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Las monjas

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My Everyday Hero

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Lucila Rubio 6o Preparatoria

Recuerdo aún el tufo a podredumbre del orfanato donde crecí, es el único recuerdo que tengo de aquellos tiempos. Las monjas salían de noche con sus togas viejas y malolientes. Nunca las veía durante el día, supongo porque rezaban. Pero cuando salían, hedían siempre a carne, carne podrida. Veía sus siluetas deambular como perdidas, nunca su rostro.

Hace unos días me rencontré con una excompañera y le compartí mi recuerdo. –Sólo recuerdo a las monjas que salían a rezar. Siempre quise hablarles. –Dije. –¿Monjas? nunca hubo monjas en el convento. –Afirmó, confundida. –¡Claro que sí! yo las veía todas las noches. –Insistí, pero sentí un escalofrío al ver que Casandra iba en serio. –Era un exconvento. Todas murieron quemadas. ¿No sabías? –Me dijo preocupada. Sentí que mi nariz se llenó con el recuerdo del olor pútrido. –¿Qué has dicho? –Le volví a preguntar. –Nunca hubo monjas en el convento. Nunca.

C. L. Rufino 150 palabras

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