricultores de Collores, según nos han contado, están sintiendo los efectos dañinos de la enfermedad a la que el Departamento de Agricultura le está dando prioridad para combatirla. Además de a sus planes de conservación de suelos con incentivos federales Don Iluminado pone énfasis en la sombra para el café con la siembra de árboles de guava, moca, guamá, y capá prieto y destaca que la flora de su finca ayuda a proteger la fauna. Todos los entrevistados tienen clara conciencia de la necesidad de proteger la boa nativa, serpiente inofensiva que puede tener 10 o más pies de largo y cuatro pulgadas o más de circunferencia y que está en peligro de extinción. De hecho, está protegida por leyes federales y se prohíbe su eliminación. La boa, el sapo, el ciempiés, el guaraguao y el lagarto son algunos de los depredadores de muchos insectos, roedores y otras especies dañinas para las siembras de los agricultores, quienes destacan la importancia de protegerlos. Notamos que Don Iluminado vive de la agricultura y para la agricultura.

Los Canales de riego Por: Ana C. Aponte Rivera

El recurso agua de los ríos y la abundancia de tierras apropiadas para el uso agrícola junto al aumento de la población, fueron elementos esenciales que permitieron la fundación de nuestro pueblo. Las siembras de caña de azúcar, los arbustos de café, los frutos menores y el ganado necesitaban del agua para desarrollarse y ser sustentables. Nuestra primera fuente de agua era la que caía naturalmente de la lluvia en las montañas y la segunda el agua de los ríos y quebradas. Dos de las cuencas hidrográficas importantes con las que cuenta Juana Díaz son: el rio Jacaguas y el rio Guayo. Para extender el uso de los terrenos agrícolas

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comenzaron a utilizarse canales de riego. Estos se nutrían del agua de nuestros ríos y permitían el riego de cultivos en los llanos y las costas. Los canales de riego presentes aún en nuestros barrios fueron construidos durante la época española. En un recorrido que realizamos hace años junto al Arquitecto Conservacionista del Instituto de Cultura Puertorriqueña, el Sr. Jorge Ortiz Colom, nos mencionó que su construcción fue iniciada aproximadamente para 1870 con el propósito de expandir las siembras de la caña de azúcar. Los canales que riegan La Hacienda Luciana en el barrio Jacaguas se nutren de aguas del río Guayo y comienzan en el sector Agustinillo de nuestro barrio Collores. Estos canales atraviesan varios sectores de nuestra comunidad que están ubicados en la carretera 512 y Corral Falso hasta llegar al Lago Ponceña. Todavía los canales se utilizan para la agricultura por lo que es nuestra responsabilidad cuidarlos y protegerlos.

El Príncipe Verde (Fragmento de artículo escrito por Luis Lloréns Torres sobre la producción de azúcar y el plátano según las estadísticas que ofreció el gobierno de Puerto Rico, publicado el 2 de marzo 1944) Sea que vendamos o que nos comamos los frutos del platanar, no puede negarse que es nuestra máxima fuente de producción agrícola, porque su rendimiento duplica el de la cana de azúcar y porque es el alimento que el pueblo tiene mas a la mano para el sancocho de cada día. Los químicos agrónomos que nuestro Gobierno paga, se han pasado años y años estudiando el matizado de la caña e investigando los mejores abonos para ella. Para la caña también se han efectuado en la isla costosas obras de regadío. Pero la muy puertorriqueña Mata de plátano, sin que la rieguen, sin que la abonen, sin que la curen de enfermedades, sin que los agrónomos la estudien y sin que nadie la defienda, se destaca como adorno en la montana, es eclosión de verdor en la llanura, salta del campo al pueblo, se adueña de los patios, y “¡aquí esta mi racimo!” es la canción que canta en todos los rincones de Puerto Rico. Sin ese racimo, nuestros jíbaros se morirían de hambre, y nuestros niños no tendrían su apetecible fruta de la tarde. Sin tan bella planta, nuestros campos no lucirían toda su belleza. Y hasta sin sus hojas, en que se envuelven los famosos pasteles criollos, perdería su exquisitez el más sabroso manjar de nuestros hogares: el único que en el orgulloso palacio manda lo mismo que en el humilde bohío. ¡Ay, que lindo es mi bohío y que alegre mi palmar y que fresco el platanar de la orillita del río! ¡Qué sabroso tener frío y un buen cigarro encender! ¡Qué dicha no conocer de letras ni astronomía! ¡Y que buena hembra la mía cuando se deja querer! Periódico El Valle - Mes de Marzo de 2014

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